Ganadería intensiva y pandemias

Por Colaborador Invitado, el 12 mayo, 2020. Categoría(s): Medicina • Medio Ambiente

La aparición del COV-SARS-2 causante de la pandemia en la que todo el orbe está actualmente inmerso suscita una enorme curiosidad sobre el origen del virus. A día de hoy sabemos que su punto de partida estuvo en los murciélagos, pero sabemos también, que antes de llegar a los humanos pasó por otro animal. ¿De qué animal se trata?, por ahora hay sospechas pero ninguna respuesta definitiva.

El salto inter específico de los virus preocupa puesto que nos hace vulnerables. Muchas enfermedades son transmisibles entre animales y hombres, las llamadas zoonosis, lo que hace que el contacto que tenemos tanto de la fauna silvestre como de la ganadería hayan pasado a ocupar portadas en los periódicos de todo el mundo.

Un mercado húmedo asiático: la falta de controles sanitarios, las malas condiciones higiénicas y la mezcla en espacios reducidos de multitud de animales de distintas especies está en el origen de la mayoría de las epidemias.

Aprovechando esta situación, algunos han querido ver en la ganadería industrial el origen de esta pandemia –y de otras en el pasado- así como un riesgo perenne de que nuevas epidemias hagan su aparición a partir de las granjas intensivas de ganado y aves.

Vayamos a los hechos y analicemos esta posibilidad desde dos perspectivas diferentes: por una parte, veamos si en verdad la aparición de la ganadería industrial ha tenido alguna influencia en la aparición y mortandad de las pandemias, y por otra, si realmente la producción animal intensiva es un factor de riesgo en el salto de gérmenes entre especies o bien un factor de contención.

Comencemos pues por definir qué consideramos por ganadería intensiva. Podríamos definirla como aquel tipo de producción animal en el que las instalaciones se benefician de economías de escala al producir grandes volúmenes. Ello implica la crianza de un alto número de animales, el uso de las más avanzadas técnicas genéticas, nutricionales y sanitarias, así como una avanzada mecanización que permite la reducción de mano de obra.

Este tipo de ganadería comenzó a desarrollarse en los EE.UU. a partir de los años 50. La posibilidad de sintetizar algunas vitaminas (especialmente la vitamina D) permitió el aporte necesario de la misma durante y evitar los picos y valles de las estaciones. Además, hallazgo de vacunas y  tratamientos veterinarios permitió la producción de un alto número de animales en las instalaciones sin que éstos enfermasen. Permitió también que los costes se redujesen y que la carne, leche y huevos fuesen más asequibles. Si bien este tipo de producción es hoy mayoritario, no debemos olvidar que, en numerosas regiones, especialmente en países en vías de desarrollo, la ganadería familiar y de traspatio ocupa aún un importante lugar como fuente de proteína animal para una parte importante de la población.

Una granja intensiva de pollos.

Hechas estas precisiones, veamos qué impacto ha podido tener la ganadería industrial en el origen y diseminación de epidemias. Para ello, tenemos que comprender cuál es el riesgo de que un germen patógeno salte de una especie animal a los humanos. Un estudio conjunto de las universidades de California y Melbourne lo explica claramente (aunque este trabajo se centra sólo en virus, sus implicaciones nos valen para microorganismos en general). Según esta publicación, para que un virus tenga más posibilidades de saltar de un animal a las personas deben darse estas condiciones:

  • Que el animal en cuestión sea abundante y tenga posibilidades de contacto con los humanos
  • Que ese orden de animales presente muchas especies distintas
  • Que la especie en cuestión albergue numerosos virus potencialmente patógenos

Evidentemente, si un animal en concreto alberga numerosos patógenos, pero es una especie en vías de extinción, pocas posibilidades tendrá de contactar con los humanos y transmitir el virus.

