[cite size=»small»]¿Qué persona o hecho marcó tu carrera, tu interés por la ciencia o tu investigación? [/cite] Yo. Bueno o cualquier otro maestro. Me explicaré. ¿Sabéis ese momento en el que después de que cinco o seis han tratado de abrir un bote, va el último y lo abre? ¿Ha sido cosa suya? El mayor esfuerzo de…
[cite size=»small»]¿Qué persona o hecho marcó tu carrera, tu interés por la ciencia o tu investigación? [/cite]
Yo.
Bueno o cualquier otro maestro.
Me explicaré.
¿Sabéis ese momento en el que después de que cinco o seis han tratado de abrir un bote, va el último y lo abre? ¿Ha sido cosa suya?
El mayor esfuerzo de divulgación científica se hace desde las escuelas e institutos, donde te enseñan los rudimentos de cada disciplina.
¿Cómo podríais haber avanzado en cualquier rama o haber entendido lo más mínimo sin ese esfuerzo sostenido, diario, año tras año de tantos profesionales?
Nunca nos han pasado factura esos maestros que nos enseñaron a leer, ni siquiera recordamos sus caras… imagina que vienen hablando del “valor añadido” tan de moda. ¿Cómo retribuir por todo lo que trajo la puerta que me abrieron?
Muchos recordaréis a alguien en particular que plantó una semilla, pero, ¿quién aró la tierra? ¿Quién la abonó con frío o calor, cuando eras receptivo y cuando lo eras menos?
Así que, vaya mi reconocimiento al “maestro desconocido”, al profesor esforzado y a los buenos sistemas que proveen el derecho a saber, derecho que no llegaría a todos si dependiera de héroes, mártires o estrellas mediáticas.





