No bastaba con el aturdimiento y malestar que provoca, ahora resulta que el jet lag además podría hacernos más estúpidos. Al menos esto es lo que afirma un estudio presentado ayer 15 de noviembre en la reunión anual de la Sociedad para la Neurociencia estadounidense. Este trabajo ha descubierto que en los hamsters sometidos a un jet lag crónico y extremo, el ritmo de creación de neuronas nuevas en su hipocampo se ralentiza un 50% con respecto a lo normal.
“El jet lag supone una amenaza seria para la salud”, afirma Erin Gibson, de la U.C. Berkeley y coautora del trabajo. Existen estudios previos que muestran que las personas con alta variabilidad en sus horarios laborales, lo cual les obliga a cambiar frecuentemente sus patrones del sueño, sufren porcentajes mayores de enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer.
Los pobres hamsters implicados en el experimento de Gibson, vieron como durante un mes, sus ritmos de sueño y actividad se adelantaban seis horas cada tres días. Gibson afirma: “Sería como volar de Nueva York a París una vez cada tres días”.
Tras esta tortura, la cantidad de horas total de sueño de los hamsters no cambió, pero los ritmos de actividad y sueño dejaron de tener relación alguna con los del ambiente externo.
El equipo descubrió que el ritmo de nacimiento de nuevas neuronas en el hipocampo se redujo en estos hamsters aproximadamente un 50%. Además, las funciones mentales también se vieron afectadas. Los hamsters con jet lag eran peores a la hora de aprender cuál de las dos cámaras contenía la ansiada rueda giratoria. Incluso 28 días después de haber regresado al horario normal, los hamsters seguían mostrando problemas de memoria y aprendizaje.
El desajuste entre el reloj corporal interno y el medioambiente externo “tiene efectos de larga duración sobre el aprendizaje y la memoria”, según comenta Gibson.
No está del todo claro el modo en que el jet lag provoca estos problemas congnitivos. Tanto la melatonina (la hormona del sueño), como el estrés o el incremento en la muerte de células, figuran como posibles culpables, pero Gibson cree que hacen falta más estudios para determinar la causa.
Una vez más, hay que tomar las distancias adecuadas antes de intentar extrapolar estos resultados a humanos, pero si así fuera, y el jet lag volviera más estúpido a las personas que cambian a menudo de franja horaria, o que simplemente trabajan a turnos, los afectados pueden ser legión… entre ellos nuestros jefes de estado. 😉
Me enteré leyendo ScienceNews.
Miguel A. Artime Menéndez (Avilés 1971). Estudió informática en la Universidad de Oviedo. En 2002 comienza a publicar traducciones en el germen de lo que luego sería Astroseti, web que con el tiempo se convertiría en la web astronómica más visitada en lengua hispana. En Astroseti coordina la sección del Instituto de Astrobiología de la NASA (NAI). En 2005 la agencia espacial estadounidense le invita (junto al creador de la web Emilio González) a San Francisco para la conferencia AbSciCon. Comienza su experiencia con los blogs abriendo una bitácora en Barrapunto en 2005. En noviembre de 2006 funda su blog Maikelnai’s Blog. En 2009 recibe en Sevilla el premio Bitácoras al mejor blog cultural. En junio de 2010 comienza a colaborar con Yahoo! abriendo el blog Cuadernos de Ciencia junto a Javier Peláez.