Aquí va una nueva entrega de Ciencia de tronos, una serie de posts en la que combinamos Juego de tronos con Ciencia, para hablar de los más diversos temas. Hemos hablado de Geología en el post titulado Rocadragón; de Biología en Nymeria; de Medicina en Psoriagrís; y la semana pasada volvimos a los asombrosos animales que habitan nuestro mundo en Arya. Hoy nos quedamos en los animales de nuevo, pero cambiando radicalmente la temática. ¡Ojo! Aunque intentaré que no haya spoilers muy grandes en el texto, es inevitable tener que recurrir a escenas de la serie o de los libros, por lo que alguno se puede colar. Advertidos quedáis, leed bajo vuestra responsabilidad. Winter is here, pero este post no es precisamente frío.
Ciencia de tronos V. Dracarys
Hoy vamos a hablar de dragones, esas criaturas mitológicas, protagonistas de tantos cuentos, historias y mitos, que han vuelto a la actualidad tras haber aumentado su protagonismo en Juego de tronos. Este post será pura especulación biológica en cuanto a que los dragones no existen, pero lo usaremos para descubrir un poco de la ciencia que hay en Drogon, Rhaegal y Vyserion, los hijos de Daenerys Targaryen.
Para ello tenemos que empezar por el principio. En la primera temporada, en el capítulo uno, tiene lugar la boda entre Daenerys Targaryen y Khal Drogo, que convierte a la chica en Khaleesi de los dothrakis. En dicha boda, el Magister Ilyrio Mopatis, que había estado protegiendo a Danny y a su hermano, le regala a la chica tres huevos de dragón supuestamente «petrificados». Pero claro, en ningún lugar se cita como es de dura la cáscara de un huevo de dragón cuando no está petrificado, por lo que es probable que la consistencia pétrea de estos huevos solo fuera una interpretación errónea y en realidad los huevos fueran así de duros de forma natural.
«La superficie del huevo estaba cubierta de escamas diminutas y, cuando le dio vueltas entre los dedos, brillaron como metal pulido a la luz del sol poniente. Uno de los huevos era de color verde oscuro con motilas de bronce que aparecían y desaparecían al moverlo. Otro era de color crema con vetas doradas. El último era negro, negro como el mar de medianoche, pero con remolinos y ondulaciones escarlata que parecían darle vida.»
Canción de Hielo y Fuego 1. Juego de tronos. George R. R. Martin.
Según esta descripción los huevos estaban cubiertos de escamas pequeñas, aunque en la representación visual que vemos en la serie de televisión estas escamas no son precisamente pequeñas sino más bien grandes, lo que le da un aspecto muy peculiar a estos huevos. En el mundo real, no existen huevos con escamas, pero esta característica nos da pie a que expliquemos la diferencia entre los huevos con cáscara y los huevos sin cáscara. Los vertebrados más primitivos, peces y anfibios, ponen huevos sin cáscara, llamados huevos anamniotas por carecer de una capa que recubre al embrión, y que recibe el nombre de amnios. Estos huevos pueden desarrollarse perfectamente sin esta capa y sin cáscara protectora, pero para ello tienen que estar en el agua; de hecho los grupos que los ponen tienen dependencia total del agua para reproducirse. En este medio, el huevo puede liberar a través de su membrana sustancias de desecho como el amoniaco que serían tóxicas de acumularse en su interior.
La aparición del huevo amniótico o amniota, es decir, con cáscara, supuso un gran avance evolutivo que permitió a muchos organismos independizarse del agua, ya que estos huevos cuentan con características que les permiten sobrevivir perfectamente en tierra. La principal es la presencia de una cáscara dura, robusta, pero porosa para permitir el intercambio gaseoso, que los protege principalmente de la desecación y del ataque de microorganismos. También cuentan con una capa llamada alantoides en su interior, que facilita la respiración y proporciona un lugar para depositar los desechos que se van produciendo durante el desarrollo. El alantoides es una membrana que se forma por evaginación del aparato digestivo del feto o embrión. En reptiles y aves, el alantoides tiene funciones excretoras, ya que actúa como un depósito de desechos nitrogenados, como pueden ser cristales de ácido úrico, y también funciones respiratorias. En cualquier caso la aparición de este tipo de huevos supuso una gran ventaja que permitió a muchos seres colonizar los medios terrestres e independizarse casi totalmente del agua.
