Primavera, CO2 y garrapatas

Por Colaborador Invitado, el 20 marzo, 2019. Categoría(s): Biología • Divulgación

Ahora que comienza el buen tiempo, con sus horas de sol y paseos campestres, resulta imprescindible hablar de estos parásitos externos que, a la primera ocasión, no dudarán en alojarse entre la poblada pelambrera de nuestras mascotas o que intentarán incluso valerse de nosotros para proveerse de su pitanza.

Con la llegada de la primavera estos arácnidos salen de su letargo invernal y tienen que alimentarse. Su única fuente es la sangre de distintos vertebrados. Así que llega el momento de tomar las medidas necesarias para evitar que nuestros amigos o nosotros mismos nos convirtamos en su fuente nutricia.

Pero antes de pasar a unos pocos consejos prácticos, ¿Cómo se las ingenian estos pequeños parásitos para localizar a sus presas?, ¿les vale cualquier animal o son selectivos?

En primer lugar, hay que tener presente que los métodos que usan para subirse a sus víctimas pueden clasificarse de dos maneras distintas:

  1. Emboscar: Estas especies trepan a la parte superior de los tallos herbáceos y esperan, pasivamente a que un animal pase para encaramarse sobre él.
  2. Cazadoras: en este caso, las garrapatas buscan activamente a sus hospedadores
Garrapata en la parte superior de un tallo, esperando a que algún animal pase .

En ambos casos, los parásitos deben conocer a priori la presencia si hay algún animal en las proximidades, bien para extender sus patas y trepar por él, bien para acercársele de una manera activa. ¿Cómo lo hacen?

El secreto se halla en un órgano que sólo las garrapatas poseen y que se localiza en sus patas anteriores: el órgano de Haller.

Éste se caracteriza por tener la forma de una pequeña muesca membranosa y es capaz de detectar ciertos gases a concentraciones bajísimas. Cuando un animal se encuentra en las proximidades, la garrapata detecta el CO2 que éste emite con la respiración. Este órgano permite a estos arácnidos detectar cambios del 0,1% en la concentración de este gas.

A la izquierda, las flechas rojas señalan dónde se encuentra el órgano de Haller. A la derecha, fotografía microscópica del órgano mostrando los filamentos responsables de la sensibilidad.

Algunas garrapatas se alimentan de varias especies, mientras que otras lo hacen sólo de alguna determinada. Los parasitólogos ven en el órgano de Haller también la capacidad para discernir concentraciones de otros gases además del CO2, como amonio o acetona, que facilitarían al parásito reconocer a su huésped.

La atracción que las garrapatas sienten por el CO2 permite a los estudiosos cazarlas mediante trampas de hielo seco que emiten este gas. También es conocido por los expertos el hecho de que estos arácnidos se hallen más densamente representados cerca de las carreteras donde los humos que exhalan los coches les estimulan. Yo he tenido ocasión de verlas agazapadas en las muescas de un tapón de cerveza, la pequeñísima salida del gas carbónico de la botella resultaba suficiente para atraerlas.

Así que cualquier fuente de CO2 –y todos nosotros lo somos- atrae de manera inevitable a estos hematófagos que hallan en nosotros su fuente de alimento

Ahora que acaba de iniciarse la primavera es un buen momento para hacer un repaso para conocer qué consecuencias puede tener su picadura, así como cuáles son los mejores métodos para prevenirlas.

En primer lugar, hay que tener presente que las garrapatas no saltan ni se dejan caer desde los árboles, si no que acceden a los huéspedes normalmente trepando por sus patas. Una vez han conseguido subirse a un animal buscan un punto idóneo en el que anclarse y chupar la sangre. Este punto suelen encontrarlo en zonas donde la piel es fina y está bien irrigada. En las personas suele ser en las ingles, ombligo o cabeza. En los perros suelen encontrarse en las orejas, las axilas e ingles, entre los dedos y en la zona perianal. La picadura no suele ser dolorosa e incluso puede pasar desapercibida cuando el parásito está en una de sus fases larvarias. Esto crea un riesgo adicional porque se ha demostrado que la capacidad para transmitir enfermedades aumenta cuando más tiempo permanezca el arácnido adherido al hospedador.

Prácticamente todos los vertebrados son susceptibles de convertirse en huéspedes de distintas especies de garrapatas.

Entre las enfermedades que las garrapatas pueden transmitir tenemos: la encefalitis vírica, babesiosis, enfermedad de Lyme, ricketsiosis, anaplasmosis o fiebre Q entre otras.

Persona afectad por la enfermedad de Lyme, transmitida por la picadura de garrapatas

Así que es muy importante tomar todas las medidas preventivas oportunas para evitar que estos parásitos entren en contacto con nosotros o nuestras mascotas. Así que lo primero que hay que pensar es en consultar con el veterinario para que establezca un programa preventivo para nuestro perro o gato. Hoy hay en el mercado tratamientos muy eficaces para evitar que nuestros amigos sufran el ataque de las garrapatas.

