Si pudieses hacer una pregunta, solo una pregunta, a un extraterrestre de una civilización muy avanzada… ¿Cuál sería?
Imaginemos por un momento que vivimos en una época tan sumamente afortunada que una criatura alienígena de una civilización mucho más avanzada que la nuestra, hazaña no demasiado difícil de alcanzar, llegase a nuestro planeta de forma harto inesperada. Imaginemos, asimismo, que esa criatura es lo suficientemente parecida a nosotros como para poder establecer comunicación con ella. Y ya puestos a imaginar, imaginemos que tan solo nos es permitido hacerle una única pregunta. ¿Cuál sería esta?
Evidentemente, yo soy uno de los afortunados y privilegiados colaboradores de Naukas y puedo participar de forma activa en este tipo de ociosas actividades sin mucho sentido que nos planteamos todos los años. Ustedes, meros mortales de una civilización poco avanzada, deberán conformarse con leer nuestras sesudas ocurrencias. Siempre habrá clases, ¿no lo creen así?
Así pues, voy sin más dilación con mi pregunta. Quizá algunos de mis colegas en Naukas opten, no lo sé, por cuestiones muy profundas como la existencia de Dios, la felicidad, el origen del universo o su final. Y no es que me parezca mal, allá ellos con su afán de notoriedad y pensar profundo. Mi pregunta es mucho más mundana porque, si únicamente dispongo de una oportunidad, lo que menos interés tiene para mí es la religión, la filosofía, el sentido de la vida o el cosmos y demás elucubraciones. No, lo que yo quiero saber en primer lugar es… ¡¡¡¡tachán, tachán!!!!
¿Cómo rediós lo habéis hecho?
Me explico brevemente, si me lo permiten. Verán, a mí me gustaría saber cómo esa horripilante criatura verde y viscosa se las ha arreglado para llegar a un planeta insignificante como el nuestro, perdido seguramente en un sistema planetario vulgar dentro de una ordinaria galaxia de un cúmulo galáctico cualquiera, probablemente a centenares de miles de años luz de distancia de su mundo de origen. Quiero saber cómo ha venido aquí a parar, qué sistema de propulsión utiliza para recorrer tan enormes distancias en tiempos razonables, si es que la velocidad de la luz es en realidad el límite máximo permitido por las leyes de la física, al menos la nuestra.
Me gustaría saber si habrá optado, quizá, por emplear una nave generacional, es decir, un vehículo que viajando a velocidades no relativistas, emplea generaciones en alcanzar su destino, llevando a bordo a los descendientes de quienes comenzaron el viaje originalmente; o quizá si, como solamente podemos conjeturar, existen medios de transporte mucho más veloces como los agujeros de gusano, si estos son atravesables de alguna manera antes de que aniquilen a sus pasajeros a causa de su inestabilidad gravitatoria intrínseca, cómo se construyen estos atajos espaciotemporales o si existen de forma natural en el universo; quiero saber si nuestro visitante del espacio exterior ha logrado plegar el espaciotiempo, tal y como permite, en principio, la teoría general de la relatividad, o si en caso contrario, ha descubierto una fuente de energía aún desconocida para nosotros.
Todo esto es lo que quiero saber antes que ninguna otra cosa probablemente mucho más profunda y de significado para mí como ser humano, como criatura inteligente que ocupa un lugar aún no comprendido en el devenir de este universo que conocemos. Porque conociendo el medio de transporte a buen seguro optaría por largarme de este planeta de una vez por todas y para siempre… y buscarme ya si eso más adelante el sentido de las cosas.
¡Paz y prosperidad!
Doctor en física y profesor titular de física aplicada en la universidad de Oviedo, donde trabaja desde 1990. Ha investigado en el campo de las guías ópticas y solitones ópticos en medios no lineales. Divulgador por vocación, ha colaborado con distintos medios, como las revistas QUO y Redes para la Ciencia o el suplemento Ciencia del diario El Correo. Desde el año 2004 imparte la asignatura «Física en la Ciencia Ficción» en la que intenta llevar la física a todos los estudiantes de la universidad a base de analizar los aspectos científicos que se muestran en el cine, los cómics y la literatura de ciencia ficción. Ha publicado dos libros de divulgación: «La guerra de dos mundos» (2008) y «Einstein versus Predator» (2011).