Vuela, gaviota… ¡Vuela! – Valentina Tereshkova fue una valiente pionera (I)

Por Juan Carlos Gil Montoro, el 18 septiembre, 2023. Categoría(s): Personajes

Estas dos entradas de blog (la segunda está aquí) corresponden a la transcripción de la charla “Vuela, gaviota… ¡Vuela!” (en varios colores) que di en Naukas Bilbao 2023 (aquí el video) pero muy ampliamente ampliada con información que quedó fuera de la exposición por restricciones del formato.

No se trata de dar cobertura a la vida y obra de Valentina Tereshkova (hay numerosos textos que hacen eso magistralmente, por ejemplo [50 años mujer espacio], [Primera viajera espacial], [Sci-Illustrate Tereshkova] o [Валентина Терешкова]) sino, específicamente, analizar su desempeño como cosmonauta durante la misión a bordo de la cápsula Vostok 6 y si eso tuvo relevancia en la lentísima incorporación de la mujer a los distintos cuerpos de astronautas.

Al final incluyo la lista de referencias que aparecen en el texto [con este formato].

¿Supercosmonauta o incompetente?

Netwon predijo la posibilidad de orbitar la Tierra, como hizo el Sputnik 1 del diseñador jefe Koroliov en 1957, seguido de Laika y poco después Yuri Gagarin.

La charla empieza con un guiño al experimento mental del cañón de Newton que expuse en “¿Te vienes a dar una vuelta?”, en Naukas Bilbao 2021: el primer objeto de origen humano en orbitar nuestro planeta fue el satélite Sputnik 1 (Спутник, “satélite”) lanzado el 4 de octubre de 1957 por la Unión Soviética y construido por la OKB-1 (Oficina de diseño experimental número 1, hoy RKK Energiya) dirigida por Serguéi Koroliov, el “ingeniero jefe”, uno de los padres de la astronáutica soviética junto a Konstantin Tsiolkovsky.

Apenas un mes más tarde la misión Sputnik 2 llevaba a bordo a la perra Laika (Лайка, “ladradora”), el primer ser vivo en orbitar nuestra cuna (animales como moscas, ratones, monos y otros perros habían alcanzado el espacio anteriormente, pero siempre en vuelos suborbitales).

El vuelo inaugural de la astronáutica americana, el satélite Explorer 1, voló en enero de 1958, y aunque pesaba aproximadamente 30 veces menos que el Sputnik 2, sin embargo embarcaba contadores de radiación Geiger que hicieron el primer descubrimiento científico en el espacio: los cinturones de Van Allen.

Laika murió en el espacio como estaba previsto ya que no se había desarrollado la tecnología de recuperación desde la órbita, hito tecnológico que se alcanzó en 1960 con la misión Sputnik 5, cuando los perros Belka y Strelka regresaron con vida.

Muy poco después, Yuri Gagarin volaba durante 108 minutos para completar una vuelta al mundo en la misión Vostok 1 (Восток, “Este”), demostrando que el ser humano puede sobrevivir en el espacio, abriendo así la era de la astronáutica tripulada.

Un hombre ha volado hasta el espacio, ahora le toca a una mujer.

Elena Fyodorovna Tereshkova, madre de Valentina Tereshkova, tras el vuelo de Gagarin [Encyclopedia.com Tereshkova]

La primera mujer, Valentina Tereshkova, comandó su nave Vostok 6 en 1963…

Valentina Tereshkova fue la duodécima persona en el espacio y la décima en orbitar la Tierra.

Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova, primer hombre y primera mujer en orbitar la Tierra, en 1963. Fuente: Fine Art Images/Süddeutsche Zeitung Photo.
Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova, primer hombre y primera mujer en orbitar la Tierra, en 1963. Fuente: Fine Art Images/Süddeutsche Zeitung Photo.
Astronauta País Misión Fecha Órbitas
Yuri Gagarin URSS Vostok 1 12-abr-1961 1
Alan Shepard EUA Mercury-Redstone 3 05-may-1961 0 (suborbital)
Virgil «Gus» Grissom EUA Mercury-Redstone 4 21-jul-1961 0 (suborbital)
Guerman Titov URSS Vostok 2 06-ago-1961 17
John Glenn EUA Mercury-Atlas 6 20-feb-1962 3
Scott Carpenter EUA Mercury-Atlas 7 24-may-1962 3
Andrián Nikoláyev URSS Vostok 3 11-ago-1962 64
Pavel Popovich URSS Vostok 4 12-ago-1962 48
«Wally» Schirra EUA Mercury-Atlas 8 03-oct-1962 6
«Gordo» Cooper EUA Mercury-Atlas 9 15-may-1963 22
Valery Bykovsky URSS Vostok 5 14-jun-1963 82
Valentina Tereshkova URSS Vostok 6 16-jun-1963 48

Durante estos primeros años de la Carrera Espacial la Unión Soviética llevaba una clara ventaja respecto de los Estados Unidos de América en cuanto a misiones tripuladas, seis orbitales frente a cuatro, sumando un total de 260 y 34 órbitas terrestres circunnavegadas, respectivamente. Pero los americanos no se dormían en los laureles como escribía el mismo Nikolai Kamanin, jefe del cuerpo de cosmonautas soviéticos, en su diario el 30 de junio de 1962:

He estudiado detenidamente el “Mensaje del Presidente al Congreso sobre las actividades aeronáuticas y espaciales de los Estados Unidos en 1961”. Estados Unidos se ha fijado un objetivo (alcanzar y superar a la URSS en el espacio) y no escatima en gastos para conseguirlo. A 1 de junio de 1962, han puesto en órbita 86 satélites artificiales (nosotros 21).

