Tortugas y dioses, una historia de conservación

Por Colaborador Invitado, el 5 mayo, 2021. Categoría(s): Biología • Ciencia

“Somos viejas, pequeño, demasiado viejas y hemos vivido bastante. Hemos vivido demasiado. Para quien sabe tanto como nosotras nada es importante ya.”

Como viene a remarcar esta frase que Michael Ende puso en boca de Vetusta Morla, las  tortugas han sido asociadas en la literatura y en diferentes culturas con la sabiduría, la longevidad y la paciencia. Pero también con la tristeza y la soledad.

Verusta Morla ha sido uno de los personajes más icónicos de La Historia Interminable y una de las tortugas más famosas de la literatura. Era un ser de vasto conocimiento y, sin embargo, hastiada de vivir. Estaba tan sola que hablaba consigo y, de sí misma, en plural. Pero existen otros ejemplos, como el del famoso mito de la tortuga, que soporta sobre su caparazón el peso del mundo, común a varias culturas como la Mohawk o la Hindú, recogido, entre otros,  por Terry Pratchet en su saga Mundodisco.

No es difícil de imaginar el origen de estas leyendas, más aun si pensamos en los inmensos ejemplares de las Islas Galápagos y la impresión que debían causar en los extranjeros que allí desembarcaban. Entre las rocas de ese archipiélago habitó una tortuga que se ha convertido en un ejemplo fallido de conservación. Me refiero al Solitario George, el último individuo de su especie (Chelonoidis abingdonii). Este espécimen fue descubierto en 1971 por el zoólogo húngaro Joseph Vagvolgyi en la isla Pinta. A pesar de todos los esfuerzos por reproducirlo con hembras de especies emparentadas, nunca se lograron obtener huevos fértiles. De todas formas, el resultado de aquellas uniones, en caso de haber sido exitosas, hubiera dado lugar a híbridos. Su especie estaba condenada y acabó muriendo con él en 2012.

No obstante, existen otras historias igual de dramáticas, pero mucho menos famosas. Tal vez la más sangrante esté ocurriendo ahora mismo en el Sudeste Asiático. Para conocerla, deberemos viajar hasta un pequeño lago en el centro de Hanoi, la capital de Vietnam.

Cuenta la leyenda que, cuando en el siglo XV Vietnam estaba siendo conquistada por los ejércitos chinos, el dios tortuga Kim Qui emergió de las aguas de un lago de la ciudad de Hanoi para entregarle su espada mágica al emperador Lê Lo’i. Gracias a esta arma, cambiaron las tornas de la guerra y pudieron expulsar a los invasores. Tras ello, la deidad volvió a aparecerse para reclamar el arma. Cumplido su cometido, se ocultó de nuevo entre las aguas del lago, el cual pasó a llamarse Hoan Kiem (lago de la espada restituida).

Quizá pensemos que los mitos no son importantes para la conservación, pero estaríamos cayendo en un grave error. Los humanos somos seres emocionales, y por ello, propensos a amar y,  teóricamente, proteger aquello a lo que hemos dotado de simbolismo. Ya se trate de un monumento, un rito o un animal. De ahí la relevancia de que el folklore vietnamita identificara al dios Kim Qui con el protagonista de este drama. Estamos hablando de un reptil extraordinariamente longevo, capaz de vivir más de cien años y cuyo tamaño, en ocasiones superior al metro de longitud y los 130 kilos de peso, lo convierte en la mayor tortuga de agua dulce que habita nuestro planeta. Se le conoce como tortuga de Swinhoe (Rafetus swinhoei), también llamada tortuga de caparazón blando del Yangtzé. Por desgracia, no es este hecho, ni tampoco su leyenda lo que la han hecho célebre. La fama le viene por el accidentado camino que está recorriendo al filo de la extinción. Pero no adelantemos acontecimientos.

