El canario: De las islas a las cortes: Un pionero de la modificación genética

Por Colaborador Invitado, el 12 noviembre, 2018. Categoría(s): Biología • Divulgación

El canario (Serius canaria) es el ave de compañía más popular del mundo. ¿cómo ha podido, un pequeño pájaro, nativo de las Islas Canarias, alcanzar una difusión mundial, contar con clubes de criadores en todos los continentes y desarrollar individuos que presentan las más variadas tonalidades y formas?, a esta pregunta trataremos de dar respuesta en las siguientes líneas:

Todo comenzó en el SXV, cuando los europeos (normandos) pusieron pie en las Islas Afortunadas (aunque las avecillas también se las encuentra en los archipiélagos de Madeira así como de las Azores) vieron con asombro que los aborígenes insulares guardaban canarios en pequeñas jaulas para deleitarse con su canto. Fue el líder de la primera conquista del archipiélago canario, Juan de Bethencourt, quien trasladó los primeros ejemplares de avecillas al continente, como obsequio a Juan II, padre de Isabel la Católica y a la reina de Baviera. Los obsequios estimularon la afición por estos pájaros que se hicieron muy populares en las cortes europeas.

Canario silvestre en las Islas Canarias. El original es de un poco llamativo color amarillo parduzco

Los canarios resultaron ser fáciles de adaptar a un espacio reducido como una jaula, no migran (otras aves se estampaban literalmente contra los barrotes de las jaulas para iniciar el vuelo migratorio cuando llegaba el momento del año en el que emprendían el vuelo en la naturaleza), comen granos que mucho más fáciles de encontrar que los insectos, imprescindibles para otras especies, y se reproducen fácilmente en cautividad.

La creciente demanda dio el pistoletazo de salida para la caza de los canarios. Los comerciantes castellanos sólo vendían ejemplares macho, con el fin de conservar el monopolio de esta valiosa ave canora; sin embargo, poco a poco, algunas hembras fueron llegando al continente y fue en Alemania donde se inició la cría en cautividad y donde ésta alcanzó proporciones de auténtica industria siendo el principal motor económico para comarcas enteras.

Los criadores comenzaron a realizar los más diversos cruces entre canarios y otras aves de especies próximas como el verdecillo (Serinus serinus). El primer éxito notable de esta selección genética, un tanto rudimentaria, fue el primer canario de color completamente amarillo (sin restos de melanina en el plumaje) que vio la luz en la corte de Inglaterra, bien entrado ya el S XVI y que sirvió a Shakespeare para adular a la reina pues, según el bardo inglés, todo lo que ésta tocaba se transformaba en oro. Otros criadores preferían centrar sus esfuerzos en mejorar el canto de las aves. Incluso algunos prefirieron desarrollar variedades con un plumaje llamativo.

Canario amarillo y canario blanco. Resultado de múltiples cruces y selección.

Es el canto de los canarios lo que les ha llevado a alcanzar su difusión mundial, pero no hay que olvidar que este recurso es clave para su éxito en la naturaleza. Las hembras construyen antes el nido y tienen puestas más numerosas si el macho tiene un amplio repertorio de registros musicales.

El canto de estas aves está determinado por tres factores: genéticos, aprendizaje y exposición a la luz. Los criadores mantenían a los polluelos de estas aves en habitaciones cerradas para que no percibieran ningún sonido excepto el de algunas melodías bien de otras aves, como por ejemplo ruiseñores, bien composiciones musicales ad hoc para que desarrollaran unos tonos vocales determinados. Finalmente, muchos se mantenían a oscuras excepto unos pocos minutos al día que eran los que aprovechaban los pajarillos para cantar. Este era un recurso muy frecuentemente utilizado para que las aves cantasen en los concursos, de modo que al destapar la jaula y ver el canario la luz, éste comenzaba a trinar delante de los jueces.

Otros criadores; sin embargo, preferían cegar a las aves con hierros al rojo con el fin de que no se distrajeran y concentrasen toda su energía y atención en el canto. Esta cruel práctica fue considerada ilegal en Bélgica en 1921.

No se limitaba la popularidad de estos pájaros a sus facultades canoras únicamente. Era una creencia muy extendida en la Europa de aquella época que estas aves tenían facultades curativas, especialmente para los niños. El propio Darwin creía –tal vez fruto de la desesperación por el delicado estado de salud de su hija Annie- que regalarle un canario amarillo podría hacer que mejorase. Lamentablemente, ambos, canario y niña, murieron poco después. Darwin nunca se recuperó y nunca dedicó estudios en profundidad a los canarios como sí lo hizo con las palomas.

