Así nace una charla Naukas

Por Pablo Rodríguez, el 11 octubre, 2023. Categoría(s): Bilbao 2023 • Divulgación • Eventos

Introducción

Como cada año, a finales de la primavera se abrió la veda para proponer un tema para el Naukas Bilbao. Normalmente, para esas fechas siempre tenía pensado algún tema que me entusiasmaba, e incluso un guión esquemático. Sin embargo, desde hace algunos años esto no me sucede con tanta facilidad.

Ironías de la vida, mi creatividad en lo tocante a divulgación científica empezó a decaer cuando entré en el mundo de la investigación científica profesional. Esta tendencia se ha agudizado desde que soy editor del blog de mi centro. Un blog que, modestia aparte, está bastante bien, pero que de algún modo consume mi «energía divulgadora». En este año 2023, que también ha resultado ser mi primer año como padre, estuve a punto de tirar la toalla y no proponer siquiera un tema. Estaba agotado.

Sin embargo, me lo paso demasiado bien en el Naukas Bilbao como para no ir. Sopesé la posibilidad de ir como público, pero recordé cómo me revolvía en el asiento, con hambre de escenario, el único año que decidí ir sin charla. Así que apreté los dientes y puse en marcha todos los trucos que he ido aprendiendo a lo largo de los años.

Tenía que sonsacarme una charla a mí mismo, y así fue como lo hice. Quizás mi experiencia pueda servir a alguien más. Aquí la dejo.

Fondo de armario

Lo primero que hice fue acudir a mi lista de publicaciones pasadas. ¿Hubo alguna que hubiera disfrutado especialmente?, ¿que me entusiasmara en su día?, ¿que tuviera buena acogida? Para mi sorpresa, había muchas que ni recordaba. Una de ellas fue esta, Anti-consejos para una presentación científica, nada menos que de 2016. Aquí hay una historia, me dije… aunque no tenía ni idea de cuál era.

¿Y qué pasa si no tengo nada publicado?, se preguntará, tal vez, el lector. Solamente pasa una cosa: que tendrás que hacer memoria más fuerte. Aunque no tengas un blog, sin duda tienes experiencias, ideas, cosas de las que hablar. Basta con que encuentres una que te parezca atractiva. Salvo que hayas vivido toda tu vida en una cueva, tienes fondo de armario.

Lo primero, empatía

Elegir el tema de tu charla es más delicado de lo que parece. Te tiene que gustar a ti, pero también tiene que gustar al público. Ponte en su lugar desde el minuto 0.

Mi mayor preocupación en lo tocante a mi charla era: ¿y si esto no le interesa a nadie más que a mí?, ¿será una monomanía mía?, ¿no es un tema demasiado «meta»?, ¿requiere unos conocimientos o experiencias que quizá la mayoría del público no tenga?

Siempre he pensado que la empatía tiene mucho que ver con la buena memoria. ¿Le gustaría esta charla al Pablo de hace 10 años, cuándo aún no sabía nada de este tema? Mi respuesta fue afirmativa, así que, ¡a por ello!

Si el tema es demasiado alambicado, si requiere de demasiadas explicaciones, si resuelve una pregunta que nadie en el público se ha hecho… considera seriamente cambiarlo.

Ideas atómicas

Ya tenemos un tema que nos gusta: charlas desastrosas. Basta invocarlo para que se nos llene el cerebro de recuerdos, anécdotas y chascarrillos. Aquella presentación grotesca en París, aquel libro que tanto nos gustó, aquel conferenciante que se tiró al suelo durante una presentación, … Un maremágnum caótico e inconexo, pero de un valor precioso. Estos son los ladrillos con los que tendremos que construir una historia sólida, y que en este momento están desperdigados por el suelo.

Como si estuviésemos montando un mueble, el primer paso es identificar cada pieza, cada idea. Y separarlas, asegurarnos de que cada idea es independiente y autocontenida, atómica en el sentido griego.

Lo que hago a continuación es dibujar estos ladrillos, sin demasiado orden ni concierto, en un folio o en una pizarra. Ahí están mis ladrillos, los veo, casi puedo tocarlos.

Navegar una historia

Visualizar los ladrillos de mi historia es una herramienta poderosísima (la he usado hasta para escribir publicaciones científicas). Rápidamente me daré cuenta de que hay ladrillos que están relacionados con otros, que tienen nexos lógicos o narrativos. Estos nexos serán el mortero que una mis ladrillos, mis ideas.