Tortuga de Swinhoe (Rafetus swinhoei)

Si nos remontamos a la primera década del siglo XXI, podemos observar que su situación era agónica, pues solo se conocían cuatro individuos: un macho y una hembra alojadas en el zoo de Suzhoe, en el este de China, y otros dos en Vietnam, uno en el lago Dong Mo, de sexo desconocido, y una hembra en el famoso lago de la espada. Como podemos ver, los números eran muy escasos. Por suerte, de una sola puesta de estos animales pueden llegar a nacer entre 30 y 40 crías, suficientes como para empezar a creer en su recuperación. Debido a ello, y al ver que el amor no surgía de forma natural, en 2008 se decidió intentar que la pareja del zoológico chino tuviera descendencia mediante inseminación artificial, con escaso éxito.

El tiempo pasaba sin lograr ningún avance y, en 2011, fue necesaria la captura del ejemplar que vivía en la capital vietnamita. Múltiples heridas, producidas por anzuelos y tortugas de otras especies, habían puesto en peligro su supervivencia. Durante los 3 meses que pasó bajo cuidados veterinarios se pudo constatar que se trataba de una hembra. Una vez repuesta, la devolvieron a su hogar. Desafortunadamente, las condiciones allí ya no eran las más adecuadas y, apenas 5 años después de ser liberada, su cadáver apareció flotando entre las aguas. Esto supuso un duro golpe para la especie.

Pero… ¿cómo es posible que unos animales que hasta hace poco habían sido relativamente comunes hayan llegado a esta situación? Su declive no se debe a un único factor, sino a la confluencia de varios.

Por un lado,  su medio se ha degradado. Las aguas del sudeste de Asia han sido progresivamente contaminadas.  Además, la construcción de presas las ha segmentado, aislando genéticamente a las poblaciones de tortugas, las cuales antaño se desplazaban libremente por los cauces de los ríos y, de pronto, se han visto atrapadas en lagos y humedales. Sin embargo, los humedales también han sido progresivamente sustituidos por campos de arroz, reduciéndoles aún más los lugares habitables. Por otro lado, al aglutinar a muchos ejemplares en poco espacio, facilitas enormemente su caza. De esta manera, en apenas un siglo, es decir, la vida de una de estas tortugas, toda su especie se ha visto abocada a la extinción.

Llegados aquí, vamos a recapitular. Ya estamos en 2016 y solo se conocen 3 ejemplares vivos: la pareja del zoológico, cuyos intentos de inseminación por el momento están siendo infructuosos y, otro animal de sexo desconocido en el lago Dong Mo de Vietnam. Para colmo de males, ciertos biólogos encabezados por Hà Đình Đức defienden que la tortuga del Hoan Kiem pertenecía a una especie distinta  a la que denominan Rafetus leloii, y a la que también podría pertenecer la tortuga vietnamita restante. Si esto fuera cierto, significaría que, no solo estaríamos a  punto de asistir a la desaparición de dos especies, sino que las posibilidades de perdurar de cada una de ellas serían todavía más irrisorias. No obstante y por fortuna, esta opción parece haber sido descartada por la mayoría de la comunidad científica, la cual considera que todos los ejemplares deben ser clasificados como Rafetus swinhoei. Empezamos, así, a tener ciertas esperanzas.

Más tarde, en 2018 volvieron a llegar buenas noticias. Tras una larga investigación, se encontraron indicios de un nuevo ejemplar residente en el lago Xuan Khan, a 20 km de Dong Mo.  Este nuevo ejemplar, del que se desconoce el sexo, no ha logrado ser visto o capturado por los científicos. Su presencia ha sido determinada mediante el hallazgo de restos de su ADN en las muestras tomadas en el lago. Sin embargo, tras este pequeño soplo de optimismo, al año siguiente la supervivencia de estos animales se volvía a tambalear tras la muerte de la última hembra conocida en el zoológico chino. El ejemplar no logró reponerse de la anestesia usada en el último intento de inseminación.

