Descansar para aprender

Por Colaborador Invitado, el 7 septiembre, 2019. Categoría(s): Divulgación • Neurociencia

 

Un ejemplo de aprendizaje motor: tocar el piano. Imagen de Pawel Mayanov

¿Qué tienen en común aprender a escribir, a jugar al tenis o a tocar el piano? Todas estas actividades conllevan destreza de movimientos. Los científicos se refieren a este tipo de aprendizaje como aprendizaje motor. A diferencia del conocimiento declarativo, que consiste en información que podemos expresar con palabras y es posible adquirir rápidamente, el conocimiento procedimental, que consiste en saber cómo hacer algo, ya sea montar en bicicleta o tejer una bufanda, se adquiere normalmente a lo largo del tiempo, con práctica.

Todos lo hemos experimentado. En el colegio bastó con que nos explicaran una vez que la Tierra es redonda o que respiramos gracias a los pulmones para que integráramos ese conocimiento. Sin embargo, nos costó un poco más aprender a atarnos los cordones de los zapatos, escribir nuestro nombre o saltar al potro. Pero no hace falta remontarnos a nuestra infancia. Cualquier persona que haya intentado aprender a tocar un instrumento musical o un deporte que requiera cierta destreza habrá sufrido la frustración del principiante y habrá notado cómo con la práctica iba mejorando.

Tenemos claro que para llegar a ser buenos algún día tocando el piano o surfeando necesitamos repetir una y otra vez los movimientos. ¿Pero es siempre practicar más la mejor estrategia?

La ciencia nos dice que los descansos son tan importantes como la práctica, ya que nuestro cerebro necesita tiempo para procesar la información y consolidar lo aprendido. De hecho, no mejoramos únicamente a lo largo de una sesión de práctica, sino también entre una sesión y la siguiente. Y es gracias justamente a esa consolidación de la memoria.

Se cree que gran parte de la mejora entre sesiones se debe a que mientras dormimos revivimos los eventos que nos han ocurrido durante el día para reorganizar la información. Además, durante el sueño aumenta la plasticidad de nuestro cerebro, por lo que nuestros recuerdos y habilidades mejoran después de dormir toda la noche. Incluso una siesta de hora y media justo después del entrenamiento puede ayudar a que mejoremos considerablemente.

Pero recientemente un grupo de científicos ha descubierto que incluso durante la sesión de práctica se pueden observar mejoras tras unos segundos de descanso. En el estudio, los participantes tenían que practicar una secuencia de cinco teclas con su mano no dominante durante 12 minutos en total, con periodos de 10 segundos de práctica seguidos de 10 segundos de descanso.

Y sorprendentemente, después de sólo 10 segundos de descanso ya se veía una mejora en el siguiente periodo de práctica. De hecho, la suma de todas las mejoras después de cada periodo de descanso en una sesión representaba un 95% de la mejora total del primer día y esa mejora era cuatro veces mayor que la obtenida de un día para otro después de una noche de sueño. Además, este progreso estaba asociado a una reducción en la actividad neuronal de regiones frontales y parietales durante los periodos de descanso.

Estos resultados suponen un cambio en cuanto a la escala de tiempo en la que los científicos han considerado tradicionalmente que se podía consolidar la memoria motora y recalcan la importancia de introducir descansos en nuestras sesiones de práctica para habilidades motrices.

Quizás practicar más no sea siempre la manera más eficiente de obtener resultados. A veces, dar un respiro a nuestro cerebro es la mejor forma para sacar lo mejor de nosotros mismos.

 

Este artículo nos lo envía Clara García, licenciada en Bioquímica por la Universidad Autónoma de Madrid, máster en Neuroimagen por King’s College London y doctora en Neurociencia por la Universidad de Barcelona. Recientemente ha finalizado un posgrado en Comunicación Científica en la Universidad de Cambridge y es editora en el blog de divulgación científica Dciencia.

En su canal de YouTube “Cerebrotes” habla sobre el cerebro y cómo nuestro estilo de vida impacta nuestra salud física y mental. Podéis seguirla también en Twitter: @Cerebrotes.

 

Referencias bibliográficas y más información

  1. Vídeo “Cómo aprender más rápido con descansos”, Cerebrotes.
  2. Robertson, E. M., Pascual-Leone, A. & Miall, R. C. Current concepts in procedural consolidation. Nat. Rev. Neurosci. 5, 576–582 (2004).
  3. Dayan, E. & Cohen, L. G. Review Neuroplasticity Subserving Motor Skill Learning. (2011). doi:10.1016/j.neuron.2011.10.008
  4. Korman, M. et al. Daytime sleep condenses the time course of motor memory consolidation. Nat. Neurosci. 10, 1206–1213 (2007).
  5. Bönstrup, M. et al. A Rapid Form of Offline Consolidation in Skill Learning. Curr. Biol. 29, 1346-1351.e4 (2019).


Por Colaborador Invitado, publicado el 7 septiembre, 2019
Categoría(s): Divulgación • Neurociencia