El jardín de las pirámides marcianas (y una curiosidad geológica)

Por nchazarra, el 26 junio, 2015. Categoría(s): Geología • Tituláridos

A menudo, y más en verano, me cuesta distinguir que noticias son de verdad y cuales una broma. Es posible que el sofocante calor que deja patinando nuestras neuronas entre gotas de salado sudor, sumado al éxodo casi bíblico que provoca el periodo vacacional, sea el responsable de titulares tan esperpénticos como el siguiente que hemos podido leer el pasado día 24 de Junio en La Vanguardia: “La desconcertante ‘pirámide’ detectada en Marte”. Y no solo eso, sino que además ha estado entre las 3 noticias más leídas en las 24 horas posteriores a su publicación.

¿Pirámides en Marte? ¡Exclusiva mundial! Supongo que eso habrán pensado en la redacción de La Vanguardia. Llegan tarde. Y es que desde las primeras misiones de las sondas Viking, allá por la década de los 70, llevamos descubriendo cosas que parecen pirámides, esculturas de caras en Marte y otras pruebas irrefutables de la existencia de… rocas en Marte.

Desgraciadamente, que sepamos, ninguna de esas pirámides ni esculturas son tales, sino un juego de luces y sombras unido a la baja resolución de las cámaras de la época. Al menos, de momento, los egipcios no vinieron de Marte.

Imagen de la famosa cara de Marte, tomada por la Viking 1. Es la misma cara que a mi se me ha quedado al leer el titular de La Vanguardia. NASA/JPL.
Imagen de la famosa cara de Marte, tomada por la Viking 1. Es la misma cara que a mi se me ha quedado al leer el titular de La Vanguardia. NASA/JPL.

Pero entonces llegó el Curiosity a la superficie, y con su gran resolución, permitió el descubrimiento arqueológico definitivo que todos estábamos esperando: “la pirámide es la evidencia de que una antigua civilización vivió una vez en el planeta rojo.”, se autoafirma la noticia sin ninguna atribución. Una pena que los científicos de la NASA hayan querido ocultarlo durante tanto tiempo y que el resto de ruinas no parezcan más que un pedregal cuyas piezas han quedado a la par desordenadas e irreconocibles.

Y es que la fuente de la noticia no puede ser de mayor calidad y rigurosidad científica: El tabloide británico Daily Mail, el mismo que dice que una mujer del siglo 19 era en realidad un yeti hembra, pero que al casarse en santo matrimonio, y tener hijos, pasó desapercibida hasta el 2015.

Pero claro, lo que si es cierto es que en Marte no hay una pirámide, sino muchas, pero no fueron construidas por ninguna civilización avanzada que no dejó ningún otro rastro, sino que fue la singular geología del planeta la responsable de construir estas formas singulares.

¿Pirámide o roca? Juzga por ti mismo. NASA/JPL/MSSS.
¿Pirámide o roca? Juzga por ti mismo. NASA/JPL/MSSS.

Lo que en realidad vemos en la imagen con forma de pirámide es lo que los geólogos conocemos como ventifacto. Los ventifactos no son más que rocas cuya forma ha sido esculpida por acción del viento, del hielo, o por la de ambas combinadas. De hecho, una de las primeras rocas que investigó el Curiosity tras su llegada al planeta fue una roca con forma piramidal llamada Jake Matijevic, concretamente la que hay justo encima de este párrafo.

En Marte, uno de los agentes más importantes de modelado del relieve hoy día es el viento. Dependiendo de la velocidad del viento, este puede tener la suficiente energía como para llevar consigo granos de arena que al chocar contra las rocas poco a poco van dándole forma e incluso en algunos casos, “puliéndolas”. Este tipo de modelado ocurre en zonas áridas principalmente, donde no hay vegetación, como es el caso de Marte, y que sea capaz de frenar las partículas, por lo que las rocas quedan totalmente expuestas a colisiones con partículas que transporte el viento.

La forma tallada de estas rocas se debe a la erosión eólica por el contacto con granos de arena transportados por el viento, y no por ninguna tecnología alienígena. Nuncan tendrán forma de pirámide porque la dirección del viento en esta zona suele ser una muy dominante, por lo que la erosión es muy desigual.
La forma tallada de estas rocas se debe a la erosión eólica por el contacto con granos de arena transportados por el viento, y no por ninguna tecnología alienígena. Nuncan tendrán forma de pirámide porque la dirección del viento en esta zona suele ser una muy dominante, por lo que la erosión es muy desigual.

En nuestro planeta es relativamente común encontrar este tipo de formaciones rocosas en zonas desérticas, pero hasta hace unos años se pensaba que en Marte la capacidad erosiva del viento (debido a la poca densidad de su atmósfera) no era la suficiente para seguir moviendo dunas y erosionando el paisaje, aunque se ha demostrado que si lo es, y que en la actualidad todavía algunos campos de dunas siguen en movimiento, que hay tormentas de arena e incluso que la erosión continúa, aunque no a un ritmo tan alto como en tiempos pretéritos, cuando la atmósfera era mucho más densa. Si os apetece ver este tipo de formas de erosión en España, por ejemplo, podéis verlo en Guardías Viejas, provincia de Almería, junto al castillo.

Esta forma de cresta fue creada por la erosión eólica en Guardias Viejas, Almería.
Esta forma de cresta fue creada por la erosión eólica en Guardias Viejas, Almería.

Y por supuesto, si queréis seguir leyendo sobre el antiguo egipto, Europa Press nos regala otra noticia que va a cambiar nuestra forma de ver el mundo: Los egipcios conocían la velocidad de la luz y también el tamaño de la estrella Sirio. Como dijo el gran Steve Wonder: Si bebes, no conduzcas.



Por nchazarra, publicado el 26 junio, 2015
Categoría(s): Geología • Tituláridos