La cáscara de los huevos de reptil, en general, es resistente, pero blanda y deformable, lo que no quita que esté perfectamente adaptada para ser puestos en tierra firme sin que se produzca deshidratación. Existen excepciones de huevos de cáscara dura en los reptiles, por ejemplo en el grupo de los quelonios, es decir, las tortugas. También hay reptiles ovovivíparos, pero no nos desviemos del tema. Fue en este grupo, en los reptiles, donde ocurrió la revolución de la que hablamos: la aparición del huevo amniota, con cáscara, que permitió a los vertebrados expandirse por medios terrestres sin tener que volver al agua a realizar la puesta, como ocurría con los anfibios. En cuanto a las aves, la estructura que compone la cáscara del huevo suele variar según las especies, y se puede decir que es una matriz de proteínas mezclada con cristales de sales minerales, como el carbonato de calcio. De la cantidad de sustancias minerales y de la naturaleza de éstas que tengan los huevos, así como del tamaño y grosor del huevo, dependerá su dureza o fragilidad. En este sentido, los huevos de los dragones de Juego de tronos son más parecidos a los de las aves actuales que a los de los reptiles, y las escamas duras que los recubren deben tener un alto contenido en minerales, lo que les daría la dureza que los hizo pasar por petrificados.
En este post escribí sobre la gran variedad de huevos peculiares que se pueden encontrar en nuestro planeta, y quizás de entre ellos, los huevos de casuarios y emús tienen un parecido realmente asombroso con los de la ficción. Los de casuarios, Casuarius casuarius, son de un color verde muy llamativo, pero con muchos poros, mientras que los de emús, Dromaius novaehollandiae, son de color verde oscuro, casi negro. En ambos casos se trata de huevos muy atractivos esteticamente, oscuros y grandes, rondando los 12 cm de longitud. Los huevos de estas dos aves australianas, se comercializan como elementos decorativos, el mismo fin con el que se los regaló Illyrio a Danny, supuestamente. Para ello solo hay que vaciarlos y limpiarlos. Existe un tipo de artesanía ligados a estos huevos, puesto que se pueden trabajar manualmente. De esta manera se fabrican gran cantidad de elementos artesanales como lámparas o cuencos. Además admiten muy bien la técnica del grabado, con resultados bastante espectaculares, ya que su cáscara está formada por tres capas, cada una de diferente color, siendo, en el caso del emú, la capa más profunda blanca, la intermedia de color azul-verdoso claro y la externa de color verde oscuro. Tan solo con cambiar la profundidad del grabado se logran diferentes colores.
De los huevos de Daenerys Targaryen salieron tres pequeños dragones al final de la primera temporada, en uno de los capítulos más emotivos de la serie, convirtiendo así a la Khaleesi en Madre de Dragones, otro título que ella llevará con orgullo y recordará a todo el mundo cada vez que tenga oportunidad.
«El dragón color crema y oro mamaba de su pecho izquierdo, y el verde y bronce del derecho. Los sostenía a ambos en los brazos, como si los acunara. El negro y escarlata estaba enroscado en torno a sus hombros, con el cuello largo y sinuoso bajo su barbilla. Al ver a Jorah, alzó la cabeza y clavó en él ojos rojos como carbones.«
Canción de Hielo y Fuego 1. Juego de tronos. George R. R. Martin.
Fijémonos que los colores de los tres dragones coinciden con los que tenían las cubiertas de los huevos que los contenían. Así, Viserion tiene escamas de color crema, aunque sus cuernos, huesos de las alas y cresta espinal son de color dorado. Sus dientes son negro brillante y sus ojos son dorados. A menudo se le conoce como el dragón blanco, por su color crema, más claro que el de los otros dos. Rhaegal tiene escamas de color verde oscuro y bronce y sus ojos son de este mismo color bronce también. Las escamas de Drogon son negras, con tonos de color rojo sangre en las alas y algunas otras zonas de su cuerpo. Sus ojos también son rojos. Es el más grande y agresivo de los tres y desde pequeño ya empezó a marcar esta diferencia. Los nombres de los tres dragones tienen un significado muy importante para Daenerys, ya que el primero es en honor a su hermano Viserys, el segundo, en honor a su otro hermano, Rhaegar, y el tercero en homenaje a su marido Khal Drogo. Por los nombres podemos deducir que los tres dragones de Danny son machos, pero no está tan claro como funciona el sexo de los dragones, y la partenogénesis tiene mucho que ver en su mecanismo de reproducción, pero de ello ya hablamos en este post de Genética de tronos, donde Tyrion investigaba sobre el sexo de los dragones.
