El fuego bacteriano

Por Colaborador Invitado, el 22 julio, 2018. Categoría(s): Biología • Ecología
Manzano afectado por fuego bacteriano

Imaginemos el aspecto de un fragmento de madera sometido a una llama…de color negruzco y sensación de quebrar fácilmente. Precisamente ese es el aspecto de las plantas que sufren la enfermedad denominada como fuego bacteriano, nada que ver con una combustión real, pero con consecuencias mortales para las plantas contagiadas.

Erwinia amylovora es la bacteria causante del fuego bacteriano de las rosáceaes, enfermedad de cuarentena en la Unión Europea. Esta bacteria es originaria de Estados Unidos y afecta a diferentes especies de plantas dentro de la familia Rosaceae, siendo las de mayor importancia agrícola las pertenecientes al grupo de los frutales de pepita, como el manzano, el peral, el membrillero o el níspero. La primera vez que se identificó la presencia de la bacteria en el territorio español fue en una plantación de manzanas para sidra, en Guipúzcoa en 1995, apareciendo focos por casi todas las comunidades autónomas en años posteriores.

Distribución mundial de Erwinia amylovora

La importancia que la enfermedad presenta a nivel mundial redunda en su elevado impacto económico, al afectar frutales ampliamente consumidos, la rápida migración de la bacteria en el interior de la planta, su capacidad de diseminación e infección, junto con la ausencia de métodos eficaces de lucha frente a ella. En la actualidad, se han descrito focos de la enfermedad en toda Norteamérica, casi toda Europa, Oriente Medio, el norte de África y Nueva Zelanda.

El ciclo de vida de E. amylovora va en consonancia con el desarrollo estacional del vegetal. La bacteria infecta a la planta generalmente en primavera, a través de las flores o pequeños brotes en desarrollo, al contagiarse de plantas cercanas por insectos, pájaros, viento, lluvia o herramientas de labranza contaminadas. A partir de ese momento, la bacteria comienza a infectar todos los tejidos de la planta, desplazándose hacia la base del tallo y produciendo la muerte de todas las células a su paso. Además, todos los órganos infectados producirán exudados llenos de bacterias, fuente de nuevos contagios. Cuando llega el otoño, las bacterias se asientan en los tejidos leñosos del tallo, formando grandes heridas longitudinales, denominadas chancros, donde surgirán los exudados contagiosos de la primavera siguiente.

Los síntomas que presentan las plantas afectadas por la enfermedad incluyen una masiva necrosis de flores, frutos, hojas y ramas, derivando en el característico aspecto de quemado que le da nombre, pudiendo también presentar exudados en todos los órganos. En primer lugar, se observa el “quemado” de flores y brotes, curvándose estos últimos en forma de cayado de pastor, desde ahí la necrosis avanza por las hojas y el resto de las ramas, hasta alcanzar el tronco leñoso.

Flor de manzano destruída por el fuego bacteriano, y fruto con exudados típicos de la enfermedad

Como ejemplo, en la legislación vigente en la comunidad autónoma de Castilla y León, si se identifica una parcela contaminada con fuego bacteriano deben seguirse los siguientes pasos: 1) establecer una zona de seguridad de 1 km de radio, donde se efectuarán seguimientos de las plantas susceptibles y se prohibirá su salida; 2) se arrancarán y destruirán de forma inmediata todos los árboles y plantas con cualquier tipo de síntoma relacionado con la enfermedad (sin necesidad de un diagnóstico bacteriológico), además de todas las plantas susceptibles cercanas.

En resumen, el fuego bacteriano representa una enfermedad vegetal de gran importancia a nivel mundial, muy contagiosa e incluida en el grupo de cuarentena, provocando su identificación en una parcela un grave problema para el agricultor, al estar obligado a destruir muchos individuos productores.

La ciencia que no es divulgada hacia la sociedad es como si no existiera

 

Este artículo nos lo envía Jorge Poveda Arias, Graduado en Biología y trabaja en una empresa dedicada a la cría a nivel industrial de insectos con fines de alimentación. Además, realiza una tesis doctoral en el estudio de las interacciones planta-microorganismo. Entre sus campos de interés, destacan la biotecnología, la agricultura, la alimentación, la microbiología, la entomología y la divulgación científica en general, dentro de los cuales presenta una variada formación, destacando un Máster Universitario en Agrobiotecnología, un Máster Europeo en Calidad y Seguridad Alimentaria, o diferentes Posgrados de Experto Universitario, en Biotecnología Alimentaria, Entomología Aplicada, Diagnóstico Molecular Ambiental y Divulgación Científica.

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Referencias bibliográficas y más información:

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Palacio Bielsa, A., & Cambra Alvarez, M. A. (2009). El fuego bacteriano de las rosáceas (Erwinia amylovora).

Santander, R. D., Oliver, J. D., & Biosca, E. G. (2014). Cellular, physiological, and molecular adaptive responses of Erwinia amylovora to starvation. FEMS microbiology ecology88(2), 258-271.

Smits, T., Duffy, B., Sundin, G., Zhao, Y., & Rezzonico, F. (2017). Erwinia amylovora in the genomics era: from genomes to pathogen virulence, regulation, and disease control strategies. Journal of Plant Pathology99(Special issue), 7-23.



Por Colaborador Invitado, publicado el 22 julio, 2018
Categoría(s): Biología • Ecología