Recientemente la OCU ha publicado un “informe” en el que analiza varias BB Creams del mercado. Como es habitual en este tipo de «estudios» de la OCU, han hecho una clasificación de productos donde tres BB Cream aprueban en su relación calidad/precio. Pero, en términos generales, el análisis concluye con un jugoso titular: estas cremas no cumplen con lo que prometen. Ya les adelanto que esta conclusión de la OCU, además de tendenciosa, es errónea.
Lo primero que me llama la atención de este “informe” es que se estudien conjuntamente 13 BB Creams con 4 CC Creams. Para el que no esté familiarizado con la jerga cosmética cabe mencionar que estos dos tipos de cremas son distintas y van dirigidas a un público con unas necesidades y franjas de edad diferentes:
- Las BB Cream son cremas de uso diario para el rostro. En un solo producto tenemos una crema hidratante, con protección solar (normalmente entre SPF-15 y SPF-30), con un toque de color, más natural que un maquillaje, y con acabado ligeramente mate, como si hubiésemos utilizado polvos. Así que se trata de una crema que aúna todos los productos cosméticos que una persona joven utilizaría cada mañana antes de salir a la calle.
- Las CC Cream también son cremas de uso diario para el rostro. En un solo producto tenemos lo mismo que en una BB Cream, pero normalmente con una textura más cubriente, similar a la de un maquillaje fluido muy suave, y a la que además se le suman otros activos útiles para pieles maduras, como acción antimanchas y antiarrugas, o junto a tratamientos más específicos como por ejemplo la rosácea. Así que estas cremas aúnan todos los productos cosméticos que una persona madura o con necesidades cutáneas específicas utilizaría cada mañana.
Con lo cual ni son lo mismo, ni van destinadas al mismo público.
En el “informe” la OCU analiza los tres factores que se les supone a las BB Cream: hidratación, protección solar y maquillaje, además de los conservantes empleados, pero las conclusiones a las que llega no son del todo acertadas.
- Capacidad humectante y/o hidratante
Una sustancia humectante es la que absorbe o ayuda a retener la humedad, mientras que una hidratante imparte o restaura el agua de la piel.
Una crema es humectante cuando actúa en forma de barrera protectora en la piel evitando la evaporación del agua que contiene el tejido. Además, favorece la captación de agua del medio ambiente, la integra a la superficie cutánea y restablece el manto ácido de la piel, el cual protege el cutis contra la acción de factores dañinos del medio ambiente. Estas cremas son ricas en glicerina, urea, alantoína (allantoin), panthenol, propilenglicol, etc.
Una crema es hidratante cuando aporta la cantidad de agua que necesita la célula para sus funciones metabólicas. Las cremas hidratantes actúan en las capas profundas de la piel y pueden ser simples o complejas. Las simples son a base de lanolin y aceites vegetales, y las compuestas contienen sustancias activas, como vitaminas, sales y minerales.
Todas las cremas analizadas contienen agentes humectantes e hidratantes en su formulación, así que todas ellas cumplen a la perfección este requisito. Lo que hizo la OCU para analizar este factor fue hacer un estudio con mujeres voluntarias: “Para comprobar cuánta hidratación proporcionan, probamos cada crema en 20 mujeres entre 24 y 65 años. Sin saber cuál era cuál, se aplicaban el producto en estudio sobre la piel de un antebrazo y sobre el otro una crema de control de resultados conocidos. Tras dos semanas de uso continuo, se midió si el nivel de hidratación había mejorado y la diferencia con el producto de control. Los resultados fueron buenos en casi todas las marcas”. Tanto la franja de edad como el número de mujeres empleados en este estudio no es muy acertado puesto que no se trata de una muestra representativa. Otro de los problemas que presenta este estudio es que estas cremas van dirigidas al uso en el rostro, no a su uso en el antebrazo, donde ni el pH, ni el nivel de producción de sebo, sudoración, exposición a la intemperie, etc. son comparables.
Ya tenemos el primer fallo del “estudio”, pero al menos ninguna de las marcas analizada sale mal parada en esta parte.
