Versión íntegra del artículo originariamente publicado el domingo 30 de octubre de 2016 en el Suplemento «El Zoco» de Diario Córdoba. La gran mayoría de la información que aquí aparece ha sido conseguida gracias a las extensas y detalladas entradas de Daniel Marín en su blog Eureka y del artículo especial de Pedro León en Sondas Espaciales, y a ambos remito tanto para profundizar en este tema como para estar al tanto de todas las novedades sobre la misión ExoMars.
El pasado miércoles 19 de octubre la Agencia Espacial Europea (ESA) consiguió exitosamente colocar la sonda ExoMars TGO (“Trace Gas Orbiter”) alrededor de Marte. Comienza así la primera fase de una ambiciosa misión cuyo objetivo principal es buscar evidencia de vida en el Planeta Rojo, sea en la actualidad o en el pasado. Además ExoMars investigará la composición de la superficie marciana, incluyendo un análisis de su geoquímica y geoquímica, estudiará en detalle la distribución de agua en el planeta, y realizará un inventario detallado de los gases de la atmósfera de Marte, prestando especial atención a la distribución de metano para discernir si su origen es geológico o biológico.
Originariamente esta misión iba a ser conjunta entre ESA y la agencia estadounidense del espacio (NASA) pero ésta se retiró del proyecto en febrero de 2012. Fue cuando entró en la colaboración la Agencia Espacial Federal Rusa, que se encarga (entre otras cosas) del lanzamiento usando los cohetes rusos Protón-M. En 2009 se decidió dividir la misión en dos partes: una en 2016, que consta con un orbitador (TGO) y un módulo de aterrizaje (Schiaparelli EDM), y otra en 2020 que pondrá sobre la superficie marciana el “Rover ExoMars”.
El ExoMars TGO y el módulo de aterrizaje Schiaparelli EDM (Entry, Descent and Landing Demostrator Module) fueron lanzados el 14 de marzo de 2016. Siete meses después, el 16 de octubre, Schiaparelli EDM se separó del orbitador e inició la aproximación a la superficie marciana. El objetivo de este módulo de aterrizaje es precisamente probar la tecnología desarrollada por ESA para colocar de forma segura el Rover ExoMars en Marte en 2020. Así, Schiaparelli EDM es un módulo experimental pensado para probar los sistemas de aterrizaje y apenas lleva instrumentación científica ni paneles solares. Sólo consta de pequeños dispositivos para medir la presión atmosférica, el viento, la humedad, la temperatura, los campos eléctricos y la transparencia de la atmósfera marciana. Además, como no posee ni baterías adicionales ni paneles solares, Schiaparelli EDM está diseñada para tener una vida muy corta (unos pocos días). Lo más importante son los mecanismos de aterrizaje: el escudo térmico, el paracaídas y unos motores.
Sin embargo, aunque ExoMars TGO consiguió sin problemas la inserción en órbita marciana, el aterrizador Schiaparelli EDM desapareció sin dejar rastro. La señal de este módulo, que se siguió desde Tierra gracias a las observaciones conseguidas con el radiointerferómetro GMRT (India), se perdió 50 segundos antes de lo esperado. Se sabía que la señal podría desaparecer por unos minutos, porque la geometría de la sonda vista desde la Tierra podría cambiar bruscamente antes del aterrizaje. Pero 50 segundos eran mucho: desde el principio los ingenieros de ESA se esperaban lo peor. Pronto se supo que algo raro había ocurrido: el paracaídas se había soltado antes de lo esperado y los motores de frenado se habían encendido sólo por cuatro segundo en lugar de los 30 previstos. El aterrizador posiblemente se había estrellado.

Dos días después, gracias a las imágenes proporcionadas por la sonda MRO (Mars Reconnaissance Orbiter) de NASA, se encontraron dos nuevos pequeños cráteres (uno oscuro de 15×20 metros y otro blanco de 12 metros que parece ser el paracaídas) en la zona prevista de aterrizaje para Schiaparelli EDM, en Meridiani Planum, muy cerca de la localización del rover Opportunity (NASA), que por cierto iba a observar la llegada del aterrizador europeo. Los últimos datos apuntan a que parece que fue un fallo de software lo que hizo pensar al ordenador de Schiaparelli EDM que estaba en el suelo antes de tiempo.
