SEO/BirdLife lleva más de veinticinco años eligiendo al Ave del año, para hacer visible algunas de las amenazas más significativas que sufre nuestra avifauna. Su objetivo principal consiste en llamar la atención sobre la delicada situación en la que se encuentra cada una de estas especies y sus hábitats.
#1. De bajona: La población de lechuzas sufre un declive de sus poblaciones del 13% desde 2005, aunque en algunos puntos de España llega al 50%, según SEO/Birdlife y los datos recogidos en el programa Noctua, gracias al trabajo de los aproximadamente 450 voluntarios que se encargan de recogerlos cada año. La situación actual de las lechuzas pone en evidencia algunos de los problemas sociales y ambientales que atraviesa actualmente el medio rural. Como ocurre con otras aves, las lechuzas son bastante difíciles de contar, en parte por sus hábitos nocturnos, así que las dimensiones poblacionales actuales se basan sobre todo en estimaciones, pero todas ellas apuntan a declives poblacionales. Hasta hace relativamente poco tiempo, la lechuza era un habitante habitual de todos los núcleos rurales, casas de campo, cobertizos, cortijos y caseríos e incluso pueblos y ciudades, donde se establecía en las áreas periféricas, en arrabales, soberados, torres y cementerios, sin embargo, en las últimas décadas, hemos dejado de ver y oír a estas magníficas rapaces en una cantidad considerable.
Sin duda, las radicales transformaciones introducidas por el hombre en el ámbito rural, el empleo de pesticidas y rodenticidas, y la pérdida de enclaves de nidificación a consecuencia de obras y remodelaciones del campo, han marcado este declive. Tampoco podemos olvidar los frecuentes atropellos que sufren, sobre todo los jóvenes en dispersión y las hembras grávidas, las electrocuciones e incluso el comercio ilegal. Todo esto hace que las lechuzas estén actualmente catalogadas como especie «En peligro» en el Libro Rojo de las aves de España, aunque la UICN (Unión Internacional para la conservación de la naturaleza) lo clasifique como «Preocupación menor» a nivel mundial. También aparece incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría “De interés especial”. En números, en el año 1997 se estimó en España un total de 50.000 a 90.000 parejas reproductoras, aunque se hizo sin datos de censos específicos por lo que éstos no son muy precisos y no están actualizados. La población europea, según BirdLife International, ha sido estimada entre 111.000 y 230.000 ejemplares, y también se ha documentado una alarmante disminución, superior al 20%, en más de la mitad de los países europeos.
#2. Los peligros de la carretera: Como hemos apuntillado en el párrafo anterior, la carretera es una de las principales causas de muerte de las lechuzas. En un estudio realizado en nuestro país entre los años 1983 y 1989, se situaba el atropello por coche en la principal causa de muerte de esta especie (36,5%), seguido del expolio de nidos (18,1%) y de los disparos por armas de fuego (15,5%). Teniendo en cuenta que el tráfico por carretera desde aquella época a la actualidad ha ido en aumento, y sin haber encontrado estudios más recientes a escala nacional, los estudios locales y puntuales lo siguen situando en la primera causa de muerte. Hablábamos antes de la muerte de jóvenes, pero también es muy grave el atropello de hembras en estado de incubación (con placas abdominales, gran peso y cuerpos lúteos) entre marzo y mayo, en una proporción mucho mayor que en el resto de los meses (97 %), ya que supone la pérdida de las puestas.
Otro punto importante es que los atropellos suelen repetirse anualmente, en puntos de carreteras o autopistas con elevada densidad de tráfico, convirtiéndose en verdaderos «puntos negros» para las lechuzas. La frecuencia horaria de las colisiones, aunque solo pueda constatarse en el 10% de los casos, da lugar a dos picos importantes, que coinciden con periodos de máxima actividad de la especie, a media noche, y con la aparición de las primeras luces del día.
#3. La dama blanca. Entre sus características corporales podemos mencionar que es una rapaz de tamaño medio, con una altura de entre 32 y 40 centímetros, una envergadura de entre 80 y 95 centímetros, y alrededor del medio kilo de peso (entre 430 y 620 gramos). Su aspecto general es de un ave esbelta, con largas patas y cabeza voluminosa. En su plumaje predominan los tonos leonados y dorados en el dorso y el blanco puro o incluso ligeramente plateado en el vientre. Las plumas dorsales y la parte superior de las alas y la cola presentan pequeñas punteaduras de color negro, gris y blancuzco, mientras que las regiones ventrales pueden mostrar un moteado variable. Su cara es inconfundible, y tiene forma de corazón, destacando dos enormes ojos de color negro intenso y un prominente pico de color claro. Su nombre científico, Tyto alba, hace referencia al blanco de su plumaje, ya que Tyto viene del griego Tuto, que significa lechuza, mientras que alba procede del latín albus, con el significado de blanco. El primer nombre científico que tuvo fue Strix alba, propuesto por Scopoli en 1769. Miller, en 1956 propuso llamarla Lechusa stirtoni. Personalmente, su nombre actual me parece muy apropiado, y es, desde siempre, uno de mis preferidos en la nomenclatura de nuestra fauna.
