Como bien sabéis, la primera división taxonómica del reino animal es en filos, los filos se dividen en clases, las clases en órdenes… y así hasta llegar a las especies. Lo normal es que cada especie esté correctamente clasificada en este sistema conocido como taxonomía.
Pero muy recientemente, el pasado tres de septiembre, se ha publicado en Plos One un artículo en el que presentan dos especies del género Dendrogramma (D. enigmatica y D. discoides) encontradas a 400 y 1000 metros de profundidad frente a las costas del sudeste australiano que, al menos de momento, y como podemos leer en el título del artículo en cuestión están en ese limbo del “Metazoa incertae sedis“, latinajo que viene a decir que sí, que son animales pero que no hay manera de precisar el filo al que pertenecen. Ahí va una imagen:
La estructura anatómica de estos animales, con forma de seta, es cercana a la de los filos Cnidaria (pólipos y medusas) y Ctenophora, otros seres marinos gelatinosos poco conocidos; hace un tiempo puse unos vídeos de estos interesantes seres en ‘La ciencia es bella’.
Las dos especies del género Dendrogramma han sido incluidas en la familia Dendrogrammatidae, y no se puede precisar más en su taxonomía. Son pluricelulares, por lo tanto metazoos, no presentan simetría bilateral, son muy probablemente diblásticos y con una densa mesoglea, lo que comparten con Cnidaria y Ctenophora. Sin embargo, tal como señalan los autores, no se les puede incluir en ninguno de estos dos grupos porque carecen de los caracteres especializados de ambos, como los cnidocitos de Cnidaria o los peines de Ctenophora. Tampoco han encontrado gónadas en ninguno de los ejemplares, lo que podría deberse a que se trata de individuos inmaduros o a cambios estacionales en los individuos. Por otro lado, como se preservaron en etanol al 80%, no han podido efectuarse análisis moleculares.
En fin, que como la clasificación de estos extraños seres no está nada clara, los autores proponen como hipótesis alternativa que formen parte de uno de los grupos del periodo Ediacárico, el último del Precámbrico, que comenzó hace 635 millones de años y terminó hace 542 millones de años. El grupo al que lo adscriben es el de los Trilobozoides, unos organismos medusoides. Por supuesto, con toda la prevención del mundo; como es habitual en el mundo de la ciencia, apuntan, para deducir la posición filogenética de estas nuevas especies, que “se intentará continuar el estudio con nuevo material”.
Referencia:
Just J, Kristensen RM, Olesen J (2014) Dendrogramma, New Genus, with Two New Non-Bilaterian Species from the Marine Bathyal of Southeastern Australia (Animalia, Metazoa incertae sedis) – with Similarities to Some Medusoids from the Precambrian Ediacara. PLoS ONE 9(9): e102976. doi:10.1371/journal.pone.0102976
Biólogo, profesor y divulgador. Editor del blog «La ciencia es bella» y escritor de los libros «Ciencia para Nicolas», «El yeti y otros bichos, ¡Vaya Timo!» y recién salido del horno, «Más ciencia para Nicolás».
Categoría(s): Biología • Genética
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