25 cosas que no sabías sobre los opiliones (Parte 1)

Por Entomoblog, el 1 noviembre, 2010. Categoría(s): Biología • Curiosidades

Los opiliones son un grupo de artrópodos pertenecientes al orden Opiliones y los arácnidos más familiares después de las arañas, con las que a menudo se confunden. En esta entrada trataremos de despejar algunas dudas y malentendidos, así como mostrar algunas curiosidades interesantes, sobre estos fascinantes arácnidos.

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1. Los opiliones son arácnidos pero no arañas. Los opiliones constituyen un ordendentro de la clase Arácnidos, un grupo de artrópodos con quelíceros entre los que se incluyen arañas, escorpiones, solífugos, uropigios o vinagrillos, amblipigios, ácaros, pseudoescorpiones, palpígrados, ricinúlidos y esquizómidos.

Debido a su parecido superficial, la mayoría de la gente confunde a los opiliones con las arañas, sobre todo con los fólcidos, una familia de arañas patilargas. Sin embargo, hay tres características básicas que los diferencian a primera vista.

Comparación entre una araña fólcida (izquierda) y un opilión (derecha).

En primer lugar, no tejen telas porque no tienen hileras, que son los apéndices donde se ubican las glándulas productoras de seda; en segundo lugar, el cefalotórax y el abdomen (o prosoma y opistosoma, como suelen denominarlos los aracnólogos para diferenciarlos del cefalotórax y abdomen de los crustáceos, ya que no son estructuralmente equivalentes) están fusionados formando una única estructura bulbosa, y en tercer lugar, sólo tienen dos ojos (ocelos), frente a los ocho de la mayoría de las arañas. Además, y a diferencia de las arañas (excepto los lifístidos), el opistosoma está segmentado.

Al igual que el resto de los arácnidos, tienen un par de quelíceros, un par de palpos y cuatro pares de patas. Los quelíceros tienen forma de pinza.

2. Por patas. Como están sordos, medio ciegos y tienen poco desarrollado el sentido del olfato, los opiliones se basan casi exclusivamente en el tacto. Sus patas actúan a modo de sensores y muchas especies usan el segundo par, más largo, como si fueran antenas, moviéndolas en el aire mientras caminan. En caso de peligro pueden amputárselas espontáneamente (autotomía) para distraer al posible depredador pero al contrario que otros arácnidos, las patas no se regeneran. Es extraño encontrar individuos adultos con todas sus patas.

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3. No son venenosos, aunque usan «armas secretas». Otra característica que los diferencia de las arañas es que carecen de glándulas de veneno. Sin embargo, están preparados para la «guerra química». Poseen un par de glándulas defensivas en la parte anterior del prosoma que producen secreciones ricas en quinonas y fenoles con la que repelen a sus atacantes (debido a una mezcla entre mal olor y sabor parecido al de las almendras amargas). Cuando se sienten amenazados, dirigen un chorro al atacante o rocían su propio cuerpo con una gota para conseguir un efecto disuasorio.

Secreciones defensivas de Vonones say (arriba) y Acanthopachylus aculeatus (abajo).

Aparte de la autotomía y las secreciones químicas, algunos opiliones emplean como sistemas de defensa el camuflaje, hacerse los muertos (tanatosis) o vibrar el cuerpo.

4. Cuestión de tamaño. El tamaño del cuerpo de los opiliones varía entre uno y 20 milímetros y con las patas extendidas hay especies que alcanzan los 20 centímetros de envergadura. Aun así, la mayoría de las formas tropicales tienen patas relativamente cortas.

Los machos suelen tener cuerpos pequeños y patas largas, mientras que las hembras suelen tener cuerpos más grandes y patas más cortas.

5. Hablando de números. Como casi siempre, hablar del número de especies complicado porque su número varía según las fuentes (por ejemplo, en Life in the Undergrwoth, David Attenborough habla de más de cinco mil especies). Según Adriano B. Kury, especialista en la sistemática y filogenia de los opiliones, se han descrito 6476 especies (Classification of Opiliones, mayo 2010), lo que les convierte en el tercer orden de arácnidos en términos de número de especies después de las arañas y los ácaros.

Se estima que podrían existir más de 10.000 especies, ya que la mayoría viven en las regiones tropicales de América del Sur y el sudeste asiático y suelen habitar en lugares húmedos y sombríos de todos los climas.