Las escamas que le dan color a nuestros tres protagonistas están hechas de queratina, al igual que el pelo, las plumas, los cuernos, las pezuñas y las uñas de otros vertebrados, y forman parte de una de las capas de su piel, la epidermis. La queratina es una proteína fibrosa, rica en azufre, de la que hay dos tipos: queratina-α y queratina-β. La primera de ellas es la que se encuentra en las escamas, mientras que la segunda se encuentra, por ejemplo, en las telas de araña. La forma de estas escamas podría haber evolucionado para mejorar la aerodinámica de los dragones, de una forma similar a los dentículos dérmicos de los tiburones, que son escamas pequeñas en forma de V, pero de origen dérmico, que reducen la resistencia al agua y favorecen la hidrodinámica, permitiendo a estos peces nadar más rápido. Las escamas epidérmicas de los reptiles, dieron lugar a lo largo de la evolución a las plumas y al pelo. La muda o ecdisis es el proceso por el que los lagartos y serpientes van renovando su piel, permitiendo el crecimiento del animal, y evitando también parasitos que se hayan adherido a la piel antigua. No hemos visto las mudas de los dragones, ni hemos leído que usen este mecanismo, pero encontrarse con los restos resecos de una piel de dragón sería impresionante. En reptiles como los cocodrilos, que cuentan con escamas no articuladas, no se produce este fenómeno, así que lo más probable es que los dragones de Juego de tronos no muden. De hecho las escamas de Drogon, Vyserion y Rhaegal, al menos lo que hemos podido observar cuando son adultos, no están imbricadas como en lagartos y serpientes, sino que más bien son como las de los cocodrilos, en forma de placas. En estos grandes reptiles las escamas no se solapan entre sí, sino que están sobre unas estructuras óseas llamadas osteodermos. Los osteodermos si están solapados y cumplen una importante función protectora en ellos.
De los cinco tipos de vertebrados que existen en nuestro mundo: peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, está claro que los dragones tienen que clasificarse en el grupo de los reptiles, puesto que peces y anfibios quedan descartados por la puesta de huevos anamniotas que comentábamos antes, y aves y mamíferos también podemos tacharlos, ya que los dragones no tienen ni plumas ni pelo. El grupo natural en el que clasificar a los dragones es el de los reptiles, donde concuerdan perfectamente la mayoría de las características de los hijos de Daenerys. Es cierto que los reptiles actuales no alcanzan el tamaño que tienen los dragones de Danny en la temporada actual, pero sabemos que existieron reptiles que llegaron a alcanzar tamaños descomunales en algunos de los distintos grupos de dinosaurios. De hecho, es posible que el mito de los dragones tenga su origen en la aparición de fósiles de dinosaurios, algunos de gran tamaño, que en la imaginación de gentes de todo el mundo se convirtieron en dragones, cuyas representaciones a veces son bastante parecidas a la de los reptiles prehistóricos. En la actualidad, los dragones también dan nombre a muchos seres que habitan nuestro planeta, como ya contamos en este post aquí en Naukas.
Hemos visto que el tamaño de los dragones de Daenerys ha ido aumentando en cada una de las temporadas de la serie, hasta alcanzar aproximadamente unos 61 m en la actual, aunque aún ni siquiera el más grande de los tres, Drogon, ha alcanzado el tamaño del mayor de los dragones de Poniente, Balerion, el Terror Negro, del que se dice que Drogon es su reencarnación. Balerion llegó a medir hasta 76 m. Es posible que Drogon y sus hermanos lleguen a esa medida, si no mueren en la guerra que está por venir, ya que sabemos que los dragones no dejan nunca de crecer mientras estén vivos. La cara que se le quedó a Jaime y a Bron cuando vieron llegar a Daenerys sobre Drogon en el capítulo 7×04 fue de autentica sorpresa y pánico. El gran tamaño del reptil influyó bastante en ello. Recordemos que el animal más grande que existe en nuestro planeta, la ballena azul, mide unos 31 m, y algunas de las especies más grandes de dinosaurios que han pisado la Tierra, como Amphicoelias, Argentinosaurus, Puertasaurus, Dreadnoughtus o Patagotitan, medían un poco mas de 30 m. (Faltan datos para sustentar la afirmación de que Amphicoelias podría haber alcanzado hasta los 60 m). La ballena nada en el océano para poder sustentar semejante tamaño, mientras que los dinosaurios saurópodos andaban sobre la tierra, sin embargo, Drogon, Rhaegal y Viserion, a pesar de su impresionante tamaño, vuelan.
