¿Y si cambiamos la forma de medir el tiempo? Primera parte, el calendario

Por Carlos Chordá, el 1 abril, 2020. Categoría(s): Curiosidades
Adiós

Hace mucho tiempo, cuando era adolescente, devoraba todo lo que caía en mis manos que viniera firmado por el genial Isaac Asimov. Uno de esos textos tenía que ver con crear un calendario perpetuo, no como los que usamos ahora, que cambian año tras año. Podría buscarlo, pero prefiero no hacerlo, para que me influya lo menos posible.

La cosa es que se me ha ocurrido (no, no espero que nadie me haga el más mínimo caso, por supuesto, pero me parecía un entretenimiento interesante) cambiar la manera en que medimos el tiempo, porque yo lo valgo.

Empecemos por el año, por el calendario. Aquí dependemos, como bien sabéis, de la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Un año dura lo que tarda nuestro planeta en completar una órbita. Esto viene a ser 365 días y cuarto, o más en concreto 365 días, 6 horas, 9 minutos y 9,76 segundos. Del hecho de que el año no sea un número entero de días se deriva que necesitemos los años bisiestos.

Un año tiene doce meses: siete de ellos tienen 31 días (enero, marzo, mayo, julio, agosto, octubre y diciembre), cuatro de ellos 30 (abril, junio, septiembre y noviembre) y queda febrero, que tiene 28 días o 29, en el caso de que caiga en bisiesto. Un sinvivir, con el pobre febrero generalmente tres días más breve que la mayoría de los meses. Mal, señores.

Rompamos con todo. Diez meses de 36 días, y adiós a la nomenclatura tradicional. Llamémosles primero, segundo, tercero… décimo; menos romántico, pero más útil, qué caramba. ¿Y los cinco días que faltan? (Aquí recuerdo algo de lo que contaba Asimov, que proponía 5 días festivos, aunque no dónde los colocaba. Se podrían insertar entre meses; si hay diez meses, hay diez huecos (diez, al terminar décimo comienza primero). Podrían ir al finalizar cada mes impar.

¿Y los años bisiestos? Siguen siendo necesarios, claro, para que no se nos desajuste el año. Podemos seguir con el algoritmo actual, que directamente copio de la Wikipedia (también propongo cambiar la numeración de los años, lo digo luego):

Un año es bisiesto si cumple los siguientes criterios:

Es bisiesto si es divisible entre 4.

Pero no es bisiesto si es divisible entre 100.

Pero sí es bisiesto si es divisible entre 400. (2000 y 2400 sí son bisiestos son divisibles entre 100 pero también entre 400. 1900, 2100, 2200 y 2300 no lo son por que solo son divisibles entre 100).

(Evidentemente la complicación se deriva del hecho de que el año no es exactamente 365 días y cuarto).

Bien, si el año es bisiesto añadamos un día al último mes del año, al décimo. ¿Laborable o festivo? Festivo, vaya pregunta.

Vale, nos quedan diez meses de 36 días, más cinco (o seis) días intercalados entre ellos. ¿Qué hacemos con las semanas?

Empecemos con la semana, que sufre un cambio radical: la mayoría de ellas dejan de tener siete días y pasan a tener seis. Estas semanas dejarían de ser semanas, al menos desde el punto de vista etimológico, ya que semana deriva del latín septimania, y este de septem, siete. Pero sigamos llamándolas así, por dejar algo a la fuerza de la costumbre. Es el momento de echar un vistazo al calendario propuesto:

Año 1
PRIMERO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
7
SEGUNDO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
TERCERO
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
7
CUARTO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
QUINTO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
7
SEXTO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
SÉPTIMO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
7
OCTAVO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
NOVENO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
7
DÉCIMO
A
1
2
3
4
5
6
B
1
2
3
4
5
6
C
1
2
3
4
5
6
D
1
2
3
4
5
6
E
1
2
3
4
5
6
F
1
2
3
4
5
6
X

Como veis, todas las semanas tendrían seis días, excepto las últimas de los meses impares y los años bisiestos, la última del mes décimo. En el calendario van en negro los días laborables y, en rojo los festivos. No me digáis que no empieza a convenceros: las semanas de seis días constan de cuatro laborables y dos festivos (el fin de semana), las de siete son como las actuales. Excepto, me lo vais a permitir, la última del mes décimo, que cuando no es bisiesto es de seis días, y cuando es bisiesto, con el día X añadido, tiene tres festivos.

No hay sitio para más festivos, pero no nos olvidemos de que deberíamos disfrutar de vacaciones, que son muy necesarias. Al final trabajaríamos menos días que ahora, pero ya nos lo merecemos ¿no os parece? Esta propuesta es progreso, señores.

Desaparecen, no podía ser de otra manera, los tradicionales y bonitos nombres de lunes, martes… todo sea por la modernidad. ¿Qué día es hoy? En la nueva época, la respuesta será A3, F7 o C4. Sí, como si estuviéramos jugando a los barcos. ¿Y la fecha? Sencillo; ahí va un ejemplo: D2-tercero- 12D2 es el día del mes (también va indicada la semana con la letra), tercero el mes, 12 el año. ¿Solo 12? Sí, solo, lo cuento un poco más abajo. Vale, es complicado, pero uno se adapta pronto. Recordad, y esto no vale para los más jóvenes, el cambio de la peseta al euro.

Puestos a romper, rompamos. Si el año tiene un motivo astronómico, el comienzo del año debería ser un día señalado astronómicamente. Aquí voy a tirar de nortecentrismo, si me permitís el palabro, y voy a proponer que el año comience con el solsticio de invierno del hemisferio septentrional (de verano en el meridional): por un lado porque es un día cercano al 1 de enero del antiguo calendario (caramba, he escrito antiguo: me estoy viniendo arriba), y por otro porque el Sol vuelve a vencer a la oscuridad y los días comienzan a ser más largos.

Y una última ruptura con lo establecido, que no quiero parecer pusilánime. Al implantarlo, que comience siendo el año 1. Todo lo sucedido hasta ahora pasará a ser conocido, para no confundir (más) con la fecha establecida hasta ahora. Por ejemplo, el nacimiento de Naukas (inicialmente Amazings) seguirá siendo, a todos los efectos, el 3 de julio de 2010.

En una próxima entrega me cargo las horas tal y como las conocemos.

 



Por Carlos Chordá, publicado el 1 abril, 2020
Categoría(s): Curiosidades