La dialéctica de los sueños

Por Colaborador Invitado, el 12 julio, 2023. Categoría(s): Biología • Divulgación
“Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar” (Salvador Dalí, 1944) | Museo Thyssen

Prácticamente un tercio de nuestra vida discurre al trasluz de un acontecimiento que la lógica evolutiva ha esculpido sin importar el paso del tiempo: el sueño.

Eventos como la revolución industrial o el actual sistema laboral han desencadenado cambios en nuestros patrones de sueño, hasta el punto de hacernos viajar desde el sueño polifásico o sueño fragmentado de nuestros antepasados al modelo vigente, en un único período de ensoñación nocturna [1]. Sin embargo, seguimos estando hechos del mismo material del que se tejen los sueños, y, desde el vencejo, que duerme y vuela al unísono, hasta el delfín, cuyos hemisferios cerebrales descansan y se activan alternativamente, la vida se balancea aún hoy entre esta dicotomía universal que nos lleva a naufragar en la profundidad de un mar último de sueño que siempre se ejecuta [2] [3].

Preludio a la siesta de un fauno

A lo largo del día, los seres vivos experimentamos cambios fisiológicos, metabólicos o de comportamiento que describen una ciclicidad rítmica en el tiempo, desencadenada principalmente por la cascada de información que se genera y transmite sobre la intensidad del estímulo lumínico que llega al núcleo supraquiasmático, nuestro reloj biológico central [4].

La regulación de los estados de sueño y vigilia es consecuencia de los niveles sanguíneos de melatonina, una indolamina que acompaña a la oscuridad y es sintetizada en la hipófisis a partir del aminoácido triptófano, constituyendo una pieza clave en la inducción al sueño y al despertar [5]. Por otra parte, una sustancia química llamada adenosina se acumula mientras estamos despiertos hasta alcanzar un pico máximo de concentración aproximadamente a las 16h de vigilia donde, lo que conocemos como presión de sueño será tal, que irresistiblemente caeremos rendidos [6].

Son, por tanto, principalmente dos señales de raíces moleculares las que preludian y cadencian el sueño del fauno en aquel bellísimo poema sinfónico de Debussy: melatonina y adenosina [7].

La geometría del sueño

Durante el sueño, la actividad eléctrica cerebral en forma de ondas continúa siendo intensa, experimentando fases del conocido como sueño REM y fases de sueño no-REM, a lo largo de entre cuatro y seis ciclos nocturnos separados por breves e imperceptibles despertares.

Cada ciclo de sueño comienza en fase no-REM, donde progresivamente se alcanza la inconsciencia, disminuyen nuestras constantes vitales y se produce la desconexión necesaria con el exterior que permite las funciones de reparación, descanso y limpieza que se atribuyen al sueño. Durante la fase REM, o sueño paradójico, el cerebro está activo, hay movimientos oculares rápidos y, aunque a menudo las olvidemos, divagamos en fantasiosas ensoñaciones [8].

 

El sueño de Morfeo

A lo largo de la historia destaca la falta de conocimiento científico y de certezas entorno al sueño, que fue considerado inicialmente por las antiguas civilizaciones egipcia, griega o romana como una etapa puente entre la vida y la muerte, una forma de comunicación con el más allá o un estado enigmático de revelación divina.

Lejos de ser una actividad intrascendente, sabemos actualmente que durante este momento ocurren procesos de reparación y eliminación a través del sistema glinfático de sustancias tóxicas y residuos del metabolismo neuronal como la adenosina, la alpha sinucleína o los acúmulos de proteína beta amiloide, que de otra manera se almacenarían a nivel cerebral precipitando el desarrollo de daños [9]. Así, podemos inferir que una adecuada higiene del sueño ayuda en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson, retrasa el envejecimiento, fortalece el sistema inmunitario, pero también disminuye nuestra tendencia al estrés, la irritabilidad, los trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión y facilita nuestro aprendizaje y consolidación de la memoria [10].

