El Calentamiento global y la falacia negacionista (parte 3)

Por Colaborador Invitado, el 12 febrero, 2020. Categoría(s): Divulgación • Ecología

Los gases de efecto invernadero

En dos entradas anteriores se comentó que el calentamiento global experimentado desde la Revolución Industrial es común a todos los componentes del sistema climático y que si adoptamos el punto de vista negacionista de excluir a los gases de efecto invernadero llegamos a la contradicción de la violación de la conservación de la energía, uno de los pilares básicos de la Física. Existen multitud de argumentos negacionistas, a cada cual más disparatado. En esta entrada repasaremos algunas de esas posturas referidas a los gases de efecto invernadero.

No son los gases de efecto invernadero sino toda la atmósfera

Aunque parezca mentira, este argumento lo leí de un físico: el N2 y el O2 (más del 99% del total atmosférico) son los que absorben la radiación de onda larga y por eso se calienta la atmósfera. [Los meteorólogos llamamos onda corta al espectro solar y onda larga al espectro del sistema Tierra-atmósfera]. No hay más que echar un vistazo a los espectros de absorción para ver que este papel queda reservado a los gases de efecto invernadero. El oxígeno apenas absorbe radiación por encima de 0.4 micras (área gris de la figura 1).

Espectros de absorción de algunos gases atmosféricos. Fuente: Wikipedia commons.

La explicación reside en la estructura interna de cada molécula, que permite la absorción de energía en unas frecuencias concretas e impide la absorción en otras frecuencias. A grosso modo, cuando las moléculas de un gas de efecto invernadero absorben energía de una determinada longitud de onda [larga], emiten una fracción de esa energía hacia la superficie terrestre, otra hacia el exterior y otra fracción se la llevan las demás moléculas al colisionar con ellas. De esta manera el N2 y O2 se calientan de manera indirecta en las capas bajas de la atmósfera mediante choques con otros gases. Puedes encontrar una explicación más detallada y refinada aquí.

Existen procesos que desconocemos

Uno de las batallas a las que suele recurrir el negacionismo es la de aludir a numerosas, complejas y desconocidas realimentaciones en el sistema climático que son las causantes del calentamiento global observado en lugar del obvio y bien estudiado incremento del efecto invernadero. Es cierto que todavía nos queda mucho por conocer del sistema climático pero, aun desconociendo todos esos procesos “ocultos”, podemos medir qué efectos están provocando en la temperatura global. Por ejemplo, el valor final del albedo puede ser el resultado de complejísimas y desconocidas interacciones pero eso no impide que pueda medirse, estudiar cómo ha variado en las últimas décadas y determinar su forzamiento radiativo.

En el periodo 1971-2010 el sistema climático ha ganado unos 270 ZJ, es decir, 0.42W/m2. Si solamente se tiene en cuenta la variabilidad natural y todos sus procesos naturales, el resultado es que debería producirse un enfriamiento. Solamente cuando se tienen en cuenta los gases de efecto invernadero los balances de energía cuadran con el calentamiento observado. En la siguiente imagen del IPCC [1] se muestra la contribución de diferentes forzamientos naturales y antropogénicos desde 1750 hasta 2011. Nótese que, si no se tuviesen en cuenta los gases de efecto invernadero y aceptamos únicamente la variabilidad natural, el sistema climático debería estar enfriándose.

Forzamientos radiativos naturales y antropogénicos desde 1750 hasta 2011. Fuente: IPCC [1].
La proporción de gases invernadero es minúscula

Algunos sectores del negacionismo afirman que una proporción de partes por millón o incluso inferior no es suficiente para lograr un incremento de temperatura significativo. Al margen de que nunca he visto una demostración física que asegure tal afirmación, la mera proporción matemática no es condición suficiente porque existen multitud de ejemplos (físicos, químicos, fisiológicos, sociológicos, económicos, etc.) en los que minúsculos cambios en una parte pueden lograr grandes cambios en el conjunto total.

