El hundimiento de Japón (Nihon Chinbotsu, 2006)

Por Entomoblog, el 21 enero, 2013. Categoría(s): Certifrikadas

Basada en el betseller de 1973 de Sakyō Komatsu, que también contó con una adaptación para la gran pantalla ese mismo año, El hundimiento de Japón (Nihon Chinbotsu, 2006) es una película catastrofista que traslada a Japón el mito de que un gran terremoto en la costa oeste de Norteamérica podría hundir la baja California a lo largo de la falla de San Andrés y llevarse a su paso San Francisco y Los Ángeles.

Está dirigida por Shinji Higuchi (los seguidores de Neon Genesis Evangelion seguro que le conocen porque fue uno de los fundadores de Gainax) y cuenta en sus papeles principales con Tsuyoshi Kusanagi (Toshio Onodera, piloto de submarino), miembro del entrañable e incombustible grupo SMAP, la actriz y cantante Kō Shibasaki (Reiko Abe, componente del equipo de rescate), Etsushi Toyokawa (el profesor Yūsuke Tadokoro) y Mao Daichi (Saori Takamori, ex esposa de Tadokoro y miembro del gobierno).

La película se estrenó en Japón el 15 de julio de 2006 y sigue la línea habitual del género: un científico incomprendido (Yūsuke Tadokoro) que descubre lo que se avecina, un gobierno que no le hace caso, pero cuando se da cuenta del desastre miente sobre su gravedad, un protagonista (Toshio Onodera) que acaba convertido en héroe y una protagonista (Reiko Abe) que se enamora del héroe. En España, Selecta Visión la editó en DVD en 2008.

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La conjura de las placas

En la película, el profesor Eugene Cox, del Servicio Geológico de los Estados Unidos, advierte al gobierno japonés del desastre que va a ocurrir:

La convección del manto está provocando que la placa del Pacífico se acumule entre los límites del manto superior e inferior en su movimiento de subducción bajo la fosa del Japón. Esta acumulación de corteza oceánica se denomina megalito y cuando alcanza un tamaño determinado, se precipita sobre el manto inferior. Es el fenómeno conocido como «colapso del megalito». Este proceso está teniendo lugar ahora mismo bajo el archipiélago japonés. Al estar situado en el borde de la placa, todo Japón se está viendo irremediablemente arrastrado hacia el fondo del océano a consecuencia del colapso del megalito. Las enormes tensiones generadas harán que Japón se hunda en medio de terremotos y erupciones volcánicas sin igual. Lo único a nuestro favor es que hemos podido predecir un desastre que ocurrirá dentro de varias décadas. Aunque desgraciadamente, no hay esperanza para Japón.

Colapso del megalito. ¿Qué falla aquí? La respuesta, al final…

Los estadounidenses barajan un plazo de entre 30 y 50 años para que se produzca, pero después de analizar diversas muestras en diferentes localidades japonesas, el geólogo Yūsuke Tadokoro llega a la terrible conclusión de que Japón desaparecerá bajo las aguas en un plazo de 338,54 días. Tadokoro informa al gobierno de sus conclusiones:

La fractura de la placa comenzará en el sur de Hokkaidō. Seguirá el sistema de fallas de Izumi en Kyūshū y el monte Aso entrará en erupción. A continuación, será la Línea Tectónica Media que atraviesa Shikoku, lo que provocará el hundimiento del sur del país por esa zona. La energía desencadenada fracturará todas las fallas activas de Japón una tras otra. Y cuando en el centro de Honshū la Fossa Magna empiece a desgajarse por la Línea Tectónica de Itoigawa-Shizuoka será el fin. El Monte Fuji volará por los aires y Japón desaparecerá bajo las aguas.

Sin embargo, nadie le hace caso. Tiene que ocurrir una serie de desastres exactamento como había predicho Tadokoro y la muerte en uno de ellos del primer ministro Yamamoto para hacer entrar al gobierno en razón, aunque su sucesor Nozaki miente sobre la gravedad y da un plazo de cinco años:

No crea que lo hago por gusto. Pero si se mantiene esta situación, el pánico destruirá Japón antes de que se hunda. Si quiere evitar que les mienta, acelere las negociaciones sobre los refugiados.