Por otra parte, si este orden de animales en cuestión presenta numerosas especies y alberga numerosos virus potencialmente patógenos, entonces, las probabilidades de que ese virus salte de especie aumenta considerablemente. Así los roedores, quirópteros (murciélagos) y primates presentan todos ellos numerosas especies y son portadores de virus potencialmente peligrosos. Estos parámetros nos obligan a ser especialmente cuidadosos con este tipo de fauna.

El riesgo de que un virus salte entre especies: a la izda, especies según virus que albergan y número de especies en cada uno de los órdenes. A la dcha, población de animales y número de virus que albergan

Las especies de los principales animales domésticos no presentan un gran número de virus potencialmente peligrosos. Pero el tamaño de sus poblaciones y su proximidad al hombre les hace ser un factor de riesgo a tener en cuenta.

Veamos pues el riesgo de epidemias que suponen los animales domésticos. Para ello, hagamos un estudio de cada una de las epidemias que, desde 1900, han causado más de mil víctimas mortales.

Epidemias desde 1900

Como hemos ya mencionado, la ganadería intensiva se comienza a desarrollar en los EE.UU. a partir de 1950. Es importante constatar, no obstante, que este tipo de producción animal no era mayoritario entonces y sigue sin serlo en numerosos países.

Pues bien, desde 1950 ha habido 5 brotes epidémicos en los que los animales domésticos han estado involucrados. Detengámonos un momento en cada uno de ellos:

  • 1957-1958 Gripe asiática: Causó más de uno y cuatro millones de muertos y el virus gripe que la produjo se originó como una combinación de virus humanos y aviares. Lo que está claro es que en aquella época la ganadería industrial era inexistente en el continente asiático. No así la tenencia de aves de corral en las casas y su venta en los mercados.
  • 1958-1959 Gripe de Hong-Kong: También terminó con la vida de 0,5-2 millones de personas. Su origen estuvo en virus humanos y aviares que se combinaron en cerdos. Tampoco cabe achacar en este caso a la ganadería intensiva pues su presencia en la región en los años 60 era inexistente
  • 2009-2010 Gripe global: causó entre 0,1-0,6 millones de fallecidos. Su origen se halla en México y parece ser fruto de la combinación de virus porcino con el humano. Aún hoy se discute si su origen se debe a la llegada de virus porcino en animales de exportación (y que no habrían sido sometidos a la cuarentena indicada) o bien que alguna cepa vacunal no se inactivara del todo y se incluyera en vacunas de gripe porcina.
  • 2015 Gripe India: Con 1.200 fallecidos, este brote no está probado que tuviese su origen en animales, aunque no puede descartarse dada la proximidad con la que ánsares y otras aves conviven con las personas. La alta densidad de habitantes fue también un factor clave en su difusión.
  • 2017 Encefalitis japonesa: causó más de 1.300 muertos. Este virus Se transmite mediante la picadura de mosquitos, puede refugiarse en multitud de animales tanto silvestres como domésticos (hay vacunas y se utilizan en granjas), luego no parece probable que la ganadería fuese la principal causa de esta epidemia.

Lo que los datos muestran es que, en casi 80 años, desde que la agricultura intensiva hizo su aparición, tan sólo en un brote epidémico, el del 2009, esta práctica pudo tener cierta participación en la causa raíz si bien los expertos aún no se ponen del todo de acuerdo sobre este último extremo.

Veamos ahora el reverso de la moneda y estudiemos qué enfermedades han sido controladas gracias a la ganadería industrial. Debemos tener en cuenta como punto de partida que el hecho de tener un gran número de animales en relativamente pocas granjas (contrariamente a la sociedad de antaño donde prácticamente en cada casa había unos pocos animales) el control veterinario se hace posible y mucho más eficiente.

