Hitos en la red #430

Por César Tomé López, el 28 agosto, 2022. Categoría(s): Enlace Recomendado

En este mundo de prisas y, cada vez más, superficialidad, las traducciones no son una excepción: lo sabe cualquiera que, sabiendo inglés con un poquito de profundidad, escucha el doblaje al español de un documental, no digamos un reality. El problema está cuando uno se enfrenta a traducciones de libros (se publican auténticas aberraciones) o textos periodísticos sobre hallazgos científicos. Ahí se hace daño a la cultura científica de la población hispanohablante, tal y como suena. ¿Por qué? Pues porque en estas traducciones chapuceras, de reportero de televisión de esos que botan pelotas invisibles, los falsos amigos hacen su agosto. Un caso llamativo es la palabra “evidence”; parece lo más natural traducirla por “evidencia”, como se hace muy a menudo, pero no debería, porque es un falso amigo de los peores. “Evidence” en ciencia debería traducirse por “indicio” en la inmensa mayoría de los casos, porque “evidencia” en castellano contiene el matiz de “prueba de la que no se puede dudar” que no existe en inglés en este contexto, llevando así al público desinformado a creer, por ejemplo, que se ha encontrado “evidencia” de que tal cosa cura el cáncer de X, cuando lo que se ha encontrado es un indicio de que tal o cual sustancia podría tener un efecto terapéutico en dicho cáncer (probabalemente en ratones), dando inconscientemente el caso por cerrado, cuando sigue completamente abierto. Bueno, pues todo este preámbulo es para recomendar un artículo de Francisco R. Villatoro en el que se da cuenta de que se ha encontrado un nuevo indicio de que el origen de un chorro relativista podría ser un agujero negro supermasivo: EHT detecta el segundo anillo de fotones en la sombra del agujero negro supermasivo M87*

Seguimos en la misma vena lingüística. Cuando el equipo de fútbol gana, “hemos ganado”, cuando pierde, “han perdido”. La Humanidad pisa la Luna frente a Estados Unidos / Rusia pisa la Luna. Lo han sabido todos los grandes propagandistas de la historia: el lenguaje guía al pensamiento. Tanto es así, que se convierte en un síntoma (también es cierto que este cronista desde que leyó LTI de Victor Klemperer ve clavos por todas partes para ese martillo): Misión Artemisa I: Estados Unidos vuelve a la Luna y Los 13 lugares de alunizaje de la misión Artemisa III por Daniel Marín.

Es posible obtener embriones de mamífero sin la necesidad de utilizar ni óvulos, ni espermatozoides, y tampoco sin necesitar implantar el embrión en ningún útero de ninguna hembra. Suena a libro de ciencia ficción, pero es cierto, como cuenta Lluis Montoliu en Embriones sintéticos (de ratón). Por cierto, y para rematar con la manía de los síntomas lingüísticos, Montoliu se refiere al investigador Hanna como “investigador palestino”, que es como referirse al propio Montoliu como “investigador ibérico”. Digámoslo claramente, Yaqub (Jacob) Hanna es israelí y, por el nombre y apellido, de una familia árabe cristiana; de la misma forma que Lluis Montoliu es español y, por el nombre y apellido, de una familia catalanoparlante.

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