El caso de los perros de trineo

Por Colaborador Invitado, el 26 julio, 2021. Categoría(s): Biología • Historia

Pocos animales presentan tan variado abanico de formas y tamaños como los perros. Desde el minúsculo chihuaha hasta el gran danés, pasando por el galgo afgano, la riqueza morfológica del mejor amigo del hombre resulta verdaderamente llamativa.

Las razas de perros presentan aspectos bien distintos. Gran danés a la izquierda y chihuahua a la derecha.

Posiblemente sean los canes los animales cuyo aspecto exterior haya sido más moldeado por los humanos. Ahora bien, la selección natural desempeña también un rol en la talla de los animales.

Así, las especies cuyo origen se sitúa más cerca de los polos suelen tener un tamaño mayor, esta dinámica se denomina la regla de Bergmann, en honor al fisiólogo que describió por primera vez este fenómeno. Ciervos, lobos y osos polares son bastante más grandes que sus parientes de latitudes más cercanas al Ecuador. Las razones de esta diferencia se hallan en los siguientes aspectos: un animal grande podrá acumular una mayor cantidad de reservas grasas para el duro y largo invierno, además tienden a conservar mejor el calor que sus primos de menor tamaño.

Regla de Bergmann: las especies que viven más cerca del polo sur son más grandes. Aquí un ejemplo con los pingüinos

Pero la selección que hacen los criadores busca los perros más adaptados a un fin determinado. Según la función que queramos encomendar a un can, descartaremos ciertos individuos mientras que reproduciremos activamente a otros.

Estudiemos el caso de los perros que tiran de los trineos para ilustrarlo: La selección será distinta cuando queramos un perro de tiro que cuando busquemos un perro también de tiro pero que participe en carreras de larga distancia.

En el primer caso, perros de talla grande como el Alaskan Malamute, el perro de Groenlandia o el perro esquimal canadiense son muy aptos para tirar de grandes pesos, pero en distancias relativamente cortas.

Cuando se necesita correr deprisa en distancias importantes estos perros no son los ideales. Tendremos ocasión de ver por qué.

Izquierda perro de Groenlandia, derecha Alaskan malamute

En 1925 se declaró en la ciudad de Nome, en el estado de Alaska, una epidemia de difteria. La única solución era hacer llegar suero para administrarlo a los niños para prevenir la enfermedad. Pero las dosis más cercanas se hallaban en la capital del estado a unos 1.600 Km. El frío impedía el concurso de aviones o barcos así que una parte del trayecto se hizo en tren y el resto, unos 1.100 Km, mediante trineos tirados por perros. La clave, en aquellas circunstancias, estaba en la velocidad más que en la capacidad de tracción de grandes pesos.

Hoy día, la carrera anual de tiro Iditarod conmemora aquella gesta.

Balto, el perro guía del último relevo que llevó el suero anti-diftérico a Nome

Téngase en cuenta que, para distancias superiores a 15 Km, los perros de carreras de tiro son los animales más veloces del planeta. Ningún otro animal puede superarles, ni en 15, 150 o 1500 Km.

Para conseguir esta hazaña, los perros de carreras de tiro presentan unas características únicas que les hace idóneos para esta tarea. Y aunque hay razas que puedan, a priori, parecer mejores para alcanzar esta performance, como las antes mencionadas, veremos que la selección de los perros de tiro busca características que se hallan en canes de otras razas o bien en animales mestizos.

A primera vista podría parecer lógico que los perros de mayor talla fuesen aquellos que pudiesen tirar del trineo con más fuerza y, por tanto, los más adecuados para afrontar retos como las largas carreras sobre la nieve. Pero un análisis más profundo nos hará ver que esta conclusión es errónea.

Si observamos la morfología de los perros que participan en estos largos periplos contra reloj, veremos que tienen un peso de en torno a los 23 Kg. ¿No sería más conveniente un trineo tirado por perros más grandes, por ejemplo, Alaskan malaumte? Su peso (unos 40 Kg) a priori debería permitirle tirar con más brío y su talla mayor lo haría más recomendable para dar largas zancadas. La realidad demuestra que justamente estas características hacen de los Alaskan perros poco propicios para las carreras de trineos. Veamos las razones:

El malamute tiene el doble de volumen y un 60% de la ratio superficie-volumen que un perro de tiro estándar. Es decir, el malamute tiene muchas más células. Las células generan enormes cantidades de calor a la velocidad a la que se pone el animal durante la carrera; sin embargo, esta raza presenta la mitad de la superficie en relación con ese volumen para eliminar el calor que genera. A esta desventaja hay que añadir la que presenta su propio peso adicional. Como consecuencia de lo anterior, el Alaskan se ve obligado a correr más lentamente. Más adecuado resultan el Husky siberiano y sus cruces.

