Nota: esta es la segunda de una serie de dos entradas sobre el Sistema Solar a escala de Ciudad Rodrigo, puedes encontrar la primera aquí.
La inaguración del Sistema
El Sistema Solar a escala de Ciudad Rodrigo se inaugura a principios de septiembre de 2021 en el marco de una gran fiesta de la astronomía. Numerosas asociaciones astronómicas (la Organización Salmantina de la Astronáutica y el Espacio (OSAE), la Asociación Supernova de la Universidad de Salamanca, la Asociación Astronómica Mintaka de Plasencia, una delegación de Portugal y otra de Francia) arropan a Astróbriga y llevan a cabo un montón de acciones alrededor del evento central: conferencias, actividades nocturnas de observación con numerosos telescopios durante dos noches y talleres para todas las edades en el parque de la Glorieta, junto al Sol del Sistema.
Nicolas Cahen, presidente de Astróbriga e ideólogo del Sistema Solar a escala de Ciudad Rodrigo, me transmitió su sensación de que esas dos noches fueron las mejores del verano para mirar el cielo, como si el firmamento hubiese querido unirse a la fiesta de la inauguración del Sistema de Ciudad Rodrigo.
Las conferencias en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal corrieron a cargo de un extraordinario elenco de expertos astrónomos como Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) y del Real Observatorio de Madrid (ROM); Oscar Martín Mesonero, presidente de la OSAE y director de Startrails, empresa dedicada al turismo astronómico en Castilla y León; Blanca Troughton Luque, asesora de la Federación de Asociaciones Astronómicas de España (FAAE), de la que fue presidenta desde su fundación en el año 2014 hasta el 2021; Javier Ventura-Traveset, director de la Oficina Científica de Navegación por Satélite Galileo y portavoz de la Agencia Espacial Europea (ESA) en España.
También contribuyeron Javier Rodríguez-Pacheco, Catedrático de la Universidad de Alcalá e Investigador Principal del Instrumento de Detección de Partículas Energéticas (EPD) de la misión Solar Orbiter (SolO) de la Agencia Espacial Europea y NASA; Benjamín Montesinos, Investigador del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) y Presidente de la Sociedad Española de Astronomía (SEA); José Antonio Rodríguez Manfredi, coordinador del Grupo de Instrumentación Espacial del Centro de Astrobiología CAB; o Joaquín Álvaro, Presidente de la Federación de Asociaciones Astronómicas de España (FAAE), entre otros.
Representantes de otras instituciones y empresas colaboradoras también estuvieron presentes; desafortunadamente no pude representar a mi empresa GMV, cosa que hizo Miguel Angel Molina, Director de Estrategia y Desarrollo de Negocio Aeroespacial.
Mi visita al Sistema
Por fin pude visitar Ciudad Rodrigo en noviembre de 2021.
Llego un viernes con la familia y mando un mensaje a Nicolas: no vamos a poder vernos ese día porque tiene que salir por la noche a tomar medidas fotométricas con el objetivo de certificar a Ciudad Rodrigo como Destino Turístico Starlight, lugares con excelentes cualidades para la contemplación de los cielos estrellados y protegidos de la contaminación lumínica que los hace especialmente aptos para desarrollar actividades turísticas basadas en la astronomía; la Fundación Starlight es una acción integrada de la UNESCO promovida desde el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Reconozco que sólo conocía la ciudad como punto intermedio entre Madrid, donde vivo, y Aveiro, donde he veraneado algunas veces… ¡craso error! El paseo por el recinto amurallado, la visita a la Catedral de Santa María, sus casas y palacios civiles jalonados de blasones, el Alcázar de Enrique II de Trastámara hoy convertido en Parador Nacional, las vistas del río Águeda desde el Alcázar, el Puente Mayor sobre el río… Ciudad Rodrigo es una secuencia de rincones que dilatan las pupilas y reconfortan el corazón, ¡tan bellos! Pero ¡Ay, la luz! La luz de la mañana fría de un sábado de noviembre selló mi amor por Ciudad Rodrigo más allá del Sistema que me atrajo a ella.
Recomiendo el portal Cultura con Arte para descubrir Salamanca y, en particular, Ciudad Rodrigo.
Durante este precioso paseo mañanero del sábado evité los elementos del Sistema porque quería disfrutarlos acompañado de Nicolas, aunque confieso que no pude por menos de ir a visitar Marte…
A la hora del aperitivo quedé con Domingo Benito, con quien había mantenido las primeras conversaciones y ambos teníamos ganas de desvirtualizarnos, que me presentó a Toño (Antonio Pérez Solórzano, uno de los arquitectos del Sistema). Compartimos un vino, jubilosos, como sin duda otros muchos encuentros entre futuros amigos o reencuentros de viejos camaradas ocurridos tras el confinamiento.
Tras comer en uno de los fabulosos restaurantes cerca de la Plaza Mayor nos juntamos con Nicolas y Cris. Las precauciones propias de la pandemia evitan abrazos con peligrosa intensidad, pero todos estamos exultantes de estar por fin juntos tras muchos meses de correos, zooms y tuits.
