El Cielo de Salamanca y la tetera de Russell

Por Colaborador Invitado, el 1 agosto, 2022. Categoría(s): Astronomía • Historia
Fig. 11. Fotomontaje del posible aspecto original de “El Cielo de Salamanca”. Imagen: PRS (2019).

La tetera de Russell y la especulación científica

El filoso-matemático Bertrand Russell  propuso una analogía, conocida como “Tetera de Russel”. Sin ser muy exhaustivo  dice que si alguien enuncia la hipótesis de que hay una tetera de porcelana orbitando entre la Tierra y Marte de unas dimensiones pequeñas, tal que con nuestros instrumentos no podemos detectar su presencia, no habría forma de mostrar la falsedad de la hipótesis. El planteamiento de Russel es sobre un asunto teológico pero yo aquí la traigo por algo más mundano. Se trata de un caso que me ha ocurrido recientemente en el que se ajustan las premisas de partida para que confirme la solución a la que se quiere llegar. Pienso que este método está más extendido en la investigación científica de lo que se piensa. Además quiero implicar al lector, especialmente a los amantes de la astronomía,  a que participe en mi caso en eso que se llama ciencia colaborativa.

Zinner, el hombre que convirtió una obra artística en una obra científica.

En un artículo previo expliqué la fascinante historia de “El Cielo de Salamanca”. Lo mejor es leerlo antes de continuar pero si prefiere puede conformarse con el siguiente resumen:

En uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Salamanca, en el patio de Escuelas Menores, está el museo de la Universidad. Allí hay una magnifica pintura  mural, conocido como “El Cielo de Salamanca”,  pintada en la década de 1480. Realmente lo que ahora se conserva es parte de la pintura original que además estaba en otro sitio. En concreto, consiste en 1/4 de esfera donde están representadas:  Las constelaciones (realmente los signos) zodiacales Leo, Libra, Escorpio y Sagitario, 6 constelaciones Australes y 4 boreales. Además, se incluye el Sol, debajo de Leo,  el planeta Mercurio, debajo de Virgo, y cuatro cabezas que representan los vientos.  Este contenido corresponde aproximadamente a 1/3 de la bóveda original que después de permanecer ocultas un largo tiempo, a principio de la década de 1950, mediante la técnica del strappo fue trasladada a su lugar actual.

Contenido general de la bóveda. Imagen: PRS y GSL (2022).

Poco después de su recuperación, en 1960 visitó Salamanca el venerable alemán, Ernst Zinner (1886-1970), que en su última época se había  especializado en la astronomía renacentista. Escribió un breve artículo, sin referencias,  donde concluía que lo representado en el Cielo de Salamanca era la disposición de las constelaciones y los planetas Sol y Mercurio (en el s. XV se incluyen como tales el Sol, la Luna y los planetas visibles)  alrededor del 6 de agosto de 1475. Posteriormente otro investigador, también alemán corrigió fijando el periodo 14-29 de agosto de 1475.

Zinner no da detalles del cálculo, simplemente dice que se basó en la posición de los dos planetas. Aunque es obvio que se refiere a que en la pintura el Sol está en Leo, y Mercurio en Virgo, y a la ausencia del resto de los planetas en las constelaciones zodiacales de la parte conservada (Libra, Escorpio y Sagitario).

Zinner no dispone de ningún documento de la época que diga que lo representado sea el cielo real, pero a él le da igual. Ya había hecho las mismas suposiciones con otras pinturas italianas que con el tiempo se ha demostrado que era una suposición errónea.

Para llegar a esa fecha, Zinner se centró en el periodo 1473-93 dentro del cual el creía que se había pintado la bóveda [“Wie die Universitätsbibliothek Salamanca mitteilte, hat Fernando de Gallego die Kuppel in den Jahren 1473-93 gemalt.”]. Como Zinner sabía que la pintura tenía un carácter astrológico, buscó acontecimientos relacionados como cumpleaños reales,  particularmente el del príncipe heredero Juan que era el 30 de Junio de 1478  [Was nun den Zeitpunkt anlangt, so entspricht die Stellung von Sonne und Merkur innerhalb der Jahre 1473-93 am besten der Zeit um den 6. August 1475, aber nicht dem 30. Juni 1478, dem Geburtstage des Kronprinzen Juan.] Vio que la fecha que mejor encajaba en este periodo era alrededor del 6 de agosto de 1475 pero  no encontró ningún cumpleaños en  el cielo representado. Sin embargo,  no tuvo problema, le dijeron (el no especifica quién) que podía ser la fecha de inauguración de la Biblioteca en cuya bóveda estaba la pintura y lo dio por hecho. Lo más curioso es que en el mes de agosto de 1475 prácticamente no ocurrió nada relevante. Me recuerda el famoso dialogo del relato Estrella de plata:” ¿Hay algo que llame su atención? “¿Existe algún otro detalle acerca del cual desearía usted llamar mi atención?” –