#4. Etimología. Un nombre antiguo para lechuza parece ser que era nechuza, que probablemente derive de nochuza, que es un despectivo de nochua, derivado a su vez del latín noctua. Este último término se relaciona con nox-noctis que significa noctis. El paso de nechuza a lechuza, según el etimólogo Juan Coromonias, se debió posiblemente a la creencia de que a estas aves se echaban sobre los niños de teta, pareciendo que los estuvieran amamantando. Otra posible explicación, relacionada con la anterior, la podemos encontrar en que lechuza sea un sinónimo de la palabra griega eunuco, q ue proviene del griego antiguo eunóus, que significa lecho o cama. El sufijo oujos, que indica posesión terminaría completando la palabra, teniendo el significado de guardián del lecho. Siguiendo este mismo modelo se construyó la palabra lechuza, partiendo del latín lectus, que significa lecho o cama, que a su vez evolucionó en castellano hacia lechu. Agregando un sufijo similar al griego uja, que sería en latín uza, tendríamos el mismo significado de guardiana del lecho.
#5. En el diccionario. Si buscamos en el diccionario de la RAE la palabra lechuza, encontramos tres acepciones diferentes. La primera es: 1. f. Ave rapaz nocturna, de unos 35 cm de longitud, con plumaje muy suave, blanco en el pecho y vientre, y pardo en el dorso, cabeza redonda, pico corto y encorvado en la punta, ojos grandes, brillantes y de iris amarillo, y cara blanca en forma de corazón. En ella el diccionario hace una breve descripción de las principales características de nuestra rapaz. La segunda acepción es el uso coloquial de la palabra como sinónimo de intermediario: 2. m. coloq. Ur. En un mercado de abastos, intermediario. La última también es de uso coloquial, y además despectivo, y se refiere al uso de lechuza para referirse a personas cotillas: 3. m. y f. despect. coloq. Ur. Persona aficionada al fisgoneo. Así mismo el diccionario recoge el masculino lechuzo, con dos acepciones, aunque también se aclara que es válido para el femenino: 1. m. y f. coloq. Esp. Persona sin sustancia, de poco juicio. 2. m. coloq. Hombre que anda en comisiones, y se envía a los lugares a ejecutar los despachos de apremios y otros semejantes. Por último, también se recoge su uso como adjetivo derivado de leche, y referido a un mulo que aún no ha sido destetada: 1. adj. Dicho de un muleto: Que aún no tiene un año. U. t. c. s.
#6. Chupacandiles. Es bastante usual utilizar nombres vulgares diferentes para los animales en cada rincón de nuestra geografía española. Se trata de nombres vernáculos muy específicos de cada lugar, que a veces son localismos acotados a regiones muy pequeñas. En las aves es muy común, y las lechuzas no se salvan de ser nombradas con diferentes nombres. Castilla y León es una de las comunidades mas grandes de nuestro país, y el leonés es rico en estos nombres. Así a las lechuzas se les suele llamar allí de muchas maneras: Cabra blanca, cabra loca, carabiella, coruja, coruxa, curuja, meata, motuviella y chupacandiles. Este último, bastante llamativo, es de uso común en otras comunidades, y hace referencia a la extendida leyenda sobre la costumbre de las lechuzas de entrar en las iglesias por la noche para beberse el aceite de los candiles que antiguamente las alumbraban. En bable el nombre para estas aves es curuxa, coruxu o rillu. Curuxa también es el nombre usado en gallego. En euskera son llamadas Hontz zuria. Y en catalán los nombres son también múltiples y variados: òliba, òbila, olibassa, miloca, xuta, xupa, xura, ruta, babeca, xibeca, mifa, meuc o xucaoli, todo depende de la región concreta en la que preguntemos.
#7. Lechuzas por el mundo. La descripción del punto #3 corresponde a Tyto alba, la lechuza común, el ave del año 2018, que es la que está mas extendida por toda la Península Ibérica, por toda Europa y por todo el mundo. Se puede encontrar en todo el territorio peninsular, incluyendo Baleares, Ceuta y Melilla, e incluso en las Islas Canarias occidentales. En Canarias precisamente podemos encontrar una subespecie distinta, la lechuza majorera, o Tyto alba gracilirostris, que se extiende por Fuerteventura, Lanzarote y Alegranza. En otras zonas del país no es raro ver ejemplares de la subespecie Tyto alba guttata, de plumaje más oscuro, que procede del este y centro de Europa, siendo considerada un ave invernante. La lechuza común es un ave muy cosmopolita, y se extiende por casi todo el mundo, faltando solamente en las regiones más frías o excesivamente áridas. Está presente prácticamente en todas las regiones templadas entre los 40º N y los 40º S de latitud. Las lechuzas forman una familia de aves con muy pocas especies, unas 16 aproximadamente, siendo la más abundante, nuestra protagonista, la lechuza común. En la actualidad se han descrito hasta 46 subespecies de Tyto alba, algunas de las cuales son candidatas a convertirse en especies por tener diferencias bastante significativas.
