¿Cómo escribió Newton las leyes que llevan su nombre?, ¿utilizó las fórmulas que usamos hoy? ¿Qué aspecto tenía el principio de Arquímedes en los libros escritos por él?, de hecho, ¿existen ediciones de su época? ¿Cómo llegó Coulomb a la ley fundamental de la electrostática?, ¿fue simplemente una elucubración?
El blog «Ciencia en blanco y negro» pretende dar respuesta a este tipo de preguntas.
Queremos sondear los escritos de los propios protagonistas, sumergirnos en sus mentes y en sus épocas, alejarnos de anacronismos y localismos. Estamos acostumbrados a conocer los resultados científicos a través de libros de texto, de manuales contemporáneos, con la notación matemática que usamos hoy. Pero no siempre se ha echado mano de esta forma de expresar el pensamiento científico, es más, las fórmulas tal y como las conocemos hoy es un invento relativamente reciente. Por ejemplo, situémonos en los siglos XVI-XVII, la física sufría un nuevo nacimiento, en mitad de la marejada de la revolución copernicana. Los libros de es época son una joya, pero de una lectura árida y alejada del lector de hoy. Las demostraciones matemáticas usaban la geometría como elemento directriz, no como hoy, que trabajamos mediante el álgebra. La geometría era a menudo engorrosa, pero funcionaba.
Pero nos vamos a ir mucho más lejos. Babilonia, en torno al año 1800 a. C. En la Universidad de Columbia (Nueva York) se conserva la mítica tablilla Plimton 322. Los amantes de la historia de la ciencia ya sabrán de qué se trata, no tengo la menor duda. Pero antes de seguir leyendo, lo más adecuado es mirar la tablilla.
Es posible que no entiendas nada, se trata de una tablilla de arcilla en la que hay inscripciones en alfabeto cuneiforme. Lo que acabas de ver no es más ni menos que el teorema de Pitágoras, pero no con ese nombre y más de mil años antes de que el matemático de Samos naciera. Hace ya tiempo realicé un pequeño análisis sobre la tablilla, si quieres profundizar, te animo a que lo leas (también confeccioné una unidad didáctica para profesores, ver abajo). Resumiendo, en la Plimton 322 aparecen columnas con relaciones entre los lados. Son simplemente números, no puede leerse ninguna inscripción que explique nada, que deje claro que se trata de un triángulo rectángulo, pero si se realizan los cálculos está claro que el escribano hacía referencia a dicha figura geométrica. Por cierto, raramente el escribano dejaba su nombre en la tablilla, los textos babilonios eran anónimos, podríamos hablar de una ciencia sin nombre propio.
Es interesante el hecho de no tener escritos directos de Pitágoras, pero sí una tablilla muy anterior a su época. El ser humano se ve forzado a etiquetar el mundo que le rodea, para poder aprehenderlo, las etiquetas organizan su mente y le hacen recordar. Por eso hoy lo conocemos como «teorema de Pitágoras», no es cuestión empezar a llamarlo «Terorema de Arturito» o «Teorema de Indiana Jones», aunque debiera ser así por justicia (la tablilla se ha investigado a partir del primer tercio del siglo XX). Lo que sí parece claro es que debía haber alguna conexión entre el mundo babilonio y el mundo griego. Digo que parece, pues no está comprobado. Es una hipótesis. La opuesta es la del salto, aquella en que las matemáticas en Grecia nacen con vida propia sin ninguna conexión con Oriente Próximo. No parece plausible. Tal vez de estas relaciones se hable más adelante en «Ciencia en blanco y negro».
Ya sabes de qué va «Ciencia en blanco y negro», de acercar el ojo a los textos originales. A menudo, iré poniendo por aquí documentos compartidos (en box y slideshare). Hay que tener en cuenta que se trata de textos antiguos que no están sujetos a derechos de autor, digitalizados por distintas bibliotecas y organizaciones de las que iremos hablando poco a poco. Al pie de los artículos irán las referencias usadas y los enlaces a los documentos pertinentes. Para agilizar, las capturas de pantalla que compartamos en el blog también estarán accesibles en esta cuenta de flickr, para que puedas usarla cuando quieras.
Referencias
- Neither Sherlock Holmes nor Babylon: A Reassessment of Plimpton 322. Robson, E., Historia Math. 28 (3): 167–206
- Ternas pitagóricas II: Plimton 322. Blog Ciencia en el XI.
Documentos
- Unidad didáctica: Babilonia y las matemáticas en el aula.
- Philosophiæ naturalis principia mathematica. Newton, I., Londres (1686).
Soy Licenciado en Física y actualmente trabajo como profesor de Ciencias en Secundaria. He publicado varios libros de divulgación científica: La conspiración lunar, ¡Vaya timo! (Laetoli) y las biografías científicas en RBA Arquímedes, Ampère y Boyle (traducidas al francés, italiano y ruso). También autor de libros de texto de ciencias de secundaria en Algaida-Anaya. Blog: Ciencia en el XXI.