La lactancia entre especies: historia, razones y su uso en la lucha contra la sífilis

Por Colaborador Invitado, el 5 febrero, 2021. Categoría(s): Divulgación • Historia

Según cuenta la leyenda, Rómulo y Remo, los hermanos gemelos que darían origen a la fundación de Roma fueron amamantados por una loba. Y no fueron los únicos, el propio Zeus fue criado con la leche que mamaba directamente de una cabra.

Icónica imagen de Rómulo y Remo alimentándose directamente de una loba

Alimentarse directamente de la ubre de un animal ha sido un recurso bastante frecuente en la historia bien por motivos de necesidad, bien por razones míticas o religiosas.

Así, ante la muerte de una parturienta, circunstancia ésta altamente frecuente hasta tiempos no muy pretéritos, al bebé le quedaban pocas opciones. Las leches maternizadas no existían así que lo más aconsejable era recurrir a una nodriza, es decir, una mujer que estuviese lactando para otro pequeño y que pudiese acoger a un segundo o bien que su bebé hubiese muerto -algo también harto frecuente- y pudieses dedicar su leche a un nuevo infante.

Pero las nodrizas no estaban siempre disponibles, así que el único recurso que le quedaba al huérfano era la leche de los animales. Y como la leche se conserva mal, lo mejor era tetar directamente de la ubre del animal, muy frecuentemente cabras aunque también vacas, cerdas y asnas se usaron para tal fin. Aunque hay constancia de la existencia de biberones desde el S. V a.d.C, su uso no era popular. Hechos de materiales como metal o barro no resultaban ni por tamaño, ni textura, ni temperatura atractivos para un lactante.

Biberones de distintas épocas: a la izquierda de barro de época romana, a la derecha del siglo XVII de metal y finalmente, también metálico, modelo del S. XIX

Otra razón para alimentarse directamente de la ubre de un animal era la creencia que tenían ciertas culturas, como entre los beduinos o ciertas poblaciones incaicas, que la leche de los animales confería al  que la tomase ciertas características propias del animal, como su fuerza, inteligencia o valor. De hecho, esta fue la causa que llevó a muchos a rechazar a las cabras como nodrizas puesto que se consideraba que tenían un carácter fuertemente libidinoso y, por tanto, indeseable.

Bebé tetando de una cabra en Cuba

En cualquier caso, el uso de nodrizas animales está bien establecido en todo el mundo, desde Sudáfrica a la Francia de Luis XIV.

Con la Revolución Industrial, las urbes crecen de manera fulgurante y el abandono de niños adquiere tintes epidémicos en algunas ciudades. En el París del S. XVIII más de 6.000 bebés son abandonados cada año. Conseguir nodrizas para todos ellos se convierte en misión imposible. Además, un porcentaje no pequeño de estos párvulos sufrían de sífilis congénita. Enfermedad infecciosa que, en ausencia de antibióticos, campaba a sus anchas en la nueva sociedad industrial.

Bebé afectado de sífilis congénita

Como su nombre indica, la infección se transmite por vía placentaria o bien en el momento del parto, pero lo peor es que el bebé que la sufre la contagia a la mujer que le dé de mamar. De hecho, en 1868 se prohibió que una mujer sana amamantase a un pequeño que sufrieses esta dolencia.

Así que las grandes ciudades de la época se encontraban con un número enorme de bebés abandonados, pocas nodrizas y una cantidad nada desdeñable de pequeños sifilíticos a quiénes no había cómo darles leche materna a menos que se hallase nodrizas que fuesen sifilíticas (algunas hubo, pero poco éxito tuvieron sus cuidados). Otra opción era alimentarles a base de agua tibia azucarada. Fuese cual fuese la medida, la mortalidad era terrible.

Fue el médico francés Joseph Marie Jules Parrot quien se decidió por una solución novedosa para estos niños enfermos: darles de mamar directamente de las ubres de los animales. De este modo esperaba disminuir su mortalidad y evitar la transmisión de la enfermedad.

Retrato del Dr. Parrot

Los animales utilizados fueron preferentemente cabras y asnas puesto que los pezones de las vacas eran demasiado grandes para los pequeños. Veamos los resultados obtenidos:

Constatamos que se consiguió paliar la mortalidad, especialmente en aquellos bebés que fueron alimentados con leche de burra. La razón, según explicó el propio médico, quien a base de ácidos intentó replicar la química del estómago de los niños, se hallaba en que los coágulos que forma la leche de este animal son menores y por lo tanto, según concluyó, más digestibles. Además la composición de esta leche se acerca más a la de la mujer.