Tomemos como ejemplo la gripe aviar: como hemos visto este virus puede transmitirse a los humanos y originar pandemias. Pues bien, esta enfermedad está erradicada de nuestro país y de la mayoría de países desarrollados. Ocasionalmente se dan brotes que tiene como origen aves silvestres que llegan a hacer contacto con aves de explotaciones ganaderas. Cuando esto sucede, se toman medidas drásticas de bioseguridad, prohibición de movimientos y la infección es llevada a término de manera expeditiva. Gracias a contar con granjas monitorizadas por veterinarios bien formados y por ser núcleos independientes, bien controlados y aislados pueden tomarse estas medidas. Por el contrario, en países donde las aves conviven en millones de casas, correteando por los patios y en el interior de la mayoría de hogares, no sólo es inviable el control, sino que la transmisión a las aves caseras supone un alto riesgo.

Virus de la gripe aviar

Cuando una granja es positiva todos los efectivos deben ser sacrificados por ley y deben adoptarse las más estrictas medidas de higiene y bio-seguridad. Con ello, es prácticamente imposible que el brote se extienda a otras explotaciones con lo que la epidemia se yugula en origen. Este es un ejemplo práctico y claro de cómo la ganadería intensiva tiene un impacto clarísimo en la contención y control de las enfermedades.

Los productores de hoy hacen ímprobos esfuerzos en erradicar enfermedades epidémicas que afectan al ganado y a las personas. Tenemos gracias a ello hoy un buen número de enfermedades erradicadas de nuestro país, como por ejemplo la fiebre aftosa o la peste porcina africana que una causan elevadísima mortandad en el ganado.

Normas de bioseguridad para evitar la gripe aviar en granjas avícolas

Pero también están en vías de eliminación enfermedades zoonóticas –que podrían transmitirse a las personas- como la tuberculosis, la brucelosis (fiebres malta) o la triquinelosis. Enfermedades éstas presentes y relativamente abundantes en la fauna silvestre y totalmente eliminadas algunas (triquina) o con presencia mínima las otras (la brucelosis será erradicada este año en curso y la tuberculosis presenta una prevalencia muy baja en rumiantes de explotaciones ganaderas).

Hay una razón adicional por la que la ganadería intensiva nos protege también de las epidemias. Los productos que nos suministra tienen un alto control sanitario; y los métodos de producción industrial hacen que estos productos sean asequibles. Por el contrario, cuando el acceso a estos alimentos es costoso es cuando las poblaciones cazan para obtener la proteína que necesitan y ahí es donde es fácil que hagan contacto animales portadores de numerosos virus que puedan saltar de especie en especie. Este fue el caso del virus del SIDA que pasó de primates a humanos por el contacto con fluidos corporales de estos animales tras cazarlos. Es probable que la caza de especies exóticas sea también la causa de la pandemia actual.

Granja de cerdos vacía consecuencia de la peste porcina africana.

Termino con una hipótesis: recientemente el virus de la peste porcina africana (ver este artículo en Naukas), aunque inocuo para los humanos, destruyó gran parte de la cabaña porcina de Asia. Puede que esta circunstancia empujase a pequeños ganaderos, cuyos cerdos habían muerto por la enfermedad, a buscar carne en especies silvestres que eran portadoras del virus que hoy nos impacta.

No deja de ser una posibilidad, pero lo que está claro es que la producción animal controlada, monitorizada por veterinarios, no sólo ha tenido hasta la fecha una contribución prácticamente nula en el origen de las epidemias sino que sirve de medida de seguridad para evitarlas.

 

Este artículo nos lo envía Juan Pascual (podéis seguirlo en twitter @JuanPascual4 o linkedn). Me licencié en veterinaria hace unos cuantos años en Zaragoza y he desarrollado mi vida profesional en el mundo de la sanidad animal, de ahí mi interés en divulgar lo que los animales aportan a nuestro mundo actual. Soy un apasionado de la ciencia. Creo que es fundamental transmitir el conocimiento científico de una manera sencilla para que los jóvenes se enganchen pronto y para que la sociedad conozca más y mejor lo mucho que la ciencia aporta a nuestro bienestar. Viajar es otra de mis pasiones junto con la literatura, que no deja de ser otro modo de viajar.

Puedes leer todos sus artículos en Naukas en este enlace.

 

Referencias científicas y más información:

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