Empecemos por decir quien ha sido el asesino: considero que el discurso contra los transgénicos está agotado argumentalmente… aunque algunos, como Izquierda Unida, aún no se hayan enterado.
Presentamos en rueda de prensa la iniciativa que va a permitir eliminar el cultivo de transgénicos en Andalucía
— IU Andalucía (@iuandalucia) July 4, 2013
La semana pasada apareció un artículo en el ABC confrontando a dos investigadores que trabajan en transgénicos con otro contrario (con todos los matices que ello conlleva) y el investigador que se oponía a ellos usaba dos argumentos que ya han sido rebatidos contundentemente y deberían ser eliminados de cualquier discusión: que el agricultor queda a merced de Monsanto porque solo ellos venden el glifosato y que Seralini ha demostrado la relación entre los transgénicos (así en general) y el cáncer.
Si nos damos una vuelta por las páginas que defienden la agricultura ecológica atacando a los transgénicos, por los comentarios de blogs o por las redes sociales vemos que esos dos solo son parte de un pack de mantras que se repiten una y otra vez:
- En la India se produjo/se está produciendo una ola de suicidios por no poder hacer frente a los gastos de los transgénicos.
- Que los transgénicos son malos para la salud.
- Existen unas semillas, las Terminator, que son estériles por lo que los agricultores están obligados a comprar semillas cada año a Monsanto.
- Los transgénicos va a terminar con la biodiversidad.
- Los transgénicos no aseguran la «soberanía alimentaria» de los países en desarrollo. (WTF?)
- Han fracasado y cada vez se cultivan menos.
Todos los puntos anteriores han sido refutados con argumentos sólidos, en esta web, en otras, por la revista Nature o por la EFSA así que no me voy a molestar en rebatirlos otra vez.
Que los contrarios a los transgénicos se agarren a ellos como clavos ardiendo aún a sabiendas de que pueden quedar en ridículo cuando los sueltan en una discusión no es más que una faceta de esa táctica de comunicación política consistente en repetir constantemente una mentira hasta que se crea cierta en todos los sectores. Esto y solo esto es lo que mantiene en vigor el discurso que, salvo estudio revolucionario, no tiene ya más sostén que el propio autoconvencimiento de sus seguidores.
Para terminar, me gustaría reseñar una anécdota de la semana pasada cuando un contrario a los transgénicos me dijo que acabaría por demostrarse sus perjuicios para la salud como ocurrió con el tabaco y el amianto. De ser así yo me asustaría ya que los transgénicos se encuentran en la misma tesitura que los televisores de plasma, los iPads, las placas solares o los grifos monomando de los que actualmente no se conocen riesgos para la salud, pero quien sabe que deparará el futuro.
Quise estudiar Ciencias Ambientales en Murcia, y así me va, luego decidí dedicarme a la educación ambiental… y para que contaros. Llevo en la vida internetera desde el 96 y en la bloguera desde el 2005. Algún día el FSM me dará constancia para postear.