La fiebre por los colores del canario desató una auténtica locura de cruces entre animales de distintos criadores. Estos experimentos dieron lugar a la aparición de numerosos colores, con la excepción del rojo. Incluso se llegó a modificar la tonalidad que podía obtenerse añadiendo a la alimentación de aves amarillas con pimientos rojos, aparecían así aves anaranjadas, pero el color rojo per se parecía eludir los esfuerzos de todos los especialistas.

La afición por la canaricultura llegó hasta el mismísimo sistema penal norteamericano. Allí, un convicto por asesinato, Robert Franklin Stroud se inició en esta afición. Llegó a criar más de 300 canarios y se ganó una excelente reputación entre los criadores. Publicó dos libros sobre la cría y enfermedades de estas aves. Años después su vida fue llevada a la gran pantalla en la película protagonizada por Burt Lancaster y titulada “El hombre de Alcatraz”. Ciertamente Stroud cumplió parte de su condena en la famosa penitenciaría, si bien allí no pudo dedicarse a las aves pues lo prohibía la estricta normativa de aquel penal. Sus pájaros y estudios quedaron atrás, en la cárcel de Leavenworth, después de descubrirse que usaba los materiales destinados a los pájaros para destilar alcohol. Así que salió de Leavenworth en Kansas para ir a la famosa “roca” de la bahía de San Francisco: Alcatraz.

Portada del libro de Stroud sobre las enfermedades de los canarios

Ahora bien, ningún experto y aficionado a la canaricultura dedicó tanto tiempo y dinero como Hans Duncker, ornitólogo y genetista alemán. Sus estudios sobre la heredabilidad de los colores fue una referencia para todos los entusiastas de los canarios antes de la segunda guerra mundial.

Su método consistió en cruzar canarios con cardenalitos de Venezuela (Spinus cucullata).

Cardenalito de Venezuela (Spinus cucullata), especie que, por fin, transmitió sus genes de color rojo al canario

Mediante estos cruces lo que estaba haciendo era insertar los genes de una no sólo de una especie sino de un género distinto, el cardenalito, en el canario, desarrollando así el primer animal genéticamente modificado de la historia. Sin embargo; no consiguió producir un canario rojo, si bien lo intentó con denuedo con múltiples cruces. Tal fue el interés de éste y otros ornitólogos que el cardenalito venezolano estuvo al borde de la extinción debido a esta auténtica fiebre por el color rojo de su plumaje.

No obstante, sus esfuerzos no fueron baldíos, fue otro ornitólogo americano, Charles Benett, quien descubrió que los genes que portaban la tonalidad roja sólo se expresaban si el pajarillo tenía en su dieta una buena ración de carotenoides, los pigmentos que dan a las zanahorias su peculiar color. A diferencia de los pimientos –cuyo pigmento es la oloresina- éste puede tornar de color naranja a cualquier canario mientras que los carotenoides tan sólo darán color rojo a las aves que sean portadoras del gen determinado que facilita la expresión de este color.

Canario rojo

Así que, un humilde pajarillo que entusiasmaba a los nativos de las Islas Canarias alcanzó difusión y fama global, fue el pionero de la modificación genética, sirvió de distracción a las testas coronadas más sobresalientes de Europa y se convirtió en el ave de compañía preferida del mundo.

 

Este artículo nos lo envía Juan Pascual (podéis seguirlo en twitter @JuanPascual4 o linkedn). Me licencié en veterinaria hace unos cuantos años en Zaragoza y he desarrollado mi vida profesional en el mundo de la sanidad animal, de ahí mi interés en divulgar lo que los animales aportan a nuestro mundo actual. Soy un apasionado de la ciencia. Creo que es fundamental transmitir el conocimiento científico de una manera sencilla para que los jóvenes se enganchen y para que la sociedad conozca más y mejor lo mucho que la ciencia aporta a nuestro bienestar. Viajar es otra de mis pasiones junto con la literatura, que no deja de ser otro modo de viajar.

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Referencias científicas y más información:

Arnaiz-Villena, A. et al. El origen de los canarios

Leitner S. Song and brain development in canaries raised under different conditions of acoustic and social isolation over two years. Dev Neurobiol. 2007 Sep 15;67(11):1478-87

Tim R. Birkhead. The colour of birds: Hans Duncker, pioneer bird geneticist. Journal für Ornithologie. July 2003, 144:253

Tim R. Birkhead. The red canary. Bloomsbury. 2014

Ricardo J. Lopes.  Genetic Basis for Red Coloration in Birds. VOLUME 26, ISSUE 11, P1427-1434, JUNE 06, 2016

 



Por Colaborador Invitado, publicado el 12 noviembre, 2018
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