¿Existen los dragones?

Por biogeocarlos, el 17 enero, 2012. Categoría(s): Biología • Curiosidades
Dragón rojo

Los dragones son unos animales mitológicos que despiertan pasiones y gozan de gran fama, ya que aparecen en multitud de obras fantásticas, tanto literarias como de cine o televisión, representados como unas enormes y fieras criaturas portadoras de una fuerza y un poder descomunal.

El nombre de dragón proviene del griego antiguo ‘drakon‘ que significa ‘serpiente’ o ‘víbora’ y ha estado representado a lo largo de la historia de la humanidad en la mayoría de las mitologías, tanto orientales como occidentales. El mito probablemente tenga su origen en la aparición de fósiles de dinosaurios, algunos de gran tamaño, que en la imaginación de gentes de todo el mundo se convirtieron en dragones, cuyas representaciones a veces son muy parecidas a la de los reptiles prehistóricos.

Pero esto nos lleva a hacernos la pregunta con la que he titulado la entrada:

  ¿Existen los dragones?

Si volvemos a la explicación de los dinosaurios, está claro que deberíamos decir que, de haber existido,  pertenecerían a algún género o especie de saurios prehistóricos, que habrían convivido con el resto, como podemos ver en este interesante falso documental de Discovery Channel titulado Dragones: Una fantasía hecha realidad. (Se puede ver en YouTube en varias partes: 123456789 y 10). Pero no tenemos indicios de que estos maravillosos seres hayan existido, así que centrémonos en la actualidad y volvamos a preguntarnos lo mismo:

 ¿Existen los dragones en la actualidad?

Restos de atrezzo de un dragón en el documental de Discovery Channel

Y ahora es cuando respondemos con un rotundo sí. Pero no esperéis en esta entrada ningún tipo de tratado criptozoológico sobre la búsqueda de dragones en el Lago Ness o en alguna selva profunda y espesa, sino que vamos a conocer a dragones de verdad, dragones que habitan hoy en día en nuestro planeta, dragones de todo tipo, terrestres, acuáticos, voladores… e incluso dragones vegetales. Veámoslos:

#1. Dragón de Komodo. El Varanus komodoensis o dragón de Komodo es el más fiel representante de los dragones mitológicos, ya que es el lagarto de mayor tamaño del mundo, llegando a medir hasta tres metros de longitud.

Este enorme saurio endémico de algunas islas de Indonesia, posee además un poderoso y venenoso mordisco debido a su saliva llena de bacterias patógenas muy virulentas, lo cual lo convierte en un temible depredador, razón por la que es temido, respetado y venerado por las gentes del lugar. Desgraciadamente su tamaño y su fama los han hecho muy populares, incrementando el turismo, la caza furtiva y la destrucción de su hábitat, todo ello, junto con la actividad volcánica y los incendios, los han llevado a una situación de riesgo, estando actualmente clasificados como especie vulnerable en la Lista roja de especies amenazadas de la UICN.

Dragón de Komodo.

#2. Dragón de mar. El Phycodurus eques o dragón de mar foliado y el Phylopteryx taeniolatus dragón de mar común, son unos bellos peces marinos, parientes cercanos de los famosos caballitos de mar, cuya apariencia nada tiene que envidiar a la de los dragones marinos de las viejas leyendas de marineros.

Ambos habitan en la línea sur de la costa australiana, normalmente en aguas templadas y poco profundas. Sus muchas prolongaciones y apéndices, aparte de contribuir a darle un mayor aspecto de dragones marinos mitológicos, les ayudan a camuflarse y pasar desapercibidos en los lechos marinos con muchas plantas y algas, ya que su tamaño es más bien pequeño, rondando los 45 centímetros en ambas especies. A pesar de las diferencias anatómicas entre los dos dragones, algunos biólogos afirman que podrían tratarse las dos de la misma especie.

Phylopteryx taeniolatus.

#3. Dragón volador. El Draco volans o dragón volador es otro pequeño reptil con el aspecto, el nombre y la capacidad voladora de los dragones mitológicos. Gracias a los repliegues de piel que posee en los costados entre sus patas traseras y delanteras, el patagio, que además están pegados a sus costillas móviles, el dragón volador puede extenderlos y usarlos a modo de alas, para planear deslizándose de rama en rama entre los árboles de las selvas tropicales asiáticas en las que habita.

Pero aunque vuelen como muchos dragones fantásticos, son reptiles de pequeño tamaño, unos 20 centímetros aproximadamente, que viven pacíficamente en los árboles alimentándose de insectos y usando el camuflaje como método principal de defensa.

Dragón volador.

#4. Dragón de la Patagonia. Entre los invertebrados también hay dragones, como este pequeño plecóptero llamado Andiperla willinki o dragón de la Patagonia. Este curioso insecto habita en el Glaciar Perito Moreno de la Patagonia argentina, donde pasa toda su vida en el hielo, por lo que podríamos equipararlo a los míticos dragones de hielo o de montaña, que aparecen en la mitología de muchos pueblos europeos, salvando la gran distancia de tamaño, puesto que Andiperla willinki solo mide unos 15 mm.

