En la primera parte de #ShowAllYour Stripes se explicó la causa física de que la troposfera se esté calentando y la estratosfera enfriando. En la segunda parte se mostraron las líneas o stripes de diferentes regiones del planeta y en esta tercera se mostrarán las de varias ciudades de nuestro país. [Se recomienda ampliar todas las imágenes mostradas para apreciar con más claridad los distintos stripes.]
Península Ibérica e Islas Canarias
Ambas regiones tampoco son ajenas a lo que sucede a escala global y regional. Con anterioridad a la década de los noventa predominan las anomalías negativas en la troposfera y desde entonces el predominio es de las anomalías positivas. En la estratosfera sucede lo contrario, tal y como cabría esperar.
En la gráfica de las Islas Canarias se observa mucho “ruido” cerca de la superficie, en torno a 925-850 hPa. A falta de un estudio detallado, todo parece indicar que se trata de la inversión del alisio. Presente la mayor parte del año en el archipiélago, es más marcada en verano y menos en invierno. Por ejemplo, si durante un mes invernal aumenta la frecuencia de borrascas y vaguadas, es probable que la línea entre 925 y 850 hPa sea azulada, mientras que será más amarilla si aumenta la persistencia anticiclónica. No es necesario que la situación se produzca durante todo el mes; bastan unos días para que la media mensual esté por encima o debajo del periodo de referencia y la línea resultante se dibuje con tonos amarillos o azules. No obstante, habría que estudiar cada caso en particular.
Ciudades de España
Un aspecto previo que conviene aclarar es que no todas las ciudades (ni regiones mostradas anteriormente) se encuentran a la misma altitud y, por lo tanto, a priori no deberían mostrar el mismo rango de altitudes: superficie, 950, 850 hPa, etc. En realidad no existe ningún impedimento en definir la temperatura que le correspondería a una ciudad si se encontrase al nivel del mar o a otros niveles. De hecho, se hace continuamente con la presión: en cada punto del planeta se calcula la presión teórica que le correspondería a nivel del mar y se elabora el famoso mapa de isobaras. Para facilitar la visualización, todas las áreas y ciudades se han referenciado a los mismos niveles. A continuación se muestran las líneas o stripes de algunas ciudades de nuestro país.
Al representar un punto, ciudad o región muy pequeña se pierde cierta señal climática: un episodio muy frío o muy cálido puede afectar significativamente a escala local y provocar que un mes concreto registre una elevada anomalía positiva o negativa. Esto se traduce en la aparición de multitud de líneas o stripes de diferentes tonos que no están presentes cuando se representa todo el planeta. A escala global un episodio local muy frío o muy cálido es compensado por otros episodios locales que lo contrarrestan y suavizan la anomalía planetaria. Pese a todo, en la inmensa mayoría de las ciudades se distingue perfectamente el paso del predominio de colores fríos a cálidos en la troposfera y de colores cálidos a fríos en la estratosfera.
En mayor o menor medida todas las ciudades muestran un comportamiento similar. Las diferentes peculiaridades residen en la localización de la ciudad, su altitud, si es costera o de interior, etc., así como la circulación atmosférica de pequeña escala (mesoescala). Por ejemplo, un viento del oeste en verano tiene escasa repercusión en Vigo, suaviza mucho las temperaturas máximas en Sevilla y las incrementa muchísimo en Valencia.
En las ciudades de interior la inversión térmica es característica del invierno y las líneas presentan “ruido” cerca de la superficie. Probablemente el aumento de la persistencia anticiclónica en los meses fríos produzca “ruido cálido” en torno a 950-800 hPa aunque habría que estudiar cada localidad y cada caso particular. En verano el aire está bien mezclado aproximadamente hasta los 700 hPa y cualquier anomalía positiva o negativa afecta por igual a toda la columna entre la superficie y ese nivel. Eso se traduce en líneas verticales con menos ruido y más uniformidad en el color. En las ciudades costeras la inversión está presente la mayor parte del año y el “ruido” es más visible.
Muchos negacionistas aseguran que el calentamiento observado en superficie es debido única y exclusivamente al “efecto isla de calor”, al desmesurado aumento del tamaño de la ciudad que también se comentó en la entrada anterior. Si eso fuese así, es curioso ver cómo este efecto isla ha generado efectos y gráficas casi idénticas en la primera y última capitales de provincia (la zona metropolitana de Madrid se acerca a los seis millones de habitantes y Teruel apenas supera los treinta mil). También es difícil de justificar, desde el punto de vista negacionista, cómo el crecimiento de una ciudad puede afectar y enfriar puntos en la estratosfera situados a 30 ó 40 kilómetros de altura.
En la cuarta y última entrada podrás consultar las líneas o stripes de algunas ciudades del mundo.
Este artículo nos lo envía Benito Fuentes López, físico por la Universidad de Granada y meteorólogo en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). “Mi gran pasión es la divulgación. Me encanta compartir y publicar artículos que no sirven para nada ni ayudarán a nadie pero, quizás, puedan resultar curiosos”. Puedes seguir a Benito en twitter a través de su cuenta: @Metbeni
Referencias científicas y más información:
Twentieth Century Reanalysis Project. National Oceanic and Atmospheric Administration (USA).
https://psl.noaa.gov/data/20thC_Rean/
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