Pero ¿cómo pueden volar semejantes bestias?. Las aves consiguen aligerar peso, estando prácticamente vacías, o lo que es lo mismo, estando llenas de aire, gracias a unos sacos aéreos repartidos por todo el cuerpo y conectados a los pulmones y teniendo huesos huecos. De esta manera pueden disminuir mucho su peso. El número de sacos aéreos en las aves puede variar, teniendo éstas entre siete y catorce, aunque la mayoría cuentan con nueve: uno interclavicular, dos cervicales, dos en la zona anterior del tórax, dos en la zona torácica posterior y dos abdominales. Recordemos que las aves son dinosaurios que han evolucionado hasta las formas actuales y han sobrevivido hasta nuestros días, y que algunos reptiles actuales, incluso no voladores, también cuentan con este sistemas de sacos aéreos, por lo que podemos especular que en los dragones también existieran estas estructuras. Entre las funciones de éstos estarían evitar el sobrecalentamiento de algunos órganos internos en estas grandes bestias debido al esfuerzo del vuelo, ayudar a la respiración, aligerar el peso del animal y controlar la altura en el vuelo, de forma similar a como los peces usan su vejiga natatoria para controlar la flotabilidad en el agua. Contar con estos sacos llenos de algún gas menos denso que el aire, como por ejemplo el metano, o directamente de aire, claramente ayuda a mantener a estos colosos en el cielo. La forma de respiración de los dragones también podría ser similar a la de las aves, con un flujo de aire unidireccional en sus pulmones. Esto quiere decir que los pulmones de dragón, como los de las aves y los de algunos dinosaurios, tienen una zona de entrada de aire y una zona de salida, a diferencia de los pulmones de la mayoría de los vertebrados terrestres, donde el flujo es bidireccional con un único lugar, los bronquios, por donde entra y sale el aire.
Hemos visto crecer a los hijos de Daenerys en Juego de tronos, desde que eran unas crías adorables. Cada vez que nos los mostraban en una nueva temporada, el tamaño había cambiado. Por ejemplo, nos impresionó bastante cuando Drogon campaba a sus anchas mientras su madre estaba en Mereen. Ahí pudimos ver por primera vez la impresionante envergadura que alcanzaban estos magníficos animales, causando el pánico entre hombres y ganado. Las enormes alas de Drogon se desarrollan a partir de las extremidades anteriores mediante el alargamiento de los dedos y la existencia de una membrana interdigital, llamada patagio, que utilizan como superficie sustentadora. El patagio ya ha aparecido evolutivamente varias veces en los reptiles, por ejemplo en el grupo de los extintos pterosaurios, que son los animales voladores reales más grandes conocidos. Atendiendo a los fósiles encontrados, sabemos que algunas especies de Quetzalcoatlus, como Q. northropi, alcanzaban una envergadura de unos 10 u 11 metros. Se supone que estos animales eran planeadores, ya que la relación de aspecto de sus alas, largas y estrechas, reducirían considerablemente su maniobrabilidad. Las alas de Drogon y sus hermanos son más grandes y anchas, por lo que su vuelo es muy diferente al de los pterosaurios. Las aves actuales tienen en sus alas un propatagio, que es un pliegue triangular de la piel, entre las articulaciones del hombro y del carpo. Otros pequeños repliegues de piel en las alas de los pájaros son el patagio alular, el postpatagio y el metapatagio.