#8. Noctámbulas. Las lechuzas son rapaces eminentemente nocturnas, que suelen dormir durante el día, de pie, posadas en sus dormideros, siendo más activas sobre todo al amanecer y al atardecer y pudiendo cazar perfectamente en la oscuridad de la noche. Para ello utilizan sus supersentidos. Existen varios superhéroes de ficción basado en las características de los búhos, como el conocido Búho Nocturno de Watchmen, de la compañia DC, o The Owl, uno de los enemigos de Daredevil, de Marvel, o el reciente Dark Owl de Ladybug, pero no hay superhéroes basados en lechuzas. Por contra, tenemos a Lechuza Detective, un personaje de la literatura infantil, protagonista de varios libros. Se trata de Carla, una niña de nueve años, que estudia cuarto de Primaria, y es fanática de los cómics. Tiene una imaginación exagerada y su abuelo Carlos, que la entiende perfectamente, le regala un disfraz de lechuza muy especial, que le proporciona habilidades como visión nocturna, cortos vuelos, resistencia a los golpes…, es decir superpoderes basados en las maravillosas habilidades de estas rapaces nocturnas.
#9. Cazadores beneficiosos. Son aves carnívoras y unos cazadores letales, que suelen alimentarse sobre todo, de pequeños mamíferos, como ratones o topillos, y por supuesto aves pequeñas y todo tipo de lagartos y artrópodos. En muchos países europeos se les considera aliadas de la gente del campo, existiendo auténticas redes de postes y cajas nidos para permitir que éstas aniden y se coman ratones que puedan afectar a los cultivos. Su técnica consiste en lanzarse sigolosamente sobre sus presas, atraparlos y engullirlos entero. Los restos no digeridos, como pieles, pelo y huesos, pueden observarse en las egagrópilas que depositan cerca del lugar donde viven. Una particularidad de la especie es que tiene una elevadísima tasa metabólicas, que las obliga a ingerir grandes cantidades de alimento, muy superiores a las que requieren otros depredadores del mismo tamaño. Y otra cuestión característica relacionada con su alimentación es que no es raro que los polluelos de lechuza se alimenten entre sí y compartan alimento. Esta conducta es bastante rara en las aves.
#10. Vuelo con silenciador. El vuelo de las lechuzas es elegante, silencioso y ágil, gracias al escaso peso que tienen y a la colocación y forma de sus plumas. Sus alas son largas y relativamente ancha, lo que les permite incluso cernirse hábilmente sobre un punto, mientras otean el terreno en busca de presas. Estas rapaces nocturnas localizan sus presas mediante métodos acústicos, por lo que no pueden distraerse con el sonido de su propio aleteo. Pero la verdadera clave del sigilo de la lechuza es la lentitud de su vuelo, sin apenas aleteo, lo que junto con la pronunciada curva de sus alas supone una gran ventaja. En la cara superior de las alas se crea una baja presión que las aspira hacia arriba. Su plumaje es denso y suave, lo que también amortigua el sonido, y los flecos situados en los bordes de sus plumas también podrían servirles para reducir las turbulencias y por lo tanto el ruido. Esto los convierte en unos cazadores invisibles en las oscuras noches, capaces de caer sobre su presa que no será consciente de lo que ocurre hasta que no nota el afilado frío de las garras y el pico de la lechuza. Esta forma de vuelo es tan alucinante, que ingenieros alemanes estudian sus mecanismos con el objetivo de diseñar perfiles aerodinámicos que reduzcan el impacto acústico y que sean aplicables a la aviación.
El vuelo silencioso de las lechuzas. Fuente
#11. ¿De campanario o de granero? Las lechuzas residentes en la Península Ibérica no migran, aunque aquí si recibimos la visita de lechuzas europeas en invierno. Las que habitan en nuestra tierra todo el año son bastante sedentarias, aunque viven en territorios que, en invierno, llegan a abarcar unas 5.000 hectáreas. En verano se reduce a unas 350 hectáreas. En estos territorios, las parejas cuentan con un nido, un par de sitios-posada para dormir, y un número indeterminado de lugares de visita ocasional. Como las aves pasan toda su vida en dichos territorios, terminan conociéndolo a la perfección, sabiendo perfectamente cuales son los mejores sitios para anidar o cazar y las mejores rutas de vuelo. Su preferencia a anidar en campanarios, torreones y graneros ha hecho que en muchos sitios reciba el nombre de lechuza de campanario, mientras que su nombre en inglés es barn owl, es decir, búho de granero. Esto se debe a su costumbre de no construyen nidos, ya que aprovechan todo tipo de oquedades, sobre todo en edificaciones, que estén al menos a unos tres metros sobre el suelo.