— Nikolai Kamanin [Diarios Kamanin]

Valentina Tereshkova y Nikolai Kamanin. Fuente: [The Space Review].
Valentina Tereshkova y Nikolai Kamanin. Fuente: [The Space Review].

…tras lo que tuvimos que esperar 19 años hasta que otra mujer, Svetlana Savitskaya, alcanzó el espacio.

Svetlana Savitskaya, también soviética, se convirtió en la segunda mujer en abandonar la Tierra en agosto de 1982 al subir a la estación Salyut 7 en la misión Soyuz T-7 como especialista científico. Svetlana volvió a visitar la estación en julio de 1984 con la misión Soyuz T-12 y llevó a cabo una actividad extravehicular, la primera efectuada por una mujer.

Valentina Tereshkova, Indira Gandhi y Svetlana Savitskaya en una visita de la segunda a la Ciudad de las Estrellas en 1982. Fuente: Yuryi Abramochkin.
Valentina Tereshkova, Indira Gandhi y Svetlana Savitskaya en una visita de la segunda a la Ciudad de las Estrellas en 1982. Fuente: Yuryi Abramochkin.

El motivo de esta travesía del desierto fue la ineptitud de Tereshkova como cosmonauta: estaba histérica; fue incapaz de orientar la nave; no hizo los experimentos programados; comió poco y trató de ocultarlo; se pasó el vuelo vomitando y apenas daba información de la situación a bordo. Claramente la misión fue mera propaganda.

En este punto de la presentación hago a Valentina Tereshkova responsable directa de la ausencia de mujeres astronautas entre 1963 y 1982. La audiencia levanta las cejas.

"Incompetencias" de Valentina Tereshkova como cosmonauta. Fuente: autor del artículo usando DALL·E.
«Incompetencias» de Valentina Tereshkova como cosmonauta. Fuente: autor del artículo usando DALL·E.

Entra entonces mi hija Sandra al escenario y, enfadada, me recrimina:

Sandra: Pero papá… ¡Qué me estás contando! En su mayoría esas cosas no son verdad. ¡No son más que patrañas machistas!

Me quito entonces la camiseta (de estilo soviético, con un motivo del Sputnik) y revelo que debajo llevo otra (protagonizada por Valentina, violeta) idéntica a la que viste mi hija.

Camisetas "contra" y "pro" Valentina. Fuentes: aquí y aquí.
Camisetas «contra» y «pro» Valentina. Fuentes: aquí y aquí.

JC: Cada 16 de junio celebramos la gesta de Valentina Tereshkova, pero nunca faltan comentarios de este tipo. Hemos analizado las circunstancias en torno a su misión con honestidad, acudiendo a las fuentes originales, cribando el triunfalismo y la misoginia, pero también relatos complacientes, y os vamos a contar nuestro diagnóstico. ¡Vamos a ello!

Hay una tendencia de opinión (mayoritariamente protagonizada por hombres) que sostiene que Valentina Tereshkova era básicamente un peso muerto en la cápsula Vostok 6, poco más que Laika, Belka y Strelka, sin formación ni entrenamiento. Estos individuos aseguran que Valentina no consiguió llevar a cabo apenas ninguno de los objetivos de la misión y rebrotan cada 16 de junio, aniversario del lanzamiento, salpicando con exabruptos los comentarios de los medios que celebran la llegada de una representante de la mitad de la humanidad al espacio.

Decidí entonces abordar un análisis serio, crítico y honesto de las circunstancias alrededor del vuelo de Valentina Tereshkova, partiendo de documentación histórica original en la medida de lo posible, mucha de la cual ha sido desvelada de forma relativamente reciente (por ejemplo, las transcripciones de la misión Vostok 6 son publicas desde 1998 [Transcripciones Vostok 6]), siempre tratando de leer entre las líneas de la propaganda soviética.

También he usado otros análisis más recientes, a menudo redactados o bien a la luz de idearios machistas o, al contrario, de forma complaciente, ensalzando artificiosamente la figura de Valentina, no pocas veces copiapegando y haciendo perdurar malentendidos, medias verdades o llanamente falsedades.

Y aproveché el increíble escenario del Palacio Euskalduna Jauregia Bilbao para contarlo.

En lo que sigue analizo una a una las supuestas incompetencias de Valentina Tereshkova como cosmonauta.

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JC: El jefe de los cosmonautas, Kamanin, se enteró de que los americanos “estaban entrenando mujeres para ir al espacio” (era el programa no oficial “Mercury 13”) y pensó que no adelantarse supondría un insulto a las mujeres soviéticas.