La extinta águila de Haast, Harpagornis moorei, puede darnos un modelo parecido a los dragones, salvando su tamaño. Esta rapaz que habitaba en Nueva Zelanda podía llegar a pesar más de 15 kg, pero su envergadura era pequeña con relación a su tamaño, midiendo entre 2,6 y 3 metros. Se supone que gracias a ello podía maniobrar en el entorno de bosque y matorral en el que vivía. A Drogon ya lo hemos visto zigzaguear entre el ejercito de los Lannister en una impresionante escena que nos dejó boquiabiertos frente a la televisión.
La estructura ósea de sus alas sigue la típica de los vertebrados tetrápodos, el llamado miembro quiridio. Ésta consiste en un hueso largo cuyo extremo anterior se articula con la cintura escapular en este caso, y el posterior con un juego de dos huesos en paralelo, que a su vez lo hacen con un conjunto de huesos pequeños que forman la articulación para los dedos. Las tres regiones que podemos encontrar en este tipo de articulación cuando configuran un brazo (o en este caso un ala) son: Región proximal o estilopodio, que está compuesta por el húmero; región media o zeugopodio, formado por un par de huesos paralelos que en este caso son el radio y el cúbito o ulna; y región distal o autopodio, formado por la articulación de los dedos y los propios dedos, en este caso los carpos (basipodios), metacarpos (metapodios) y falanges (acropodios). Al igual que ocurre en los quirópteros, murcielagos y zorros voladores, los metacarpos y las falanges se han alargado para sustentar el patagio que conforma el ala, como adaptación al vuelo. Cuando los dragones de Daenerys caminan por el suelo, como pudimos ver por ejemplo cuando Tyrion bajó a liberar a Viserion y Rhaegal, o cuando Drogon bajó a las arenas de combate, lo hacen a cuatro patas, usando las alas para apoyarse en el suelo, del mismo modo que caminan los murciélagos en tierra.
Recapitulemos para fijarnos en la anatomía de los dragones y comprobar que todas las estructuras corporales con las que cuentan existen en seres de nuestro mundo. La estructura ósea de estos animales se compone de un cuerpo no demasiado grande con patas fuertes y gruesas y hombros anchos formando su cintura escapular, de la que sobresale un cuello muy largo con una cabeza grande. Para compensar, la cola también es larga y fuerte. Las alas, como hemos comentado anteriormente son muy anchas y grandes. Para permitir el vuelo cuentan con huesos muy fuertes, huecos y ligeros, y la musculatura es muy potente y poderosa. El pecho del Drogon es amplio puesto que en su quilla, una extensión del esternón, se insertan los músculos pectorales. Los pectorales son dos, el pectoral superficial o pectoral torácico y el pectoral profundo o pectoral supracoracoideo. El primero de ellos se origina en la quilla y en la clavícula y se inserta en el húmero, actuando como depresor de las alas durante el vuelo. El pectoral profundo se origina también en la quilla y desarrolla un tendón que se inserta en la superficie dorsal del extremo proximal del húmero y actúa como elevador de las alas. Éste funciona utilizando un sistema similar a una polea para elevar las alas, mientras que los pectorales proporcionan la potencia para bajarlas. Para entendernos, este conjunto de músculos es lo que vulgarmente conocemos como pechuga. Debemos suponer que debido a lo escasos que son los dragones en Poniente su carne debe ser muy apreciada, y, aunque no lo veamos en la serie, seguramente que habrá algunos cocineros y gourmets de ese mundo que estarían deseando meter mano a un muslo o pechuga de dragón. Cabe recordar que en algunas aves voladoras la masa pectoral supone aproximadamente un 15 % del peso vivo de éstas. En las propias alas nos encontramos otros músculos, como los biceps, los extensores y los flexores alares, que también deben ser muy potentes en estos animales.