#12. Reproducción. Su largo periodo reproductor se prolonga, normalmente, de marzo a octubre, aunque se ha documentado la existencia de nidadas en todos los meses del año. Esta peculiaridad se debe, en gran medida, a la marcada tendencia de esta rapaz a instalarse cerca de los seres humanos, generalmente en emplazamientos muy resguardados, como desvanes, graneros, cámaras de aire, almacenes, etc., aunque también son muchas las lechuzas que ocupan cantiles rocosos, canteras y árboles huecos. El nido, como es costumbre habitual entre las rapaces nocturnas, carece de estructura alguna y puede ubicarse directamente sobre el suelo, aunque prefieren situarlo sobre alguna repisa o montículo. La puesta consta de cuatro a siete huevos incubados por la hembra durante 30 o 31 días a partir del primero. Si las condiciones lo permiten y las presas abundan, las lechuzas pueden realizar una segunda puesta; son habituales, igualmente, las puestas de reposición en caso de pérdida de la nidada. Los pollos nacen de manera asincrónica y establecen pronto una jerarquía a la hora de acceder al alimento, que puede suponer la muerte de los más pequeños de la pollada. La comida la traen ambos progenitores al nido, aunque el macho, habitualmente, se limita a aportar las presas a la hembra para que esta las despedace y alimente a las crías. Las jóvenes lechuzas vuelan con 50-55 días de vida, aunque no serán independientes hasta 3-5 semanas después.
#13. Las ¿lechuzas? de Harry Potter. El servicio postal utilizado en la saga de Harry Potter no solo se basa en lechuzas, sino en toda clase de rapaces nocturnas. De hecho, la lechuza del famoso niño mago, Hedwig, es en realidad un búho nival, Bubo scandicus, pero entonces, ¿las lechuzas son búhos? La respuesta es, claramente no. Los búhos, las lechuzas, los mochuelos, los autillos o los cárabos pertenecen al mismo orden de aves, los estrigtiformes o rapaces nocturnas, un orden que se divide en dos familias, los titónidos o lechuzas y los estrígidos, que incluye al resto. La confusión entre lechuzas y búhos viene del inglés, idioma en el que todas las rapaces nocturnas llevan la denominación owl. Las diferencias entre búhos y lechuzas evidentemente dependen de cada especie, porque, por ejemplo el búho nival si que tiene cierto aspecto de lechuza. En el caso del búho real, Bubo bubo, si se diferencia, y no poco de las lechuzas: Sus ojos son amarillos en vez de negros; su cara es muy diferente, sin disco facial tan marcado; tiene penachos de plumas a modo de orejas o cuernecillos y su tamaño es mucho mayor.
#14. Oyendo con la cara. Las lechuzas tienen un sentido del oído prodigioso. El disco facial al que nos referíamos antes no solo sirve para cumplir su función como cara, sino que actúa como una especie de antena parabólica que capta y transmite los sonidos hacia los dos oídos del ave, que están situados a ambos lados de su cara. Se podría decir que la cara de una lechuza es una gran oreja parabólica. La apertura de la oreja presenta un gran tamaño y tiene un pliegue de piel, llamado halda preaural, que funciona como el pabellón auditivo móvil de algunos mamíferos. Las lechuzas son capaces de encontrar pequeños roedores que hacen un mínimo ruido al andar entre las hojas del bosque, por debajo de la hojarasca o bajo una capa de nieve, con una gran precisión. Esto incluso estando a decenas de metros, lo que los convierte en uno de los animales con mejor sentido del oído del mundo, con una sensibilidad diez veces mayor que la del ser humano. Las señales que proporciona un mismo sonido percibido a través de cada oreja son diferentes, y estas diferencias se traducen en términos espaciales. El proceso se llama fusión biaural, y se empezó a estudiar en los años setenta, utilizando lechuzas, en dichos estudios. Se escogieron estas aves porque son capaces de percibir una diferencia en la señal proveniente de cada oído, de tan sólo 30 millonésimas de segundo.
Gracias a estos estudios, hoy en día sabemos que el mecanismo de análisis de las señales auditivas pasa por la construcción de un mapa espacial en las neuronas del colículo inferior, una estructura del mesencéfalo cerebral en la que se crea un mapa especial, es decir, que físicamente diferentes áreas de esa estructura se activan o desactivan según los retardos percibidos entre las señales que vienen de cada uno de los oídos. La colocación asimétrica de ambas orejas, a distintas alturas, ayuda a esto. Los estudios en laboratorio con lechuzas han permitido confirmar que el mecanismo mediante el cual localizamos sonidos es común a muchas especies, aunque es cierto que en el caso de estas aves nocturnas en general, y en el de las lechuzas en particular, la precisión con que funciona es sorprendente.
