La inacabable satisfacción de dedicarse a la ciencia

Por Alfonso Araujo, el 28 mayo, 2021. Categoría(s): #sinCiencia no hay futuro • Divulgación • Ingeniería

Ya antes he dicho que soy una persona muy afortunada porque me puedo dedicar a lo que me apasiona, que es la ciencia. Desafortunadamente no me dedico a la investigación: a lo más que llego es a hacer dibujitos y preguntarme qué pasa si les doy vueltas. Pero a cambio de eso tengo el privilegio de estar diariamente en contacto con científicos de verdad, de los que dedican sus vidas a investigar e inventar, y yo lo que hago es tratar de ayudarlos a que tomen sus ideas y las puedan traducir a cosas concretas acá de este lado del mundo, o sea, fuera del laboratorio.

Es un trabajo apasionante y muy retador: los científicos en general tienen poca idea y poca paciencia para ponerse a pensar en negocios, finanzas, mercadotecnia o problemas de manufactura, así que buena parte del trabajo de mi equipo es ser ese puente con el mundo, y cuando logramos llevarlo a buen puerto, la satisfacción es maravillosa.

Otra parte que a la que me dedico es, si me ha leído usted por aquí, a la divulgación. Muy en especial a la promoción hacia los niños del sentimiento de aventura que tienen tanto la ciencia como las matemáticas, así como al apoyo a quienes entre ellos encuentran temprano esa pasión por la invención.

Pues bien, en la semana del 15 al 19 de mayo de este año, se me han juntado cuatro historias maravillosas de todas las cosas que le acabo de contar, y se las comparto aquí en cuatro breves estampas:

 

Discurso de apertura

La Universidad de la Academia China de Ciencias (CAS) organizó el evento Capacitación para Educadores y Divulgadores de la Ciencia, en la ciudad de Hangzhou, y me concedió el honor de dar el discurso de apertura. Fue un discurso de 15 minutos, pero en esencia, el mensaje fue:

Los científicos son como los niños, eternamente curiosos, eternamente imaginativos. Nuestro trabajo es siempre cuidar esa actitud.

 

Acuerdo de cooperación para investigación en IA y robótica

Mi alma mater, el TEC de Monterrey, firmó un acuerdo de cooperación con el Advanced Institute of Information Technology (AIIT) adscrito a Peking University. El acuerdo es para que investigadores de ambas partes trabajen en conjunto en proyectos geniales que incluyen Ciudades Inteligentes, visualización y análisis de big data, y hasta inteligencia artificial aplicada a robots-compañeros para personas con autismo.

N4026

 

Laboratorio Binacional de Microelectrónica

Otra más del TEC de Monterrey, que en 2019 firmó un acuerdo preliminar con la Hangzhou Dianzi University (HDU) y con una empresa de ahí emanada, SAGE Microelectronique, para crear un laboratorio binacional de microelectrónica. El 2020 se nos atravesó y dio al traste con los planes originales, pero justo acabamos de volver al camino, y ya se han empezado las primeras actividades de investigación en México. Aquí en China, el presidente de la universidad y el director de la empresa china, presidieron una ceremonia de inauguración formal de actividades con toda la parafernalia, develación de placa incluida.

 

Feria de Ciencias

El gobierno de la ciudad de Hangzhou organizó su Feria Internacional de Ciencia e Innovación donde participaron niños de 8 a 12 años, de China, Vietnam, Indonesia, Tailandia y Reino Unido.

Los organizadores me invitaron como juez de los proyectos, que se presentaron tanto de forma física como virtual. Fue algo maravilloso ver a niños de esas edades presentar con aplomo robots procesadores de basura plástica, juegos interactivos para medir tu conocimiento acerca del Covid-19, y hasta un “Enfriador Inteligente de Sopa”, con un termómetro infrarrojo que activa y desactiva un pequeño ventilador eléctrico (imagen principal de este artículo).

Aquí estoy con uno de los niños a los que les otorgamos el Premio a la Innovación:

 

Tienen pasión. Hay que cuidarla.