En el capítulo 7×05 pudimos ver un acercamiento entre Jon Nieve y Drogon, cabalgado por Daenerys, en el que se apreció con mucho detalle la cabeza del dragón. La enorme boca llena de puntiagudos y afilados dientes, recuerda mucho a la de los cocodrilos, pero con dientes menos bastos y mas agudos. En los reptiles, al igual que en los anfibios, los músculos de la masticación forman una masa única que se diferencia en dos partes: una situada por fuera de la mandíbula y otra situada por dentro del hueso, mientras que en los mamíferos el músculo lateral se diferencia en el masetero y el temporal, y el músculo medial se diferencia en el pterigoideo medial y el pterigoideo lateral. Las mandíbulas de Drogon y sus hermanos, deben tener unos músculo masticadores bastante fuertes, así pueden triturar, desgarrar y machacar fácilmente los huesos de sus presas. Supongo que también hacen honor a la capacidad de morder y no soltar a su presa que tienen muchos reptiles, debido a que estos músculos se quedan un buen rato contraídos. Algunos estudios indican que la mordedura más potente del reino animal pertenece al grupo de los reptiles, ya que parece que la ostentan algunas especies de cocodrilos extintas, y el animal vivo con la mordida más potente es el cocodrilo marino, Crocodylus porosus.
En esta escena también se aprecian perfectamente los labios y la lengua de Drogon, lo que nos remite de nuevo a la primera frase del párrafo que pusimos anteriormente sobre el nacimiento de los dragones -«El dragón color crema y oro mamaba de su pecho izquierdo, y el verde y bronce del derecho. – Se supone que los dragones mamaban del pecho de Daenerys, cosa que es bastante difícil, teniendo en cuenta que los labios de los reptiles (y de los dragones) son más bien rígidos y la lengua alargada, sería imposible que se ajustaran a los pezones para succionar de éstos. Con sus pequeños dientecillos también le harían bastante daño a su madre. Además, los reptiles tampoco producen lactasa para poder digerir la leche. Afortunadamente en la serie no pusieron a los dragones mamando de Daenerys. El hocico de Drogon cuenta con dos fosas nasales de gran tamaño, para poder ventilar bien sus pulmones durante el vuelo o para poder producir la reacción que provoca la llamarada, de la que hablaremos más adelante. Sus ojos son pequeños y cuentan con una membrana nictitante, también llamada tercer párpado, que es una telilla transparente o translúcida que puede cerrarse para proteger al globo ocular y mantenerlo húmedo por debajo de los párpados principales, mientras se mantiene la visibilidad, por ejemplo durante el vuelo. De la cabeza salen cuatro grandes cuernos hacia atrás y dos más pequeños, así como un montón de espinas córneas, que se extienden por su cuello, espalda y cola. En este sentido su aspecto es muy parecido al de los lagartos cornudos del género Phrynosoma, que también cuentan con estas protuberancias en su cabeza. Las espinas de la parte dorsal y ventral del cuello, de la espalda y de la cola recuerdan bastante a las de las iguanas. En Drogon, el resultado de esta mezcla de características es aterrador, sobre todo por los dientes, aunque Jon Nieve aguantó el tipo muy bien y tirando de su supuesta sangre Targaryen le tendió una mano, y el dragón se dejo acariciar.
Por cierto, ya que hemos hablado de cabezas y anteriormente también de Balerion, el Terror negro, en el episodio 2×07 pudimos ver el cráneo de este enorme dragón, gracias a Cersei Lannister y Qyburn, que no dudaron en destrozar semejante reliquia disparándole con su Escorpión. Comparándolo con la estatura de Cersei, podemos apreciar que el tamaño de este gigante no dista mucho del que ha alcanzado ya Drogon. En este majestuoso cráneo se aprecia la naturaleza ósea de los cuernos de los dragones, ya que estas protuberancias forman parte de su estructura. En la primera temporada vimos otro cráneo enorme al lado de Arya, pero la forma distaba mucho de parecerse a éste, que es similar a la forma que tienen las cabezas de los tres dragones vivos. El que aparecía al lado de Arya posee unos dientes enormes, que sobresalen del resto de la dentadura y los cuernos también se encuentran en diferente posición. Al ver lo ridículamente pequeñas que se ven Arya o la reina Cersei al lado de estos esqueletos, podemos comprobar una vez más que tanto Balerion, como Drogon, Viserion o Rhaegal, pueden despacharse a cualquier persona como si fuera un pequeño aperitivo, lo que nos lleva a pensar sobre si sería mejor morir devorado por una de estas bestias o achicharrados por su aliento. En el episodio 5×05 uno de los maestros esclavistas probó las dos formas a la vez.
