Ciencia sin fronteras, 2: lo que nos ha enseñado la pandemia

Por Alfonso Araujo, el 31 enero, 2021. Categoría(s): #sinCiencia no hay futuro

China ha tenido un crecimiento espectacular en la arena mundial en las últimas dos décadas, y no poco de su éxito se ha debido a políticas constantes de expansión de la inversión en nuevas tecnologías. Es cierto que su éxito temprano a partir de principio de los 80s se debió a la apertura al comercio, la coinversión y la instalación de Zonas Económicas Especiales que explotaron las ventajas de la manufactura a gran escala. Sin embargo, en paralelo y en especial a partir del 2000, las políticas de fomento a la ciencia, la investigación básica, la creación de patentes y el énfasis en tecnologías de punta, le han dado el siguiente impulso para ir más allá de la mera economía de manufactura y exportación. En los últimos cuatro “Planes Quinquenales”, que son las directrices de política pública que se publican cada cinco años, el énfasis de desarrollo de ciencia y tecnología ha aparecido en lo más alto de las prioridades, y los temas designados como “de importancia estratégica” incluyen biotecnología y ciencias de la salud, inteligencia artificial, robótica y manufactura inteligente, energías renovables y ciencia de alimentos.

Ahora bien, aunque China tiene una cantidad inmensa de recursos humanos, aún le falta: su sistema educativo ha estado renovándose desde 1993, modernizando su infraestructura y sus métodos en tres etapas básicas de una década cada una. Ahora mismo es, desde luego, mucho mejor que a principios de los 90, que estaba en peligrosa obsolescencia; pero no ha llegado a la capacidad de generar el recurso humano de alto nivel en las cantidades requeridas por una economía de su tamaño. Por esto, una de las políticas más importantes en las últimas dos décadas ha sido el desarrollo de incentivos de cooperación con investigadores extranjeros, que ya ha atraído a muchos chinos de ultramar formados en universidades de primer nivel, así como a investigadores de otros países.

En suma: existe ahora mismo una situación que se presta a la cooperación entre China y Latinoamérica. Por un lado, el país oriental está hambriento de más talentos y tecnologías de punta; y por el otro, muchos países latinoamericanos tienen científicos de alto nivel pero que se desempeñan en ambientes donde la escasez de inversión es un problema crónico.

El 16 de mayo de 2019 se inauguró en China, el Innovation Tec Hub (iHub), una oficina que tiene como objetivo aprovechar esta circunstancia. La idea es fomentar desarrollos conjuntos de proyectos tecnológicos: científicos mexicanos, latinoamericanos y españoles pueden presentar sus investigaciones y proyectos y obtener fondeo, socios, protección de propiedad intelectual, aceleración de procesos y acceso a un mercado atractivo por su tamaño y su dinamismo. El espacio no fue fácil de abrir: casi dos años de cabildeo dieron como fruto una alianza entre el Tecnológico de Monterrey y el gobierno de Hangzhou-Jianggan, no lejos de la ciudad de Shanghai.

En 2019 se presentaron los primeros 12 proyectos, todos de científicos e innovadores mexicanos; ese mismo año se aprobaron 3 de ellos, de los cuales el primero fue desarrollado en conjunto con la Universidad Dianzi de Hangzhou (HDU). El profesor Manuel Macías y su equipo del TEC de Monterrey estuvieron seis meses en China creando la primera instalación de sus “Remote Labs”, un sistema que permite la educación a distancia en temas de ingeniería avanzada. El éxito fue inmediato y no sólo se ha incluido en el currículum de la universidad, sino que al día de hoy hay un proyecto nuevo para crear cuatro laboratorios más, y hacer un desarrollo especial para comunidades remotas en Tibet. Adicional a esto, HDU y el TEC de Monterrey empezaron las labores para la creación de un laboratorio binacional, con ingenieros de ambos lados colaborando en investigación de microelectrónica.

Otros proyectos aprobados de los 12 originales incluyen nanotecnología y sensores para monitoreo de alimentos, y recientemente se ha aprobado un programa de sistemas para control de sillas de ruedas inteligentes. El líder del proyecto llega a China a fines de noviembre para una estancia de seis meses.

En enero, el 2020 parecía ser un año de mucho más intercambio, pero la pandemia vino a trastocar gravemente la principal actividad del Hub, que es la movilidad de científicos. Sin embargo, siguiendo la tendencia de virtualización de la comunicación, de octubre 12 al 23 se realizó el primer foro virtual de presentación de proyectos, esta vez incluyendo a innovadores de Latinoamérica: el LatAm-China Innovation Day.

El evento duró dos semanas: la primera fue enfocada en presentar pitches tecnológicos provenientes de México, Chile, Perú y Colombia: 14 en total. Del lado chino, varios representantes de gobierno, fondos de capital especializado, y empresas de biotecnología evaluaron propuestas de dispositivos médicos, inteligencia artificial y nuevos materiales; varios de ellos ya han recibido requisiciones adicionales de información.

La segunda semana fue dedicada a cuatro foros de discusión, con representantes del gobierno chino, universidades y fondos de inversión; y del lado latinoamericano, con gente del Banco Interamericano de Desarrollo, el TEC de Monterrey, la UNAM, el Hong Kong Trade Development Council de México, y fondos de inversión de Chile. Los temas discutidos incluyeron las políticas chinas para promover la ciencia al interior de su país, y para cooperar internacionalmente en iniciativas como el iHub. Por la parte latinoamericana se discutieron varias iniciativas de fomento e inversión a stratups tecnológicas, así como programas por los cuales los innovadores pueden preparar mejor sus proyectos para poder llegar a plantarse ante inversionistas internacionales, como en el evento virtual de la semana anterior.

Latinoamérica tiene en general un déficit de apoyo a la ciencia y a proyectos basados en nuevas tecnologías. Nuestros investigadores, que sí tenemos muchos de clase mundial, con frecuencia se topan con obstáculos infranqueables para llevar sus ideas del laboratorio al mercado. Esto es porque nuestros países no han desarrollado un ecosistema sofisticado en donde el científico innovador pueda naturalmente ser “arropado” por equipos especializados de gente que se haga cargo de la parte financiera, mercadológica y administrativa de su proyecto. En países desarrollados estos equipos son parte del paisaje en el desarrollo de tecnología, pero mientras no tengamos este tipo de entornos sólidos, podemos aprovechar las fuerzas de otros países para hacer integración. En este caso, México y varios países de Latinoamérica han empezado una conversación para mejor presentar sus propuestas tecnológicas, y al mismo tiempo aprovechar las ventajas que ofrece China como socio estratégico para llevar proyectos de laboratorio al mercado de forma mucho más rápida que lo que permiten los mercados latinoamericanos.

Si algo nos ha enseñado la crisis del coronavirus, es que si queremos afrontar como humanidad los desafíos que nos presenta el futuro cercano, son indispensables dos cosas: el apoyo irrestricto a la ciencia, y la cooperación internacional. Sea éste un llamado de atención sobre estos temas.

¿Te interesa participar?

Si eres científico, investigador o inventor y quieres ver la posibilidad de que tu proyecto pueda ser presentado ante inversionistas interesados en ciencia de punta, contáctanos: ott.mty@itesm.mx



Por Alfonso Araujo, publicado el 31 enero, 2021
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