Esta semana va de política la cosa.
Por una parte tenemos a una superpotencia en la que hay Pena de muerte contra el fraude científico, y ya está abierto el doble debate, el de la pena de muerte y el de si el fraude científico es merecedor de la máxima pena que exista en el código penal de un país. Nos lo cuenta Pepe Cervera.
Por otra, tenemos a aquellos que, por considerar que su punto de vista político el único correcto (a pesar de ser anticientífico) se permiten realizar acciones para ellos justas pero que no son más que una forma de terrorismo. Lo expone Fernando Frías en Ecologistas en (mala) acción. La anticiencia es un mal que acecha a izquierda y derecha. Véase Contra quién estamos perdiendo la guerra.
En otro orden de cosas, esta semana también hemos echado un vistazo a la vida familiar de los físicos de partículas, en la que hay hijos favoritos, El bosón de Higgs tras cinco años de su anuncio, y los otros, LHCb observa la partícula Ξcc (barión ccu). Gentileza de Francisco R. Villatoro.
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Químico. Trabajo en Euskampus Fundazioa con la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU, para la que edito el Cuaderno de Cultura Científica y Mapping Ignorance. Escribo cosas para el Donostia International Physics Center y el Basque Center for Applied Mathematics.