Pasemos ahora a hablar del fuego de dragón. Y no podemos sino recordar que el lema de la casa Targaryen es «Sangre y fuego«, y así quedó claramente demostrado en el episodio 4×07, que creo que tiene el récord de personas quemadas por fuego en una obra de ficción; el ejercito Lannister lo vivió en sus propias carnes. Y dejando ya los juegos de palabras, es precisamente de carne de lo que se alimentan los dragones. Como quedó demostrado en las primeras temporadas, cuando los dragones aún eran pequeños, prefieren que la carne esté al menos un poco hecha, como nos gusta a nosotros los humanos, por cierto, y por ello usan su fuego para «cocinarla». ¿Pero, cómo producen fuego los dragones? ¿Es esto posible en el mundo real? ¿Algún animal lo hace? Volvamos a la especulación y pensemos que por modificación de alguno de los sacos aéreos con los que en teoría cuentan, se formen lo que podemos llamar las glándulas o sacos de fuego, donde se produce y/o almacena gas (metano, hidrógeno…) y que podrían estar situadas en el cuello. El metano se puede obtener de la propia digestión del alimento, aunque no veo claro como pasaría dicho gas a ser almacenado en las glándulas de fuego del cuello desde el intestino donde se produce.
Otra forma de producir el fuego es mediante la combinación de etanol y ácido sulfúrico, que dará lugar a la formación de éter dietílico o dietiléter (C2H5)2O, un compuesto orgánico altamente inflamable. El dietiléter puede ser sintetizado por algunos organismos, como los hongos del género Aspergillus, usando la enzima citocromo P450 oxidasa, por lo que no sería extraño que los dragones también pudieran fabricarlo. De Rhaegal se dice que es el más dormilón y perezoso de los tres dragones. Quizás el por qué pasa gran parte de su tiempo dormitando y descansando, sea un efecto secundario del éter dietílico, que también se utiliza como anestésico, aunque debido a su alta inflamabilidad y su bajo punto de ignición no es de uso común en laboratorios. Imaginemos pues colonias de microorganismos, como levaduras y bacterias, viviendo en simbiosis con los dragones, en el interior de los sacos de fuego, y produciendo como desecho, etanol, mediante fermentación las primeras, y ácido sulfúrico las segundas. Tendríamos el caldo de cultivo biológico perfecto para originar el poderoso fuego de los dragones. Daenerys Targaryen no tiene más que gritar –¡Dracarys!– para que sus escamosos chiquillos se pongan a escupir fuego como locos. Esta palabra, que proviene del Alto Valirio, no quiere decir otra cosa más que «fuego de dragón«. Los dragones, literalmente, obedecen la orden de Danny y expulsan su fuego a los pobres desgraciados que osen ponerse delante y contradecir a la Khaleesi. Las escenas en la que la hemos visto dar esta orden son muy potentes en pantalla, aunque algunos personajes como Pyat Pree, los maestros esclavistas, el ejercito Lannister o a los Tarly no creo que tengan la misma opinión que nosotros.
En cuanto a si hay algún animal que produzca fuego, la respuesta es no. No conocemos ningún caso en el que esto ocurra. Quizás lo más cercano es lo que hacen los increíbles escarabajos bombarderos, entre los que hay varias especies, que para defenderse cuentan con glándulas secretoras que producen y expulsan compuestos muy tóxicos que pueden llevar ácidos, aldehídos, fenoles y quinonas. La mayoría de los carábidos son capaces de disparar estos venenos con fuerza, en forma de aerosol. Estos escarabajos, a la vez que descargan su veneno, producen una explosión, y el líquido llega a alcanzar los 100º C de temperatura por la reacción exotermica que se produce. Sus glándulas tienen dos compartimentos separados con diferentes compuestos; al dispararse, se mezclan las sustancias, sobre todo hidroquinonas y peróxido de hidrógeno, y se libera oxígeno, el cual a su vez oxida las hidroquinonas, que se activan produciendo el efecto spray en el disparo. Algo así podríamos imaginarnos en las glándulas de fuego que comentábamos anteriormente para los dragones. Algunas especies de escarabajos bombarderos con estas capacidades son Stenaptinus insignis y Pheropsophus aequinoctialis.