Poco después de la misión de Gagarin, Kamanin leyó en los medios estadounidenses que un grupo de mujeres piloto se estaban entrenando para ser astronautas. Se trataba del programa privado (no oficial, sin asociación con la NASA) Mercury 13 por el que diecinueve mujeres se sometieron a las mismas pruebas que los candidatos oficiales (varones) del programa Mercury de la NASA bajo la premisa de que las mujeres partían con ventaja para la conquista del espacio debido a su menor talla y peso (subir cosas al espacio es muy caro). Trece superaron las pruebas (de ahí el nombre con el que se conoce a la iniciativa), y algunas con resultados mejores que el mejor de los hombres.

Jerrie Cobb (una de las "Trece del Mercury") y Valentina Tereshkova. Fuente: [The Space Review].
Jerrie Cobb (una de las «Trece del Mercury») y Valentina Tereshkova. Fuente: [The Space Review].

A pesar de que, como relata de forma inmejorable Daniel Marín en [Mercury 13], las “Trece del Mercury” nunca tuvieron ninguna posibilidad real de convertirse en astronautas, Kamanin se lo tomó muy en serio y escribió en su diario:

No podemos permitir que la primera mujer en el espacio sea americana. Eso sería un insulto al sentimiento patriótico de las mujeres soviéticas.

— Nikolai Kamanin [Diarios Kamanin]

JC: Y el líder de la Unión Soviética, Khrushchev, se lo compró, y “sugirió” para la cosmonauta los mismos criterios “no técnicos” que para Gagarin: de clase obrera, de buen ver y con dotes de comunicación.

Durante la Guerra Fría (y su frente más allá de la atmósfera, la Carrera Espacial) cada movimiento de la URSS y los EUA tenía una componente ideológica.

Nikita Khrushchev buscaba representantes de la clase obrera, sobre todo para los vuelos más mediáticos (el del primer hombre y el de la primera mujer) mientras que las tripulaciones de las misiones Mercury, Gemini y Apolo encarnaban un tipo muy específico de americano: varón blanco con determinado perfil familiar y estatus social.

Valentina Tereshkova y Nikita Khrushchev celebrando el éxito de las misiones Vostok 5 y 6. Fuente: RIA Novósti/Sputnik.
Valentina Tereshkova y Nikita Khrushchev celebrando el éxito de las misiones Vostok 5 y 6. Fuente: RIA Novósti/Sputnik.

Fijaos hasta donde llegaba la situación: algunos días antes del lanzamiento de la Vostok 1 se observó un exceso de peso de la nave. Se barajó entonces la posibilidad de mandar a Titov, sustituto de Gagarin, que pesaba menos que él, pero también era “menos fotogénico”. Finalmente se decidió que un ingeniero “recortase” elementos no esenciales del interior de la cápsula para mantener el peso total dentro de los márgenes de seguridad establecidos [Beyond].

JC: Los periódicos la presentaron así el día de su vuelo: Valentina Tereshkova nació en 1937 en una granja comunitaria donde trabajaban su madre y también su padre que murió en la guerra. A los 16 años se puso a trabajar en una industria textil mientras estudiaba por la noche, tras lo que se apuntó a las juventudes del Partido Comunista y a un club de paracaidismo.

Hay numerosísimas biografías de Valentina Tereshkova en Internet (arriba he mencionado algunas) y aunque no es el propósito de esta entrada, sí me gustaría ampliar ligeramente la extraordinariamente compacta que usé en la charla.

Valentina Tereshkova nació en 1937 en el seno de una familia humilde de la Unión Soviética. Su padre era conductor de tractores en una granja comunal, donde también trabajaba su madre. Cuando Valentina tenía 2 o 3 años su padre fue reclutado como sargento a cargo de un tanque en la guerra de Escandinavia, donde murió.

Valentina no pisó el colegio hasta los 10 años, e incluso entonces cosía por encargo. En sus memorias recuerda a una excelente profesora de matemáticas que les solía citar a Máximo Gorki:

Debes vivir enamorado de algo que no esté a tu alcance: llegarás más arriba si tus sueños son más difíciles.

Máximo Gorki

Valentina adolescente. Fuente: [Валентина Терешкова].
Valentina adolescente. Fuente: [Валентина Терешкова].

Valentina acabó la educación secundaria a los 16 años y su sueño era ir a Leningrado para convertirse en conductora de ferrocarriles, pero se tuvo que poner a trabajar, primero en una fábrica de neumáticos y luego en una industria de hilado de algodón, donde sufría reacciones alérgicas; mientras, estudiaba por la noche algo equivalente a lo que hoy sería Formación Profesional en máquinas textiles.

En esta época se apuntó al Komsomol, la organización juvenil del Partido Comunista de la Unión Soviética, donde se hizo cargo del apoyo cultural a los trabajadores, para lo que leyó innumerables libros de todas las épocas.

Con 21 años se interesó por el paracaidismo y empezó a recibir clases en su aeroclub local; un año más tarde hizo su primer salto que siempre recordó vivamente:

¡Quiero saltar todos los días!

