Los que me lean desde España ya sabrán que la noche del Sábado 29 de Octubre de 2011 al Domingo 30 de Octubre de 2011 se cambia la hora. Lo que no tanta gente sabe es por qué motivo se hace esto; la respuesta la tiene la astronomía.
En primer lugar, todos hemos observado que las noches son más largas durante el Invierno que durante el Verano (salvo en las zonas intertropicales, que dirían los muy puristas). ¿A qué se debe esto? Desde la escuela nos enseñan el motivo para los cambios de las estaciones con un diagrama como éste:
Si representamos las zonas de día y de noche sobre un plano, las cosas quedan mucho más claras:
Para aquellos que no tengan buena visión espacial, aconsejo utilizar una lámpara como si fuese el Sol y una pelota, o una naranja, o algo parecido, como si fuese la Tierra.
Se puede representar el tiempo que duran el día y la noche en cada estación en forma de diagrama de sectores:
Naturalmente, entre el Verano y el Invierno la hora del salida y puesta del Sol se va desplazando poco a poco, día tras día. Antaño, los quehaceres diarios de la gente empezaban con la salida del Sol, sin mediación de reloj alguno, de modo que las horas de sueño se ajustaban por sí solas, un poquito cada día, sin traumas ni problemas de ningún tipo.
Con la progresiva evolución de la sociedad, las horas de vigilia y actividad del ser humano se adaptaron no ya al Sol, si no a la dictadura del reloj. Podemos considerar aproximadamente que las horas “convencionales” de actividad del ser humano son de 8 a 23. Veámoslo representado en un reloj de 24 horas:
Si superponemos los dos tipos de gráficos anteriores (teniendo en cuenta que el mediodía astronómico se produce, nuestra longitud, aproximadamente a las 14h en horario de verano), empezaremos a entender el porqué de los cambios de hora:
Como puede verse, en Verano el cambio de hora nos permite aprovechar una hora de sol extra cada día, he aquí el misterioso ahorro energético (gráfico de arriba a la derecha) del que siempre nos hablan. En Invierno, las horas de sol coinciden con las de vigilia con cambio de hora o sin él, pero el horario se ajusta de modo que el amanecer coincida, aproximadamente, con la hora a la que la mayoría de las personas se despiertan.
Quizá, con suerte, saber los porqués les ayudará a adaptarse mejor al nuevo horario.
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Este artículo y sus correspondientes gráficos nos los envía Pablo Rodríguez (Guadalajara, 1984) es estudiante de física en la UCM y autor del blog Ponga un mostrenco en su vida.
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