Terminamos la descripción de las características con la cola de los dragones, que es alargada y no demasiado gruesa, acabando en una forma plana un poco más ancha, que recuerda mucho a la cola de Desdentao, el dragón sombra nocturna de la película «Cómo entrenar a tu dragón». Claramente su función es ejercer de timón y estabilizar al animal durante el vuelo, como pudimos ver en esta película de dibujos animados, en la que el animal sufre un daño en la cola que tiene que ser reparado por la pericia del protagonista, que por cierto también se convierte en un jinete de dragones como Daenerys Targaryen. Este tipo de terminación de la cola, en forma de rombo, ovalo o aleta, que podemos apreciar en Desdentao y nuestros dragones de Juego de tronos ayuda a mantener la dirección durante el vuelo y la evolución los ha dado lugar a estructuras semejantes en algunos pterodáctilos, como Dimorphodon y Rhamphorhynchus.
No sabemos como terminará la historia de estas magníficas bestias, Drogon, Viserion y Rhaegal, pero esperemos que salgan bien parados de las guerras que les quedan por librar, porque estos carismáticos animales nos han llegado al corazón, y al igual que Daenerys los considera sus hijos, también son un poquito hijos de todos los que seguimos esta maravillosa serie: Los vimos nacer al final de la primera temporada, dejándonos a todos con la boca abierta. No medían mas que un cuervo y se posaban en el hombro de se madre, como lo hacen estas aves. Durante la segunda temporada aprendieron a obedecer la orden ¡Dracarys! mientras que los veíamos saborear carne a la brasa y tenían el tamaño de un gato medio. Aún así de pequeños ya quemaron al brujo en la Casa de los Eternos.
En la tercera temporada los dragones habían alcanzado ya el tamaño de un perro grande, y acompañaban a su madre en las reuniones importantes. Como curiosidad podemos comentar que los creadores de la serie contaron en el «como se hizo» que para hacer el sonido de los dragones usaron el que producían dos tortugas copulando. De la misma manera, para el llanto de Drogon cuando fue usado como moneda de cambio – de mentira – para comprar el ejercito Inmaculado, utilizaron la mezcla de los sonidos de varios animales, como delfines, aves, focas, leones y algunos otros. Fue épico verlo quemar al esclavista que lo sujetaba de la cadenita en esa escena. Cuando los volvimos a ver ya estábamos en la cuarta temporada y habían vuelto a crecer. En una de sus escenas estaban peleando como si fueran dragones de Komodo disputándose un trozo de carne, y pudimos recrearnos un poco más en su aspecto. Debido a este aumento de tamaño, los dragones comenzaron a convertirse en un problema cuando estaban en Mereen, lo que obligó a Danny a encerrar a Viserion y Rhaegal. Menos mal que apareció Tyrion para liberarlos. Drogon, mientras tanto, seguía campando a sus anchas. Cuando lo creíamos perdido, el impresionante dragón negro reapareció al final de la quinta temporada para salvar a su madre de los Hijos de la Harpía. En esta escena ya medía más de 12 metros de largo y por primera vez vimos a Daenerys cabalgar torpemente sobre él. En la sexta temporada, de nuevo pudimos comparar el tamaño entre Drogon y Danny, y comprobamos que lo había duplicado, midiendo más de 24 metros esta vez. En esta ocasión la jinete de dragones ya lo dominaba perfectamente y era capaz de controlarlo a él y a sus hermanos para arrasar con los barcos que asediaban la Bahía de los Esclavos. Pero ha sido ya en la séptima temporada cuando nos han maravillado y enamorado aún mas los tres dragones. Su tamaño ha alcanzado ya los más de 60 metros que hemos comentado en el artículo y su ferocidad es impresionante. Con solo uno de ellos, Drogon como no, Daenerys ha conseguido vencer a un ejercito, eso sí, de vivos. Veremos como se las apañan cuando se tengan que enfrentar contra el ejercito de los muertos del Rey de la Noche. Todos estamos deseando ver el enfrentamiento entre el fuego y el hielo, pero me temo que habrá lágrimas por los dragones cuando este se produzca. Mientras tanto disfrutemos del calor de su fuego. ¡Dracaris!
Referencias:
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Profesor de Biología y Geología del IES La Campiña de Arahal, Sevilla. Divulgador y editor del blog La ciencia de la vida, un blog dedicado a la Ciencia en general y a la Biología en particular, que se entremezclan y conviven con el cine (sobre todo de animación), los cómics, los libros, los videojuegos, el arte, la ilustración, la vida cotidiana…