Además, existe evidencia científica de la variación significativa en la densidad de glóbulos blancos (nuestras principales células de defensa), antes y después de una noche de insomnio, lo que refuerza la idea de que dormir mal nos hace más vulnerables a la enfermedad [11]. También varios estudios indican que pacientes que fueron a dormir tras inocularles la vacuna de la hepatitis A o el Covid-19, aumentaron significativamente su respuesta inmune [12].

Por otra parte, la hormona melatonina presenta una potente acción antitumoral además de antiproliferativa, antiapoptótica, inmunoprotectora o antioxidante. Cuando existen alteraciones del sueño o estamos expuestos a luz artificial durante la noche su liberación se reduce y, consecuentemente, el riesgo de sufrir cáncer aumenta [13].

No en vano, el budista tibetano Tarthang Tulku afirmaba que los sueños son una mina de sabiduría y experiencia, y que, sin embargo, no los utilizamos como vehículo para explorar la realidad [14]. Cierto es que durante nuestras ensoñaciones revivimos en primera persona la proyección de nuestros miedos, inquietudes o recuerdos traumáticos, como preparación para poder resolver con resiliencia la dura realidad de estas situaciones durante la vigilia. De hecho, el 90% de las personas con síndrome de estrés postraumático invoca en sus sueños aquellos episodios dramáticos, lo que les ayuda en el procesamiento de las imágenes y sensaciones dolorosas [15].

“La vida es sueño…y los sueños, sueños son”

Byung-Chul Han describe en su ensayo “La sociedad del cansancio” una prisa infundada por vivir sin ser ni sentido, olvidando nuestra irrevocable condición de seres vivos que duermen y sueñan.

La revolucionaria transformación de la sociedad actual busca en el rendimiento, la acción o la productividad su propia autorrealización, creyéndose esencialmente más libre que ayer, mientras cancela su tiempo de sueño.

Y es que más de la mitad de los adultos de los países occidentales no duerme al día las ocho horas de media recomendadas, según datos de la OMS y la NSF [16].

Los hombres se han convertido en títeres y esclavos del hacer, siendo demasiado vitales como para morir y estando demasiado muertos (de sueño) como para vivir, de forma que la privación de sueño ya se considera hoy una epidemia en los territorios “desarrollados”, resultando causa y génesis de la ola creciente de problemas físicos y trastornos mentales que nos ocupa [17] [18].

Es preciso, pues, llamar la atención sobre la necesidad de despertar, solo en sentido figurado, para recuperar la conciencia y la importancia de hacer de nuestra vida el sueño que necesitamos.

 

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Este artículo nos lo envía Claudia García Cobarro, Investigadora Predoctoral (PhD) becada por la Asociación Española Contra el Cáncer en el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parilla (IMIB) y la Universidad de Murcia donde desarrolla su tesis en el Laboratorio de Ritmo Circadiano y Cáncer. Apasionada de las ciencias y el arte a partes iguales, posee un interés especial por la comunicación y el periodismo científico como herramientas para la creación de una sociedad crítica, culta y libre. Actualmente realiza formación específica en este sector en paralelo al desarrollo de su tesis doctoral.

Referencias científicas y más información:

[1] Ekirch, A. R. Segmented sleep in preindustrial societies. Sleep, 39(3), 715-716. 2016. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4763365/
https://www.bbc.com/future/article/20220107-the-lost-medieval-habit-of-biphasic-sleep

[2] La oración «Estamos hechos de la misma materia que los sueños y nuestra pequeña vida termina muriendo» aparece en la obra teatral La Tempestad, de William Shakespeare.

[3] Manger, P. R., & Siegel, J. M. Do all mammals dream? Journal of Comparative Neurology, 528(17), 3198-3204. 2020. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31960424/
Rattenborg, N. C., & Ungurean, G. The evolution and diversification of sleep. Trends in Ecology & Evolution. 2022. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36411158/

[4] Reid, K. J. Assessment of circadian rhythms. Neurologic clinics, 37(3), 505-526. 2019. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31256786/
Hastings, M. H., Maywood, E. S., & Brancaccio, M. Generation of circadian rhythms in the suprachiasmatic nucleus. Nature Reviews Neuroscience, 19(8), 453-469. 2018. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29934559/