Por supuesto, la principal noticia que ha transcendido al público es que la misión ha sido un fracaso. Pero esto no es en absoluto justo con lo que ha pasado. Como se ha dicho, el orbitador ExoMars TGO funciona perfectamente. Además, se pudieron recoger casi todos los datos de Schiaparelli EDM antes de perder contacto con ella. Su análisis servirá para mejorar y hacer más seguro el diseño del aterrizador de 2020, que es el verdaderamente importante. Además, hay que insistir en que cualquier misión espacial es terriblemente complicada, y nos estamos acostumbrado a que las cosas están saliendo bien últimamente. De hecho, sólo el 41% de las misiones enviadas a Marte por estadounidenses, rusos, o europeos han sido exitosas. Finalmente no hay que perder la atención del objetivo principal de ExoMars: encontrar la primera evidencia de vida fuera de la Tierra. El problema del aterrizador Schiaparelli EDM ha sido parte del proceso de esta misión que podría llevarnos a una nueva revolución a la comprensión de nuestro propio lugar en el Cosmos.
Actualización: Sólo unas horas después de enviar este artículo se hicieron públicas unas imágenes en alta resolución obtenidas por la cámara HiRISE de MRO (NASA) que mostraban con todo detalle el destino final del aterrizador Schiaparelli EDM,

Por supuesto, Daniel Marín lo recogió en su blog casi al instante.
Más información:
– Éxito y tragedia en Marte: ExoMars TGO está en órbita y Schiaparelli ha desaparecido, Eureka, 20 de octubre de 2016.
– Schiaparelli se estrelló en Marte, Eureka, 21 de octubre 2016
– Revisitando los restos de Schiaparelli, Eureka, 27 octubre 2016.
– Especial de Pedro León sobre la misión ExoMars en Sondas Espaciales.
Ángel López-Sánchez es astrónomo y comunicador científico en la Escuela de Ciencias Matemáticas y Físicas de la Universidad de Macquarie (MQ) con sede en Sydney, Australia. Es un reconocido experto en el estudio de cómo el gas se convierte en estrellas en galaxias cercanas y cómo esto afecta la evolución de las galaxias, particularmente el enriquecimiento químico. Dirige el programa «HI KOALA IFS Dwarf galaxy Survey» (Hi-KIDS), que utiliza el instrumento KOALA en el Telescopio Anglo-Australiano (AAT) de 3,9 m para diseccionar 100 galaxias enanas cercanas ricas en gas para comprender su historia y evolución. También brinda apoyo a los astrónomos visitantes del AAT. Es un miembro activo en grandes estudios de galaxias espectroscópicas y los próximos estudios de galaxias ópticas y de radio.
Tras recibir la licenciatura en Física Teórica en Granada en 2000 completó su Tesis Doctoral en Astrofísica en el prestigioso Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC, España) en diciembre de 2006. Se trasladó a Australia en 2007, cuando se incorporó al CSIRO «Astronomy and Space Science» para trabajar en el «Local Volumen HI Survey ”(LVHIS), que realizó observaciones radio-interferométricas de galaxias ricas en gas en el Australian Telescope Compact Array. En 2011 se unió al Australian Astronomical Observatory (AAO) y a la Universidad de Macquarie combinando soporte de instrumentación telescópica, investigación, conferencias y divulgación. En mayo de 2023 fue incorporado como investigador académico a tiempo completo en la Escuela de Ciencias Matemáticas y Físicas de la Universidad de Macquarie.
Es el actual presidente de la asociación de Investigadores Españoles en Australia-Pacífico (SRAP, Spanish Researchers in Australia-Pacific), entidad de la que es miembro fundador, y participa activamente en RAICEX (Red de Asociaciones de Investigadores Españoles en el Extranjero) dentro de la comisión de comunicación y en diplomacia científica. Es el vicepresidente de la Agrupación Astronómica de Córdoba (AAC), representante de la Red Andaluza de Astronomía (RAdA) y miembro de la Unión Astronómica Internacional (IAU), la Sociedad Española de Astronomía (SEA) y la Australian Astronomical Society (ASA).
Es miembro de la comisión ProAm (relaciones entre astrofísicos profesionales y astrónomos aficionados) de la SEA, de la que fue coordinador entre 2016 y 2020, y participa activamente en poner en contacto el mundo de la astrofísica profesional y de la astronomía aficionado. Es un apasionado astrónomo aficionado que utiliza su propio equipo para capturar la belleza del Cosmos.
Fue el primer astrofísico español en tener un blog de divulgación astronómica («El Lobo Rayado», en 2003) y es miembro fundador de la red Naukas, donde tiene el blog «Universo Rayado» desde 2015.