El futuro pintaba muy negro, con solo dos ejemplares localizados y uno del que únicamente se conocían trazas diluidas en el agua, cada uno viviendo en su propio reino acuático, aislado de los otros. Pero el Dios tortuga parece resistirse a desaparecer pues, tras semanas de búsqueda, en octubre de 2020, se capturó al ejemplar del lago Dong Mo y resultó ser una hembra. Volvía a haber esperanza, más aun al descubrir que no era un ejemplar, sino dos diferentes los que habitaban esas aguas. Durante años pensaron que se trataba del mismo, debido al hecho de que no habían logrado verlos juntos. Tras el hallazgo, se ha empezado a organizar una expedición para esta primavera (2021) con el fin de intentar capturar y sexar a la recién descubierta tortuga. De esta forma, se espera recabar suficiente información como para poder elaborar un plan factible con el que lograr reproducirlas con éxito. Un proyecto en el que China y Vietnam no estarán solos. Y es que ha cambiado mucho el mundo a lo largo de la vida de estas últimas supervivientes. Vivimos en una sociedad interconectada y, como es lógico, su historia ha transcendido fronteras. Gracias a ello, algunas entidades zoológicas encabezadas por el Cleveland Metroparks Zoo junto a la Universidad de Ciencias de Hanoi y diversas organizaciones conservacionistas, entre las que se encuentran el Asian Turtle Program (ATP) y la Wildlife conservation Society, están involucrándose y aportando financiación en un intento de devolverles el favor, ayudándolas en una guerra que aún no está perdida. Intentando demostrar que Vetusta Morla se equivocaba y, que estas tortugas, no han vivido demasiado.

 

Este artículo nos lo envía Joaquín del Turia. Licenciado en Ciencias Biológicas y máster en Biodiversidad, conservación y evolución por la Universidad de Valencia. Posteriormente continuó sus estudios en la Plymouth University cursando el máster “Zoo Conservation Biology”. Apasionado del mundo animal, el cine y la literatura, lleva varios años trabajando en el estudio, conservación y cuidado de fauna salvaje. Actividad que complementa con colaboraciones en el diario Levante EMV y la revista digital ULUM, además de la organización de eventos (presentaciones de libros, conferencias…) y creación de contenido en el espacio de divulgación científica multiplataforma “A Bordo del Beagle”, del que es fundador y director.

Referencias y más información:

Farkas, B., & Webb, R. G. (2003). Rafetus leloii Ha Dinh Duc, 2000-an invalid species of softshell turtle from Hoan Kiem Lake, Hanoi, Vietnam (Reptilia, Testudines, Trionychidae). ZOOLOGISCHE ABHANDLUNGEN-STAATLICHES MUSEUM FUR TIERKUNDE IN DRESDEN53(1), 107-112.

Le Duc, O., Van, T. P., Leprince, B., Bordes, C., Tuan, A. N., Benansio, J. S., … & Luiselli, L. (2020). Fishers, dams, and the potential survival of the world’s rarest turtle, Rafetus swinhoei, in two river basins in northern Vietnam. Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems30(6), 1074-1087.

Nicholls, H. (2012). The legacy of Lonesome George. Nature News487(7407), 279.

https://www.theguardian.com/environment/2021/jan/01/hopes-for-most-endangered-turtle-after-discovery-of-female-in-vietnam-lake

https://www.theguardian.com/world/2019/mar/21/sacred-giant-turtle-gets-embalmed-in-vietnam

https://news.mongabay.com/2020/01/killing-gods-the-last-hope-for-the-worlds-rarest-reptile/

https://www.theguardian.com/environment/2021/jan/01/hopes-for-most-endangered-turtle-after-discovery-of-female-in-vietnam-lake

https://www.efeverde.com/noticias/muere-ultima-hembra-tortuga-blando/

http://www.thanhniennews.com/society/hoan-kiems-endangered-deity-15020.html

https://www.clevelandmetroparks.com/zoo/wildlife-conservation/asian-turtle

https://www.newyorker.com/science/elements/chasing-the-worlds-rarest-turtle

 



Por Colaborador Invitado, publicado el 5 mayo, 2021
Categoría(s): Biología • Ciencia