- Ilumina y da color
Las BB Cream suelen contener “polvos de talco, arcilla, sales de magnesio y aluminio para conseguir el efecto mate y pigmentos como los óxidos de hierro o mica para unificar el tono”. Estos activos se encuentran dispersos en la crema o encapsulados para que su liberación sólo tenga lugar cuando extendamos la crema por el rostro. La utilidad de estas sustancias es dar un toque de color al rostro, iluminarlo, pero no cubrir imperfecciones acusadas.
La OCU, en su “informe”, compara estas cremas con los maquillajes o con las cremas hidratantes con color, e insinúan que no son tan cubrientes como un maquillaje y tampoco encontramos un abanico de tonos tan amplio. Correcto; el problema es que una BB Cream no es un maquillaje ni lo pretende. Si lo que un usuario quiere es utilizar un maquillaje tendrá que aplicarse primero una hidratante, así que tanto la intención como la aplicación son totalmente diferentes.
- Protección solar
El factor de protección solar o índice de protección solar (SPF) indica cuánto tiempo más un protector solar aumenta la capacidad de defensa natural de la piel antes de llegar a quemarse una persona, usando un producto de protección frente a un eritema o enrojecimiento de la piel previo a la quemadura.
Por ejemplo, una persona de piel clara que normalmente empieza a quemarse después de diez minutos al sol, tardaría 15 veces ese tiempo con un SPF-15 (150 minutos o 2,5 horas).
Los filtros solares habituales son los óxidos de titanio o de zinc, ya que al ser fluorescentes absorben la radiación UV, la disipan, y a continuación la reemiten con una longitud de onda menor, que en este caso cae dentro del espectro visible, de modo que nos protegen de la radiación UV.
Hay que tener en cuenta que la radiación UV es mutagénica, y por tanto cancerígena, así que el uso de cremas con protección solar, además de prevenir el fotoenvejecimiento de la piel y la aparición de manchas y arrugas, previene de algo mucho más importante: el cáncer.
Todas las BB Creams analizadas llevan protección solar (entre SPF-15 y SPF-30), con lo que es una protección adecuada en una crema de uso diario, siempre y cuando la exposición al sol sea limitada. En el “informe” la OCU dice “una BB Cream se suele aplicar una sola vez por la mañana en una fina capa, mientras que un filtro solar debe extenderse de forma abundante y renovar su aplicación cada dos o tres horas. En conclusión, como protector solar no son interesantes. Si va a estar muy expuesta a la intemperie, use una crema solar específica”. Es cierto que si uno va a estar muy expuesto al sol, como en una playa, no es apropiado el uso de una BB Cream. El error del “informe” es que una BB Cream no está diseñada para ir a la playa, sino como crema de uso diario. Para ir a la playa hay que utilizar una crema solar -para eso existen- y para uso diario existen otro tipo de formatos más adecuados, como las BB Cream o simplemente hidratantes con protección UV. Además, si por alguna razón el usuario de una BB Cream está más expuesto al sol de lo que esperaba ese día, siempre puede reponer la crema. No veo el problema en este aspecto, al menos el problema no es de la crema en sí, sino del posible mal uso que un usuario haga de ella, destinándola para fines para los que el producto no ha sido diseñado.
- Conservantes
Los conservantes se incorporan principalmente a los productos para evitar su deterioro y prolongar su vida comercial, así como para proteger al consumidor de la posibilidad de infección frente a algún determinado microorganismo patógeno. Normalmente todo producto está expuesto a dos tipos de agentes potencialmente contaminantes durante su uso, como son el medio ambiente y el propio consumidor.
Dentro de ellos encontramos los antioxidantes y los antimicrobianos y antifúngicos. Los más habituales son los parabenos: Metilparaben, Etilparaben, Propilparaben y Butilparaben. Utilizados desde hace más de 70 años con un excelente registro de seguridad, estables y efectivos en un amplio rango de pH y estables al calor. Ocupan el segundo lugar tras el agua como ingrediente más utilizado en las formulaciones cosméticas. Considerando el amplio uso que muestran en la industria, la incidencia alérgica es relativamente baja en comparación con otros conservantes, por lo que son considerados los más seguros y de mayor tolerancia para pieles sensibles.