[5] Cajochen, C., Kräuchi, K., & Wirz‐Justice, A. Role of melatonin in the regulation of human circadian rhythms and sleep. Journal of neuroendocrinology, 15(4), 432-437. 2003. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12622846/

[6] Basheer, R., Strecker, R. E., Thakkar, M. M., & McCarley, R. W. Adenosine and sleep–wake regulation. Progress in neurobiology, 73(6), 379-396. 2004. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28646346/

[7] Se hace referencia de nuevo aquí al título que da nombre al apartado: «Preludio a la siesta de un fauno», poema sinfónico escrito en 1894 por el compositor y pianista Claude Debussy, inspirado en una obra literaria previa escrita por el francés Stéphane Mallarmé.

[8] McCarley, R. W. Neurobiology of REM and NREM sleep. Sleep medicine, 8(4), 302-
330. 2007. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17468046/

[9] TORIELLO, Maria; GONZALEZ-QUINTANILLA, Vicente; PASCUAL, Julio. The glymphatic system and its involvement in disorders of the nervous system. Medicina Clínica (English Edition). Vol. 156, no7, p. 339-343. 2021. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33423825/
Rasmussen, M. K., Mestre, H., & Nedergaard, M. The glymphatic pathway in neurological disorders. The Lancet Neurology, 17(11), 1016-1024. 2018. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30353860/

[10] Juan Antonio Madrid. Cronobiología: Una guía para descubrir tu reloj biológico. (Ed. Plataforma actual, 2022).
Matthew Walker. Por qué dormimos. La nueva ciencia del sueño. (Ed. Capitán Swing, 2019).

[11] Faraut, B., Boudjeltia, K. Z., Dyzma, M., Rousseau, A., David, E., Stenuit, P., … & Kerkhofs, M. Benefits of napping and an extended duration of recovery sleep on alertness and immune cells after acute sleep restriction. Brain, behavior, and immunity, 25(1), 16-
24. 2011. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20699115/

[12] Lange, T., Perras, B., Fehm, H. L., & Born, J. Sleep enhances the human antibody response to hepatitis A vaccination. Psychosomatic medicine, 65(5), 831-835. 2003. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/14508028/
Kow, C. S., & Hasan, S. S. Do sleep quality and sleep duration before or after COVID- 19 vaccination affect antibody response?. Chronobiology International, 38(7), 941-943. 2021. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33771061/

[13] Reiter, R. J., Rosales-Corral, S. A., Tan, D. X., Acuna-Castroviejo, D., Qin, L., Yang,
S. F., & Xu, K. Melatonin, a full service anti-cancer agent: inhibition of initiation, progression, and metastasis. International journal of molecular sciences, 18(4), 843. 2017. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28420185/

[14] La oración «Los sueños son una mina de sabiduría y experiencia, y que, sin embargo, no los utilizamos como vehículo para explorar la realidad» pertenece al budista tibetano Tarthang Tulku, y aparece en el libro La revolución del sueño (Ed. Plataforma Testimonio, 2016) de Arianna Huffington.

[15] Maher, M. J., Rego, S. A., & Asnis, G. M. Sleep disturbances in patients with post- traumatic stress disorder: epidemiology, impact and approaches to management. CNS drugs, 20(7), 567-591. 2006. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16800716/

[16] Acrónimos de “Organización Mundial de la Salud” (OMS) y “National Science Foundation” (NSF).

[17] La oración «Hoy somos demasiado vitales como para morir, y estamos demasiado muertos como para vivir» aparece en el ensayo La sociedad del cansancio de Byung- Chul Han. En el artículo se parafrasea esta sentencia, junto con el matiz añadido de que “hoy” esa muerte es en realidad estar “muertos de sueño” como para poder tener una vida de suficiente calidad.

[18] Fernandez-Mendoza, J., & Vgontzas, A. N. Insomnia and its impact on physical and mental health. Current psychiatry reports, 15(12), 1-8. 2013.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24189774/

 



Por Colaborador Invitado, publicado el 12 julio, 2023
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