La sabiduría de la naturaleza y el piropo más lindo de las historia de los cómics

Por Colaborador Invitado, el 19 enero, 2016. Categoría(s): Biología • Divulgación
La sabiduría de la naturaleza y el piropo más lindo de las historia de los cómics, por Vicente Muñoz Walther
La sabiduría de la naturaleza y el piropo más lindo de las historia de los cómics, por Vicente Muñoz Walther

«La naturaleza es sabia»; esta es una frase que todos han dicho o escuchado alguna vez. Solemos decir estas palabras cuando vemos que las abejas polinizan las flores o que las semillas de arces tienen forma de helicóptero para diseminarse con el viento. Tengo un fuerte problema con esa frase.

Obviando el hecho de que evidentemente la naturaleza no es un ser pensante y por tanto no puede ser sabia, el problema que yo tengo es otro. Decir que la naturaleza es sabia es restarle merito a lo que ha logrado. La abeja poliniza las flores y las semillas de arce tienen forma de helicóptero porque han evolucionado de esta forma. ¿Pero cómo ocurre esto?

No es raro que algún nuevo rasgo heredable aparezca espontáneamente en alguna población. Esto puede ser debido a mutaciones, retrovirus, transposones, etc. las causas pueden ser muchas. Algunos de estos rasgos heredables son perjudiciales para los individuos que los poseen.

Pueden ser enfermedades o quizás atributos que les confieren desventajas frente al resto de los individuos. Algunos rasgos son relativamente inocuos, características que no afectan mucho el éxito reproductivo de un individuo en su contexto ecológico. La mayoría de los rasgos heredables son del primer tipo, y algunos son del segundo tipo. Existe sin embargo un tercer tipo, y este es el tipo importante. Algunos de estos atributos heredables pueden darle una pequeña ventaja a los individuos que los poseen. Una ventaja que puede ser lo suficientemente grande para que estos individuos se reproduzcan con más éxito que sus pares, haciendo que estos rasgos se vuelvan predominantes con el tiempo (esta es una explicación increíblemente simplificada de la evolución según Darwin, pero servirá por ahora).

La suma de infinidades de pequeñas ventajas reproductivas en escalas de tiempo de millones de años hace que las especies cambien con el tiempo, que evolucionen. Ahora, ¿qué es lo sorprendente de esto?

Por necesidad, en una primera instancia, estos cambios heredables tienen que haber aparecido en un solo individuo o un grupo muy pequeño de estos. Un ejemplo puede ser el siguiente: todos los mamíferos placentarios podemos encontrar un antepasado común en un solo individuo; un primitivo proto-mamífero parecido quizás a un ratón hace más de 160 millones de años. Este antepasado nuestro fue infectado en algún momento de su vida con un retrovirus portador del gen de la sincitina. Este proto-mamífero se reprodujo y traspasó este gen a sus descendientes. La proteína codificada por este gen es necesaria hoy en día para formar la placenta durante el embarazo. Si por algún azar del destino ese proto-mamifero hubiera muerto sin reproducirse, quizás devorado por un velociraptor o ahogado en un pozo de brea o incluso simplemente resbalándose por un acantilado, no existirían los mamíferos placentarios, no existirían los perros, los gatos, los elefantes, las ballenas o los seres humanos.

Mamífero primitivo. Es posible que el primer portador de la sincitina fuera similar a esto.
Mamífero primitivo. Es posible que el primer portador de la sincitina fuera similar a esto.

La evolución es un proceso sumamente caótico y las posibilidades de que ocurra son tan bajas que son prácticamente imposibles, y sin embargo ocurre todo el tiempo. Una analogía para esto podría ser la siguiente:

Imaginen tomar una moneda y apoyarla sobre su canto en la superficie de una mesa. Quizás cueste un poco pero es algo que se puede hacer sin mucho esfuerzo. Nada sorprendente. Ahora imaginen que arrojan la misma moneda al aire, y esta cae sobre la mesa de la misma forma, no sobre su cara ni su sello, sino sobre su canto. Esta es una ocurrencia muy improbable, de aproximadamente una posibilidad de 1 en 6000. Ahora imaginen que la moneda viene siendo arrojada por millones de años, y a través de todos estos millones de años, viene cayendo sin faltar sobre su canto. Una posibilidad tan estadísticamente remota que es imposible, y sin embargo ocurre. Eso es la evolución.