— Valentina Tereshkova, tras su primer salto en paracaídas

No sabía entonces lo determinante que esa afición acabaría siendo en su vida.

Valentina Tereshkova y un compañero (V. Girs) entrenando paracaidismo en el aeródromo de Yaroslavl. Fuente: [Валентина Терешкова].
Valentina Tereshkova y un compañero (V. Girs) entrenando paracaidismo en el aeródromo de Yaroslavl. Fuente: [Валентина Терешкова].

Saltó unas 150 veces antes de empezar a entrenar como cosmonauta (donde haría otros 120 saltos, muchos de ellos con el traje espacial) y empezó a darle vueltas a la idea de ser piloto.

Sandra: La perfecta mujer proletaria.

Valentina Tereshkova no era la única candidata a primera mujer en el espacio. Un total de cinco mujeres fueron reclutadas y entrenadas, y tres pasaron las pruebas finales: Valentina Tereshkova, Valentina Ponomareva (que era piloto con más de 300 horas de vuelo y sacó los mejores resultados) e Irina Solovyova (ingeniera y miembro del equipo nacional de paracaidismo).

Valentina Ponomareva, Irina Solovyova y Valentina Tereshkova. Fuente: Science History Images.
Valentina Ponomareva, Irina Solovyova y Valentina Tereshkova. Fuente: Science History Images.

Tereshkova era objetivamente la menos preparada de las tres, pero existían otros factores, en particular la “pureza del sentimiento comunista”, y Valentina era la mujer soviética de manual: la hija cariñosa, trabajadora responsable, seguidora obediente del partido, deportista activa… la encarnación andante del progreso del pueblo y de la igualdad de la mujer bajo el régimen soviético.

El estricto comité de selección incluía representantes de las altas esferas soviéticas que preguntaron a las candidatas “¿Qué esperas de la vida?” a lo que Ponomareva respondió “Cogeré todo lo que pueda ofrecerme” mientras que Tereshkova dijo sin dudar “Quiero apoyar sin fisuras al Partido Comunista”.

Tereshkova participa activamente en la sociedad, tiene buena presencia y transmite autoridad al hablar. Funcionará delante de una audiencia y despertará simpatía entre las multitudes.

— Serguéi Koroliov

En el discurso en el que se desveló que Valentina Tereshkova sería la primera mujer en el espacio, el comité de selección mencionó a Sofya Kovalevskaya. Sofya tuvo que emigrar de Rusia a Alemania para continuar sus estudios por que el imperio ruso no se lo permitía por ser mujer… y acabó siendo una extraordinaria matemática. El comité destacó que el hecho de que una mujer de la URSS fuese a comandar una nave espacial demostraba que el Partido Comunista había creado las condiciones para el desarrollo del talento de las mujeres.

Retrato de Sofya Kovalevskaya estilo Grand Manner. Fuente: Piper Bangs.
Retrato de Sofya Kovalevskaya estilo Grand Manner. Fuente: Piper Bangs.

Así, Valentina Tereshkova sería la primera mujer en el espacio, transmitiendo los ideales de la “nueva mujer soviética”. Mientras, sus dos compañeras se reservaban para una misión futura, más compleja, en la que la serían convenientes la experiencia como piloto de Ponomareva y el coraje y habilidad de Solovyova para ejecutar una actividad extravehicular.

JC: ¡Así es! Kamanin bromeando la llamaba “Gagarin con falda”.

La misma Valentina no pasó por alto sus paralelismos con Gagarin. En su autobiografía relata como ambos nacieron en el campo, en una granja colectiva, y como los dos se graduaron en escuelas técnicas y estudiaron en clubes de vuelo [Autobiografía Valentina].

Kamanin bromeando llamaba a Valentina “Gagarin con falda”, si bien parece que este divertido símil nace de su instructor de paracaidismo antes de postularse como candidata para cosmonauta [Autobiografía Valentina].

JC: Y bueno, diréis que Gagarin era piloto militar. Pero es que las naves Vostok eran automáticas y no necesitaban un “piloto” …

Hay quien argumenta que Gagarin y el resto de los cosmonautas varones eran pilotos y oficiales militares mientras que Tereshkova era una “mera trabajadora textil”, con lo que es de esperar que “no hiciera nada durante el vuelo”.

Esto tiene dos dimensiones.

Primero, no había mujeres pilotos de aviones a reacción en la Fuerza Aérea Soviética. Por ese motivo, para encontrar a las candidatas para cosmonauta las autoridades recurrieron a los aeródromos y clubes de paracaidismo.

Por cierto, lo mismo ocurría en Estados Unidos. La NASA exigía que los candidatos a astronautas fuesen ingenieros y pilotos de aviones a reacción (ambas cosas), pero las Fuerzas Aéreas no permitían a las mujeres formarse como pilotos de reacción. Cuando un comité de la Cámara de los Representantes se reunió para dirimir si había discriminación por sexo en los requisitos para ser astronauta concluyeron:

The present qualifications are such that there appear to be no women who are qualified in the program.

Los requisitos actuales son tales que no parece haber mujeres que los cumplan en el programa.