#15. Gafas de visión nocturna. A diferencia de la mayoría de las aves, los ojos de la lechuza y de otras rapaces nocturnas están en posición frontal. Esto les facilita que puedan calcular la profundidad y observar la realidad en tres dimensiones, exactamente como nosotros; es lo que se llama visión estereoscópica o binocular. Para poder ver lateralmente, su cuello les permite girar la cabeza 180 grados a cada lado. Pero al contrario que nosotros, su vista tiene casi el doble de sensibilidad a la luz que la nuestra y nota todo lo que se mueve. Diversos estudios confirman que el sistema visual de las lechuzas está diseñado para producir tanta agudeza visual en condiciones de poca luz como sea posible, sacrificando si es necesario la resolución en estas condiciones. Estos potentes ojos no solo sirven para ver de noche y funcionan perfectamente también a la luz del día. El principal problema que tienen con respecto a su visión es el hecho de que los destellos pueden cegarlas momentáneamente, lo cual es bastante habitual con el faro de los coches.
#16. Viviendo deprisa. Se estima que la media de vida es de cuatro años, pero existen registros de lechuzas con 15 y hasta 25 años de edad, pero no dejan de ser excepciones en la naturaleza. Esta media tan corta se debe a que la mortalidad en el primer año es muy amplia y nuestra especie no contribuye precisamente a alargar este valor medio. En cautividad no es raro que puedan superar los 20 años si están bien cuidadas y tienen alimento suficiente y adecuado.
#17. Monogamia. Como muchas otras aves, las lechuzas son bastante fieles a sus parejas, pero quizás esto se deba a la fidelidad al territorio donde se asientan. En cualquier caso, al ser territorios amplios, no es raro que lo compartan con otras parejas o individuos, lo que indica que son aves poco territoriales. Muchos de los cánticos nocturnos de las lechuzas no son más que llamadas entre el macho y la hembra, que están continuamente comunicándose entre sí. En cuanto al dimorfismo sexual entre ambos individuos, es muy leve, y el elemento más distintivo es que las hembras suelen presentar unas pequeñas pecas marrones en el plumaje del pecho mientras que los machos suelen tener plumas completamente blancas. También es una diferencia que los machos suelen ser un 10% más pequeños que las hembras, en general.
#18. Gritos fantasmales. Los gritos de las lechuzas pueden dar miedo, mucho miedo, ya que la mayoría de las vocalizaciones que realizan, hasta un total de 17 diferentes, son muy estridentes. La vocalización más oída de todas quizás sea una especie de siseo muy sonoro y metálico, que va aumentando a medida que el ave lo produce. Sus gritos más que un quejido, como suele ser el de algunos búhos, es un grito espeluznante y prolongado. Para defenderse de sus enemigos, tanto jóvenes como adultos pueden silbar de forma similar a como lo hace una serpiente, lo cual confunde a los depredadores. Otro sonido característico es el clic áspero que produce con la lengua y el pico cuando se ven acorraladas. En esa situación se tumba de espalda y muestra sus afiladas garras, golpeando con ellas continuamente, siendo éste un mecanismo defensivo bastante eficaz.
Sonido de una lechuza
#19. Malos augurios. Quizás debido a sus chillidos, parecidos a los de una persona gritando de miedo y desesperación, y a sus hábitos nocturnos se le ha asociado desde siempre con malos augurios, brujería y con la muerte. Aún está muy extendida la leyenda de que si una lechuza está revoloteando alrededor de una ventana o se ha posado en el techo de una casa, sus graznidos anuncian el fallecimiento de una persona. Existe una antigua leyenda mexicana que dice que: “cuando la lechuza canta, el indio muere”. La torsión completa de su cuello, que puede hacer con bastante facilidad sin hacer prácticamente ruidos, quizás haya influido también, y desde la Edad Media, se atribuyó a lechuzas y búhos el papel de brujas o magos camuflados bajo la apariencia de rapaces nocturnas. En ciertas culturas paganas de Oriente, el avistamiento de lechuzas o búhos era considerado signo de mala suerte. La tribu kĩkũyũ de Kenia, al igual que los aztecas y mayas, en Sudamérica pensaban que si una persona veía o escuchaba a una rapaz nocturna, alguien iba a morir próximamente. El propio Mictlantecuhtli, un dios azteca de la muerte, era frecuentemente representado en compañía de búhos o lechuzas. Y volviendo a sitios más cercanos, muchas leyendas de pueblos de nuestra geografía también giran en torno a las lechuzas, como ejemplo «la lechuza del Calvario de Montalbán», en Córdoba, un ser que supuestamente vivía en dicho lugar y de la que la gente del pueblo decía: «Solo vuela de noche, con sus grandes alas de metro y medio, y lo ve todo con sus grandes ojos. Sobrevuela todo el pueblo con sus grandes alas. Vuela bajo, se para en cualquier tejado, en cualquier balcón. Se alimenta en el sótano porque tiene allí su comedero. Las patas la tiene grandísimas. Sus uñas son puntiagudas y en sus plumas portan enfermedades. Lo mágico es que tiene cabeza y pecho de mujer, con una larga melena. Pero especialmente terrible son sus ojos redondos y grandes, tan brillantes y amarillos que lucen en la noche.» En el pueblo asustaban a los niños y les decían que no salieran de noche para que no se los llevara La lechuza del Calvario.