Moneda apoyada sobre su canto
Moneda apoyada sobre su canto

La naturaleza no es sabia, ella no decidió poner la moneda sobre su canto, sino que sólo arrojó la moneda. Lo único que hace la naturaleza es arrojar monedas al aire constantemente. Las monedas que caen en su cara o sello son los rasgos heredables perjudiciales o inocuos, o los rasgos que podrían ser beneficiosos pero se pierden por azares del destino. Las monedas que caen sobre su canto son los rasgos que se heredan y se vuelven predominantes dentro de una población.

A esto me refiero cuando digo que decir que la naturaleza es sabía es restarle mérito. Decir que es sabia implicaría decir que hizo trampa y puso la moneda sobre su canto mientras nadie la miraba. Pero lo que hizo es mucho más sorprendente; generó una diversidad de especies, tamaños y formas increíbles simplemente arrojando monedas por millones de años. Un sistema que se auto regula. Una imposibilidad estadística que ocurre siempre.

En la obra de Allan Moore, la novela gráfica Watchmen (muy recomendada, por cierto), el personaje de Dr. Manhattan le dice a Silk Spectre, la mujer que ama e hija de dos padres que se odian, que su existencia es el milagro más grande que puede haber. No puedo hacer justicia a las palabras de Allan Moore, así que acá va:

Dr. Manhattan y Silk Spectre en Marte
Dr. Manhattan y Silk Spectre en Marte

“Milagros termodinámicos… Eventos con posibilidad tan astronómicamente remotas que son efectivamente imposibles, como que el oxígeno se convierta espontáneamente en oro. Anhelo observar algo así.

En cada apareamiento humano, mil millones de espermatozoides luchan por un solo óvulo. Multiplica esa probabilidad por las infinitas generaciones, contra las posibilidades de que tus ancestros vivieran, se encontraran y engendraran este hijo o hija específicos…

…hasta que tu madre ama a un hombre al que tiene toda la razón de odiar, y de esa unión, de los miles de millones de niños que compiten por la fertilización eres tú, solo tú, la que emergió.

Destilar esa forma tan específica de ese caos de improbabilidad, como transformar el aire en oro… La máxima improbabilidad. El milagro termodinámico”

[5]

La existencia de cada ser vivo en el planeta es el milagro más grande que pueda existir, cientos de miles de billones de monedas lanzadas por cientos de millones de años por la mano de la naturaleza, esa vieja jugadora empedernida.

Este artículo nos lo envía Vicente Muñoz Walther. Ingeniero en Biotecnología Molecular de la Universidad de Chile, en Santiago de Chile. En la actualidad trabaja en el laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Ciencia & Vida. Vicente también escribe cuentos cortos de fantasía y ciencia ficción, los cuáles podéis leer en cuentosdeltente.blogspot.com. Vicente ya es un habitual colaborador de Naukas y ha escrito algunos artículos magníficos que podréis encontrar en este enlace.

Referencias científicas y más información:

Mi, S., Lee, X., Li, X., Veldman, G. M., Finnerty, H., Racie, L., … McCoy, J. M. (2000). Syncytin is a captive retroviral envelope protein involved in human placental morphogenesis. Nature, 403(6771), 785–789.

Murray, D. B., & Teare, S. W. (1993). Probability of a tossed coin landing on edge. Physical Review E, 48(4), 2547–2552. http://doi.org/10.1103/PhysRevE.48.2547

Watchmen, obra de Alan Moore, Dave Gibbons y John Higgins. 1986, DC Comics.



Por Colaborador Invitado, publicado el 19 enero, 2016
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