— Comité especial para la Selección de Astronautas de la Cámara de Representantes de los EUA [Comité selección astronautas]

Es decir, no hubo discriminación por sexo, lo que pasaba es que no había mujeres que cumpliesen los requisitos, uno de los cuales era ser hombre.

Es de una caradura que sobrecoge.

El comité ignoró que la NASA hizo una excepción con Glenn (no había completado su formación como ingeniero) y que muchas de las pilotos del programa Mercury 13 (el caso lo expuso Jerrie Cobb, una de las “Trece del Mercury”) tenían más horas de vuelo que algunos de los astronautas varones (si bien no en aviones a reacción, claro) [Lathers 2009].

Segundo, las Vostok eran completamente automáticas, no necesitaban un piloto. Esto era así por varios motivos, como desgrana Valentina Ponomareva en una entrevista en 2002 [Entrevista Ponomareva]:

  • La gran tradición de la ingeniería soviética derivada de la fabricación de misiles.
  • El hecho de que las misiones espaciales anteriores, sin tripulación, eran automáticas… y funcionaban.
  • La incertidumbre sobre qué podía ocurrir con los pilotos: quizá no estuvieran conscientes, o quizá perdieran la cabeza. En particular con Gagarin, la posibilidad de control manual de orientación y la activación manual del motor de frenado para el descenso (las dos únicas funciones de control de las naves Vostok que podía operar el comandante, ver la segunda parte de esta entrada) estaban bloqueadas con un código escrito dentro de un sobre lacrado; la teoría era que Gagarin sólo sería capaz de acceder a la combinación si conservaba la cordura. Por supuesto los secretos corren como la espuma, y todo el mundo sabía que Gagarin conocía el código…

También había un tercer motivo “ideológico”: el sistema soviético estaba basado en la tecnocracia en la que el individuo no es más que un minúsculo tornillo en la gran maquinaria del estado:

La obsesión por la automatización proviene de la desconfianza en el individuo inherente a la ideología comunista.

— Valentina Ponomareva [Rostro femenino espacio]

Esto contrasta poderosamente con el esquema americano donde primaba el “heroísmo” individual (masculino, claro). Este “efecto macho” se fue diluyendo al aumentar la capacidad de los ordenadores a bordo: las naves Mercury las pilotaban rudos varones a pelo, las Gemini incluían el primer rudimentario ordenador de guiado y los dos de las Apolo calculaban tanto el guiado como la navegación y controlaban la nave (salvo durante la fase del alunizaje).

¿Qué significa “tener el control”? ¿Se puede decir que es “varonil” controlar una máquina simplemente pulsando botones?

— John Noble Wilford [Wildford 1968]

La dependencia de la cosmonáutica soviética en la automatización frenó su desarrollo al ir muy atrasados en el ámbito de los ordenadores digitales (en general la microelectrónica soviética estaba rezagada). Ese factor junto a la constitución de la NASA frente a la descentralización del programa espacial soviético en distintas Oficinas de diseño experimental, las muertes prematuras de Koroliov y Gagarin, la brutal inversión de los Estados Unidos en el programa Apolo y el accidente de la Soyuz 11, hicieron que la URSS perdiera la Carrera Espacial.

JC: …pero si un paracaidista porque el comandante se eyectaba al aterrizar, y Valentina eso lo dominaba.

Sin duda, en las Vostok era más relevante ser buen paracaidista que saber pilotar un avión, por dos motivos:

  • Los paracaidistas están habituados a la ingravidez.
  • En el retorno, el comandante era eyectado automáticamente a gran altura (unos 7000 metros).

De las cinco candidatas, cuatro eran paracaidistas y una (Ponomareva) era piloto con algún salto en su haber, como en general los varones. Hay que tener en cuenta que el paracaidismo era una actividad relativamente popular durante la Guerra Fría ya que el gobierno soviético lo promovía en preparación para la siguiente gran guerra.

A Valentina el paracaidismo le supuso una ventaja más para ser cosmonauta: su elección como candidata era secreta (todo el programa lo era), no podía decírselo ni a su familia, así que mientras duró su entrenamiento les contó que estaba entrenando por que le habían seleccionado para un equipo de salto. Para el mismo vuelo espacial Valentina tiró de nuevo de esta excusa, explicando que faltaría unos días por que iba a participar en un campeonato. Su madre se enteró de que su hija estaba orbitando la Tierra cuando su casa se llenó de gente curiosa que había visto a Валя (“Valya”, diminutivo de Валентина, Valentina) en la tele. Durante años su madre no se lo perdonó.

Al descender Valentina miró hacia arriba para comprobar el estado del paracaídas y un trozo de metal le hizo un corte en la nariz. Además, al hacer tierra sufrió un golpe que le dejó un buen moratón en la mejilla (experimentó vientos de unos 60 km/h). Para disimular ambas heridas Valentina Tereshkova hubo de usar “más maquillaje de lo habitual” en las presentaciones oficiales, lo que le preocupaba por lo que pudiera distorsionar su imagen de chica trabajadora [Enciclopedia astronáutica Tereshkova].