#20. Buenas vibraciones. Pero al igual que hay quienes aseguran que cuando la lechuza canta anuncia una desgracia, dice que cuando calla la fortuna se aproxima. De esta manera, una lechuza en silencio sería un presagio de buena suerte. Esta claro que a lo largo de la historia las lechuzas han tenido diferentes significados simbólicos. Por ejemplo, los griegos la relacionaron con la riqueza, la sabiduría y con la diosa Atenea. Muchos textos describen al acompañante de la diosa como un mochuelo, pero en otros es claramente una lechuza. El propio nombre científico del mochuelo, Athene noctua, hace referencia a ello, y se traduciría como «la lechuza de Atenea». Aunque se desconoce con certeza el origen de la relación de la diosa con las lechuzas, el hecho de que Atenea fuera la diosa de las artes, las habilidades y la sabiduría, hizo que su acompañante adquiriera también esta misma visión. A partir de este simbolismo, muchas instituciones educativas de todo el mundo han adoptado la figura de las lechuzas o los búhos como imagen propia. Los cristianos convirtieron a las lechuzas en compañeras de los pecadores en el purgatorio, como se cita en los textos sagrados al hilo de la destrucción de Babilonia: “Sus casas serán habitadas por tristes criaturas y las lechuzas harán allí sus nidos”. Pero en la tradición celta, de nuevo vuelven a ser animales de buena suerte, y aparecen como una especie de guía entre las criaturas de la tierra y los dioses del inframundo.
#21. Lechuzas con mucho arte. La lechuza también ha sido fuente de inspiración de artistas, y por ejemplo, aparece en la imaginativa obra de El Bosco. Podemos verla en su grabado Nido de Lechuzas. El artista asociaba a esta ave con el diablo, y pensaba que se dedicaban a beber el aceite de las lámparas de las iglesias, lo cual era un acto totalmente sacrílego. En el dibujo de El Bosco, la lechuza ha ocupado el tronco de un árbol para proteger a su polluelo, mientras otros pájaros aletean con violencia alrededor del nido. Según esta representación, quizá la lechuza ha usurpado antes ese hogar a otro pájaro, y de ahí los ataques. Varios búhos y lechuzas aparecen en muchas otras de sus obras, como la archiconocida El jardín de las delicias.
También los discípulos de El Bosco se fijaron en las lechuzas. El Museo Lázaro Galdiano alberga un óleo sobre tabla de finales del siglo XV o principio del XVI cuyo nombre es “La visión de Tondal” y cuya autoría se atribuye a un seguidor del pintor flamenco. Su simbología es tan compleja como la de El Bosco y en este cuadro se puede ver el viaje iniciático de Tondalus, un caballero del siglo XII de origen irlandés, que visita el más allá. En la pintura, se ve una cabeza humana de ojos huecos por donde asoma una rata y se ve a Eva reposar perezosamente con la serpiente enroscada a su cuello, acomodándose sobre una almohada que le prepara un simio. Todo esto se supone que simboliza al atrevimiento desatendiendo a la sabiduría, que en este caso está representada por nuestra protagonista, la lechuza, aunque ésta está representada con los cuernecillos típicos de los búhos.
