Una ETS a tener muy en cuenta: la gonorrea

Por Colaborador Invitado, el 9 agosto, 2018. Categoría(s): Biología • Divulgación • Medicina
Neisseria gonorrhoeae

Todos somos conscientes de la gravedad de alguna de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) que podemos contraer si no tomamos las medidas de protección e higiene adecuadas. Dentro de este amplio abanico de posibles patologías existe una especialmente interesante, debido a los daños que llega a producir en nuestro cuerpo.

La gonorrea es conocida en castellano por muchos otros nombres como gonococia, blenorrea o blenorragia. Todas ellas derivan del griego “gonórrhoia”, que significa “flujo de semen”, debido a una de las sintomatologías provocada en el órgano reproductivo masculino. Esta enfermedad afecta principalmente a las zonas mucosas de nuestro cuerpo, generalmente al tracto urinario y genital, pero sin descartar la faringe, el recto o la conjuntiva ocular. Está provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, conocida comúnmente como gonococo, la cual tiene como huésped específico al ser humano.

Esta enfermedad infecciosa ha acompañado a la humanidad durante toda su historia, habiendo sido ya descrita en papiros egipcios miles de años antes de Cristo. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), se diagnostican cada año en todo el mundo más de 100 millones casos nuevos de gonorrea, siendo la segunda ETS de mayor prevalencia, por detrás de la clamidia. Su transmisión ocurre principalmente durante el acto sexual, aunque también puede ser transmitida durante el parto al bebé si la madre sufre la enfermedad, o por el contacto de mucosas de cualquier tipo.

En la forma más común, los primeros síntomas de la enfermedad aparecen en la uretra de los hombres y en el segundo tramo del cuello uterino (llamado endocérvix) de las mujeres. En el primer caso, los síntomas pueden comenzar a aparecer en un periodo de hasta 3 semanas después de haber contraído la enfermedad; aparece una secreción uretral mucosa, blanco-amarillenta y llena de pus, de ahí el nombre de la enfermedad, pues parece una continua secreción de semen. De forma bastante común, este síntoma puede ir precedido por dolor y escozor al orinar, y acompañado de un fuerte dolor e inflamación de los testículos. Por otro lado, en el caso de las mujeres la enfermedad puede llegar a ser bastante más seria, aunque es muy común que sea totalmente asintomática. La sintomatología comienza con ligeros dolores al orinar y pequeñas secreciones vaginales, posteriormente, la llegada de la bacteria a las trompas de Falopio, provoca el desarrollo de fiebre, dolor del abdomen y nauseas. En alguno de los casos aparece vaginitis y endometritis, pero en los peores la infección llega a ser causa de esterilidad y, si afecta al recién nacido, ataca a sus ojos causándole ceguera.

Ilustración de gonorrea facial

En el caso de que la bacteria colonice las mucosas de la faringe, por contacto con fluidos sexuales infectados, la enfermedad se manifiesta con un dolor punzante y ardoroso, fácilmente tratable con antibióticos. Algo similar sería lo que ocurriría en el caso de que la bacteria infecte la mucosa del recto. Mientras que, en el caso de la conjuntiva de los ojos, se produce un enrojecimiento, seguido de erupciones y secreciones purulentas, pudiendo extenderse a la nariz y la boca al rascarse.

Aunque la gonorrea en una enfermedad fácilmente tratable con antibióticos de muy diverso tipo, es importante destacar que ya en el año 2018 ha sido registrado en Gran Bretaña el primer caso de gonococo, en un varón, imposible de eliminar, pues ha desarrollado resistencia a todos los antibióticos utilizados hasta el momento.

Por lo tanto, la gonorrea nos aporta una razón más para tomar las medidas de prevención necesarias en evitar el contagio con ETS, algunas de las cuales pueden llegar a ser bastante más graves que una “simple” gonorrea. La información en edades tempranas es imprescindible para evitar las consecuencias de una mala praxis. Es mejor “tener miedo” y actuar en consecuencia por ser plenamente conocedor de los riesgos, que comportarse de forma totalmente imprudente por pura ignorancia.

La ciencia que no es divulgada hacia la sociedad es como si no existiera

 

Este artículo nos lo envía Jorge Poveda AriasDoctor en Agrobiotecnología y Graduado en Biología. Trabaja en una empresa dedicada a la cría a nivel industrial de insectos con fines de alimentación. Además, colabora en labores de investigación en el estudio de las interacciones planta-microorganismo. Entre sus campos de interés, destacan la biotecnología, la agricultura, la alimentación, la microbiología, la entomología y la divulgación científica en general, dentro de los cuales presenta una variada formación, destacando un Máster Universitario en Agrobiotecnología, un Máster Europeo en Calidad y Seguridad Alimentaria, o diferentes Posgrados de Experto y Especialista Universitario, en Biotecnología Alimentaria, en Entomología Aplicada, en Diagnóstico Molecular Ambiental y en Redacción Científica.

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Referencias bibliográficas y más información:

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