Nicolas y Cris nos van a guiar por el paseo a lo largo del Sistema, con lo que bajamos por la Rúa del Sol hasta la Puerta del Sol (enfrentada al este) en nuestro camino hacia el Sol del Sistema (tres soles, diríase un sistema solar triple), ignorando de momento Mercurio y charlando animosamente.
Y entonces llegamos al Sol.
Brillante. Elevado. Solemne. Vivo.
¿Os ha pasado alguna vez que la emoción por la anticipación de un momento se desborda? Pues eso.
Como un niño me meto por debajo del Sol, manoseo el soporte que lo mantiene suspendido, voy y vengo a los carteles explicativos, le hago más fotos que las misiones Solar Orbiter y Parker Solar Probe juntas, mientras Cris y Nicolas me cuentan multitud de detalles, vicisitudes y anécdotas acaecidas hasta ver lucir al Sol como lo hace ahora.
Tras unos buenos veinte minutos bajo el astro rey, deshacemos parte del camino andado, hacia Mercurio. Cuento a mis hijos el concepto detrás de la escala del Sistema: vamos a tardar en llegar tres minutos y pico, el mismo tiempo que tarda la luz del Sol real en llegar al planeta real; se afanan en cronometrarse.
Desde luego los pilares son también un acierto. El acabado oxidado se funde con la monumentalidad del entorno y el planeta realmente parece flotar a la altura de los ojos. Tras el gigantesco Sol sorprenden sobremanera (precisamente uno de los objetivos del Sistema) los menos de dos centímetros de diámetro del planeta más cercano a nuestra estrella: el Sol tiene 285 veces el diámetro de Mercurio y entre ambos caben 42 soles o 12000 mercurios.
En vez de volver a entrar a la ciudad por la Puerta del Sol, giramos a la izquierda y seguimos las murallas hasta un pequeño edificio que interrumpe nuestro paso: el cuerpo de guardia en la Puerta de San Pelayo; justo después de superarlo aparece Venus como una esfera de algo más de 4 cm de diámetro jalonada de nubes. Tras el minúsculo Mercurio casi parece grande; estamos a unos 370 m del Sol.
Seguimos el precioso paseo a la velocidad de la luz por el exterior de las murallas y tras recorrer otro tramo (mira, nunca me había percatado de que las distancias del Sol a Mercurio, de Mercurio a Venus y de Venus a la Tierra son semejantes, cada una de ellas unos 50 millones de kilómetros) y doblar hacia el oeste aparecen no uno sino dos pilares: el sistema Tierra-Luna.
Lo primero que llama la atención son lo separados que están: aunque a la escala del Sistema la Tierra tiene 4,40 cm de diámetro y la Luna algo más de un centímetro, la distancia entre ambas son unos sorprendentes 1,33 m, las 30 tierras que mencionábamos en la primera parte de esta entrada. Te sugiero tocar cada uno de los pilares con una de tus manos y mirar alternativamente a Luna y Tierra: no volverás a ver a Selene en el cielo como lo hacías antes.
Y de ahí, camino descendente hacía el puente sobre el río, donde luce, sereno, el planeta rojo. Date la vuelta y contempla las murallas y el Alcázar desde Marte (hay una foto con esta perspectiva en la sección «De cómo me involucré en el proyecto» en la primera parte de la entrada), e imagina su órbita alrededor del Sol, aquí a casi 800 m; bebe la escala del Sistema Solar mientras te dejas arrullar por el murmullo del Águeda.
La siguiente estación es Júpiter. Lo ideal es cubrir andando o en bici los 2700 m que separan Marte de la pequeña localidad de Ivanrey donde orbitan el gigante gaseoso (¡48 cm de diámetro!) y sus cuatro mayores lunas en sendos pilares; el agradable paseo sin duda ayuda a acentuar lo próximos al Sol que se encuentran los cuatro planetas interiores respecto de los cuatro jovianos, más allá del cinturón de asteroides, pero por falta de tiempo optamos por ir en coche, no sin antes vencer la resistencia de mi hijo que a sus once años insistía en que si andando vamos a la velocidad de la luz, en coche la superaríamos con mucho… —Y eso, papá, no es posible —razonaba enfadado.
El resto de elementos del sistema sí que conviene visitarlos en coche: Saturno en San Juanejo (a unos 5 km de Ciudad Rodrigo; por un percance en la ínstalación de Saturno en estos momentos su luna Titan se encuentra sin planeta), Urano en Carpio de Azaba (a unos 10 km) y Neptuno en el centro de interpretación del excepcional yacimiento paleolítico de Siega Verde, una de las mayores galerías de arte rupestre al aire libre de toda Europa y Patrimonio de la Humanidad UNESCO. Plutón orbita en Fuentes de Oñoro, a siete metros de la frontera con Portugal.
El futuro
Pero la cosa no acaba ahí. El Sistema está vivo y desde Astróbriga estamos trabajando en una serie de herramientas didácticas para complementar los elementos ya construidos.