 Sherlock Holmes responde- “Si, acerca del curioso incidente del perro durante la noche”. Gregory exclamó perplejo:” ¿El curioso incidente del perro?!Pero si esa noche el perro no hizo nada!”. A lo que Sherlock Holmes contestó: “Ese es, precisamente, el curioso incidente”

Probablemente Zinner  no conocía este pasaje, pues podría haber dicho que en “El Cielo de Salamanca”  se había elegido una disposición de astros de una fecha en la que en España no había pasado nada relevante.

Más adelante se supo que el periodo 1473-93 de búsqueda utilizado por Zinner era incorrecto y lo mismo ocurre con la fecha de inauguración.  La Biblioteca se inaugura después de 1479 y  el cielo se pinta después de 1480.  Es decir: los datos utilizados por Zinner son erróneos.  Por si fuera poco, en 1475 al pintor aún no se le había encargado la pintura.  Sin embargo, a pesar de todas estas incoherencias la mayoría de los trabajos publicados relacionados sobre “El Cielo de Salamanca”, que hacen mención a que se representa un cielo real, toman como postulado que corresponde a algún día de la segunda quincena de agosto de 1475. Solo conozco una investigadora que ha intentado dar una explicación a la fecha: busca  si en ese momento ocurrió un “evento astronómico excepcional” y encuentra que se dio una conjunción planetaria entre Venus, Marte y Saturno en la constelación de Cáncer.  Hubo una aproximación planetaria, no una conjunción, y los tres planetas no estaban en Cancer, no se trató de ningún evento astronómico excepcional. Curiosamente en el mismo artículo se da una prueba en contra de que “El Cielo de Salamanca” corresponda al cielo real de agosto de 1475, pues el pintor habría tenido problemas para dibujar los planetas en una misma constelación y no le habrían cabido todas las constelaciones ptolomeicas, que testigos dicen haber visto en la bóveda original.

1475-08-18 20:00 UMT. Bóveda celeste, el cielo visible desde Salamanca era el que cae por encima de la doble línea verde. GSL

Diego de Torres y el eclipse de 1485

En esos años hubo un suceso astronómico infrecuente que se observó desde Salamanca:  Un eclipse de Sol el 16 de marzo de 1485. Este había sido predicho por Diego de Torres [no equivocar con Diego de Torres Villarroel] quien era catedrático de astrología en dicha Universidad cuando se realizó la pintura y se supone asesoró al pintor ¿Por qué no eligió esa fecha para representar este evento en la bóveda?

Zinner no se contenta con dar la fecha sino que afirma que el pintor fue asesorado por el astrónomo más relevante de su época que vivía en Salamanca: Abraham Zacut. No hay ningún documento demuestre que fuese así, y probablemente cuando se pintó, Zacut no estaba en Salamanca. Por mi parte, he consultado al que considero mayor experto en Zacut y el no ve que la mano de Zacut estuviese detrás del pintor.  De nuevo aquí la sugerencia de Zinner, se ha tomado como un hecho. Lo más probable es que el asesor del pintor fuese Diego Torres.

Si se analiza el método seguido presenta muchos parecido con la Tetera de Russel: para un cielo tan restringido, como el que se representa en “El Cielo de Salamanca” siempre es posible encontrar disposiciones que encajen en esa configuración, un promedio de dos por siglo. Por tanta, que haya una coincidencia parcial entre le cielo real y el dibujado no demuestra que el autor tuviese la intención de dibujar un cielo real. Hay un ejercicio muy sencillo que prueba que las coincidencias pueden darse por hazar: Ponga el Sol en una constelación zodiacal, elegida al azar, y Mercurio en la constelación zodiacal más próxima al Sol, por la izquierda. o por la derecha. Use un planetario como Stellarium, Cartes du Ciel o SkyXPro (lo puede hacer son su smartphone) y con paciencia encontrará la configuración que encaje con el cielo obtenido al azar. El paso siguiente es buscar una fecha con un acontecimiento cualquiera que utilizará para justificar que ese cielo se pintó para recordar ese acontecimiento.

