¿Qué avance o descubrimiento de la ciencia moderna ha hecho progresar más a la Humanidad?
La transdisciplinariedad.
Ya lo habrán hecho algunos de mis compañeros, pero para mí lo primero que habría que definir es qué es progreso. Si por progreso entendemos todo aquello que mejora la calidad de vida de las personas, me apunto al carro. Por tanto, habría que comprender que el campo de la medicina fuese el que se llevase todos los números para acaparar la atención de todo aquello que implica mejorar. La investigación en medicina nos proporciona mejores medicamentos, mejores diagnósticos, curas más avanzadas, prevención más eficaz, vacunas, etc.
Pero yo diría que, si algo ha hecho realmente que la ciencia avance, es la transdisciplinariedad, algo que ha crecido gracias a las nuevas vías de comunicación. Que una investigación astrofísica termine teniendo aplicaciones médicas es un gran avance. Que una investigación matemática, puramente teórica, se pueda aplicar al cabo de los años para mejorar los diagnósticos con nuevas herramientas, es magnífico. Que un estudio que, aparentemente, no tiene nada que ver con una aplicación, acabe siendo un instrumento indispensable, es un enorme logro. Que la mezcla de, por ejemplo, el estudio en materiales, la informática, la astronomía de posición, la microelectrónica, las matemáticas y tantas otras ramas de la investigación científica y tecnológica que me dejo en el tintero, nos hayan ofrecido la posibilidad de llevar dispositivos móviles en el bolsillo con tantísimas capacidades, es casi de ciencia ficción…
El verdadero progreso está en eliminar las barreras, en avanzar hacia un mundo con menos guerras, menos hambre, menos desigualdades. Suena a utopía, pero, desde mi pequeña trinchera, lo que veo es, cada día, a muchas, muchísimas personas trabajando para que, sea cual sea el campo de la ciencia en que se mueven, algún día su investigación beneficie a todo el mundo.
Por eso creo que el mayor avance de la ciencia moderna, y algo que aún hay que potenciar, y mucho, es la capacidad de traspasar fronteras disciplinares, mezclando campos diferentes para obtener ramas como la biotecnología, la astroquímica, la nutrigenómica, la bioinformática, la electrónica orgánica, y tantas otras que nos proporcionarán, sin duda, muchas satisfacciones en las próximas décadas.
Natalia Ruiz Zelmanovitch (París, 1972) se dedica a la divulgación de la ciencia. Se licenció en Traducción e Interpretación (Francés/Inglés) por la Universidad de Granada y es Experta en Planificación y Gestión Cultural y Experta en Comunicación Social y Divulgación de la Ciencia. Ha trabajado en radio y televisión. Sus labores en comunicación científica se han desarrollado en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el Centro de Astrobiología, CSIC-INTA (programa Consolider del Gran Telescopio Canarias (GTC) y programa AstroMadrid), el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) (programa Consolider ASTROMOL y NANOCOSMOS_ERC) y el Instituto de Física Fundamental (CSIC). Es miembro de la ESO Science Outreach Network en España. Ha colaborado en programas de radio como «Galaxias y Centellas» (Radio Autonómica de Canarias), «El canto del grillo” (RNE) y «Carne Cruda Radio». Cuando puede, elabora audiovisuales de divulgación científica. Es miembro de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC). Tiene una cuentofilia febril (http://www.cuentofilia.com/) y desde que descubrió la astrocopla vive sin vivir en sí misma. Y le encanta «El enigma Agustina».