¿Cuáles son las 5 peores propuestas dietéticas a evitar en 2019?

Por Juan Revenga, el 9 enero, 2019. Categoría(s): Alerta Magufo • Divulgación • Escepticismo • Humor

Bueno, evitarlas en 2019 y en cualquier año, porque la verdad no hay por donde pillarlas y, más allá, lo más curioso del asunto es que ni tan siquiera tienen nada de novedosas. Es decir, los cinco planteamientos dietéticos que vas a ver a continuación llevan pululando bastante tiempo, décadas incluso en el acervo cultural popular. Cultural, la palabra lo dice todo.

Esta no existe como tal, pero las hay muy parecidas y basadas en el mismo concepto

Sea como fuere este corto listado no es sino una transcripción del que cada año, y desde hace ya unos seis (aquí el de 2013, 2014, 2015, 2016…) viene haciendo por estas fechas la British Dietetic Association (una asociación reconocida por la administración británica que regula el ejercicio de esta profesión, la de dietista, al igual que la Asociación Británica de Medicina regula la actividad profesional médica) y en el que se advierte a la población de las “nuevas” tendencias más disparatadas que en el terreno dietético son promocionadas por diversas celebridades. Estas dietas según sus proponentes sirven, ya te imaginas, para adelgazar, lucir una espectacular figura, retrasar el envejecimiento, prevenir (o incluso curar) ciertas enfermedades de aciago pronóstico (del tipo cáncer, diabetes y tal) y un largo etcétera de cosas molonas. Ya ves, actores y actrices, presentadores y presentadoras, y gurús varios y varias… haciendo el memo, al menos de cara al público, con la salud. Sobre la validez de este tipo de perfiles en la promoción de cuestiones de salud hablé ya hace tiempo en este post desde una perspectiva científica.

La dinámica de las dietas explicado para adultos por niños de 4 años

En mi opinión, y no puedo dejar de hacer hincapié de nuevo en esta cuestión, no sé qué es lo que más me llama la atención de este listado, si su intrínseca estupidez (no te pierdas la segunda propuesta) o que sean tan, pero tan antiguas y que, pese a ello sigan en el candelero. Entenderéis el motivo de mi duda al saber que un servidor se desayunó hace unos pocos meses con la cuestión de que verdaderamente existieran a día de hoy los terraplanistas. De verdad os digo que yo creía que solo era una forma de hablar, exagerada, a la hora de ridiculizar a alguien. Vamos, una forma figurada como cualquier otra de llamar alguien zoquete… “no seas terreplanista” o algo así. Pero no, por lo que se ve existen. Y también debe ser cierto que haya gente que se trague los siguientes sapos dietéticos. Así y aunque también parezcan mentira veamos cuáles son las propuestas dietéticas más salvajes que han detectado los británicos para este año:

  1. La dieta del grupo sanguíneo:

Sí, esa misma que es más vieja que la tos, que sus orígenes se remontan a hace más de 70 años y que cuenta con una de las sagas de timadores más célebres del mundo de la salud: los D’Adamo. Como viene siendo habitual en estos casos, el negocio (del fraude) hizo que las relaciones familiares acabaran un poco como el rosario de la aurora, y el padre y el hijo cada uno por su lado. Imagino que lo sabrás pero en esencia este planteamiento dietético propone que nuestra salud se va a ver influida de forma importante en virtud de nuestro patrón alimenticio pero considerando que este habrá de ser diferente en base al grupo sanguíneo de cada persona. Si tu grupo sanguíneo es el A comes de esto; si es el B de aquello otro; si es AB lo de acullá, y si es del 0 pues otras cosas. Tienes un artículo monográfico sobre estos planteamientos, su historia y evolución en este enlace. Pero si quieres ahorrártelo puedes quedarte con estos dos artículos científicos que analizaron su validez  Blood type diets lack supporting evidence: a systematic review (cuyo texto es suficientemente revelador) y  ABO genotype, ‘blood-type’ diet and cardiometabolic risk factors que concluye poco lugar a la duda: “Seguir determinadas propuestas dietéticas según el patrón de las conocidas como dietas del grupo sanguíneo está asociado con algunos beneficios sobre los factores de riesgo cardiometabólico. Sin embargo, estas asociaciones son independientes del genotipo A, B, AB o 0 de los individuos. Por tanto, estos hallazgos no apoyan la hipótesis de las dietas basadas en los grupos sanguíneos”. Más o menos que el seguir en cada caso la dieta del grupo sanguíneo es beneficioso más que nada porque a ningún grupo se le permite el consumo de donuts, cocacolas o cosas que les parezcan. Unas conclusiones que han sido refrendadas en 2018 a través de este otro estudio.