#22. Lechuzas de cine. Como decíamos antes, las lechuzas se hicieron muy conocidas a raíz de la publicación de los libros de la saga de Harry Potter, de la autora J. K. Rowling. La más famosa, Hedwig, es un bello ejemplar de búho nival, Bubo scandicus, que acompaña al protagonista, como ya indicamos anteriormente. De la misma especie es Brodwin. Pigwidgeon es el animal que Sirius Black le regaló a Ron, y se trata de un ejemplar de la especie Otus scops, un autillo. Errol, es descrita como la vieja lechuza de la familia Weasley, aunque en realidad tampoco es una lechuza, sino un cárabo lapón, de la especie Strix nebulosa. Hermes es un autillo chillón o tecolote oriental, Megascops asio, que hace de mascota de Percy Weasley. El magnífico ejemplar con el que cuenta Draco Malfoy es un búho real, Bubo bubo. En el Emporio de la Lechuza, que es una tienda de lechuzas que se encuentra en el Callejón Diagon, se venden una gran variedad de tipos de rapaces nocturnas, encontrándose entre las más vendidas las lechuzas comunes, Tyto alba, aunque también podemos encontrar cárabos comunes, Strix aluco. Ambas especies se pueden comprar por 10 galeones, una moneda del mundo mágico. La propia autora ha hablado sobre lechuzas y búhos en algunas de sus entrevistas:
“Las Lechuzas están presentes en numerosas supersticiones de todo el mundo. Para los Griegos, fueron el emblema de Atenea, Diosa de la Sabiduría y de la Guerra, de manera que avistar una Lechuza volando sobre el ejército Griego, se consideraba como un augurio de victoria. Sin embargo, para los Romanos, la Lechuza era portadora de mala fortuna, pues sólo predecía muertes y desastres. En Gran Bretaña, muchos creen que trae mala suerte ver una Lechuza a la luz del día, superstición de la cual me burlé en el primer capítulo de La Piedra Filosofal, en el cual, el repentino estallido de Lechuzas volando a plena luz del día era señal de muy buena suerte, aunque los Muggles no lo supieran.
Las lechuzas de mis magos reflejan, hasta cierto punto, su personalidad. El pobre Ron tiene a Pigwidgeon, que es una Scops, o un tipo de lechuza de pequeño tamaño; son graciosas, pero decididamente poco vistosas. El pobre Errol, siempre agotado, pertenece a la raza Great Gray, que me parecen las lechuzas de aspecto más cómico del mundo. Por supuesto, la Lechuza de mi héroe es la más hermosa de todas, una Lechuza blanca, también conocida como Lechuza Fantasma. No son nativas de Gran Bretaña, por lo que pensé que daría mucho prestigio a Harry en Hogwarts, pues es la única lechuza blanca del colegio. Sin embargo, cualquier experto sabrá decir que Hedwig es extrañamente atípica dentro de su raza. Hasta después de la publicación de La Piedra Filosofal, no me di cuenta de de que las lechuzas blancas son diurnas. Creo que fue mientras escribía La Cámara de los Secretos cuando descubrí que las lechuzas blancas también son extremadamente silenciosas, en especial las hembras. Por tanto, podemos considerar los paseos nocturnos y los frecuentes chillidos de Hedwig como signos de su gran capacidad mágica, o bien de mi lamentable falta de trabajo de investigación. Lo dejo a su elección.” J. K. Rowling
#23. Lechuzas épicas. Entre los muchos personajes que son lechuzas representados en la cultura, ya sean películas, libros, dibujos animados… Sin embargo Disney no tiene lechuzas entre sus personajes. Se cuenta que Walt Disney, de adolescente, se asustó al tener un encuentro con una lechuza y la mató lanzándola contra un árbol. Ya de mayor, arrepentido de ese acto, juró no matar a ningún otro animal e intentó compensar su acción incluyendo búhos en muchas de sus películas animadas, pero por la razón que sea, son búhos, y no lechuzas. Afortunadamente, otras compañías si las han incluido, y los más épicos de todos son los protagonistas de Los Guardianes de Ga’Hoole, una serie de libros escritos por Kathryn Lasky, y que fue llevada al cine en formato película de animación dirigida por Zack Snyder. El protagonista de la historia es Soren, un joven y valiente macho de lechuza común. Otras lechuzas con bastante peso en el argumento son la familia de éste, Noctus y Marilla, los padres, Eglantine, su hermana pequeña, y Kludd, su hermano. La jefa de los llamados Puros es Nyla una bonita hembra de lechuza que ejerce de «Reina malvada». Su compañero Pico de metal, es un macho de Tyto tenebricosa, una especie de lechuza australiana. La película, además de ser un verdadero espectáculo visual, nos da la posibilidad de conocer a un montón más de especies de rapaces nocturnas.
#24. La diosa lechuza. La relación entre las lechuzas y lo femenino ha aparecido muchas veces en los mitos antiguos, ya hemos hablado de la lechuza de Atenea, pero muchas otras culturas han relacionado las características de estas aves con atributos de diosas, espíritus femeninos, parteras, brujas e incluso mujeres sabias. En el hinduismo se suele representar a la diosa Lakshmi montada sobre una rapaz blanca de grandes ojos, que bien puede ser una lechuza, lo cual es visto como un presagio de prosperidad. Distintas especies de lechuzas y búhos son consideradas mensajeras divinas de los dioses en la cultura japonesa. Esta relación entre las diosas, las lechuzas y la feminidad, la encontramos en las Sheela na Gigs, diosas celtas de la fertilidad, que son tallas figurativas de mujeres desnudas mostrando una vulva exagerada. Su cara recuerda mucho a la de las lechuzas. Se suelen encontrar en iglesias, castillos y otros edificios, especialmente en Irlanda y Gran Bretaña. Un ejemplo muy conocido de este tipo de esculturas se halla en Kilpeck (Herefordshire, Inglaterra). Cailleach es la diosa celta primordial, y a veces era representada como una lechuza. Uno de los muchos nombres gaélicos para esta diosa es Cauilleach-oidche, que significaría «Bruja de la noche«, mientras que las lechuzas eran llamadas Cauilleach-oidche-gheal, que sería «Anciana blanca de la noche«. Tanto la diosa como la lechuza eran símbolos de muerte para los celtas.
