¿Cambio climático o cambio global?

Por Colaborador Invitado, el 11 diciembre, 2019. Categoría(s): Divulgación • Ecología

Durante estos días se está celebrando en Madrid la COP25 (Conferencia de las Partes), órgano de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. En relación con lo que se está informando sobre esta reunión voy a intentar plantear y responder algunas preguntas sobre las que existe gran confusión. Antes creo conveniente aclarar la diferencia entre los términos Cambio Climático y Cambio Global.

Por Cambio Climático (mejor sería decir Calentamiento Global) se entienden las modificaciones en el clima producidas por un incremento de la temperatura media del planeta originado por las actividades humanas.  Cambio Global es el impacto que está teniendo en el planeta las actividades humanas de todo tipo. Otro término que resulta conveniente tener claro es el de polución o contaminación atmosférica que se utiliza para referirse a la presencia en el aire de materias (partículas o gases) que implican riesgo, daño o molestia grave para las personas. El CO2 en sí mismo no produce polución atmosférica, pero sí el monóxido de carbono (CO) que se genera en las combustiones.

¿Es el calentamiento global la mayor amenaza del Planeta?

La pregunta anterior presupone que el planeta es un ser vivo consciente que desea conservarse de una forma concreta para siempre. James Lovelock, autor de la hipótesis Gaia, trata el planeta como un ser vivo, pero, como el mismo aclara, lo hace para explicar que todos los fenómenos del planeta están interconectados. El planeta no es un ser consciente que persiga ningún fin y ha pasado por todo tipo de cataclismos: ha estado recubierto completamente de hielo (y no me refiero a las glaciaciones), ha sido bombardeado por meteoritos que han provocado grandes extinciones y ha estado cubierto en gran parte por lava. Seguirá existiendo de una u otra forma hasta que el Sol lo engulla o el calor del Sol lo achicharre de verdad.

Los perjudicados del calentamiento global son fundamentalmente los seres vivos, aunque no todos y no todos por igual. Incluso puede que haya zonas de la Tierra que se vean favorecías. Por ejemplo: las zonas por encima de paralelos 50 N (por dar una cifra), como la mayor parte de Canadá y Siberia, o los Países Nórdicos, incluso Polonia, las Islas Británicas o Alemania, es probable que temperaturas más altas le favorezcan. Zonas inhóspitas de Siberia y Canadá se harán habitables y harán accesible sus recursos, hasta habrá quienes se beneficien por el tráfico marítimo a través del Ártico.  Por el contrario, otras, como África y la Antártida experimentarán las peores consecuencias.

Muchas especies están desapareciendo y mientras otras proliferan. Para la mayoría de las especies existentes la mayor amenaza es el cambio global, es decir los seres humanos que cada vez ocupamos mayores extensiones de terreno, sobre todo por la práctica de la agricultura y para obtener más recursos naturales. Este fenómeno se daría, aunque no existiese el calentamiento global.  Generalmente cuando la actividad humana desaparece la biodiversidad aumenta, como ha ocurrido en la zona de exclusión de Chernóbil. La conservación de la biodiversidad es un tema complejo, invito al lector a profundizar en el tema en el sorprendente artículo: La paradoja de la conservación de la biodiversidad de Mark Vellend (Investigación y Ciencia. julio2019). Empieza con una síntesis: “Nuestro sentimiento de vínculo con la naturaleza ha influido en el modo en que se estudia la biodiversidad y ha llevado a la idea de que su pérdida resulta siempre perjudicial. No obstante, se sabe que la biodiversidad no está disminuyendo de forma generalizada: los descensos que se producen a escala global no suelen observarse a escala regional y solo ocurren en situaciones concretas a escala local. Además, esos cambios no se traducen siempre en una pérdida de las funciones y los servicios que nos ofrecen los ecosistemas. Los científicos deberían apartar los juicios de valor de la cuantificación de la biodiversidad o, por lo menos, indicar claramente cuándo sus conclusiones incorporan tales juicios

En resumen: el calentamiento global es una de las grandes amenazas para la especie humana pero no la única. El convertir al calentamiento global en la gran amenaza tiene el riesgo de que olvidemos otras amenazas igualmente importantes como:  La contaminación (no el cambio climático), según la OMS,  es responsable de 800.000 fallecimientos al año en Europa y casi 10 millones en el mundo,  la contaminación de las aguas mata a miles de personas en los países pobres (sobre todo por la trasmisión de enfermedades infecciosas mortales), la reducción de las existencias de agua potable, la enorme cantidad de basura que generamos (como la invasión de los mares por plásticos). Incluso reduciendo todo el CO2 que emitimos la mayoría de esas muertes se seguirían produciendo.

¿Son las emisiones de CO2 producidas por los combustibles fósiles las mayores responsables del calentamiento global?