Su eficacia como conservantes en combinación con su bajo coste y su largo historial de inocuidad en su uso los convierten en los conservantes de mayor uso, tanto en alimentación como en cosmética. En la actualidad estos productos están siendo socialmente vapuleados, a pesar de no haberse encontrado ninguna evidencia científica sobre sus perjuicios para la salud o el medioambiente. [1] [2] [3]
Muchos productos cosméticos (actualmente la mayoría) han eliminado los parabenos de su composición porque el consumidor medio los asocia con algo negativo. Y si una marca los elimina, se anuncia como “libre de parabenos”, el consumidor asume ese lema como reclamo, y lo asocia a una mejor calidad y seguridad del producto, pero no es así. Es un recurso publicitario, nada que ver con la seguridad.
Si consultamos el Diario Oficial de la Unión Europea (Reglamento (CE) No 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo sobre los productos cosméticos [4] ) veremos que los parabenos empleados en las BB Cream analizadas están autorizados, y que además sólo tres de las BB Cream “analizadas” por la OCU presentan algún tipo de parabeno en su formulación, y en el “informe” de la OCU insinúan que esto es algo pernicioso y aseguran que además incumple algún tipo de normativa de la UE. Esto es FALSO. Estas tres BB Cream que llevan parabenos son, a juicio de la OCU, “no recomedables”, pero no se basan en ningún criterio médico ni autoridad que lo respalde, es sólo opinión.
Las observaciones que me gustaría transmitir tras analizar este “informe” de la OCU son:
- Cada producto cosmético está destinado a un uso concreto y a un tipo de público concreto, y hacerlo correctamente es responsabilidad del usuario. De la misma forma que no usarías un anticelulítico como mascarilla del pelo no puedes usar una BB Cream como crema solar. Y si, como usuario, no sabes por qué producto decantarte, déjate aconsejar por un profesional.
- No siempre lo más caro es lo mejor, pero normalmente, mal que le pese al bolsillo, a veces ocurre que lo caro es lo mejor. Además de pagar la marca (cosa que a veces es lo que más encarece el producto) pagamos un laboratorio que trabaja al máximo nivel de exigencia, que desarrolla productos punteros, que tiene el potencial de hacer estudios representativos, que cuenta con médicos, farmacéuticos, biólogos y químicos en su plantilla. La calidad se paga. Un ejemplo sencillo: si yo no tengo un Porsche no es porque no crea en su calidad, o crea que el producto es un engaño, es porque no me lo puedo permitir, o simplemente no lo necesito.
- Las tres BB Cream que lideran la clasificación por su buena calidad son fruto de distinguidos laboratorios cosméticos, pero lo que llama la atención es que en el informe también destacan un cuarto producto, el más económico, el que sólo se vende en supermercados bajo el nombre del mismo, y que carece del factor más importante y difícil de lograr en una BB Cream: la protección solar. No es la primera vez que la OCU publica un “estudio” donde un producto de supermercado aparece en una posición destacada y días después se convierte en un éxito de ventas. A esto se le llama “populismo”, o indirectamente “publicidad”, pero también tiene otra lectura: menospreciar la labor de todos esos trabajadores cualificados que diseñan los productos cosméticos más sobresalientes del mercado, ya que conseguir aunar estas tres propiedades en un solo producto es más difícil de lo que parece.
- Las BB Cream son productos con propiedades sencillas: hidratan, protegen del sol y dan color, así que no prometen nada que no cumplan.
- Y quizá la conclusión más importante: los productos cosméticos actuales son seguros.
Química y divulgadora científica.
Especialista en arte contemporáneo.
Trabaja en Órbita Laika de Televisión Española, en Radio Nacional y en la Televisión de Galicia.
Premio Prismas, Bitácoras y Tesla de divulgación.
Autora de ‘Todo es cuestión de química’ y ‘¡Que se le van las vitaminas!’.
Su página web: DIMETILSULFURO.ES