JC: La misión tenía una componente de propaganda, pero no fue “mera” propaganda: Valentina tuvo el mismo entrenamiento que sus compañeros varones.

El centro de entrenamiento de cosmonautas (más tarde renombrado Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Gagarin) estaba en un pequeño pueblo cerca de Moscú conocido como Ciudad de las Estrelllas.

Allí los cosmonautas eran sometidos a un duro entrenamiento que constaba tanto de formación teórica como de pruebas físicas.

Izquierda: Valentina se prepara para la cámara de aislamiento. Derecha: en el simulador. Fuentes: Museo-Reserva Estatal de Historia, Arquitectura y Arte de Yaroslavl (izquierda). RIA Novósti/Sputnik (derecha).
Izquierda: Valentina se prepara para la cámara de aislamiento. Derecha: en el simulador. Fuentes: Museo-Reserva Estatal de Historia, Arquitectura y Arte de Yaroslavl (izquierda). RIA Novósti/Sputnik (derecha).

El programa de estudios incluía matemáticas, meteorología, astronomía, física, computación, navegación espacial y mecánica orbital (Yuri Gagarin, uno de sus profesores, confesó que a Valentina le costaba especialmente entender esto último, pero que estudió sin descanso ocupando gran parte de su tiempo libre, incluso por las noches; Valentina Tereshkova acabaría doctorándose en ingeniería aeronáutica en 1976).

Valentina Tereshkova defiende su tesis para obtener el título de doctor en ingeniería aeronáutica en 1976. Fuente: Museo-Reserva Estatal de Historia, Arquitectura y Arte de Yaroslavl.
Valentina Tereshkova defiende su tesis para obtener el título de doctor en ingeniería aeronáutica en 1976. Fuente: Museo-Reserva Estatal de Historia, Arquitectura y Arte de Yaroslavl.

Por otra parte, los cosmonautas eran formados en el funcionamiento e instrumentos de la nave, los procedimientos de vuelo, comunicaciones, supervivencia y protocolos de emergencia. El programa contaba con una introducción al pilotaje de aviones, incluyendo reactores.

Desde el punto de vista físico el hincapié se ponía en todo tipo de disciplinas atléticas y pruebas como la centrifugadora, la cámara térmica (“donde pasábamos de calor tropical a frío siberiano”), bajo el agua, la cámara de asilamiento, saltos en paracaídas y vuelos parabólicos donde experimentaban hasta 30 segundos de ingravidez durante los que se les hacía pruebas psicotécnicas.

En su autobiografía Valentina relata como la primera vez que experimentó el triple de la aceleración de la gravedad en la centrifugadora sintió que su sangre “se convertía en mercurio”, y que la prueba del rotor, donde se le hacía girar con tres grados de libertad, era “un suplicio”.

Pero la prueba más temida para ella era la cámara de aislamiento o “de silencio”, un pequeño habitáculo aislado y sin estímulos donde los sujetos permanecían un periodo de tiempo indeterminado (un día, una semana…) [Autobiografía Valentina].

Tatiana Kuznetsova, una de las cinco candidatas a cosmonauta que tuvo que retirarse del programa por enfermedad, declaró en una entrevista que los doctores habían determinado que las mujeres tenían mejor desempeño en algunos aspectos del entrenamiento, incluida la centrifugadora [Encyclopedia.com Tereshkova], lo que es congruente con los hallazgos del programa Mercury 13.

No había diferencia entre el entrenamiento que recibían hombres y mujeres, con una excepción: a ellas no se las sometía a la centrifugadora durante sus periodos, aspecto que también condicionó otros dos elementos del vuelo: Valentina tuvo dos cosmonautas reserva en lugar del único habitual (oficialmente “en consideración a la complejidad del organismo femenino”) y no volaría si estaba menstruando.

En la actualidad las astronautas toman habitualmente anticonceptivos para eliminar su menstruación; como resultado, prácticamente no hay información del comportamiento de los ciclos menstruales en el espacio [NASA failed female astronauts].

En este fantástico documento gráfico del programa Rasgos de RTVE emitido en 1982, Mónica Randall entrevista a Valentina Tereshkova que argumenta que las mujeres cosmonautas tuvieron el mismo entrenamiento que los hombres, y ella misma hizo las mismas funciones a bordo que aquellos [Rasgos].

Monica Randall entrevista a Valentina Tereshkova. Fuente: [Rasgos]. Hacer click en la imagen para acceder al vídeo.
Monica Randall entrevista a Valentina Tereshkova. Fuente: [Rasgos]. Hacer click en la imagen para acceder al vídeo.

Por desgracia, en el cosmos no hay una galantería especial para las mujeres.

— Valentina Tereshkova [Rasgos]

Si la propaganda hubiera sido el único objetivo, ¿para qué invertir el tiempo y dinero en dar un entrenamiento íntegro a cinco mujeres?

— Valentina Tereshkova [Encyclopedia.com Tereshkova]

Desde 1917, las mujeres soviéticas tienen las mismas prerrogativas y derechos que los hombres. Son obreras, navegantes, químicas, pilotos o ingenieras. Y ahora la nación me ha seleccionado para el honor de ser cosmonauta. Como pueden ver, en la tierra, en el mar y en el cielo, las mujeres soviéticas son iguales a los hombres.