6. Una estirpe de rancio abolengo. Como suele ocurrir con los artrópodos terrestres con exoesqueleto blando, los opiliones raramente fosilizan. Su registro fósil es bastante disperso y los fósiles más antiguos (un macho y un hembra de Eophalangium sheari) datan de principios del Devónico (hace 410 millones de años) y se han encontrado en el yacimiento de Rhynie Chert (Escocia).

Brigantibunum listoni

Estos opiliones paleozoicos presentan características que comparten con los opiliones actuales, lo que situaría el origen del orden en el Silúrico o incluso antes. De hecho, se consideran los arácnidos más primitivos junto con los escorpiones.

7. Dimes y diretes de parentesco. La clasificación actual considera cuatro subórdenes:

  • Laniatores: especies de fuertes pedipalpos rematados en ganchos. Se encuentran en los trópicos, son espinosos y pueden alcanzar un gran tamaño. Este orden agrupa casi el 64% de todas las especies de opiliones.
  • Eupnoos: engloba a la mayoría de los opiliones europeos y norteamericanos, aunque también hay especies tropicales de colores llamativos.
  • Dispnoos: especies del Viejo Mundo que habitan climas templados. Son de colores apagados y algunos tienen ocularios con decoraciones extravagantes.
  • Cifoftalmos: especies de pequeño tamaño que recuerdan a los ácaros.

En cuanto a las relaciones con los otros grupos de arácnidos y el resto de los quelicerados… Digamos que la cosa no está clara y dejémoslo así para no complicar más el asunto.

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8. El pan suyo de cada día. Los opiliones pueden ser depredadores agresivos y capturar pequeños artrópodos con sus pedipalpos para masticarlos con los quelíceros, aunque a menudo son carroñeros o detritívoros. Algunos lanzan la saliva digestiva sobre sus alimentos antes de absorberlos y son uno de los pocos grupos de arácnidos capaces de ingerir partículas sólidas. Sin embargo, al carecer del sistema de filtrado que tienen los demás arácnidos, están expuestos a parásitos y patógenos.

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9. Devorador de caracoles. Los opiliones del género europeo Ischyropsalis tienen quelíceros que doblan el tamaño de su cuerpo y los emplean para romper la concha de los caracoles de los que se alimentan.

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10. Enemigos naturales. Además de los parásitos y patógenos que pueden ingerir debido a su forma de alimentarse, los principales depredadores de los opiliones son aves, anfibios, mamíferos insectívoros, insectos carnívoros y arañas.

11. Fuente de alimento y sistema de transporte. No es raro encontrar opiliones que llevan unos pequeños organismos rojos pegados al cuerpo o a sus patas. Se trata de larvas ectoparásitas de ácaros de la familia Eritreidos. Dichas larvas se alimentan de la hemolinfa del opilión. También pueden encontrarse otros ácaros muy pequeños de color blanco. En este caso no se trata de parásitos, sino de deutoninfas de otros ácaros que se suben al cuerpo del arácnido tan sólo para ser transportados de un lugar a otro, pero sin causar daño al huésped.

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12. Sexo con penetración. Los machos de los opiliones tienen un pene (que llega a ser más grande que su cuerpo) que les permite la copulación directa, algo que les diferencia del resto de los arácnidos, que usan métodos indirectos para introducir el esperma en la abertura genital de la hembra. Sólo los ácaros tienen también pene.

Los machos suelen luchar entre sí por las hembras. No son muy dados al juego previo y cuando existe el cortejo, es más bien superficial. El macho se limita a acercarse de frente a la hembra e introduce su pene en la abertura genital de la hembra. En ambos sexos, los órganos genitales se encuentran bajo la boca.

13. Manda huevos. La hembra suele poner entre diez y cien huevos sobre terreno húmedo o debajo de las piedras usando un ovopositor alargado y tardan entre 20 días y cinco meses en eclosionar.

14. Padre modelo. El macho del opilión Zygopachylus albomarginis construye un nido circular con astillas de corteza y saliva de un centímetro de alto y tres de largo en la base de un árbol o tronco. La hembra deposita allí sus huevos y el macho que encarga de protegerlos y mantenerlos limpios. Dejemos que el «maestro» David Attenborough hable de ellos:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=jonMrGLfKro[/youtube]

Este artículo es el trabajo conjunto de dos colaboradores Amazings:
Carlos Lobato del blog
La Ciencia de la vida y Jesus Espí del blog Entomoblog. Mañana continuará con la segunda parte, ¡no te lo pierdas!.



Por Entomoblog, publicado el 1 noviembre, 2010
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