Hace menos de una década que se descubrió que el cerebro contaba con su propia clase de células madre. Estas células permanecen dormidas hasta que el cerebro las necesita, momento en que se convierten en neuronas que establecen nuevas conexiones. Ellas podrían ser las culpables de la “plasticidad” del cerebro, que como sabemos es capaz de realizarse “bypass” creando nuevas rutas que eviten las zonas afectadas por daños como el ictus.
Sin embargo muy poco se sabe acerca del mecanismo que las mantiene latentes, impidiendo que se reproduzcan en exceso y permitiendo que contemos con una “reserva” de ellas a lo largo de toda nuestra vida.
En este sentido, acaba de publicarse un nuevo estudio realizado por el Instituto Salk que pretende desvelar cómo son capaces de alcanzar el equilibrio que les permite sobrevivir durante tanto tiempo permaneciendo viables, y sin embargo no activarse ni reproducirse en demasía.
La investigación ha relacionado a una señal molecular llamada proteína morfogénica ósea (BMP) con este proceso de regulación. Para establecer esta relación estudiaron la actividad del hipocampo, una región cerebral relacionada con la memoria en la que se sabe que existen depósitos de células madre neuronales.
Mediante una serie de experimentos, los investigadores descubrieron que la señal del BMP permanecía desactivada en las células que se estaban dividiendo, mientras que permanecía activada en las latentes. Parece pues lógico teorizar que la señalización del BMP forma parte del mecanismo que impide que estas células madre proliferen alocadamente (evitando tumores) al tiempo que las mantiene viables durante años.
Pero en principio, los científicos solo pudieron correlacionar la actividad del BMP con la inhibición de la división celular, lo cual no era suficiente para establecer relación causa efecto. Para solucionarlo realizaron un experimento in vitro con células de ratón a las que bloquearon la señalización BMP, lo cual efectivamente permitió la división a las células madre neuronales.
Al hacerlo descubrieron también que cuando se permitía a las células madre neuronales proliferar y transformarse en neuronas, los depósitos terminaban por vaciarse. Esto sugiere que el papel de la señalización BMP manteniendo latentes a las células madre, es importante para administrar los depósitos conservándolos de por vida.
Las aplicaciones futuras del trabajo parecen muy prometedoras en tareas como prevenir el envejecimiento del cerebro, pero antes de lanzar las campanas al vuelo conviene ser prudente y mantener todas las reservas, como siempre que hablamos de trabajos de experimentación en fases tan tempranas.
Hasta que comprendamos bien el mecanismo que regula nuestra «fábrica de neuronas de repuesto», lo mejor para evitar que nuestro cerebro marchite antes de tiempo es hacer algo de ejercicio mental.
Leer Amazings puede ser un buen comienzo. 😉
Me enteré leyendo un artículo de mi admirado Steven Novella en Skepticblog.
Miguel A. Artime Menéndez (Avilés 1971). Estudió informática en la Universidad de Oviedo. En 2002 comienza a publicar traducciones en el germen de lo que luego sería Astroseti, web que con el tiempo se convertiría en la web astronómica más visitada en lengua hispana. En Astroseti coordina la sección del Instituto de Astrobiología de la NASA (NAI). En 2005 la agencia espacial estadounidense le invita (junto al creador de la web Emilio González) a San Francisco para la conferencia AbSciCon. Comienza su experiencia con los blogs abriendo una bitácora en Barrapunto en 2005. En noviembre de 2006 funda su blog Maikelnai’s Blog. En 2009 recibe en Sevilla el premio Bitácoras al mejor blog cultural. En junio de 2010 comienza a colaborar con Yahoo! abriendo el blog Cuadernos de Ciencia junto a Javier Peláez.