— Valentina Tereshkova [Red star in orbit]

Sandra: Nunca he oído decir que la misión de Gagarin fuese “mera propaganda”. Veo cierta doble vara de medir ahí… Nuestro veredicto es: no culpable.

¿La misión tenía un componente de propaganda? Pues sí, claro, como casi todo en la Guerra Fría en general y en la Carrera Espacial en particular, tanto en el bloque soviético como en el americano. Pero no fue “mera” propaganda: a Valentina se le entrenó bien y además hubo claros indicios de continuidad del programa de mujeres cosmonautas, aunque finalmente no llegaron a volar, en parte debido a la prematura muerte de Koroliov en 1966 [Entrevista Ponomareva].

Nunca aceptaré el juicio de que el vuelo de la primera mujer cosmonauta fue sólo propaganda. No, pues nos preparamos cabalmente. Llegamos como paracaidistas y nos convertimos en cosmonautas.

— Valentina Tereshkova

Elocuencia

¡Oye, cielo! ¡Quítate el sombrero! ¡Allá voy!

— Valentina Tereshkova, últimas palabras antes del lanzamiento [La nube en pantalones]

JC: Valentina se puso como distintivo de llamada Chaika, gaviota, por Liza Chaikina, que luchó contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

El callsign (distintivo de llamada) es un código alfanumérico que identifica unívocamente a una estación de transmisión de radio. Tiene su origen en las líneas de telégrafos que discurrían acompañando a las vías de ferrocarril, y de ahí pasó a estaciones de radio en tierra y a bordo de barcos, de donde saltó a aeronaves y finalmente a vehículos espaciales.

Los comandantes de las Vostok podían elegir el suyo propio, y los hombres no dudaron en aprovechar la oportunidad para identificarse como un rotundo pino siberiano o una varonil ave de presa.

Astronauta Misión Callsign Traducción
Yuri Gagarin Vostok 1 Kedr Pino siberiano (Pinus sibirica)
Guerman Titov Vostok 2 Orel Género Aquila (águila)
Andrián Nikoláyev Vostok 3 Sokol Género Falco (halcón)
Pavel Popovich Vostok 4 Berkut Águila real (Aquila chrysaetos) en ucraniano
Valery Bykovsky Vostok 5 Yastreb Familia Accipitridae (gavilán)
Valentina Tereshkova Vostok 6 Chaika Familia Laridae (gaviota)

Valentina eligió Chaika, en homenaje a Yelizaveta Chaikina  [Autobiografía Valentina], más conocida como Liza Chaikina, secretaria del Komsomol de su ciudad y líder de un grupo partisano que luchó contra el invasor fascista en la Segunda Guerra Mundial. Liza fue capturada y brutalmente torturada, pero no confesó donde estaban sus camaradas escondidos, tras lo que fue fusilada. Nombrada heroína de la Unión Soviética, se le recuerda con el nombre cariñoso de Chaika (Чайка, “gaviota”).

Yelizaveta Chaikina, héroe de la Unión Soviética. Fuente: blog de la localidad de Buyskoye.
Yelizaveta Chaikina, héroe de la Unión Soviética. Fuente: blog de la localidad de Buyskoye.

Por cierto, uno de los primeros perros enviados con destino al espacio (pero que no llegó: el cohete explotó unos segundos tras el lanzamiento) se llamaba Chaika, nombre que también se dio al primer sistema de control de orientación de una nave tripulada soviética (y, por extensión, se suele llamar Chaika de forma genérica a esos sistemas incluso hoy en día) [Rockets and people], con lo que cuidado con las Чайка que aparecen en la documentación cosmonáutica…

Parche de la misión Vostok 6 que Valentina Tereshkova llevaba cosido al traje térmico (interior) de su traje espacial SK-2 (ver segunda entrada). Es una paloma, símbolo de la paz, pero Valentina se refería a ella como “mi gaviota”. Fuente: [Collect space].
Parche de la misión Vostok 6 que Valentina Tereshkova llevaba cosido al traje térmico (interior) de su traje espacial SK-2 (ver la segunda parte de esta entrada). Es una paloma, símbolo de la paz, pero Valentina se refería a ella como “mi gaviota”. Fuente: [Collect space].

JC: Su misión estuvo plagada de problemas de comunicación, como también la simultánea Vostok 5 de Valery Bykovsky.

La misión Vostok 6 estuvo plagada de problemas de comunicación.

Ya mismo tras inserción orbital, Valentina no oía las comunicaciones desde control de misión: hasta en siete ocasiones le preguntaron si había visto la segunda etapa del cohete.

A pesar de que a partir de la órbita 6 mejoraron, los problemas de comunicación impidieron un ensayo de la conversación que Valentina tuvo con Khrushchev, y si bien parece que durante la llamada real Valentina si oyó a Khrushchev, el canal contrario no funcionaba correctamente.