El hecho de que pueda resistir las bajas temperaturas viviendo sobre el hielo se debe a la presencia de glicerol en su hemolinfa, el cual actúa como un anticongelante.

Dragón de la Patagonia

#5. Dragón azul. La extraordinaria babosa de mar Glaucus atlanticus o dragón azul es un habitante de muchos de nuestros mares y océanos y a pesar de sus escasos 8 centímetros de longitud podríamos asemejarlo a un peligroso y bello dragón marino venenoso, puesto que tienen la increíble capacidad de depredar a otros organismos de mayor tamaño o tan peligrosos como la carabela portuguesa, Physalia physalis y otras medusas.

El dragón azul puede matar y comerse a estos organismos, e incluso a otros de su misma especie, ya que está inmunizado contra el veneno y es capaz de incorporarlo a su cuerpo, por lo que al final su propio veneno se convierte en mucho más potente debido a todos los que va acumulando en unos saquitos en la punta de sus ceratas, que son las prolongaciones en forma de dedos de sus extremidades.

Dragón azul.

En cuanto a los dragones vegetales de los que hablaba al principio, más bien debería decir que la mayoría son partes de dragón, como ahora veremos en los ejemplos de plantas que toman su nombre de estos mitólogicos reptiles.

#6. Dragontea. La planta dragónArum dracunculus (o Dracunculus vulgaris) es una bonita planta tóxica con unas extrañas flores púrpura, que florece en primavera en zonas de clima mediterráneo y que ha sido usada como planta medicinal desde la antigüedad, aunque es tóxica si se consume. Otros nombres vulgares que recibe este vegetal también están relacionados con los dragones o con los reptiles, como son: dracontio, dragoncillo, dragonera, dragoneta, dragontea mayor, flor del lagarto, hierba culebrera, rabo de lagartija, serpentaria, hierba culebrera…

Dragontea

#7. Diente de dragón. El Taraxacum officinale es más conocido por el nombre de diente de león, aunque entre los muchos nombres vulgares que se le asignan, el de diente de dragón es el que ha hecho que aparezca en esta lista.

Es una planta considerada, por su abundancia, como una mala hierba que se puede encontrar fácilmente en los caminos, jardines, prados… y se caracteriza por sus flores amarillas y por su típico fruto volador, un fruto de tipo aquenio con vilano, unos pelillos plumosos que permiten la dispersión por el viento de este tipo de frutos.

Diente de dragón.

#8. Boca de dragón. Y continuamos con las partes de nuestro mitológico animal, conociendo ahora la planta llamada Arethusa bulbosa o boca de dragón. La boca de dragón es un tipo de orquídea, que toma el nombre vulgar de los dragones mitológicos y el nombre científico de otro ser mitológico, la ninfa acuática Arethusa. Esta planta es muy escasa y se encuentra en algunas lagunas y zonas pantanosas de Estados Unidos. Su flor es de color rosado y su forma es la que le da el nombre a la planta de boca de dragón.

Boca de dragón.

#9. Dragoncillo. El Antirrhinum barrelieri o dragoncillo es una planta mediterránea que crece hasta más o menos un metro de altura en zonas rocosas y que presenta unas pequeñas florecillas de color violáceo con una curiosa forma, que ha hecho que reciba unos nombres vulgares tan extraños como dragoncillo, conejitos, becerrilla de boca estrecha, gaticos, zapaticos de virgen…

Dragoncillo.

#10. Drago milenario. Y termino esta recopilación de seres-dragón con el mítico árbol de la isla de Tenerife conocido como Drago milenario, un especimen de Dracaena draco o árbol dragón de las Islas Canarias. Tanto él como todos los representantes del género Dracaena son llamados árboles dragón, aunque hay una representación de ellos de tipo arbustos llamados dracaenas arbustivas.

Para la gente de la antigüedad, estos árboles tenían propiedades mágicas, y eran considerados como árboles sagrados, tanto en la antigua Roma, como en otros lugares durante la Edad media. En parte se debe a que su savia se vuelve de color rojo cuando entra en contacto con el aire, por lo que se le llamaba «sangre de dragón» y se comercializaba para usos medicinales o para utilizarla como tinte.

Drago milenario.

Sirva este maravilloso ejemplar arbóreo para finalizar el repaso a estos curiosos seres draconianos que habitan en nuestro planeta. Y si algún lector se ha sentido defraudado porque esperaba encontrar aquí dragones fantásticos solo tiene que hacer un ejercicio de imaginación y quedarse con la fuerza y el tamaño del Komodo, con la capacidad de volar del Draco volans, con la resistencia al frío del pequeño dragón de la Patagonia, con los colores púrpuras del Arum y las otras flores-dragón, con los apéndices foliculares del dragón marino, con la sangre mágica del Drago milenario y con el potente veneno del dragón azul; juntando todas las partes ya tenemos nuestro poderoso dragón de los mitos y leyendas.

Dragón púrpura.