Sobre esto hay un gran consenso, el efecto se ha puesto especialmente de manifiesto en los últimos 20 años (ver figura Fuente: https://climate.nasa.gov/evidence/). Hasta principio de la década de 1980 el fenómeno no empezó a estar claro pues, aunque se sabía que el CO2 producía efecto invernadero otros fenómenos actuaban en sentido contrario. Puede parecer paradójico pero la contaminación por polvo atmosférico enfría y contrarrestaba en parte el efecto de CO2 (así lo cuenta el libro Planeta Azul por Ramón Margalet), la mayor trasparencia del aire que afortunadamente se da ahora, debido a una disminución de la contaminación por partículas, favorece el calentamiento terrestre (obviamente la solución no es volver a contaminar más). Una imagen frecuente estos días en los medios es la foto del inicio del artículo, corresponde a torres de refrigeración que emiten vapor de agua. Se olvida que los gases de efecto invernadero (básicamente CO2 y metano) son incoloros, muchos de ellos emitidos por los tubos de escape impolutos de los coches.

Pero ¿quiénes son los que emiten CO2 y otros gases invernadero?

La respuesta según los medios es: EE UU, China y la India. Es una respuesta ignora un factor fundamental: el número de habitantes. Una respuesta justa es referirse a las emisiones per cápita, que la mostramos en la figura (elaborada a partir de datos del banco mundial y Datosmacro). Para facilitar la visión de los datos solo hemos incluido algunos países. No están, entre otros, los superemisores de CO2 que son los países del Golfo Pérsico y otro muy pequeños y ricos (Emiratos, Catar, Arabia Saudita, Singapur, etc.), ni los pequeños emisores que son la mayoría de los países pobres.]

Se puede comprobar que entre los grandes emisores están los que en los medios se presentan como ejemplos de buena política ambiental: Alemania, Noruega, Islandia o Nueva Zelanda. Alemania posee 7 de las 10 centrales de carbón más contaminantes de Europa, usan lignito y para extraerlo se está destruyendo uno de los mayores bosques primarios de Europa.

En cambio, los que se presentan como grandes emisores de CO2, como India y Brasil, están entre los que, per cápita, menos emiten (lo que no justifica la quema de la Amazonia). Francia emite la mitad que Alemania, y eso que sus centrales nucleares exportan electricidad a los países del entorno como Italia o Alemania (muy poca a España, en contra de la creencia general).

Las mayores emisiones de CO2 proceden del transporte (más del 30% en España si tenemos en cuenta trasporte terrestre, marítimo y aéreo). Los coches y trenes eléctricos no solucionan el problema, lo desplazan de lugar. Sus baterías se cargan de la red eléctrica que en su mayor parte procede de fuentes que emiten CO2. Además, los coches eléctricos consumen mucha energía para su fabricación y las baterías recursos muy escasos. Trasmitir la idea de que por ir en un coche eléctrico no se contamina es un error.

¿Es aceptable un  incremento de temperatura de 1,5 ºC?

Se estableció en el acuerdo de París de 2015, en la COP21, donde además se decía lo máximo de CO2 que se podían emitir. Nadie sabe hasta cuanto CO2 se puede emitir para que la Tierra se caliente 1,5 ºC, ni que con 1.5º el cambio climático es aceptable.  El clima es un fenómeno muy complejo y lleno de incertidumbres. James Lovelock, el ecólogo genial autor de la hipótesis Gaia (que por cierto ya ha sobrepasado los 100 años), en la Venganza de la Tierra anunciaba que probablemente ya habremos pasado la capacidad de absorción de CO2 por los mares (que es muy superior a la de las plantas) y que alcanzada la saturación entraremos en un comportamiento caótico.  Los efectos del cambio climático son ya evidentes y el incremento de temperatura en los últimos 20 años, en promedio, ha sido muy superior al de los últimos 100 años.

¿Hay solución?

A menudo se afirma que la mayor parte de los problemas del cambio global se resolverían si se obtuviese el 100% de la energía por fuentes renovables, en particular de energía solar y la eólica. Un 100%, incluso un 50%, basado en estas energías, requeriría una capacidad de almacenamiento gigantesco, en cuya fabricación se utilizan elementos escasos (como Li, Co o Cd) algunos concentrados en unos pocos países. Adicionalmente generarían subproductos altamente contaminantes además se ocuparía enormes extensiones de terrenos.

