Se conoce como fobia al miedo irracional y compulsivo hacia algo o alguien y que en múltiples ocasiones termina convirtiéndose en una patología obsesiva que controla por completo el quehacer cotidiano de los individuos que la padecen.
Hoy en día podemos encontrar catalogadas como fobias un gran número de miedos hacia infinidad de cosas que, por extraño que pudiera parecernos, son padecidos por un gran número de personas.
Existen muchas listas que son frecuentemente actualizadas debido a la aparición de nuevas fobias (entre ellas, una de las más consultadas es fobias.net) y en las que nos podemos encontrar con miedos tan sorprendentes como la ‘fobofobia’ que podríamos catalogarla como el súmmum de las fobias, debió a que se trata de un miedo persistente e injustificado a sentir miedo o padecer una fobia o dicho de otro modo a ‘tener miedo a tener miedo’ (valga la redundancia).
Pero ¿el miedo que sentimos es innato en las personas o podría tratarse de un estado que nos es provocado e inculcado desde que somos pequeños?
El acto de asustar a los niños desde muy temprana edad es una costumbre que se ha practicado desde la antigüedad y, a modo de correctivo o como forma de educar se ha utilizado diciéndoles, entre otras cosas, que aparecerá algún ser extraño que se los llevara en caso de no portarse bien, no querer irse a dormir o dejarse la comida en el plato. Muchos son los pequeños que acaban desarrollando la ‘bogifobia’, que es el miedo irracional al hombre del saco (el término proviene de la palabra inglesa bogeyman).
Aunque muchos son los terapeutas que tratan de buscar el origen al porqué una persona puede llegar a sufrir una fobia o miedo irracional y se centran en hechos traumáticos acontecidos durante su etapa de infancia, también podemos encontrarnos con otros especialistas (cada vez más) que defienden la teoría de que, muchas de las fobias que se llegan a diagnosticar como tales, pueden estar directamente relacionadas con hábitos y costumbres que han rodeado a esa persona durante gran parte de su vida de un modo cotidiano, llegando a haber adquirido un miedo (sin explicación evidente) hacia algo en concreto, siendo éste en realidad producto de una superstición o una simple manía.
La complejidad de los trastornos que sufre un fóbico, al encontrarse frente a aquello que tanto pavor le da, puede venir acompañado de ataques de pánico, sudoración excesiva, temblores, inmovilidad temporal, no poder articular una palabra…
Mientras que, por el contrario, a aquellas personas que han convertido una superstición adquirida con los años en su manía o fobia particular (por llamarlo de algún modo), podremos comprobar como al encontrarse frente a aquello que le ocasiona tanto trastorno no desarrolla ningún síntoma de los descritos anteriormente y puede llegar a reaccionar dándose simplemente la vuelta y coger otro camino, santiguarse, hacer el signo de los cuernos con la mano y/o tocar madera e incluso su cabeza, escupir o rezando una simple oración.
La ‘xantofobia’ o, traduciéndolo al lenguaje coloquial, miedo al color amarillo, es una de esas fobias que se mueven entre el miedo irracional y patológico en el que algunas personas no solo sienten aversión al color en sí, sino que también a la propia palabra ‘amarillo’.
Pero también nos encontramos con aquellos que lo que realmente han desarrollado es una simple y absurda superstición y cuyo origen lo encontramos en la errónea historia que explica que el color amarillo trae mala suerte debido a que Moliere murió sobre un escenario vestido de ese color (algo que realmente no ocurrió así, pero eso se merece otro post). El boca a boca a través de las generaciones hizo el resto y en este porqué encontramos el origen y causa directa de que muchas personas que se dedican al mundo de la interpretación prohíban que en sus obras de teatro o rodajes pueda haber cualquier elemento o personaje que lleve/vista de color amarillo.
Otro de esos miedos que se encuentran a medio camino entre la patología y la superstición es la ‘Eisoptrofobia’ o miedo irracional a los espejos y verse reflejado en éstos. Algo muy asociado con la mitología griega y la figura de Narciso viendo su rostro reflejado en el agua. Muchas son las personas a las que les da autentico pavor el pensar que se pueda romper algún espejo en su presencia, creyendo en que le aguardan siete años de mala suerte, algo que nos vuelve a llevar hacia el terreno de las supersticiones y leyendas urbanas.
Alfred López (Barcelona 1965), coleccionista de curiosidades, anécdotas y chascarrillos desde finales de los años 70. Bloguero, escritor y divulgador freelance de curiosidades: 20Minutos, Yahoo!, Naukas, RAP107, Onda Vasca, Cope, Televisions locals de Catalunya y confereciante: Naukas Bilbao, TEDx, BcnSpiracy, IgniteBCN… | Autor de los libros ‘Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO’ (abril 2018), ‘Vuelve el listo que todo lo sabe’ (2015 – 3ª edición) y ‘Ya está el listo que todo lo sabe’ (2012 – 6ª edición). | Ganador del Premio Bitácoras 2016 al Mejor Blog de Arte y Cultura por el blog ‘Ya está el listo que todo lo sabe’