Valery Bykovsky volaba a bordo de la Vostok 5 de forma simultánea a Tereshkova (había despegado un par de días antes; el plan original para este par de naves en órbita era que las comandasen sendas mujeres, pero no pudo ser) y tuvo problemas semejantes.

Sello postal soviético conmemorativo de las misiones Vostok 5 y Vostok 6. Fuente: rafasith.
Sello postal soviético conmemorativo de las misiones Vostok 5 y Vostok 6. Fuente: rafasith.

Durante la órbita 23, Bykovsky debía comunicarse con control de misión, pero no lo hizo. Gagarin controlaba las comunicaciones desde tierra (era el comunicador de cápsula, CapCom), y al preguntarle el motivo Bykovsky respondió que “no tenía nada que decir” ya que “hacía poco que había tenido otra comunicación”. Sin embargo, esa supuesta comunicación tampoco consta en los registros.

JC: Pensaban hacer un dueto en órbita, pero acabó cantando ella sola porque él no respondía.

Valery y Valentina tenían previsto cantar desde la órbita. Algunas fuentes dicen que la idea fue cosa de ellos, pero en el contexto hipercontrolado en el que se movían parece poco probable. El caso es que la comunicación con Vostok 5 era muy entrecortada, así que Valentina cantó en solitario. Entonó un fragmento de una canción patriótica rusa seguido de dos más de sendas canciones modernas tituladas “Ciudad textil” y “Canción de la amistad”. En el siguiente video del archivo de la radiotelevisión soviética aparecen los seis comandantes de las Vostok y Valentina canta un trocito de la primera canción (según avanza, divertida improvisa la letra…).

Los seis comandantes de las misiones Vostok. Fuente: [Fondo estatal de la televisión y radio rusas]. Hacer click en la imagen para acceder al vídeo.
Los seis comandantes de las misiones Vostok. Fuente: [Fondo estatal de la televisión y radio rusas]. Hacer click en la imagen para acceder al vídeo.

JC: Sin embargo, lo que Valentina no cantó fueron los pasos de la crítica secuencia de reentrada.

Tras el despegue, la reentrada de la cápsula era el momento más crítico de la misión. La secuencia de pasos (orientación solar, encendido de retrocohetes, liberación del módulo de servicio…; más información en [Reentrada Vostok]) debe ser orquestada con precisión, y aunque en las Vostok se hacía de forma automática, era fundamental que control de misión siguiese puntualmente el devenir de los eventos. La cápsula informa a tierra por telemetría, pero es preciso que el comandante lo haga en paralelo para tener confirmación (por ejemplo, en el vuelo de Gagarin el módulo de servicio quedó atascado, no se liberó correctamente).

Secuencia de eventos en la reentrada de las cápsulas Vostok. Fuente: [Reentrada Vostok].
Secuencia de eventos en la reentrada de las cápsulas Vostok. Fuente: [Reentrada Vostok].

Sin embargo, Valentina Tereshkova no recitó los eventos según se iban produciendo.

JC: Pero mirad, las cápsulas Vostok tenían comunicaciones por voz y video y también un telégrafo…

Las misiones Vostok contaban con comunicaciones por VHF (voz bidireccional y video de bajada; estaciones весна, vesna, “primavera”) pero mayoritariamente dependían de la (netamente inferior) onda corta (voz y radiógrafo, usando código Morse; estaciones заря, zarya, “amanecer”) porque no tenían desplegada una red de barcos con estaciones VHF. En general se usaba la radio cuándo era posible, pero el radiógrafo resultaba más fiable.

Valentina pasó parte de su tiempo en órbita radiando mensajes de buena voluntad al sobrevolar los distintos territorios. El plan de vuelo reservaba periodos para saludar a los habitantes de África, la Unión Soviética, Oriente Medio, Mongolia, Vietnam, Corea, Escandinavia, China, Australia, Sudamérica, los Estados Unidos de América, Indonesia…

JC: …que de hecho Valentina usó para notificar los eventos de la reentrada uno a uno.

Sandra: ¿Qué pasaba entonces? Pues que nadie estaba atendiendo el receptor Morse en Tierra.

Pues sí, Valentina radió todos y cada uno de los eventos de la reentrada usando el radiógrafo [RussianSpaceWeb]. Pero nadie se enteró: el receptor Morse en tierra se encontraba desatendido. Ni siquiera Kamanin parece que conocía esta situación ya que no la menciona en su diario, sólo dice que Valentina no reportó los hitos.

JC: El telégrafo no falla y creemos que tenían orden de usarlo por que Bykovsky, además de por voz, también telegrafió la reentrada.

Curiosamente, Bykovsky declaró que él también había telegrafiado el aterrizaje, lo que sugiere que esas eran las órdenes que tenían los cosmonautas (recordemos que la comunicación por el telégrafo es más fiable que la vocal, en especial con la cápsula rodeada de plasma), si bien Bykovsky confirmó adicionalmente los hitos por el canal de voz.

Sandra: Vale, otro caso de la “increíble regla menguante”. Valentina es: inocente.

 

(Sigue en la segunda parte)

Bibliografía

He traducido las referencias en ruso al español mientras que he dejado inalteradas aquellas en inglés.