Normalmente se incluye como energía verde la biomasa que supuestamente es neutra en CO2. Esto es no es correcto. La combustión de biomasa no se diferencia de otros tipos de combustión. La contaminación de nuestras ciudades es en gran medida debida a las calefacciones y muchas utilizan biomasa con la idea de que es una energía limpia. Algo peor, se están destinando en África enormes extensiones de terreno para cultivar plantas de las que obtener combustibles como sustituto del petróleo, en zonas donde se necesita terrenos para alimentar a la gente. En Brasil se lleva haciendo desde hace años (se ha destruido zonas de la Amazonia para reemplazarlas por plantas con las que obtener etanol). La paradoja es que las formas naturales de fotosíntesis son muy ineficientes (menos del 2% de la radiación solar que recibe una planta se convierte en energía). La ingeniería genética permite mejorar sustancialmente la eficiencia energética de las plantas. El aumento de la superficie los bosques es una acción fundamental, los bosques son claros sumideros de CO2, no ocurre lo mismo con otros vegetales.

Aunque por arte de magia evitásemos el Calentamiento Global, persistiría el Cambio Global. Este va a continuar aumentando pues la población mundial continúa creciendo y, afortunadamente, la proporción de paupérrimos va disminuyendo. Los más pobres, al mejorar sus condiciones de vida, consumirán más energía y recursos que no pueden ser compensados por las mejoras en los tradicionales grandes derrochadores (EE UU, Alemania, Japón, …).

La forma de obtener energía desempeña un aspecto fundamental en nuestra relación con el Planeta. Si en el futuro tenemos energías más limpias (no existe la fuente completamente limpia, lo impide la segunda ley de la termodinámica) y baratas se podrá mejorar las condiciones para reducir la huella humana.

Bill y Belinda Gate junto con Warren Buffet, han creado la mayor fundación altruista del mundo, dan miles de millones de dólares a causas nobles. Su objetivo es centrarse en grandes problemas globales y buscarle una solución, para ello suelen convocar a los mejores científicos en distintas materias y les dotan de fondos para que encuentren soluciones a ciertos problemas, pero no les imponen el tipo de soluciones. Así han lanzado campañas mundiales contra la polio o contra las aguas contaminadas en países subdesarrollados (fuente de infecciones que originan las altas tasas de mortalidad del tercer mundo).

En 2006, siguiendo este método (que solo se pueden permitir estos mil millonarios), reunieron científicos con el fin de que encontrar una solución al tema energético. Después de más de una decena de años de investigación y cientos de millones de dólares gastados llegaron a la conclusión de que gran parte de la energía podría obtenerse de un tipo de reactor nuclear de nuevo diseño: El Terra Power (ver imagen), que usa como combustible uranio empobrecido, que se consideraba un residuo y del que hay miles de toneladas almacenadas. Dado del rechazo que en occidente causa “lo nuclear” encontraron un aliado en China, firmaron un acuerdo para construir el primer reactor Terra Power real, esperaban demostrar su éxito y extender su uso. En enero de este año Donald Trump se opuso al acuerdo en su lucha contra China y paró el proyecto.

Es necesario afrontar el problema energético integrando diversas tecnologías, las renovables son parte de ello, pero es un grave error ignorar el empleo de las centrales nucleares. Los modelos actuales son diseños de hace 50 o 60 años pero hay diseños como el Terra Power y otras centrales de cuarta generación que solventa gran parte de los problemas de las centrales nucleares. Creo que a más largo plazo será la fusión nuclear la solución, pero si se gasta dinero en investigación siguiendo varias líneas distintas (y no solo el modelo ITER) a lo mejor se produce el gran salto en pocos años.

El no incluir en la solución acciones que no se consideran verdes en el sentido que frecuentemente le dan muchas de las organizaciones ecologistas puede agravar las soluciones. El empleo de cultivos transgénicos también ayuda a un mejor uso de los recursos del planeta. (véase, por ejemplo, el caso de la oposición al “Arroz dorado” por Greenpeace denunciada por más de 110 Premios Nobel). Asumiendo que la única agricultura aceptable es la ecológica, ignoran que la agricultura ecológica requiere mayores extensiones de terreno para obtener los mismos alimentos y genera más emisiones de CO2.

Para hacer frente al Cambio Global se requerirá una acción global que implica el empleo de tecnologías que contribuyan a reducir la huella humana y entre estas no se pueden obviar la ingeniera genética ni la energía nuclear.

Tras los acuerdos que pomposamente se firmaron en la COP21 en París de 2015 la concentración de CO2 en la atmosfera continúa subiendo (más de 1 Gt en los últimos 4 años).  Ojalá tras el COP25 no ocurra lo mismo.

Este artículo nos lo envía Guillermo Sánchez León, Profesor en la Universidad de Salamanca y autor de más de 100 artículos y ponencias,  algunos de divulgación científica que podéis encontrar en su web. Guillermo ha escrito además varios artículos en Naukas que podéis disfrutar en el siguiente enlace.

 



Por Colaborador Invitado, publicado el 11 diciembre, 2019
Categoría(s): Divulgación • Ecología