¡Y también los podemos visualizar! Normalmente dibujo los nexos con línea punteada y, si son muy, muy claros, con línea sólida. Es posible incluso que tenga que volver a dibujar el diagrama entero, para que aquellos ladrillos que están fuertemente relacionados entre sí queden más cerca, para eliminar ladrillos innecesarios, para añadir alguno nuevo, …

Después de repetir este proceso un par de veces tendremos, casi seguro, un montón de nexos. Seguramente demasiados. Y esto es un pequeño problema: necesitamos una ruta lineal, que pase por (casi) todos los ladrillos de la forma más natural posible. En resumen, necesitamos convertir las líneas punteadas en flechas sólidas y, amigo lector, habrá muchas maneras de hacer esto.

Ejemplo de un diagrama de «ladrillos y nexos»; en un estado intermedio

 

Vete a pasear

Durante el sprint final de mi tesis doctoral, sorprendí a mis directores escribiendo la introducción y la síntesis en tan sólo dos tardes. Lo que no saben es que hice trampa. Llevaba escribiendo estos capítulos en mi cabeza desde hacía meses, aunque hasta dos días antes aún no había tecleado una sola letra. Esos dos capítulos fueron un 1% de teclear delante del ordenador, un 4% de dibujar diagramas con las ideas atómicas que quería contar… y un 95% de paseos por el bosque.

Con las presentaciones hago algo parecido. Me concentro en el diagrama de conceptos a tratar y, con él «cargado» en mi cabeza… me voy a pasear, o a dar una ducha, o a hacer cualquier otra cosa. Parece una tontería, pero funciona.

Cuéntate la historia. Siéntela. Prueba diferentes caminos, y mira cuál fluye mejor. Si quieres y puedes, cuéntasela a alguien en quién confíes. Si una ruta no funciona, ya sea porque hay ladrillos que quedan sueltos o porque no producen el efecto deseado en la narración, descártala sin pensarlo dos veces.

Sólo ante el espejo

Ensayar da mucha vergüenza, pero es de vital importancia. Y no me refiero a pensar en lo que va uno a decir, sino a decirlo realmente. De principio a fin.

Si además el tiempo de nuestra charla está tasado (como sucede con las charlas Naukas, de 10 minutos, y conocidas por su puntualidad), es importante cronometrarse. Estimar la duración de una charla es muy difícil, e incluso los ponentes experimentados nos llevamos sorpresas más de una vez.

Si ves que te pasas de tiempo, recorta. Y hazlo sin pena ninguna. El propósito no es contarlo todo, es contarlo bien. No recuerdo una sola charla en la que no me sobrase una cuarta parte de mis ladrillos.

En la charla que nos ocupa, quería haber hablado de Niels Bohr, de Sheldon Cooper, y de una charla surrealista en la que el conferenciante no dejó de soltar sonorísimas flatulencias. Todos ellos temas prometedores, pero que no encajaban.

Así se queda

Si vas a dar la charla en cualquier sitio medianamente serio, te darán una fecha límite para entregar tus diapositivas. Si no te la dan, o la fecha límite es «cinco minutos antes de la charla», es que no es un sitio serio. En ese caso, ponte tú mismo una fecha (mi consejo es por lo menos tres días antes de la presentación en público).

Pasado este plazo, las diapositivas se quedan congeladas. Salvo que tengas un ideón rompedor y revolucionario de veras, no se admiten más cambios. Estas son tus diapositivas, tu material de trabajo. Cárgalas en tu cerebro y sigue puliendo el discurso y sólo el discurso.

Los nervios

Tengo que confesar una cosa. Nunca, jamás, he dado una charla estando cómodo. Mi material siempre me parece malo. Y no es falsa modestia, al contrario, es el reconocimiento un prejuicio irracional. Pero como lleva toda la vida pasándome, acepto que soy así de incompetente para juzgar mi propio trabajo, cierro los ojos y me aguanto.

Mi charla de este año llevó por título Las charlas de mis pesadillas. Cinco minutos antes de salir al escenario, aún pensaba que sería un desastre. Aún no había bajado del escenario, y ya se había convertido en la charla de la que más orgulloso estoy hasta la fecha.

Si te interesa, la puedes ver aquí. Si te quedas con ganas de más, aquí puedes ver todas las charlas del evento.