Naukas es una cosa muy seria. Recién regreso del evento Naukas-2018, mi segundo Naukas en Bilbao, y quiero aprovechar los latidos acelerados y la excitación de todos los sentidos que todavía retengo, tras estos dos días y medio en el inmenso Palacio Euskalduna, para escribir estas impresiones. Es increible que un evento que logra reunir más de 2000 personas para disfrutar de la ciencia y el conocimiento no abra televisiones, radios y periódicos por todo el país, con alguna honrosa excepción, como Euskal Irrati Telebista y Deia. Adicionalmente, EITB proporciona todas las charlas en directo (en streaming) y mantiene los vídeos en su web. Más allá de las redes sociales y del círculo de influencia de los 125 Naukers, que alguien me dijo que ya somos, el evento Naukas sigue siendo probablemente desconocido para el gran público. En particular, lo reconozco, también entre muchos de mis colegas investigadores. Los grandes medios de comunicación parecen preferir seguir indagando los historiales académicos de nuestros políticos.
Naukas es algo muy grande. Concita anualmente en Bilbao los mejores divulgadores del país. Maestros, profesores de instituto, periodistas, profesores de universidad, investigadores, comunicadores, divulgadores profesionales, médicos, psicólogos, abogados,… personas curiosas y con inquietudes científicas. En definitiva, personas comprometidas con la ciencia y generosas con su sabiduría. Las charlas Naukas, de 10 minutos de duración, podrían definirse como pequeñas historias, idealmente sencillas de entender y ante todo bellas, de las que siempre se puede aprender algo y con las que siempre uno se entretiene. Probablemente hay tantos estilos de charlas como Naukers. Algunas charlas usan el humor, a veces explícito, otras veces irónico y más sutil. Hay charlas que optan por la belleza de las imágenes que muestran y/o las palabras que se conjugan. Y finalmente las hay que van directas al estómago, pasando por el corazón, como puñetazos de realidad que nos recuerdan que vivimos en un mundo complejo y diverso. Lo que sí está garantizado es que ninguna charla te deja indiferente. Adicionalmente, entre las charlas Naukas, se intercalan espectáculos musicales, entrevistas, vídeos o performances, sin olvidar en ningún momento que todo gira alrededor de la ciencia.
Naukas-2018 no ha sido una excepción.
El espectáculo empezó el jueves por la tarde, con Naukas-Pro, charlas de profesionales, tecnólogos o investigadores, que acercan su trabajo diario a la sociedad en forma de charlas asequibles de 20 minutos. Disfrutamos de 8 charlas estupendas, de temas muy variados y bien seleccionados por los organizadores: biotecnología vegetal, nuevos materiales, nanosatélites, sistemas de elección en democracia, arqueología de salinas, coches eléctricos y circulación, microorganismos en ambientes extremos… Fui comentando las ocho charlas en este hilo de twitter. La guinda de la tarde se la adjudico a Aaron Nercellas, de Alen Space, cuando mostró una maqueta de un nanosatélite como los que su empresa construye desde Vigo, para múltiples proyectos que requieren conexión y comunicación.
El evento Naukas-2018 llenó los dos días siguientes. Los organizadores nos reservaban una primera sorpresa, con un cálido mensaje de bienvenida grabado en vídeo de Pedro Duque, Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades. La primera charla de un evento de estas características es siempre difícil. Hay que enganchar y entusiasmar al público desde el primer momento. Rosa Porcel y Daniel Torregrosa sin duda lo consiguieron, hablándonos del universo bajo nuestros pies y de nuestros orígenes en las estrellas, respectivamente, con sus charlas iniciales el viernes y el sábado. Con ellos pudimos descubrir las maravillas que tenemos debajo y encima nuestro. Tras ellos siguieron muchas más intervenciones, que no pretendo comentar en su totalidad, gracias a que todas ellas están disponibles en esta página web dedicada de Euskal Irrati Telebista.
Almudena M. Castro e Iñaki Úcar volvieron a compartir sus conocimientos de la física de la música de la mano de la orquesta sinfónica de la UPV/EHU y con el sublime acompañamiento de la inacabada de Schubert. Los espectáculos musicales corrieron a cuenta esta vez no solo de los ya míticos Natalia Ruiz y Manuel González, transmutados esta vez en los archiconocidos astrofísicos Raffaella Carrà y Raphael, sino también de un nuevo y sorprendente dúo muy dinámico de divulgadoras, Gemma del Caño y Marían García, que deconstruyeron un sandwitch mixto arrancándose con cuatro éxitos de los 70 y 80, para una mejor digestión y comprensión del respetable.
Los temas sociales también tuvieron su momento en Naukas-2017. Dolores Bueno nos habló de la muerte en primera persona en una charla impactante y seguramente muy difícil de verbalizar. Javier Armentia nos recordó la invisibilidad del colectivo LGTBIQ, también en ciencia. La necesidad de ampliar nuestra habitual categorización de personas en hombres y mujeres, para incluir a personas que no se sienten identificadas con ninguna de las dos etiquetas, fue objeto de la charla de Ana Aguirre. Una de las charlas que también disfruté por la generosidad y compromiso que transpiraba fue la de Jesús A. Gómez, promotor del proyecto Cienciaterapia, que lleva el entretenimiento en forma de sencillos experimentos científicos a los hospitales, para aliviar o hacer olvidar por unos instantes el sufrimiento de los pacientes infantiles ingresados y de sus familiares. Gabriela Jorquera nos presentó en su charla como medir la pobreza.