En medio de terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas cada vez más devastadoras, Tadokoro da con una forma de aliviar las tensiones entre las placas y para ello moviliza una flota de buques perforadores que se dirigen a la Fosa del Japón…

Titanic tectónico

El hundimiento de Japón puede verse desde dos puntos de vista. El más evidente es el de drama romántico, lo que la convierte en una especie de Titanic de placas tectónicas tratado con la ñoñería habitual ―a ojos occidentales― con la que los japoneses abordan los temas amorosos y aderezado con tragedias personales, la descripción de las consecuencias políticas y económicas del desastre y una pincelada de nacionalismo sensiblero.

Tuve la oportunidad de verla en los cines Toho de Roppongi Hills (justo al lado de la torre Mori y a un tiro de piedra de la torre de Tokio, que quedan destruidas en la película, con el consiguiente acongoje) pocos días después de que se estrenara y la sala estaba llena de parejas. Recuerdo que la chica que tenía a mi lado no pudo evitar soltar una lagrimilla cuando el Wadatsumi 2000…, perdón, quiero decir Onodera, se sacrifica para salvar a Japón.

Los «otros» protagonistas

La otra faceta de la película, que es la pasa desapercibida para el «ojo no entrenado» y la que más se disfruta cuando se conoce, es la cantidad de referencias a la ciencia marina y a la geología japonesa.

Desde este punto de vista, los verdaderos protagonistas son el Chikyū, el buque insignia de la investigación oceanográfica japonesa, el Shinkai 6500, sumergible de exploración submarina (que en la película se llama Wadatsumi 6500), y el Shinkai 2000 (Wadatsumi 2000), modelo anterior, pero que tiene una importancia trascendental en el desenlace de la película. Todos pertenecen a la JAMSTEC, la Agencia japonesa para la ciencia y tecnología marina y terrestre, que se menciona de pasada en la película.

El buque perfordador Chikyū y los sumergibles Wadatsumi 6500 y Wadatsumi 2000.

La película también hace referencia a varias fallas y volcanes japoneses, aunque destacaré la Línea Tectónica Media, la Línea Tectónica de Itoigawa-Shizuoka, la Fossa Magna, el monte Aso y el monte Fuji.

Japón se encuentra en la confluencia de cuatro placas tectónicas: se formó en los bordes de las placas Euroasiática y la Norteamericana, en una zona de subducción con las placas del Pacífico y de Filipinas, y los límites entre aquellas placas se sitúan en el centro de Honshū a lo largo de la Fossa Magna, un valle tectónico que divide a Japón en dos zonas geológicas, la nororiental y la suroccidental; al oeste, aparece bordeada por la línea tectónica de Itoigawa-Shizuoka, un sistema de fallas que se extiende desde la ciudad de Itoigawa, en la costa del mar del Japón, hasta la ciudad de Shizuoka, en la costa del Pacífico y al este, por la Línea Tectónica de Kashiwazaki-Chiba, que va desde la ciudad de Kashiwazaki, en la costa del mar del Japón, hasta la ciudad de Chiba, en la costa del Pacífico.

La Línea Tectónica Media es el sistema de fallas más largo de Japón y se extiende desde Kyūshū, en el oeste, hasta la prefectura de Ibaraki, en el este, pasando por Shikoku.

El monte Aso se encuentra en la prefectura de Kumamoto (Kyūshū) y tiene la caldera más grande del mundo.

Tras el terremoto de Tohoku del 11 de marzo de 2011 existe inquietud ante una inminente erupción del monte Fuji. El Fuji es, en realidad, un volcán dormido y en su última erupción en 1707 abrió tres cráteres en su ladera y las cenizas volcánicas llegaron hasta Edo (la actual Tokio), situada a más de 100 kilómetros de distancia. El número de febrero de 2013 la revista japonesa de divulgación científica Newton dedica un artículo destacado al monte Fuji y a las consecuencias que ocasionaría su erupción en el Japón actual.

Siendo tiquismiquis, la película obvia unos cuantos detalles: las erupciones volcánicas a esa escala tendrían consecuencias globales, la península de Corea no parece verse afectada por el colapso del megalito y simplifica demasiado el tratamiento de las placas tectónicas. Como se muestra al principio en la presentación del doctor Cox, el colapso del megalito es una explicación aparentemente convincente para el caso de la placa Norteamericana y la del Pacífico (norte de Japón), pero ¿¡dónde están la placa Euroasiática y la de Filipinas!?

Por el ejercicio que supone descubrir los elementos de la ciencia japonesa y por lo bien que me lo pasé traduciéndola para su edición en España, le doy un 8 de una escala de 1 a 10.