Naukas es un pequeño nido de frikis, empleando esta palabra no como algo denigrante sino con todo el cariño del mundo, y en la lista de correos no siempre se habla de avances científicos de impacto, o de aquel paper que necesito y no encuentro, sino que también tenemos tiempo para hablar de cosas intrascendentes y divertidas como es el cine. Recientemente un hilo sobre nuestras películas favoritas terminó degenerando convertido en un museo de los horrores del cine fantástico de bajo presupuesto, más conocido como «cine Z».
Eso nos hizo pensar que Naukas podría ser un vehículo fantástico para que compartiésemos con nuestros lectores todas aquellas películas que nos habían impactado, bien fuera por su nivel de excelencia (como sucede con esta que os traigo hoy) o bien por su nivel de hediondez cultural y casposidad. La propuesta tuvo notable éxito entre nuestros colaboradores, y por eso decidimos crear un sello con el que Naukas certifica que una película solo es apta para frikis, o para abreviar, que está CERTIFRIKADA.
Para estrenar esta sección, con la que espero que todos disfrutemos de lo lindo, he elegido una película de hace un lustro que apenas hizo ruido durante su estreno, como sucede con cualquier producción independiente de bajo presupuesto. Se titula «The man from Earth«, y la he visto por primera vez hace apenas un par de semanas.
Podría desguazaros la película, llenando este post de spoilers, pero voy a ser bueno y dejaré que seáis vosotros mismos quienes descubráis la trama. La película fue dirigida por Richard Schenckman, autor de verdaderas bazofias como «Abraham Lilcoln vs Zombies» (estrenada este año que hoy concluye) lo cual no es realmente significativo, puesto que esta es la típica película en la que el guión lo es todo. De hecho, creo que incluso Jose Luis Garci podría haberla dirigido sin estropear demasiado el resultado final, y eso que el presupuesto según puedo leer fue solo de 56.000 dólares, más o menos lo que cuesta un Audi A4 de paquete.
Vayamos al punto fuerte, el magnífico guión de Jerome Bixby (1923-1998), conocido entre otras cosas por su trabajo en cuatro episodios de Star Trek. Bixby atesoró este guión a lo largo de muchos años, trabajando sobre él cuando encontraba reposo. Tenemos mucha suerte de que finalmente encontrase el tiempo necesario para completarla, porque según puedo leer la versión definitiva se la dictó a su hijo prácticamente en el lecho de muerte. Su trabajo es glorioso, sin apenas inconsistencias, y desde el comienzo se aprecia el enorme esfuerzo mental, especialmente en documentación, que este guión tuvo que suponerle. Los tiempos están marcados de forma magistral y los giros son verdaderamente sorprendentes (el último incluso sublime), lo cual es de agradecer en una obra que podría representarse perfectamente sobre un escenario teatral sin cambiarle ni una coma.
Y es que en esta película no hay sexo, no hay flashbacks, no hay acción trepidante, no hay efectos especiales, no hay fotografía, no hay exteriores; apenas un porche y una casa a medio desmantelar bastan y sobran. Eso y un grupo de personajes fascinantes que al despedir a un amigo se enfrentan a una fábula que les hace replantearse sus vidas.
Los actores, todos completos desconocidos salvo William Katt, a quien conocimos en España por aquella serié cómica de los 80 «El gran héroe americano», están más que correctos. Y si he de destacar a alguno sería al protagonista David Lee Smith, y a Tony Todd.
No pienso contaros nada más. Deciros solo que pese a que el estreno pasase sin pena ni gloria en estos tiempos de cine palomitero para adolescentes marcados por la tiranía de la recaudación, internet la ha convertido en apenas cinco años en toda una película de culto. El presupuesto fue tan escaso que jamás llegó a doblarse en nuestro idioma y obviamente no se estrenó en los circuitos comerciales de nuestro país, por lo que tendréis que disfrutarla en V.O. con subtítulos al castellano. Aún así, el boca a boca y las facilidades que los autores han dado para que internet se convirtiera en su vehículo de difusión le han hecho llegar a cientos de miles de hogares en nuestro país. (En la web de descargas Divxonline, por ejemplo, lleva ya casi 140.000 visualizaciones).
Podéis disfrutar de esta joya sin par dándole al play bajo estas líneas. Ah, y ¡feliz año nuevo!
Mi nivel de calidad y frikismo, en una escala del 1 al 10 es de un ocho.
Miguel A. Artime Menéndez (Avilés 1971). Estudió informática en la Universidad de Oviedo. En 2002 comienza a publicar traducciones en el germen de lo que luego sería Astroseti, web que con el tiempo se convertiría en la web astronómica más visitada en lengua hispana. En Astroseti coordina la sección del Instituto de Astrobiología de la NASA (NAI). En 2005 la agencia espacial estadounidense le invita (junto al creador de la web Emilio González) a San Francisco para la conferencia AbSciCon. Comienza su experiencia con los blogs abriendo una bitácora en Barrapunto en 2005. En noviembre de 2006 funda su blog Maikelnai’s Blog. En 2009 recibe en Sevilla el premio Bitácoras al mejor blog cultural. En junio de 2010 comienza a colaborar con Yahoo! abriendo el blog Cuadernos de Ciencia junto a Javier Peláez.