#25. Lex lechuza. En este año 2018, se espera que el Congreso de los Diputados apruebe la Ley de Cambio Climático, que tendrá también impacto en la configuración del medio agrario. Éste, a su vez, tiene pendiente la reforma de la conocida PAC Horizonte 2010, un proceso arrancó no hace mucho y que, por el momento, no parece ofrecer soluciones a la situación de la lechuza. Además, también en 2018, se abre el proceso de revisión de la Directiva Marco del Agua, un instrumento comunitario crucial que tiene gran impacto en la configuración de nuestros campos. La elección de la lechuza como Ave del Año debe reforzar el trabajo de incidencia que está realizando SEO/BirdLife en los tres procesos legislativos para mejorar el hábitat y las condiciones de la lechuza, a fin de reducir sus amenazas directas y mejorar el conocimiento sobre la especie. Esta asociación sigue pidiendo la colaboración ciudadana para identificar zonas de cría y nidificación, siempre sin molestar a las aves, y el programa Noctua sigue siendo una buena forma de hacerlo. De esta manera, se intentará completar el Atlas de las Aves en época reproductora.
#26. No son mascotas. El Ave del Año también está centrando su acción en el ámbito legal internacional, y es que, al igual que otras especies de rapaces nocturnas, la lechuza común ha vivido en los últimos años su minuto de fama gracias a la saga de Harry Potter, como comentamos antes, pero esto, en vez de ayudar al conocimiento y protección de estas especies, ha disparado el comercio ilegal de las estrigiformes en algunas zonas del planeta, como el Sudeste Asiático. Ha habido un repunte en la venta de búhos y lechuzas tras el estreno de cada película de Harry Potter, sobre todo en Reino Unido, por lo que es fundamental dejarle claro a la población que las rapaces nocturnas en general, y las lechuzas en particular, no son animales domésticos, sino animales salvajes, que necesitan vivir libres en la naturaleza.
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Referencias:
– Fajardo, I. (1990). Mortalidad de la lechuza común (Tyto alba) en España Central. Ardeola, 37(1), 101-106.
– Orlowski, J., Harmening, W., & Wagner, H. (2012). Night vision in barn owls: visual acuity and contrast sensitivity under dark adaptation. Journal of vision, 12(13), 4-4.
– https://iconosmedievales.blogspot.com.es/2014/10/lechuzas.html
– http://www.huffingtonpost.es/2018/01/02/
– https://allyouneedisbiology.wordpress.com/2015/04/06/rapaces-nocturnas-lechuza/
– http://www.discoverwildlife.com/blog/12-barn-owl-facts-you-need-know
– https://www.motherearthnews.com/nature-and-environment/barn-owl-facts-zmaz03djzgoe
– http://www.lechuza.org/zoo/buhono.htm
– https://es.wikipedia.org/wiki/Sheela_na_Gig
– http://livinglibraryblog.com/owl-of-the-celts-ancient-bride-of-the-dead/
– http://sociedadgaditanahistorianatural.com/
– https://es.wiktionary.org/wiki/lechuza
– http://www.owlworlds.com/es/buhos-y-lechuzas-en-la-cultura/
– https://www.seo.org/2012/04/13/noctua/
– http://biogeocarlos.blogspot.com.es/2011/04/los-animalillos-de-las-peliculas-de.html
– https://www.owlpages.com/owls/articles.php?a=6
– https://www.lauraerickson.com/page/owls-of-harry-potter/
– https://lucimar1215.wordpress.com/2015/12/04/la-lechuza-del-calvario/
– http://www.mapama.gob.es/es/agua/temas/planificacion-hidrologica/marco-del-agua/default.aspx
– http://www.mapama.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/lechuza_comun_tcm7-21796.pdf
Profesor de Biología y Geología del IES La Campiña de Arahal, Sevilla. Divulgador y editor del blog La ciencia de la vida, un blog dedicado a la Ciencia en general y a la Biología en particular, que se entremezclan y conviven con el cine (sobre todo de animación), los cómics, los libros, los videojuegos, el arte, la ilustración, la vida cotidiana…