Las mantis son insectos pertenecientes al orden (o superorden, dependiendo de las clasificaciones) Dictiópteros y aunque pueda resultar chocante, son parientes de las cucarachas. Se han descrito unas 2400 especies (Mantodea Species File Online) y posiblemente la más conocida es la mantis religiosa (Mantis religiosa). El calificativo de religiosa viene de la forma que adoptan cuando están al acecho, plegando sus patas delanteras delante del tórax en una postura que recuerda al rezo.
Otra de las facetas por las que se conocen a las mantis es por la costumbre de la hembra de comerse al macho antes (en algunas especies, las hembras devoran a los machos que no las cortejan adecuadamente), durante o después del apareamiento. Aun así, lo cierto es que no es un comportamiento tan habitual como vulgarmente se piensa y sólo ocurre en un limitado número de especies. El principal beneficio para la hembra es que consigue un «suplemento proteico» que le vendrá muy bien durante la puesta de huevos.
Durante la cópula se da el caso de que la hembra decapita a su pareja. Este comportamiento tiene su explicación. En las mantis, los movimientos copulatorios están controlados por unos nervios que se encuentran en el último ganglio abdominal. Estos movimientos están normalmente controlados por centros inhibidores situados en el ganglio subesofágico (cerca de la cabeza). Cuando la hembra devora la cabeza de su pareja, ya no hay nada ya que inhiba los movimientos copulatorios. Lo que queda del macho se convierte en una máquina del sexo. Intentará copular con todo lo que se le ponga por delante que tenga un tamaño o forma vagamente aproximados al de la hembra.
Como maestras de la emboscada, las mantis han desarrollado una coloración y un comportamiento crípticos que no sólo les permite cazar sino que también las protegen del ataque de pájaros y otros animales insectívoros. Ésta es una selección de algunas de las especies más espectaculares, aunque alguna se queda intencionadamente en el tintero.
Mantis orquídea
La mantis orquídea (Hymenopus coronatus) es un prodigio del mimetismo. Los individuos inmaduros de esta mantis de Malasia, Indonesia, Camboya, Vietnam y Tailandia no se esconden para pasar desapercibidos entre las orquídeas, sino que se parecen a estas flores. Unas proyecciones en las patas y un abdomen aplanado imitan tan bien a los pétalos de las orquídeas que cuando están en reposo, los insectos no se percatan del engaño. Y lo que resulta aún más escalofriante es que la cabeza, vista con luz ultravioleta (como lo hacen los insectos), recuerda a los nectarios, con lo que los insectos van directamente «a la boca del lobo». Las hembras pueden llegar a los seis centímetros de longitud. Los machos, más pequeños, alcanzan los tres centímetros.
Mantis moteada con ocelos
La mantis moteada con ocelos (Creobroter meleagris) es una especie de mantis que se camufla entre las flores. Se encuentra en Vietnam y las hembras pueden llegar hasta los cinco centímetros de longitud. Los machos son ligeramente más pequeños. Cuando se la molesta, esta especie extiende las alas en una actitud amenazadora. Las alas posteriores son rojas y negras, mientras que las anteriores presentan un dibujo con forma de ojo.
Mantis hoja muerta
Algunas especies de mantis imitan magistralmente a las hojas muertas. En concreto, las especies del género Deroplatys, distribuidas por Malasia e Indonesia, tienen unas elaboradas proyecciones en el pronoto (una especie de escudo que cubre el primer segmento torácico) y en las patas que crean un extraordinario parecido con una hoja muerta, una ilusión aumentada por la costumbre del insecto de colgar boca abajo.
Phyllocrania paradoxa, una mantis de África central y Madagasacar (también llamada mantis fantasma) presenta ademas una elaborada proyección en la cabeza. Esta especie que puede alcanzar cinco centímetros recuerda a una rama y su parecido lo refina plegando las patas delanteras y extendiendo la cabeza.
Mantis palo gigante de Malasia
La mantis palo gigante de Malasia (Paratoxodera cornicollis) es una especie que puede llegar a los 20 centímetros de longitud, lo que la convierte en una de las especies de mantis más grandes del mundo, y ha alcanzado tan perfección en su imitación de las ramas que incluso tiene proyecciones verdosas en las patas y el abdomen que imitan a las hojas y su tórax está curvado para aumentar aún más el parecido con una ramita. Otra especie similar es Toxodera denticulata.
Mantis metálica
La mantis metálica (Metallyticus splendidus) es una pequeña especie de Malasia y Tailandia que alcanza a los tres centímetros de largo y que destaca, sobre todo, por su «espléndido» brillo metálico en tonos verdes y rojizos. El macho es de un precioso color violeta metálico.
Mantis hormiga asiática
El mirmecomorfismo (palabra que deriva del griego myrmex, hormiga y morphos, forma) es la habilidad que tienen algunos insectos y arañas para imitar a las hormigas. Las ninfas de la mantis hormiga asiática (Odontomantis planiceps), una especie de Malasia, presentan un extraordinario parecido con las hormigas. Se asemejan tanto a ellas que incluso forman agregados. Evidentemente, las similitudes desaparecen cuando son adultas.
Mantis boxeadora
La mantis boxeadora (Ephestiasula pictipes) es una pequeña mantis de Malasia (las hembras no superan los 2,5 centímetros de largo). Sería una mantis del montón si no fuera porque el fémur de las patas anteriores está aplanado y parece un guante de boxeo.
Fuentes
Female praying mantids use sexual cannibalism as a foraging strategy to increase fecundity. Katherine L. Barry, Gregory I. Holwell y Marie E. Herberstein. 2008. Behav. Ecol. 19(4), pp. 710-715.
An experimental analysis of the sexual behaviour of the praying mantis (Mantis religiosa) Kenneth D. Roeder. 1935. Biol. Bull. 69(2), pp. 203-220.
Sólo quedaron sus alas. Stephen Jay Gould. La sonrisa del flamenco. Crítica, 2004.
Sekai no chinchū 101 sen (Los 101 insectos más raros del mundo). Kazuo Unno. Seibundōshinkōsha, 2010.
The New Encyclopedia of Insects and their Allies. Christopher O’Toole. Oxford University Press, 2002.
Estudió química en la Universidad Autónoma de Madrid, donde se especializa en Bioquímica y Biología Molecular. Máster en Biosistemas en la Universidad de Tsukuba. Ahora trabaja como traductor de japonés-español y entre sus aficiones están la entomología y la cultura pop japonesa.