Beyond a year in space es un documental sobre la misión espacial de un año de duración de Scott Kelly. Se trata de un estudio de la NASA sobre los efectos de la permanencia en el espacio en el organismo humano, comparando su evolución física con la de su hermano gemelo Mark, astronauta retirado.
Aunque parece todavía lejano, hay proyectos en marcha para que algún humano deje su huella en Marte, por lo que es imprescindible el máximo conocimiento sobre los efectos de una larga permanencia en el espacio. El estudio médico de Scott Kelly durante su estancia en el espacio (el récord en la actualidad) junto al de su hermano gemelo es de gran importancia para tratar de minimizar los riesgos que supone el largo viaje al planeta rojo.
La misión espacial de Scott dio lugar al documental A year in space. Su continuación es Beyond a year in space, con el regreso de Scott a la Tierra y el estado de la cuestión para un futuro viaje a Marte.
En el documental nos muestran, entre otras muchas, 5 cosas que hemos aprendido gracias a esta aventura:
1.- Scott pasó en el espacio más tiempo del necesario para viajar a Marte. Recorrió en órbita 230 millones de kilómetros, mientras que en el viaje a Marte se recorrería 225 millones de kilómetros y podría durar incluso menos tiempo que el que ha pasado el astronauta en la ISS.
2.- El ejercicio es vital en el espacio. Sin gravedad se pierde con facilidad masa ósea y muscular. Según Scott dos astronautas han sufrido fractura de cadera tras regresar del espacio. «Si te rompes la cadera en Marte probablemente morirás», afirma. Para evitar estos problemas, los astronautas deben hacer ejercicio frecuente, a ser posible al menos seis días a la semana. Para ello disponen de un equipamiento que les permite correr y hacer pesas en un espacio reducido.
3.- Hay graves riesgos para la salud asociados a los viajes espaciales. «Houston, we have a problem» es una de las frases más icónicas de la historia de la exploración espacial. Pero hay un riesgo grave invisible. Sin una atmósfera protectora, los astronautas están expuestos a la radiación, lo que puede dañar el ADN produciendo cáncer. Además, esta exposición puede hacer que una persona pierda capacidad de llevar a cabo tareas complejas, como conducir un vehículo, y se teme que una persona con una vida útil de 75 años pueda verla reducida a la mitad por una exposición prolongada a la radiación en un entorno como el de la superficie marciana.
Atención al numero 4:
4.- Los seres humanos podrían, algún día, adquirir resistencia a la radiación. La ciencia permite la manipulación del ADN, y gracias a estas tecnologías podría diseñarse el genoma humano para resistir la radiación. Existen organismos cuyo ADN se daña con la radiación, lo mismo que el nuestro, pero que se autorreparan evitando la mutación. Si se alterara el ADN de los futuros astronautas para que se repare como en esos organismos, se evitarían los problemas derivados de la radiación.
5.- La gravedad es agresiva con el organismo al regresar a la Tierra. Sin gravedad hay una pérdida de presión sobre la piel, los huesos, los músculos, las articulaciones… Scott Kelly relata que en la primera semana tras su regreso sufría urticaria cuando su piel contactaba con cosas como la tapicería del sofá, le molestaban los pies al caminar y le dolían las articulaciones.
Beyond a year in space se estrena hoy 15 de noviembre en la PBS y se puede ver on line en PBS.org.
Vía Rewire.
Biólogo, profesor y divulgador. Editor del blog «La ciencia es bella» y escritor de los libros «Ciencia para Nicolas», «El yeti y otros bichos, ¡Vaya Timo!» y recién salido del horno, «Más ciencia para Nicolás».