¿Qué persona o hecho marcó tu carrera, tu interés por la ciencia o tu investigación?
Quien haya seguido un poco mi carrera divulgadora y/o profesional, sabrá ya que mi pasión son las Matemáticas. Nunca lo he negado. Por mis venas no corren glóbulos rojos o blancos, sino números, operaciones y figuras geométricas. Y en esta respuesta se verá que puede que no sea una expresión metafórica.
Desde muy pequeño (en alguna ocasión anterior he hablado de esto) ya sentía una atracción por las matemáticas: que aprendiera yo solo a sumar, usando las matrículas de los coches, no vino sino a refrendar esto. Para mí, las matemáticas siempre han sido un juego, algo con lo que divertirme y pasar ratos ociosos.
Pero volvamos a la pregunta original. Una vez adulto, haciendo repaso de mi vida, uno se da cuenta de que estas cosas (y algunas más que cuento en el enlace anterior) no sucedieron al azar. Varias personas tuvieron mucho que ver en esto, pero vamos a centrarnos en una figura en concreto. A él le debo mucho en mi vida. Ha sido una referencia en todos los sentidos (y aún lo sigue siendo). Ha sido maestro, profesor, compañero de juegos, consejero… Pero sobre todo, ha sido
MI PADRE.
Es a él, fundamentalmente, a quien le debo que las matemáticas sean lo que hoy son para mí. Él jugaba conmigo a ver quién sumaba más rápido. Él me enseñaba a rellenar tablas de juegos de dados y cómo obtener rápidamente las puntuaciones si utilizaba trucos de cálculo. Él ha sido quien ha fomentado que leyera libros de matemáticas recreativas y me ha enseñado técnicas para resolver problemas. Él ha conseguido, como he dicho antes, que para mí las matemáticas sean un JUEGO DE NIÑOS.
Y lo ha conseguido jugando conmigo, leyendo conmigo, aprendiendo conmigo, pensando conmigo, disfrutando conmigo.
Es que incluso la divulgación me viene de él. Durante muchos años estuvo al frente de las Olimpiadas de Secundaria de la provincia de Sevilla. Esa forma de entender que las matemáticas hay que enseñarlas desde un lado ameno y divertido también me viene de él.
Ya más adelante, incluso llegó a darme clases en el instituto de matemáticas. Para mí fue un año especial y algo antipático. Antipático porque era siempre él al que acudía a preguntar cualquier duda de matemáticas (y eso que mi madre también era profesora de matemáticas) pero ese año moralmente no podía. Y fue especial porque conocí a mi padre en una faceta suya que desconocía. Una faceta, la de profesor, que también me sedujo. Sólo diré que mis amigos de entonces, incluso vinieron al balcón de mi casa a cantarle villancicos esas navidades. Hoy en día, procuro parecerme lo más posible a él dando mis clases. No sólo me inculcó su amor por las matemáticas, también su pasión por la labor docente.
Pero aquí no acaba la cosa. Después de acabar el instituto, por supuesto, estudié matemáticas en la Universidad. Y fue entonces cuando mi PADRE siguió persiguiendo un sueño y me dio una nueva lección. Siempre contaba que cuando acabó de estudiar tuvo la oportunidad de quedarse en la Facultad para doctorarse. Pero por aquel entonces los primeros años debían hacerse por amor al arte y, si sobraba algo, quizás le pudieran pagar al finalizar el curso. Sus posibilidades económicas no le permitieron quedarse y decidió hacer oposiciones a Enseñanzas Medias y trabajar en institutos de secundaria. Pero esa espinita siempre la tuvo clavada. Y justo cuando yo pasé a la Universidad se le abrió la oportunidad de incorporarse al Departamento de Análisis Matemático de la Universidad de Sevilla. Y vaya si lo hizo.
Hizo los cursos de doctorado (hoy máster) y comenzó una Tesis Doctoral con 50 años. Las pasó canutas, sí. Pero su tesón hizo que en enero de 2003 leyera su tesis doctoral “Universalidad: U-operadores y sucesiones de operadores diferenciales” bajo la dirección de Luis Bernal-González.
Hasta tal punto influyó mi padre en mi carrera, que cuando estaba en quinto de carrera tuve una Beca Colaboración bajo la dirección de Luis Bernal. Sí el mismo que dirigía la tesis de mi padre. Y luego, cuando fui a pedir la beca FPU, también intenté que Luis Bernal me la dirigiera. Pero no pudo ser y me derivó a una recién doctoranda suya, Carmen Calderón (de quien ya hablé también en otra ocasión). Las casualidades hicieron que mi padre y yo leyéramos nuestras Tesis Doctorales con apenas año y medio de diferencia. Y que, académicamente hablando, seamos tío y sobrino.
Hoy, mi investigación se centra, precisamente, en cuestiones muy relacionadas con el tema de la tesis doctoral de mi padre. El grupo de investigación al que pertenezco, es en el que él estuvo. Mis coautores, también son sus coautores. Mis compañeros son sus compañeros. Mis amigos son también sus amigos.
José Antonio Prado Tendero es mi padre. Y siempre lo será. Pero también ha sido mi iniciador en las matemáticas, compañero de juegos matemáticos, instructor, consultor, profesor, consejero, compañero de trabajo, compañero de investigación…
SI hoy me dedico a las matemáticas, se lo debo a él.
GRACIAS PAPÁ.
Los que saben Matemáticas hacen Matemáticas.
Los que entienden las Matemáticas enseñan Matemáticas.
Los que ni saben ni entienden enseñan cómo enseñarlas.
Tito Eliatron (José A. Prado-Bassas) es profesor de matemáticas en la Universidad de Sevila y autor del blog Tito Eliatron Dixit. Desde allí, intenta que cualquier persona sea capaz de entender que, tras muchas situaciones habituales, se esconde un maravilloso mundo matemático que nos explica o nos ayuda sin pedirnos nada a cambio. En resumen, profesor de profesión, divulgador de afición y matemático de devoción.»