Querido conductor, ¿recuerdas esas avenidas de dos carriles y glorietas de cuando en cuando, en las que la mayoría de los conductores va a seguir de frente, cosa que asumen los que vienen en sentido contrario? ¿No te has llevado más de un susto cuando has seguido haciendo la glorieta y se te metían los que venían de frente, o viceversa, ibas a entrar y te diste cuenta de lo gañán que eres al ver que alguien estaba continuando en la glorieta?
No es obligatorio dar el intermitente si vas a seguir haciendo la glorieta, pero en esta situación, ¿es interesante hacerlo?
¿Qué tiene esto que ver con la letra del DNI*?
REDUNDANCIA… Te lo repito, cómo no: REDUNDANCIA.
Vivimos en un mundo complejo con un flujo enorme de información, por otra parte nuestra «herramienta» de percepción tiene infinidad de limitaciones «técnicas» y problemas de interpretación y comprensión.
A los sistemas artificiales que construimos también les sucede, se producen errores en la «recepción» e interpretación de los mensajes. La cuestión no es si algo va a fallar, sino qué haremos cuando se produzca el error, cosa que ocurrirá indefectiblemente.
Algo que me sorprendió cuando empecé a conducir es la cantidad de información redundante que me encontraba. Después de tener que aprender a qué velocidad se podía ir en una carretera convencional de un sólo carril por sentido, con un arcén de más de un metro… resulta que ¡lo ponía en una señal!
Lo mismo con indicaciones luminosas, señales verticales, marcas en la calzada…
Un poco de experiencia nos enseña lo útil que son, dada nuestra limitada capacidad de atención y proceso de la información, por no hablar del «ruido» de los mil «distractores» que se nos cruzan.
En el caso del DNI, numerito con el que nos pagan, nos cobran, nos encarcelan o liberan y, finalmente, nos entierran… es de una importancia suma que no te casquen el de otro.
La letra del final es lo que podríamos llamar un «dígito de control», aunque expresado por una letra.
Se calcula a partir del resto de las cifras. Se divide el número por 23 y según sea el resto se asigna una letra según la siguiente lista:
0-T, 1-R, 2-W, 3-A, 4-G, 5-M, 6-Y, 7-F, 8-P, 9-D, 10-X, 11-B, 12-N, 13-J, 14-Z, 15-S, 16-Q, 17-V, 18-H, 19-L, 20-C, 21-K, 22-E
Cuando le das tu DNI al del Banco, por ejemplo, y lo mete en el ordenador, un programa calcula la letra que le correspondería y la coteja con la letra que ha introducido el operario. Si ambas no coinciden (porque haya tecleado un número mal, p.ej.), le aparecerá una alarma para que sepa que esa pareja de número-letra es incorrecta. Más explicaciones aquí Experimento: Calcula tu letra del DNI
En tu número de cuenta bancaria también ocurre igual (os cuento cómo son en España)
Hay veinte números.
– Los cuatro primeros identifican al banco al que pertenece la cuenta
– Los cuatro siguientes identifican a la sucursal concreta en la que está la cuenta.
– Los diez últimos es el número de la cuenta.
Pero antes de esos diez últimos hay un par de ellos nombrados como «D.C.» (dígito de control) que se obtienen también a partir de los otros y de nuevo evitarán problemas por mal tecleo o baile de cifras.
También en los paquetes de datos que se mandan por las redes se añaden dígitos de control que le indican a la máquina receptora si el paquete que les llega es tal y como se quiso enviar o si debe pedir que se le reenvíe porque es incorrecto.
Redundancia en los datos… repito… REDUNDANCIA
Siempre nos gusta enlazar la ciencia con lo humano, al fin y al cabo eso es lo que somos, así que, ahí vamos.
Dos aspectos:
1. Haz copia de seguridad de tus imágenes, documentos…
Los sistemas modernos de almacenamiento son enormes en capacidad, pero relativamente frágiles. Esa biblioteca entera que cabe en un Pendrive puedo destruirla simplemente pisándola.
2. Cuenta, cuenta y cuenta… explícate… compón otro «mensaje»… explícate de nuevo, de otra forma.
Cuando hay malos entendidos podéis buscar culpables morales entre los emisores o receptores… o bien, si sois emisores podéis intentar componer un mensaje nuevo, distinto… que sí, que sí… que también los receptores pueden hacer otras cosas y esforzarse más… pero, ¿está eso en vuestra mano?
Me da la impresión que la vida quiere enseñarme que debo alcanzar la serenidad por la conciencia de hacer mi parte y respetar la libertad del universo.
Sobre esto discutíamos en clase hace no mucho… y también en el blog, a cuenta de que la divulgación al acercarse al público pudiera estar recorriendo un trecho que le «correspondería moralmente» a ese público, pero que no lo quiere recorrer… Si te interesa la reflexión, aquí la tienes: Tendrían que hacerlo pero no lo hace, ¿qué hago yo?
*Nota para los amables lectores de fuera de España: el DNI es el documento nacional de identidad, con el que se nos identifica, tiene un número, como el del pasaporte y al final una letra.
He aprendido un par de cosas y me encanta contarlas… Estudié Física y un DEA en Telecomunicaciones. Trabajo de profe de instituto enseñando Tecnología. Escribo libros de divulgación, ya voy por el quinto, y desde hace unos años llevo también el blog La Ciencia para todos. Salgo de vez en cuando por la tele o la radio y voy de pueblo en pueblo haciendo mis cacharritos… En fin, que si encuentro una oreja dispuesta y unos ojillos brillantes, me encanta transmitir la Belleza que yo encontré en la Ciencia.