  1. Beber tus orines:

Se ve que en las Islas Británicas no gozaron de la magia de ese gran divulgador que fue Txumari Alfaro –y espero que dentro de esta retranca se siga empleando siempre el pretérito perfecto simple-. Fue él quien en la década de los años 90 nos invitaba a una de las cosas más asquerosas que nadie puede invitarte, que es a beberse los propios meados con el fin de obtener innumerables beneficios sobre la salud. Para ello no hay más que ponerle un nombre más o menos molón dentro de las posibilidades: Urinoterapia. ¿No me crees? No te culpo. Dentro vídeo:

Si hay que explicar esto habría también que empezar, de nuevo, con lo de la Tierra plana… y me da bastante pereza, la verdad. Así que vamos al número tres.

  1. Tés detoxificantes y cafés adelgazantes

El rollo de las infusiones siempre ha tenido un ramalazo promagufo importante. Y lo cierto es que no sé muy bien porqué, pero ahí está. Que digo yo que si se hicieran con meados en vez de con agua del grifo igual nos purificábamos y adelgazábamos tanto como para llegar a trascender la materia corpórea y nos transformábamos en espíritu puro e inmortal.

Lo del tema detoxificante se ve que no para, ya sea con tés, carbón activado o secretas combinaciones de vegetales crudos traídos del altiplano peruano o de la lejana China. Lejana si vives en Cuenca porque si eres de Beijing la cosa te queda cerca y entonces, allí, el mejunje detox hay que hacerlo con lentejas de la Armuña IGP. Es lo que tiene la globalización.

Para afrontar de la  forma más rápida la fiebre detox es preciso conocer un número, y este es el  9-156-2-04-20. No, aunque lo parezca no se trata de psicología cabalística (ojo, que existe y la practican, por ejemplo en el Centro Atlantis –ay esos nombres-). El número es en realidad el del teléfono del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y es el primero que deberíamos marcar si nuestro cuñado o quien sea nos dice que “está intoxicado” y va a hacer una dieta o tomarse un té antital. Y sí, lo reconozco, he puesto los guiones en el número al buen tuntún y para despistar.  Otra cosa que se puede hacer es llevarlo al servicio de urgencias hospitalarias más cercano. Y si no quiere, se le fuerza. Y si no se puede, se pide ayuda para reducirle. A ver si así se le quita tanta tontería. No obstante antes de pasar a mayores se puede probar, aunque normalmente con poca fe, a que lea este texto.

  1. Los sobrecitos adelgazantes

Llegados a este punto es preciso reconocer que el listado británico hace referencia a una y solo una gama de productos, los de una gurú de moda, una tal Gabriella Peacock, que traducido y en argot viene a ser algo así como Gabriela Polla-de-Guisante (suena a aristocrático, pero me da que no es). Se ve que esta mujer tiene una amplia gama de productos para adelgazar más falsos que las nalgas de Kim Kardashian. Vamos, la típica engañifa que podemos encontrar en nuestras latitudes y a pie, tristemente, de algunas farmacias, pero con el sello de un laboratorio español (ejemplo, ejemplo y ejemplo). Es decir, al más puro estilo de la magufada auténtica: combinaciones de diversos extractos vegetales (si pueden ser exóticos mejor), vitaminas y minerales que afirman facilitar el adelgazamiento. Lo de siempre y en todas partes. Y por último otro auténtico bestseller, un clásico atemporal…

  1. El agua alcalina

Memez entre las memeces (lo que es mucho decir dentro de este panorama) lo del agua alcalina tiene, yo creo, más peligro. Veamos, lo de los pises, pues mira, la verdad que si hay alguien con suficientes tragaderas (de los dos tipos posibles) para ello, pues yo no le quitaría la ilusión, que siga arreándose palmeros de pises. Lo del grupo sanguíneo está más demodé (o debería estarlo) que el dial en los teléfonos. Lo de los sobrecitos adelgazantes es tan típico como la loción crecepelos o el aceite de serpiente en el lejano oeste. Y lo de tés detoxificantes es, aunque también antiguo, simplón en su planteamiento. Sin embargo, el hecho de hablar de pe-haches, cáncer, fluidos internos, iones y tal redunda en una parafernalia hasta cierto punto convincente para quienes no tienen mucha idea.

En su día me propuse desmitificar el tema de las cosas alcalinizantes (agua y alimentos) y me hice acompañar de Alien (el 8º pasajero, aunque sus amigos le llamamos “mandibulitas”) para que nos explicara el por qué estas cosas no solo son absurdas si no terriblemente peligrosas. Y por ello escribí el artículo “Quién fuera ‘Alien’ para vomitar ácidos gástricos en tu agua alcalina”.



Por Juan Revenga, publicado el 9 enero, 2019
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