La imagen que encabeza estas líneas es obra de Máher Fáhim y captura un hecho que, a muchos, nos puede resultar sorprendente: el parto vivíparo de un insecto ¡por partenogénesis! Eso… o Bambi pintado de verde: viendo la foto, uno casi se puede imaginar al bichejo verde intentando erguirse, cual potrillo peludo, sobre sus recién estrenadas patas. Pero no: el retratado es un áfido, está completamente calvo y no recibirá ni una gota de leche de su madre. Más bien, se pasará el resto de su vida succionando la savia de alguna desdichada planta.
Existen más de 4000 especies de insectos Aphididae. De ellas, unas 250 son plagas para los cultivos. De hecho, los que tengáis plantas conoceréis mejor a los áfidos más comunes como «pulgones». Gran parte del éxito de algunas de estas especies se debe a su peculiar forma de reproducción: cada año, tras el invierno, los pulgones eclosionan para comenzar un nueva estación reproductiva. O, mejor dicho, las pulgonas, ya que todos los huevos dan lugar a áfidos hembra también llamadas fundadoras o fundatrígenas. Las fundadoras son vivíparas y se reproducen por partenogénesis: es decir, dan a luz a clones idénticos a sí mismas. En algunas especies, cada pulgona puede dar lugar a 40 generaciones (centenares de hijas) durante una temporada de reproducción. Otras presentan, incluso, generaciones telescópicas: esto es, una madre puede dar a luz a otra pulgona que a su vez ya está embarazada. El ataque de los clones… contra el jardinero.
Sólo la última generación del año es algo diferente. En otoño, quizás debido al cambio de la temperatura, la duración de la luz o la cantidad de alimento disponible, las áfidas dan a luz tanto a hembras como a machos. Los machos tampoco son muy distintos de la madre (a fin de cuentas, la reproducción de esta última también ha sido asexual), pero tienen un cromosoma sexual menos. Los áfidos hembra y macho se reproducen y, esta vez sí, las hembras ponen huevos que aguardarán a la primavera siguiente para eclosionar y dar comienzo a un nuevo ciclo.
Sobre el autor de la fotografía: Máher es biólogo, maestro de la fotografía macro y genial retratista de bichos en general. Os recomiendo encarecidamente visitar su galería de Flickr.
Curiosa por vocación. Estudié Bachillerato científico, me licencié en Bellas Artes y estudié los primeros años del Grado Superior de Piano. Pero, pincel y partitura en mano, volví a echar de menos la ciencia. Fue eso (o la curiosidad) lo que me llevó a colaborar con diversos blogs de divulgación científica a estudiar el grado en Física. Actualmente me dedico al diseño de productos digitales y a la divulgación de ciencia, música y tecnología.