No hay edad para la astroquímica

Por Natalia Ruiz Zelmanovitch, el 7 junio, 2021. Categoría(s): Astronomía • Química
Alumnos y alumnas del grupo de 5ºD del Colegio de Educación Infantil de Sant Josep Obrer, de Palma de Mallorca, dibujando la molécula de indeno, recientemente descubierta en el medio interestelar.

Si les digo que la astroquímica tiene fanes de entre 4 y 5 años, seguramente les sonará osado. Pero no lo es en absoluto. Hace unos días me contactó un compañero del Grupo de Astrofísica Molecular del IFF-CSIC, Carlos Cabezas. Los caminos que nos llevan al conocimiento son raros, pero maravillosos. Aquí empieza una historia pequeñita, pero llena de grandes personas.

Resulta que una familiar de Carlos le había mencionado una curiosa coincidencia. Estando en el hospital, alguien había sacado a relucir las noticias relacionadas con el descubrimiento de unas moléculas en el espacio por parte de equipos de investigación españoles. Y no cualquier persona, ojo. Lo había mencionado una payasa de hospital. Aquí tengo que hacer un inciso: no hay medallas en el mundo para premiar el trabajo que hacen los payasos de hospital. Su labor es hacer menos dura la estancia de los y las más pequeñas (y no solo se acercan al público infantil). Sin duda, un trabajo duro, pero gratificante, que realizan numerosos profesionales, en este caso, para Sonrisa Médica, una asociación sin ánimo de lucro, pionera en España en el ámbito del acompañamiento de Payasos de Hospital.

Esta payasa de hospital es Gemma Palà, quien además es maestra en el Colegio de Educación Infantil de Sant Josep Obrer, de Palma de Mallorca. Gemma es maestra de los y las peques del grupo de 5ºD y, a lo largo del curso 20-21, han trabajado con dos proyectos. El primero es “Viatge a l’espai”, con el que han explorado el Sistema Solar, y el segundo “Orígens”, con el que han investigado acerca del origen del planeta Tierra.

Como ella misma me cuenta en un documento que ha elaborado para resumir la actividad, “Ya teníamos el proyecto finalizado cuando leímos noticias sobre científicos españoles y grandes descubrimientos de moléculas en el espacio que podrían explicar el origen de la vida. ¡¡Vaya!!”.

Así que se pusieron manos a la obra: “No sé si os podéis imaginar la emoción de estos/as curiosos/as de 4 y 5 años. Yo también estoy emocionada y supongo que más aún los equipos de científicos/as en cuestión”. El aula ha trabajado con el indeno y con la etanolamina, ambos trabajos liderados por equipos españoles.

¿Y qué han hecho los alumnos y alumnas del grupo de 5ºD? Porque, tal y como comenta Gemma, “habrá quien se pregunte por qué presentar tareas tan complejas y posiblemente difíciles de comprender para un alumnado tan joven”. Su respuesta es contundente: “Cada persona entiende lo que entiende. Cada cual es libre de realizar hasta donde quiera, de terminar o no la actividad. Es una tarea muy guiada en la que practicamos lectoescritura, grafía, números, formas geométricas, inglés y arte, mientras hablamos de ciencia y descubrimientos. Muestran interés y motivación. Y más aún cuando existe una conexión con la vida real, sin infantilizar las experiencias”. Así es como se sienten parte de la sociedad, y debo confesarles que viendo las fotos me he enamorado aún más de estos fanes.

He tenido la suerte de contactar con Gemma y hablar con ella por teléfono ¡en mitad de una salida al patio! Me cuenta que, a nivel gráfico, le pareció sencillo. Elaboró unas fichas, para lo cual tuvo que informarse, leyendo artículos y noticias, con el fin de ser rigurosa con los datos científicos y, posteriormente, trasladar esa información de forma inteligible a la clase.

Me ha encantado ver estos dibujos, que han formado parte de su trabajo en el aula y ha sido su forma de felicitar a los y las investigadoras que han llevado a cabo estos descubrimientos.

Al final de nuestra conversación, el grupo de 5ºD se ha despedido: “Adéu, Natalia!”.

Y le he dado las gracias a Gemma por hacer que la ciencia más novedosa esté en sus vidas desde tan pequeños, formando parte de su realidad del día a día.

Soy fan de estos “fanses”.



Por Natalia Ruiz Zelmanovitch, publicado el 7 junio, 2021
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