Un cielo astrológico

Por nuestra parte (G. Sánchez y P. Recio) hemos dado una interpretación simple a “El Cielo de Salamanca” que ya hemos contado aquí y que de forma más detallada se explica en el número de julio-agosto 2022 de la Revista Astronomía. La resumo:

Es una representación artística, con propósitos astrológicos, que incluye las constelaciones ptolomeicas. Se mantienen las posiciones relativas de estas constelaciones pero su contenido es iconográfico, ni planetas ni estrellas encajarían en lo que entendemos por planisferio.

En la pintura los planetas están en sus casas astrológicas, de acuerdo a lo descrito en el Tetrabiblos de Euclides que es en el que se basaban los textos de astrología que se enseñaban en esos momentos en la Universidad de Salamanca, y en las más importantes de Europa. Además de explicar las posiciones atemporales de los planetas en las constelaciones se explica la presencia de los vientos en la base de la pintura tal cual se describe en el Tetrabiblos.

Esta visión concuerda con las intenciones del probable asesor del pintor Diego Torres,  al que antes hemos mencionado, que elaboraba cartas astrológicas para su uso en medicina que el mismo ejerció. Su visión de la astronomía era la típica medieval, en su  interpretación del eclipse advertía de las muchas calamidades que este traería.

Cuando muchas explicaciones son posibles el criterio habitual es utilizar la Navaja de  Ockham y dar como mejor solución la más simple, que no por ello es verdadera.

Una propuesta de ciencia colaborativa

Se ha comparado “El Cielo de Salamanca” con un planisferio. En un artículo previo ya describí las inconsistencias que veía en esta visión. Sin embargo, quiero contrastar este punto de vista ( para mi refleja una realidad objetiva) con el de los lectores. Os propongo que vosotros mismos realicéis la comparación. Para ello disponéis de las estupendas grabaciones en 2D y 3D en alta resolución de El Cielo de Salamanca recientemente realizada por el grupo Tidop de la Universidad de Salamanca.

https://tidop.usal.es/cielo_salamanca/panorama/3/

https://tidop.usal.es/cielo_salamanca/nube_de_puntos/3/

Pincha en el primer enlace, y recuerda que la pintura está en una bóveda ¼ de esfera que el público ve desde el interior. Se trata de identificar estrellas en una determinada constelación e indicar a cual corresponde (que es lo habitual en un planisferio).

Céntrate en una de las constelaciones. Por ejemplo: Recorta Leo y el Sol como se muestra en la imagen siguiente.

¿Puedes identificar alguna estrella? Para ello puedes utilizar tu propio conocimiento del cielo y/o algún planisferio como Stellarium o Cartes du Ciel.

Por ejemplo, usando SKYXpro, he obtenido la misma área del cielo (para 18-08-1475 una fecha dentro del intervalo que hemos visto se dice representa “El Cielo de Salmanca) la imagen que se muestra debajo que representa un cielo real ¿Puedes encontrar alguna estrella que identifiques en ambas imágenes?  Si en esta u otra constelación la encuentras alguna estrella real te agradezco me lo digas en los comentarios a el siguiente enlace.

Para mí encontrar una conexión entre las estrellas pintadas y el cielo real me recuerda el dicho atribuido a Confucio: “Lo más difícil es encontrar un gato negro en una habitación oscura, sobre todo si no hay gato”.

Cada noche es única

En estas fechas se está celebrando en la Universidad de Salamanca una exposición sobre “El Cielo de Salamanca” y algunas de las actividades asociadas. Para mí una de las más importante ha sido la  grabación de alta resolución  antes referida.

El motivo es que del 22 al 25 de agosto de 2022 el Sol estará en Leo, Mercurio en Virgo y no habrá ningún planeta en Libra, Escorpio y Sagitario, como en El Cielo de Salamanca. Una brillante idea publicitaria que puede dar lugar a equívocos pues hay quienes pueden pensar que ese cielo coincide con el que vieron los salamantinos en agosto de 1475. Realmente no es así, salvo Mercurio, los planetas en la segunda mitad de agosto de 1475 estaban en otras constelaciones que del 22 al 25 de agosto de 2022.

Si miras al cielo fíjate bien pues no volverás a ver otro igual. Cada noche es única, aprovéchela no se repetirá.

Este artículo nos lo envía: Guillermo Sánchez León, que ha escrito además varios artículos y los relatos de divulgación científica en Naukas que podéis encontrar en el siguiente enlace.



Por Colaborador Invitado, publicado el 1 agosto, 2022
Categoría(s): Astronomía • Historia