Bebé mamando de la ubre de una asna

La experiencia duró algo más de una década y finalmente tuvo que suspenderse pues el coste de las burras era muy alto ya que son animales que producen poca leche (unos 2 litros/día), leche que debe además compartirse con su cría puesto que, contrariamente a las vacas, las asnas sin su pollino al lado no secretan este alimento.

De todos modos, esta experiencia supuso un impulso para la concepción y posterior desarrollo de las fórmulas de lactancia artificial que tantas vidas de infantes han salvado.

Ahora bien, no sólo los humanos hemos tetado directamente de los animales, el caso inverso, animales que han mamado de pechos de mujeres son quizá incluso más frecuentes. Las razones eran -son- múltiples: descargar un pecho sumamente cargado de leche, endurecer los pezones, evitar el embarazo o incluso mantener con vida a cachorros de animales salvajes que habían perdido a sus madres para alimentarse de ellos más tarde, como era el caso entre algunos aborígenes de Norteamérica con crías de osos.

En ciertas zonas de los EE.UU se aconsejaba a las futuras madres que, a partir del séptimo mes de embarazo, se aplicasen un cachorro de perro para “entrenarlas” frente a las futuras acometidas de su futuro hijo.

Razones de tipo ritual o simplemente afectivas también son frecuentes para justificar esta práctica en muchas latitudes. Un caso particular lo encontramos entre los aborígenes de Australia y Papúa Nueva Guinea. Esas sociedades no conservan animales adultos para que se reproduzcan (algo que en sus condiciones ecológicas resultaría excesivamente costoso) sino que capturan lechones o cachorros jóvenes silvestres a los que las mujeres de la tribu adoptan y dan de mamar. El objetivo, según los antropólogos, es crear un fuerte vínculo emocional del animal con sus cuidadores, domesticarle, de manera que no huya y esté disponible cuando llegue el momento de sacrificarle bien para rituales mágicos o como alimento.

Izquierda mujer de Nueva Guinea amamantando a su hijo y a un lechón, derecha mujer amamantando un ternero

Así que, bien recibiendo la secreción láctea, bien suministrándola, los animales nos han dado y siguen ofreciéndonos incontables servicios y tienen un impacto enorme en las sociedades, aunque para muchos siga siendo desconocido.

 

Este artículo nos lo envía Juan Pascual (podéis seguirlo en twitter @JuanPascual4 o linkedn). Me licencié en veterinaria hace unos cuantos años en Zaragoza y he desarrollado mi vida profesional en el mundo de la sanidad animal, de ahí mi interés en divulgar lo que los animales aportan a nuestro mundo actual. Soy un apasionado de la ciencia. Creo que es fundamental transmitir el conocimiento científico de una manera sencilla para que los jóvenes se enganchen pronto y para que la sociedad conozca más y mejor lo mucho que la ciencia aporta a nuestro bienestar. Viajar es otra de mis pasiones junto con la literatura, que no deja de ser otro modo de viajar.

Puedes leer todos sus artículos en Naukas en este enlace.

Referencias científicas y más información:

Anne-Claire Lauzier. Pratiques d’allaitement à Port-Royal et aux Enfants-Assistés à la fin du XIXe siècle. Gynécologie et obstétrique. 2011. ‌dumas-00625364

Emmanuelle ROMANET-DA FONSECA, « Nourrices et maladie : le cas de « la syphilis des innocents » en France dans la seconde moitié du XIXe siècle », Transtext(e)s Transcultures 11 | 2016, Online since 30 June 2017, connection on 19 April 2019

Joan Sherwood, Infection of the innocents: wet nurses, infants and syphilis in France 1780-1900, Montreal. McGill-Queens University Press, 2010

René Lafabrègue. La syphilis héréditaire Journal de la société statistique de Paris, tome 24 (1883), p. 260-265

Samuel Radbill, the role of animals in infant feeding, American Folk Medicin, a symposium, 1980. University of California Press

Marga Arias. Amamantando niños sifilíticos con leche de burra. Marzo 2017. Historias de la medicina.

Frederick J. Simoons and James A. Baldwin. Breast-Feeding of Animals by Women: Its Socio-Cultural Context and Geographic Occurrence. Anthropos, Bd. 77, H. 3./4. (1982), pp. 421-448

https://en.wikipedia.org/wiki/Human%E2%80%93animal_breastfeeding

https://www.washingtonpost.com/news/animalia/wp/2016/02/25/why-goats-used-to-breastfeed-human-babies/?utm_term=.1f2ecbdcc883