La visión fue también un hilo conductor que sobrevoló en diversas ocasiones el Euskalduna. La gran neurocientífica riotinteña Conchi Lillo nos habló de cómo percibimos imágenes y colores a través de nuestros ojos y con la ayuda de nuestro cerebro, y de lo que sucede cuando fallan algunas de las células implicadas en la función visual. Karmele Gómez Garmendia nos sorprendió a todos compartiendo su sinestesia, en la que las palabras cobran vida y se expresan con formas y colores diferentes en su visión tan particular. Inés Dawson nos explicó la magnífica visión de la que disfrutan las aves. Debora García Bello, con su elegancia y temple habitual, también nos habló de visión y de la diferencia entre ver y mirar. Finalmente, José Miguel Mulet, que no da puntada sin hilo, aunque no habló de visión, se refirió al libro de Antonio Martínez Ron El ojo desnudo para recordarle, cariñosamente, que al hablar de la luz había olvidado mencionar los organismos que son capaces de aprovechar y transformar su energía en materia: ¡las plantas!
Las matemáticas estuvieron representadas en Naukas-18 por la gran Clara Grima, capitana de los escutoides; por Pablo Rodríguez, que nos confesó cómo se convirtió en matemático, y por Juan Antonio Cuestas, que vino a Bilbao a restaurar el honor y la dignidad de la estadística. Las presentaciones de aspectos técnicos, tecnológicos y físicos vinieron de la mano de divulgadores con gran experiencia como Francis Villatoro (explicándonos nuevas propiedades del grafeno descubiertas por un investigador español en EEUU), Iván Rivera (que nos convenció que los nuevos coches eléctricos no tienen nada de nuevos), Maia Garcia Vergniory (hablándonos de nuevos materiales y de su papel a lo largo de la historia), y Sergio L. Palacios (que aprovechó la ausencia de dietistas y nutricionistas para demostrarnos la dieta que deberían consumir los superhéroes).
Las performances no musicales de esta edición nos las trajeron el fantástico cacharrista Javier Fernández Panadero, que nos mostró cómo abrir un bizcocho por la mitad con hilo dental, e Ignacio López Goñi, que llenó el Euskalduna de luz al iniciar una reacción en cadena imparable de conjugación entre los asistentes que blandían las linternas de sus móviles al recibir vitualmente las resistencias a antibióticos. Fue precioso ver el auditorio llenándose progresivamente de luces a partir de los mutantes iniciales.
También hubo lugar para presentaciones relativas a la salud, incluida la salud sexual, con las divertidas (e instructivas!) charlas de Laura Morán y Elena Lázaro, y también la charla que nos dio Eva Ferreira. María José Mas y Javier Burgos prepararon sendas charlas relativas a distintos aspectos del cerebro, probablemente nuestro órgano más complejo, y María José Moreno nos recordó aspectos básicos de biología de reproducción.
No me olvido del estupendo vídeo-entrevista-documental El secreto de la naturaleza que José A. Pérez Ledo realizó a Pedro Miguel Etxenique, que visualizamos en primicia en Naukas-18, y de las entrevistas a la investigadora Alicia Sintes, participante en el descubrimiento de las ondas gravitacionales; y a Francis Mojica, descubridor de los sistemas CRISPR, que realizamos Antonio Martínez Ron y servidor. José A. Pérez, Joaquín Sevilla y Gemma del Caño se llevaron, merecidamente, los tres premios TESLA a la divulgación científica de este año.
He dejado para el final la charla de Carlos Briones. Probablemente la suya fue la mejor de todas las que se impartieron en Naukas-2018, y quizás deba ampliarse el rango a anteriores eventos Naukas (aunque yo solo puedo comparar esta edición y la anterior). Carlos simple y llanamente nos contó en 10 minutos toda la historia del universo, de la Tierra y de la vida sobre ella, ilustrada con 55 obras de arte cuya aparición controlaba a golpe de click, para hacerlas coincidir en el justo momento en el que salían las ideas precisas de su boca. Una intervención prodigiosa, pura poesía visual y profundo conocimiento de la materia. A más de uno se le humedecieron los ojos, al no poder contener la emoción que provocó esta intervención. Con esta charla, Carlos Briones, que ya era admirado por muchos de nosotros, pasa directamente a la categoría de leyenda. Propongo que su charla se convierta en la unidad internacional fundamental de las charlas de divulgación. El Brión (B) queda definido como la charla de divulgación científica perfecta de 10 minutos. El resto de charlas deberá estandarizarse en relación al Brión, naturalmente con notaciones decimales. La calidad de las charlas pasará a calificarse como 0,3 Briones, 0,7 Briones, etc…
Y para terminar este pequeño resumen, no exhaustivo, resaltar y agradecer el gran trabajo realizado por los organizadores del evento: Juan Ignacio Pérez, Javier Peláez, Antonio Martínez Ron y Miguel Artime, los verdaderos responsables del éxito de Naukas-18. Y gracias a todos los ponentes, participantes y asistentes. Entre todos contribuimos a que el evento fuera memorable.
¡Ya falta menos para Naukas-19!
Barcelona (1963). Biólogo de educación, genetista de formación y biotecnólogo de profesión. He trabajado en Barcelona, Heidelberg y, desde 1997, en Madrid. Investigador científico del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB), investigador del CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER-ISCIII). Utilizo modelos animales modificados y editados genéticamente, con las herramientas CRISPR, para entender y desarrollar posibles terapias para el albinismo. Además de la investigación, me apasiona la bioética y la divulgación.