Husky siberiano a la izquierda. A derecha perros de en la Iditarod. Obsérvese su talla limitada

Imaginémonos dos perros del mismo volumen pero que uno fuese una esfera y otro un cubo perfecto. Ambos ocupan el mismo espacio y tienen el mismo número de células. Si el perro “cubo” tiene un lado de 2, su volumen será de 8. Si el perro “esfera” tiene un volumen de 8, el radio de la esfera será de 1,24 puesto que, aplicando la fórmula del volumen (V=4/3πr3) y sabiendo que éste es 8, este es el valor que hallaremos. El diámetro será entonces de 2,48

La superficie de nuestro perro “cubo” será: h (altura) x l (longitud) x 6 (los lados del cubo), lo que dará una superficie de 24. El perro “esfera” la superficie la hallamos mediante esta fórmula S= 4πr2 lo que da una superficie de 19,2, un 25% menos de superficie que nuestro otro perro. El perro cubo elimina más calor, sería un mejor perro de carreras.

Perro “esfera” y perro “cubo”. Dibujos cortesía de Samuel Pascual.

Los animales árticos, morsas, osos polares son grandes y tienden a ser redondos. Por eso, cuando hace frío, los perros se enroscan tratando de redondear su forma y limitar la pérdida de calor.

A la izquierda, un husky busca minimizar las pérdidas de calor y adopta una forma “redonda”. A la derecha, husky sin necesidad alguna de preservar su temperatura

Un perro grande genera grandes cantidades de calor, pero al tener una ratio volumen superficie pequeña no le resulta fácil radiarlo. Veámoslo gráficamente:

A partir de los 20 Kg de peso, los perros tienen problemas para irradiar el calor que generan. Y mostramos aquí tan sólo el efecto del peso, sin tener en cuenta el desafío añadido del ejercicio físico (y más uno tan demandante como una carrera de más de mil kilómetros). La temperatura normal de un perro está en torno a los 38ºC. A partir de los 44ºC comienza a darse un proceso de muerte celular. Un husky en plena carrera puede llegar a los 43ºC.

De hecho, en la especie humana, los corredores de sprint son más musculados, más grandes que los corredores de maratón quienes suelen ser de una talla más pequeña. Aunque contrariamente a los perros, nosotros perdemos calor sobre todo a través de la sudoración.

Gráfica que representa la relación entre peso y retención de calor. Adaptado de Coppinger.

Los perros, por su parte, prácticamente carecen de glándulas sudoríparas, tan sólo pueden hallarse unas pocas entre los dedos. En una carrera por el ártico, el sudor puede congelarse y ocasionar cortes a los animales. Es por ello frecuente cubrir los pies con botines que eviten este contratiempo.

Perros de trineo equipados con botines.

A las características físicas hay que añadir ciertos elementos ligados al comportamiento que también son clave para desarrollar la función de manera excelente.

Tenemos así que los perros de tiro corren de una manera particular. Los galgos, por ejemplo, al igual que los humanos, perdemos contacto con el suelo durante la carrera. Esta manera de correr permite alcanzar velocidades elevadas, pero es inestable. Los galgos sufren muchas caídas.

Por el contrario, si un perro de tiro en su carrera se separase completamente del suelo sentiría inmediatamente un tirón del arnés de sujeción que le frenaría. Los animales que tiran deben tener siempre por lo menos un miembro apoyado en el suelo.

La tendencia a comportarse de una u otra manera (apoyar siempre por lo menos una pata o no) es un factor clave en la elección de los perros. Y esa ha sido la función de los criadores durante milenios: seleccionar determinados patrones de comportamiento para aplicarlos a las distintas tareas que se asignan a los canes. Como ejemplo, acabamos de ver las características físicas y de comportamiento que hacen exitoso a un perro de carreras de trineo.

Podríamos hacer descripciones similares para otras funciones como las de perro pastor, de guarda o cazador por mencionar unos pocos ejemplos.

Este artículo nos lo envía Juan Pascual (podéis seguirlo en twitter @JuanPascual4 o linkedn). Me licencié en veterinaria hace unos cuantos años en Zaragoza y he desarrollado mi vida profesional en el mundo de la sanidad animal, de ahí mi interés en divulgar lo que los animales aportan a nuestro mundo actual. Soy un apasionado de la ciencia. Creo que es fundamental transmitir el conocimiento científico de una manera sencilla para que los jóvenes se enganchen pronto y para que la sociedad conozca más y mejor lo mucho que la ciencia aporta a nuestro bienestar. Viajar es otra de mis pasiones junto con la literatura, que no deja de ser otro modo de viajar.

Puedes leer todos sus artículos en Naukas en este enlace.

Bibliografía:

  1. Coppinger, R. et al Dogs, a new understanding of canine origin, behavior and evolution. 2001. The University of Chicago Press
  2. R. et al. How dogs work. 2015. The University of Chicago Press
  3. https://www.livescience.com/24916-animal-size-versus-climate.html
  4. https://www.qrillpaws.com/news/the-amazing-dog-paw
  5. https://www.nps.gov/dena/learn/education/upload/Science-of-Sled-Dogs-EFT-2011.pdf
  6. https://en.wikipedia.org/wiki/Bergmann%27s_rule

 



Por Colaborador Invitado, publicado el 26 julio, 2021
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