Por otra parte, hay que saber a priori que siempre que no encontremos en áreas herbáceas o con maleza, las garrapatas van a estar ahí esperándonos, así que conviene evitar tener zonas de piel expuestas, por ello, una primera medida podría ser algo tan simple como evitar llevar pantalones cortos y meter las perneras del pantalón dentro de los calcetines. Pero esto puede no ser suficiente así que es además, resulta aconsejable aplicarnos repelente e incluso tratar nuestras ropas con algún tipo de insecticida como permetrina al 0,5% que, rociada sobre los ropajes, es un buen tratamiento para evitar el asalto de estos pequeños chupasangres.

Una vez regresemos de un paseo campestre, resulta imprescindible revisar si tenemos alguno de estos parásitos adheridos –muy importante revisar a los más pequeños de la familia también- En caso de hallar alguno prendido, debemos seguir los siguientes pasos:

  • En ningún caso quemar o dañar al parásito, esta acción puede provocar que el arácnido libere saliva que puede ser altamente urticante
  • Asir la garrapata con unas pinzas, lo más próximo posible de la cabeza y tirar hacia arriba de manera firme pero evitando girar o “romper” al parásito, ya que esta acción tendría como consecuencia que partes de la boca y cabeza quedasen alojadas dentro de la piel.
  • La presión continuada hará que sea el propio parásito el que se separe.
Método para separar una garrapata adherida a la piel.

Las garrapatas van a seguir estando ahí, millones de años de evolución las han convertido en eficaces parásitos que saben llegar a sus presas y aferrarse a ellas. Por ello, estas sencillas medidas pueden evitarnos más de un disgusto y ayudarnos a disfrutar, en plenitud, de las distintas actividades que a cada uno le gusten en la naturaleza.

 

Este artículo nos lo envía Juan Pascual (podéis seguirlo en twitter @JuanPascual4 o linkedn). Me licencié en veterinaria hace unos cuantos años en Zaragoza y he desarrollado mi vida profesional en el mundo de la sanidad animal, de ahí mi interés en divulgar lo que los animales aportan a nuestro mundo actual. Soy un apasionado de la ciencia. Creo que es fundamental transmitir el conocimiento científico de una manera sencilla para que los jóvenes se enganchen pronto y para que la sociedad conozca más y mejor lo mucho que la ciencia aporta a nuestro bienestar. Viajar es otra de mis pasiones junto con la literatura, que no deja de ser otro modo de viajar.

Puedes leer todos sus artículos en Naukas en este enlace.

Bibliografía:

Takken et al. Olfaction in vector-host interaction. Ecology and control in vector-borne diseases. Vol 2. Wageningen academics 2010

Barandika, Tesis doctoral, LAS GARRAPATAS EXÓFILAS COMO VECTORES DE AGENTES ZOONÓTICOS: ESTUDIO SOBRE LA ABUNDANCIA Y ACTIVIDAD DE LAS GARRAPATAS EN LA VEGETACIÓN, E INVESTIGACIÓN DE LA PRESENCIA DE AGENTES PATÓGENOS EN GARRAPATAS Y MICROMAMÍFEROS. 2010

Fernández Ruvalcaba. COMPARACION DE CUATRO TECNICAS DE COLECTA DE LARVAS DE Boophilus. microplus BAJO CONDICIONES DE CAMPO EN INFESTACION CONTROLADA. Tec. Pecu. Mex. Vol. 34 No.3 (1996)

Terassini et al. Comparison of two methods for collecting free-living ticks in the Amazonian forest. Ticks and Tick-borne Diseases 1 (2010) 194–196

Trout Fryxell RT, Moore JE, Collins MD, Kwon Y, Jean-Philippe SR, Schaeffer SM, et al. (2015) Habitat and Vegetation Variables Are Not Enough When Predicting Tick Populations in the Southeastern United States. PLoS ONE 10(12): e0144092. doi:10.1371/journal.pone.0144092

Otras fuentes consultadas:

https://www.washingtonpost.com/national/health-science/2016/07/22/a392067c-4f79-11e6-aa14-e0c1087f7583_story.html?utm_term=.c84b07dc9107

https://www.cdc.gov/ticks/index.html

https://www.newyorker.com/tech/annals-of-technology/a-new-weapon-in-the-war-on-ticks

https://tickencounter.org/faq/tick_habitat#tickhabitat_question_02

https://nysipm.cornell.edu/whats-bugging-you/ticks/tick-faqs/

 



Por Colaborador Invitado, publicado el 20 marzo, 2019
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