No obstante, sí está demostrado que pequeñas proporciones de gases de efecto invernadero producen aumentos significativos de temperatura. Por ejemplo, aquí puedes consultar y probar el modelo MODTRAN [2], que simula la emisión y absorción de radiación infrarroja en la atmósfera (modelo que utiliza ecuaciones físicas y no meros argumentos del estilo “el tamaño o la cantidad importa”).

Y, hablando de proporción, resulta curioso que muchos negacionistas aceptan el efecto invernadero natural, gracias al cual la temperatura media del planeta es 33 ⁰C superior a la que le correspondería (-18 ⁰C). Pero, por alguna razón que desconozco, incrementar un 40% la cantidad de algunos de esos gases no conlleva ninguna consecuencia.

Son gases emitidos de forma natural

Otros sectores negacionistas sí aceptan un calentamiento global como consecuencia del incremento de los gases de efecto invernadero pero defienden que la emisión natural es muchísimo mayor y más relevante que la emisión antropogénica. El ciclo del carbono, por ejemplo, presenta dos escalas: una geológica –de millones de años o incluso más- en la cual intervienen procesos de meteorización, almacenamiento en los océanos, etc., y otra biológica –de miles de años- en la cual intervienen procesos de fotosíntesis y respiración. El negacionismo es incapaz de precisar qué procesos naturales concretos son los que lograrían desequilibrar estos ciclos tan largos en tan solo unas décadas. Resulta que tampoco hace falta poseer un doctorado en climatología para calcular de dónde puede provenir ese aumento anual de CO2. Casualmente, éste encaja perfectamente con las emisiones antropogénicas. Pero es pura casualidad para el negacionismo.

Acumulación de CO2 en 2018 en partes por millón. Fuentes: Global Carbon Atlas [3] y National Oceanic and Atmospheric Administration [4] (NOAA)
El calentamiento como causa y no como consecuencia

Este argumento rebuscado pudiese haber sido factible en épocas remotas y anteriores al ser humano: es el aumento de temperatura lo que produce un aumento de la concentración de CO2 y no al contrario. Es cierto que un calentamiento puede acelerar procesos que liberen carbono (por ejemplo, disminución de la fotosíntesis y aumento de la respiración, fusión del permafrost, etc.) pero en todo caso la mayoría de ellos ocurren en escalas de varios cientos o miles de años. El negacionismo tampoco expone qué mecanismo es el que activa simultáneamente el incremento de temperatura en todos los componentes del sistema climático.

Puede que en épocas pasadas fuese así, pero hoy día me cuesta creer que yo utilizo el coche y emito CO2 por culpa del aumento de temperatura. Siempre pensé que era al revés: la utilización y emisión de CO2 de mi coche contribuye al incremento del efecto invernadero. Y más seguro estoy después de haber visto cómo encaja a la perfección el aumento de concentración de CO2 en la atmósfera con las emisiones antropogénicas.

Como síntesis, este video de Carbon Brief lo resume a la perfección.

 

Este artículo nos lo envía Benito Fuentes López, físico por la Universidad de Granada y meteorólogo en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). “Mi gran pasión es la divulgación. Me encanta compartir y publicar artículos que no sirven para nada ni ayudarán a nadie pero, quizás, puedan resultar curiosos”. Puedes seguir a Benito en twitter a través de su cuenta: @Metbeni

Referencias:

[1] AR5 Climate Change 2013: The Physical Science Basics. Technical Summary. IPCC.

https://www.ipcc.ch/report/ar5/wg1/technical-summary/

[2] MODTRAN Infrared Light In the Atmosphere.

http://climatemodels.uchicago.edu/modtran/modtran.html

[3]Global Carbon Atlas.

http://www.globalcarbonatlas.org/en/CO2-emissions

[4] Earth System Research Laboratory, Global Monitoring Division. NOAA.

https://www.esrl.noaa.gov/gmd/ccgg/trends/data.html



Por Colaborador Invitado, publicado el 12 febrero, 2020
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