La primera es una red de placas empotradas en el suelo de la ciudad que señalarán las órbitas de los planetas rocosos del Sistema Solar. Las placas de latón de 20 cm por 60 cm indican el planeta cuya órbita se está atravesando, el sentido de giro y la dirección y distancia a la que se encuentra el modelo del planeta. Las localizaciones son lugares concurridos y simbólicos de la ciudad con objetivo de integrar el Sistema en la vida diaria de los mirobrigenses.
La segunda es una aplicación de realidad aumentada para dispositivos móviles con objeto de ser usada durante la visita al Sistema. La aplicación aporta información de interpretación complementaria con animaciones 3D y contenidos en cinco idiomas (español, portugués, francés, inglés y alemán) tanto en modo texto como en formato audio apto para personas ciegas. Además de ofrecer una experiencia lúdica, la aplicación incluye una serie de cuestionarios para diferentes edades que permitirán a los visitantes poner a prueba los conocimientos consolidados durante la visita.
Queremos montar también una línea del tiempo, un panel gigante de 13,8 metros de longitud, donde cada metro representa 1000 millones de años de la existencia del Universo, desde el Big Bang, seguido de la formación de las primeras estrellas y galaxias (incluida la Vía Láctea) 200 millones de años (40 cm) después, pasando por la del Sistema Solar tras recorrer dos tercios de la placa…. hasta la aparición de Homo erectus a dos milímetros del tiempo presente. Se trata de entender la magnitud temporal recorriendo el panel de forma semejante a como el Sistema permite «vivir las distancias» paseando a la velocidad de la luz.
También está prevista la confección de un corto de animación de unos ocho minutos para familiarizar a los visitantes con las magnitudes espacio-temporales de la Vía Láctea y el Grupo Local. Partiendo de las unidades utilizadas en el Sistema Solar como la unidad astronómica, y conectando con el Sistema a escala, el video mostrará paulatinamente los conceptos de año luz, pársec… mientras visitamos nuestra galaxia (el agujero negro en su centro, cúmulos globulares…) para saltar luego a Andrómeda, las Nubes de Magallanes… El corto se proyectará en el local del Ayuntamiento destinado a la interpretación del patrimonio local sito a unos metros del planeta Venus.
Esos cuatro elementos constituyen lo que llamamos segunda fase del proyecto, se encuentran parcialmente financiados y queremos inaugurarlos durante el verano de 2022.
Y a la segunda le sigue una tercera. Tenemos el propósito de organizar anualmente una semana de la astronomía en la comarca, construir elementos como una tierra paralela o esculturas de constelaciones y añadir al sistema principal otros objetos como plutoides (planetas enanos transneptunianos; el afelio de Sedna, a unas 1000 unidades astronómicas, ¡caería por Hendaya!) y las sondas espaciales humanas que más lejos han viajado: las Voyager 1 y 2, las Pioneer 10 y 11, y la New Horizons. A la escala del Sistema estas sondas son de tamaño atómico, pero aun así queremos que conecten de forma intuitiva con el resto de objetos… estamos pensando cómo.
Múltiples facetas
El objetivo principal del proyecto es desarrollar la cultura científica en la comarca de Ciudad Rodrigo, pero se trata también de una herramienta vertebradora de acciones educativas, divulgativas y de promoción de la comarca a nivel turístico.
El Centro de Formación e Innovación Educativa (CFIE), el IES Fray Diego Tadeo, y el CEIP Miróbriga, los tres de Ciudad Rodrigo, así como el IESO Las Batuecas de La Alberca están programando actividades relacionadas con el desarrollo de talleres de ciencia y astronomía.
El proyecto pretende también impulsar el astroturismo poniendo en valor la calidad de los cielos de la comarca, con contaminación lumínica muy controlada, aprovechando el crecimiento de esta modalidad turística. Se pretende a la vez proteger y aprovechar el capital que constituyen nuestros extraordinarios cielos.
La Asociación de Guías de Turismo de Ciudad Rodrigo (Agotcir) está formando a un número de sus asociados como Monitores Astronómicos Starlight. Se trata aquí de tener la capacidad de ofrecer, en estrecha coordinación con el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, la asociación Astróbriga y otras instituciones, diferentes tipos de experiencias astronómicas en la zona, desde visitas al Sistema Solar a escala como actividades de observación astronómica.
Todos estos objetivos se están articulando bajo la marca Ciudad Rodrigo, ciudad de las estrellas.
¿Te vienes a dar un paseo a la velocidad de la luz por la comarca de Ciudad Rodrigo?
Nota: Docenas de personas trabajaron activamente en un momento u otro durante la realización de este proyecto y no es posible mencionarlas a todas. Se han incluido explícitamente las que aparecían de forma natural en el relato, y me disculpo por adelantado si alguien se siente menoscabado.
Recursos
- Web del Sistema Solar de la comarca de Ciudad Rodrigo.
- Vista panorámica del Sol.
- Vista panorámica de Mercurio.
Me licencié y doctoré en química con una Tesis sobre la simulación por ordenador del ADN, pero cuando hacía la maleta para el post-doc se me presentó la posibilidad de trabajar haciendo cositas para misiones espaciales, y en eso ando. Comunico ciencia desde el Twitter Apuntes de ciencia. Más acerca de mi (incluyendo mis artículos y presentaciones online) aquí.